Ocho meses de Gobierno, en los cuales el presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Eugenia Villarruel, ya arrastran un largo historial de desacuerdos públicos que mantienen en permanente tensión a la política argentina. El episodio más reciente tuvo ribetes insólitos, ya que, de manera inesperada, Villarruel se pronunció sobre la polémica que generó la selección argentina de futbol al transmitir un video racista, en el que cantaban frases que denigraban a los jugadores franceses de origen africano.
“Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir”, escribió la vicepresidente al referirse a Francia, lo que elevó la polémica a niveles de conflicto bilateral.
Villarruel lanzó su acusación a sabiendas de que esta semana Milei viajará a París para participar en la inauguración de los Juegos Olímpicos, en donde se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Por primera vez, Milei criticó abiertamente a la vicepresidenta. “No fue un tuit feliz”, dijo sobre el controvertido posteo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, también cuestionó a Villarruel y confirmó que Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, se había disculpado ante la Embajada de Francia en Buenos Aires por los dichos de la vicepresidenta.
“Efectivamente, fue a explicar que el desafortunado comentario ocurrido en las redes sociales fue a título personal y que no era la posición del Gobierno entremezclar cuestiones de pasiones deportivas con cuestiones diplomáticas”, acusó.
La reacción en bloque en contra de Villarruel demostró que, con el paso de los meses, la relación ha empeorado. Los ejemplos abundan.
Villarruel arrastra la “maldición” que pesa sobre los gobiernos de Argentina, ya que el vínculo presidente-vicepresidente suele generar conflictos.
En este caso, los problemas comenzaron desde el inicio de la gestión, ya que durante la campaña, Milei aseguró que Villarruel quedaría a cargo de las áreas de seguridad y defensa pero, una vez que ganó, dejó esos puestos en manos de la fórmula exrival integrada por Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes, después de quedar en un lejano tercer lugar en la primera vuelta, se aliaron con el libertario.
Así, durante los primeros meses de Gobierno Milei y Villarruel no compartieron eventos públicos, ni se apoyaron en sus discursos. La vicepresidenta reforzó una agenda propia y paralela, en una estrategia que ya había comenzado durante la campaña, cuando provocó un escándalo por usar un logotipo personal.
A principios de enero, la prensa argentina reveló que Villarruel y el expresidente Mauricio Macri, quien también está distanciado de Milei, se habían reunido en secreto en la patagónica ciudad de Bariloche. El encuentro reforzó los incesantes rumores de una supuesta “conspiración” entre ambos políticos contra el presidente.
La teoría apunta a que Villarruel y Macri creen que Milei renunciará o será eyectado en los próximos meses de la oresidencia y la vicepresidenta lo sustituirá con el respaldo total del expresidente.
A mediados de marzo, Villarruel desató una nueva polémica al bautizar a Milei con un apodo que sirvió para ridiculizarlo en las redes sociales.
“Karina [Milei] tiene mucho carácter, pero yo también, y las dos queremos a Javier, y las dos queremos lo mejor para Javier. En distintos, tal vez, ámbitos de la vida. Es brava, pero nos llevamos bien (…) en el medio está Javier. Pobre jamoncito”, afirmó en su primera entrevista televisiva.
Además, la vicepresidenta criticó todas las políticas implementadas por Milei, desde los despidos masivos en la administración pública y la orden para congelar los sueldos de diputados y senadores, hasta la intención de sumar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna.
En ese momento, el vocero minimizó el apodo y hasta lo calificó como “cariñoso” a pesar de que permitió que estallaran las burlas contra el mandatario.
Poco antes, se había generado otra pelea ya que Villarruel, en su calidad de presidenta del Senado, convocó a una sesión sobre el Decreto de Necesidad y Urgencia emitido por Milei, quien quería postergar el debate parlamentario.
Villarruel también se rebeló a la orden de Milei para evitar aumentos de sueldos de funcionarios y coordinó con la oposición los incrementos en el Senado.
Luego vino un breve periodo de paz en el que el presidente y la vicepresidenta compartieron algunos eventos y ratificaron una y otra vez su alianza política, pero sólo con declaraciones que eran desmentidas con los hechos.
Uno de los capítulos más concretos fue el Pacto de Mayo que se realizó el pasado 9 de julio en la ciudad de Tucumán. Era un evento central en la agenda de Milei, pero Villarruel canceló su participación a última hora con el pretexto de una gripe.
Sin embargo, se curó rápidamente, ya que al día siguiente sí participó en el desfile militar que se llevó a cabo en Buenos Aires, lo que aumentó las rumores de que no había ido a Tucumán sólo para no validar el acto del presidente.
Luego vino la polémica con la selección y el súbito arranque anticolonial contra Francia que fue defenestrado por los Milei y su vocero.
En respuesta, Villarruel fijó el tuit de la discordia para que sea lo primero que vean quienes se asomen a su cuenta en X. Y como una muestra más de que no se arrepiente y de que no teme enfrentarse al presidente.
