Un adolescente de Chicago seguía irrumpiendo en el gimnasio X-Sport y usando su equipo. La gerencia le advirtió que lo iban a entregar. Pero siguió encontrando maneras de entrar al lugar. Finalmente se llamó a la policía para que se ocupara del asunto. El oficial Mario Valenti se enteró de que el joven de 15 años anteriormente era miembro de la instalación, pero su madre ya no podía pagarla. Y lo único que quería hacer era jugar baloncesto allí. Pero en lugar de acusar al joven de allanamiento de morada, el oficial le entregó U$150 de su propio dinero para comprarle al niño una membresía que duraría aproximadamente 4 meses.

Cuando el propietario del gimnasio se comunicó con su oficina corporativa sobre lo que estaba sucediendo, los funcionarios quedaron tan conmovidos por la amabilidad del oficial que extendieron la membresía del joven por dos años.

El oficial Valenti dice: “Al final del día, no se trata de gratitud. La mayoría de nosotros asumimos este trabajo para ayudar a las personas, no para lastimarlas. El trabajo puede ser negativo. En su mayor parte, el trabajo consiste en tratar con gente buena que tiene un día muy malo, por lo que no ves el mejor lado de la gente…. Prefiero tenerlo jugando a la pelota que estar en la calle y posiblemente meterse en problemas”.