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Corridas de toros, una de las actividades más brutales que aún sobreviven, es -cada vez más- objeto de críticas. Más de 5.000 personas se congregaron este sábado en la Plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid (España), para protestar contra la tauromaquia, especialmente contra la práctica de los toros embolados, informan medios locales. Un toro embolado, que significa toro con bolas, es una actividad festiva, típica de muchos pueblos de España, en la que por la noche se suelta por las calles un toro que tiene bolas ardientes de material inflamable adheridas a sus cuernos por la noche, y los participantes esquivan al toro cuando se acerca.

“Tauromaquia, vergüenza nacional”, proclamaban algunas personas en la manifestación, que fue convocada por el Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA) y contó con la participación de políticos animalistas de otros países.

Javier Luna, presidente de PACMA, pidió a la Unión Europea que “presione al Gobierno español para que ponga fin” a estos festejos, algo que considera “imprescindible”, sugriendo que las plazas de toros podrían convertirse en “espacios culturales”.