El ciudadano debe meditar profundamente en la importancia de ser o no ser, antes de depositar su voto en el cuarto obscuro, que en estos momentos puede convertirse en el sagrado recinto del futuro de la República Argentina, Debería recordar que felizmente dejamos atrás a un gobierno corrupto que produjo el más grandioso saqueo del país en la historia. Que sus tenebrosos delitos son juzgados por la Justicia y han generado una inmensa cantidad de pruebas irrefutables, imposible de rebatir. Que el resultado de las Paso, elecciones recientemente realizadas, dieron una apreciable ventaja a la oposición, por lo general irremontable, constituyendo una gran derrota para el partido gobernante por su tremendo fracaso en su gestión económica. Que la oposición triunfante estuvo formada por los mismos miembros del anterior gobierno y partidos de ultra izquierda y la misma ideología kirchnerista y bolivariana. Que la incidencia de dichas elecciones provocaron un sorpresivo vuelco en los tribunales, jueces, fiscales, cámaras y hasta la Corte Suprema de Justicia que, en recientes fallos de insólita prontitud, favorecieron impúdicamente a la fórmula opositora. Que el giro impensado de tal cambio fundamental se ve reflejado en empresarios, industriales, funcionarios y periodistas. Que ya no se trata de una elección presidencial común a la que ya estamos acostumbrados, sino de un paso gigante hacia el futuro del país en verdadero peligro de desintegración. Que tal grave circunstancia obliga al ciudadano a asumir la gran responsabilidad que tiene “su voto” El que escribe este artículo es un ciudadano argentino de 96 años de edad que ha sobrevivido los avatares de la realidad argentina, estudioso del derecho, de la historia y de la política, nunca afiliado a partido político y que en el ocaso de su vida es testigo de uno de los trascendentales momentos de transición que experimenta su patria como república democrática. El 10 de febrero de 1912, se sancionó la Ley Sáenz Peña que estableció el sufragio universal, secreto y obligatorio y el sistema de lista incompleta. Como en esa ocasión lo dijera Sáenz Peña: “Quiera el pueblo votar”
Por SILVIO PEDRO PIZARRO
A TODO O NADA
El ciudadano debe meditar profundamente en la importancia de ser o no ser, antes de depositar su voto en el cuarto obscuro, que en estos momentos puede convertirse en el sagrado recinto del futuro de la República Argentina, Debería recordar que felizmente dejamos atrás a un gobierno corrupto que produjo el más grandioso saqueo del país en la historia. Que sus tenebrosos delitos son juzgados por la Justicia y han generado una inmensa cantidad de pruebas irrefutables, imposible de rebatir. Que el resultado de las Paso, elecciones recientemente realizadas, dieron una apreciable ventaja a la oposición, por lo general irremontable, constituyendo una gran derrota para el partido gobernante por su tremendo fracaso en su gestión económica. Que la oposición triunfante estuvo formada por los mismos miembros del anterior gobierno y partidos de ultra izquierda y la misma ideología kirchnerista y bolivariana. Que la incidencia de dichas elecciones provocaron un sorpresivo vuelco en los tribunales, jueces, fiscales, cámaras y hasta la Corte Suprema de Justicia que, en recientes fallos de insólita prontitud, favorecieron impúdicamente a la fórmula opositora. Que el giro impensado de tal cambio fundamental se ve reflejado en empresarios, industriales, funcionarios y periodistas. Que ya no se trata de una elección presidencial común a la que ya estamos acostumbrados, sino de un paso gigante hacia el futuro del país en verdadero peligro de desintegración. Que tal grave circunstancia obliga al ciudadano a asumir la gran responsabilidad que tiene “su voto” El que escribe este artículo es un ciudadano argentino de 96 años de edad que ha sobrevivido los avatares de la realidad argentina, estudioso del derecho, de la historia y de la política, nunca afiliado a partido político y que en el ocaso de su vida es testigo de uno de los trascendentales momentos de transición que experimenta su patria como república democrática. El 10 de febrero de 1912, se sancionó la Ley Sáenz Peña que estableció el sufragio universal, secreto y obligatorio y el sistema de lista incompleta. Como en esa ocasión lo dijera Sáenz Peña: “Quiera el pueblo votar”
Silvio Pedro Pizarro
Ciudadano Argentino
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 6, 2019
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