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Ocho meses de Gobierno, en los cuales el presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Eugenia Villarruel, ya arrastran un largo historial de desacuerdos públicos que mantienen en permanente tensión a la política argentina. El episodio más reciente tuvo ribetes insólitos, ya que, de manera inesperada, Villarruel se pronunció sobre la polémica que generó la selección argentina de futbol al transmitir un video racista, en el que cantaban frases que denigraban a los jugadores franceses de origen africano.
“Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir”, escribió la vicepresidente al referirse a Francia, lo que elevó la polémica a niveles de conflicto bilateral.
Villarruel lanzó su acusación a sabiendas de que esta semana Milei viajará a París para participar en la inauguración de los Juegos Olímpicos, en donde se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Por primera vez, Milei criticó abiertamente a la vicepresidenta. “No fue un tuit feliz”, dijo sobre el controvertido posteo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, también cuestionó a Villarruel y confirmó que Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, se había disculpado ante la Embajada de Francia en Buenos Aires por los dichos de la vicepresidenta.
“Efectivamente, fue a explicar que el desafortunado comentario ocurrido en las redes sociales fue a título personal y que no era la posición del Gobierno entremezclar cuestiones de pasiones deportivas con cuestiones diplomáticas”, acusó.
La reacción en bloque en contra de Villarruel demostró que, con el paso de los meses, la relación ha empeorado. Los ejemplos abundan.
Villarruel arrastra la “maldición” que pesa sobre los gobiernos de Argentina, ya que el vínculo presidente-vicepresidente suele generar conflictos.
En este caso, los problemas comenzaron desde el inicio de la gestión, ya que durante la campaña, Milei aseguró que Villarruel quedaría a cargo de las áreas de seguridad y defensa pero, una vez que ganó, dejó esos puestos en manos de la fórmula exrival integrada por Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes, después de quedar en un lejano tercer lugar en la primera vuelta, se aliaron con el libertario.
Así, durante los primeros meses de Gobierno Milei y Villarruel no compartieron eventos públicos, ni se apoyaron en sus discursos. La vicepresidenta reforzó una agenda propia y paralela, en una estrategia que ya había comenzado durante la campaña, cuando provocó un escándalo por usar un logotipo personal.
A principios de enero, la prensa argentina reveló que Villarruel y el expresidente Mauricio Macri, quien también está distanciado de Milei, se habían reunido en secreto en la patagónica ciudad de Bariloche. El encuentro reforzó los incesantes rumores de una supuesta “conspiración” entre ambos políticos contra el presidente.
La teoría apunta a que Villarruel y Macri creen que Milei renunciará o será eyectado en los próximos meses de la oresidencia y la vicepresidenta lo sustituirá con el respaldo total del expresidente.
A mediados de marzo, Villarruel desató una nueva polémica al bautizar a Milei con un apodo que sirvió para ridiculizarlo en las redes sociales.
“Karina [Milei] tiene mucho carácter, pero yo también, y las dos queremos a Javier, y las dos queremos lo mejor para Javier. En distintos, tal vez, ámbitos de la vida. Es brava, pero nos llevamos bien (…) en el medio está Javier. Pobre jamoncito”, afirmó en su primera entrevista televisiva.
Además, la vicepresidenta criticó todas las políticas implementadas por Milei, desde los despidos masivos en la administración pública y la orden para congelar los sueldos de diputados y senadores, hasta la intención de sumar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna.
En ese momento, el vocero minimizó el apodo y hasta lo calificó como “cariñoso” a pesar de que permitió que estallaran las burlas contra el mandatario.
Poco antes, se había generado otra pelea ya que Villarruel, en su calidad de presidenta del Senado, convocó a una sesión sobre el Decreto de Necesidad y Urgencia emitido por Milei, quien quería postergar el debate parlamentario.
Villarruel también se rebeló a la orden de Milei para evitar aumentos de sueldos de funcionarios y coordinó con la oposición los incrementos en el Senado.
Luego vino un breve periodo de paz en el que el presidente y la vicepresidenta compartieron algunos eventos y ratificaron una y otra vez su alianza política, pero sólo con declaraciones que eran desmentidas con los hechos.
Uno de los capítulos más concretos fue el Pacto de Mayo que se realizó el pasado 9 de julio en la ciudad de Tucumán. Era un evento central en la agenda de Milei, pero Villarruel canceló su participación a última hora con el pretexto de una gripe.
Sin embargo, se curó rápidamente, ya que al día siguiente sí participó en el desfile militar que se llevó a cabo en Buenos Aires, lo que aumentó las rumores de que no había ido a Tucumán sólo para no validar el acto del presidente.
Luego vino la polémica con la selección y el súbito arranque anticolonial contra Francia que fue defenestrado por los Milei y su vocero.
En respuesta, Villarruel fijó el tuit de la discordia para que sea lo primero que vean quienes se asomen a su cuenta en X. Y como una muestra más de que no se arrepiente y de que no teme enfrentarse al presidente.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 23, 2024
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