El cuerpo humano está diseñado para disfrutar de la vida y de las acciones que realiza. Nuestra biología evolutiva garantiza que todo lo necesario para la supervivencia nos haga sentir bien. El equilibrio neuroquímico que ha evolucionado a lo largo de milenios se ha visto alterado por la vida moderna, lo que ha aumentado la propensión a la depresión, la ansiedad y la insatisfacción. Sin embargo, las compañías farmacéuticas buscan corregir este desequilibrio con medicamentos. Los medicamentos psiquiátricos o psicotrópicos son fármacos psicoactivos que afectan la composición química del cerebro y el sistema nervioso. Por lo tanto, se utilizan para tratar enfermedades mentales y otras anomalías.
Por un lado, los medicamentos psiquiátricos pueden reducir los síntomas y prevenir las recaídas de un trastorno mental. También pueden ayudar a los pacientes a minimizar el ansia por consumir drogas y a mantener la abstinencia de sustancias adictivas. Un estudio reciente muestra que 4 de cada 5 personas con enfermedades mentales graves que toman antipsicóticos afrontan con éxito sus síntomas. Se ha demostrado que estos medicamentos tienen los siguientes efectos positivos en el tratamiento de enfermedades mentales: detienen o reducen los síntomas psicóticos, tienen un efecto estabilizador del ánimo y alivian la ansiedad. Además, reducen las tendencias suicidas y otros tipos de conductas autolesivas, previenen estados psicóticos, reducen la depresión y pueden tener un efecto calmante y relajante. Por lo tanto, se puede observar que las sustancias psiquiátricas pueden afectar positivamente la condición de una persona.
Por otro lado, además de los posibles beneficios, cada medicamento psiquiátrico puede causar efectos secundarios indeseables. Estos efectos secundarios pueden ocurrir con el uso a corto o largo plazo. Los fármacos psiquiátricos pueden afectar casi todos los aspectos de la vida de una persona. Estos incluyen disminución del estado de alerta, dolores de cabeza, náuseas, problemas sexuales, caries, salud bucal, diabetes, sangrado gastrointestinal, síndrome serotoninérgico, pensamientos suicidas, hipomanía o manía. El argumento provocador de que, de hecho, estamos viendo relativamente poco progreso en los mecanismos terapéuticos del tratamiento farmacológico se basa a menudo en la sorprendente observación de que muchos de los principales objetivos neuronales para el tratamiento de la depresión y la esquizofrenia permanecen inalterados. No existe una receta universal para lograr un equilibrio neuroquímico que propicie la felicidad. Muchos psicofármacos regulan la cantidad de sustancias químicas esenciales en el cerebro. Por lo tanto, las sustancias psicotrópicas pueden afectar al cuerpo humano tanto positiva como negativamente. Sin embargo, es innegable que el efecto negativo se basa precisamente en los efectos secundarios del uso de medicamentos y no específicamente en el impacto de estas sustancias.
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El cuerpo humano está diseñado para disfrutar de la vida y de las acciones que realiza. Nuestra biología evolutiva garantiza que todo lo necesario para la supervivencia nos haga sentir bien. El equilibrio neuroquímico que ha evolucionado a lo largo de milenios se ha visto alterado por la vida moderna, lo que ha aumentado la propensión a la depresión, la ansiedad y la insatisfacción. Sin embargo, las compañías farmacéuticas buscan corregir este desequilibrio con medicamentos. Los medicamentos psiquiátricos o psicotrópicos son fármacos psicoactivos que afectan la composición química del cerebro y el sistema nervioso. Por lo tanto, se utilizan para tratar enfermedades mentales y otras anomalías.
Por otro lado, además de los posibles beneficios, cada medicamento psiquiátrico puede causar efectos secundarios indeseables. Estos efectos secundarios pueden ocurrir con el uso a corto o largo plazo. Los fármacos psiquiátricos pueden afectar casi todos los aspectos de la vida de una persona. Estos incluyen disminución del estado de alerta, dolores de cabeza, náuseas, problemas sexuales, caries, salud bucal, diabetes, sangrado gastrointestinal, síndrome serotoninérgico, pensamientos suicidas, hipomanía o manía. El argumento provocador de que, de hecho, estamos viendo relativamente poco progreso en los mecanismos terapéuticos del tratamiento farmacológico se basa a menudo en la sorprendente observación de que muchos de los principales objetivos neuronales para el tratamiento de la depresión y la esquizofrenia permanecen inalterados. No existe una receta universal para lograr un equilibrio neuroquímico que propicie la felicidad. Muchos psicofármacos regulan la cantidad de sustancias químicas esenciales en el cerebro. Por lo tanto, las sustancias psicotrópicas pueden afectar al cuerpo humano tanto positiva como negativamente. Sin embargo, es innegable que el efecto negativo se basa precisamente en los efectos secundarios del uso de medicamentos y no específicamente en el impacto de estas sustancias.
PrisioneroEnArgentina.com
Dic 19, 2025