Nadezhda Mandelshtam fue la esposa de uno de los poetas rusos más famosos, a quien el mundo perdió debido al régimen de Stalin. Osip Mandelshtam fue una de las cientos de miles de víctimas del estalinismo que murieron en el Gulag. Existe mucha literatura sobre la represión y el totalitarismo de Stalin, pero una historia personal siempre parece ser la más sincera. Las memorias de Mandelshtam permiten comprender la naturaleza del estalinismo: el terror. Todos fueron sus víctimas; todos buscaron el olvido; todos guardaron silencio.
Para empezar, todos los ciudadanos soviéticos fueron víctimas del régimen de Stalin. La intelectualidad rusa, como el propio Osip Mandelshtam, era el enemigo número uno del régimen, pues se consideraban personas libres. Sin embargo, también había campesinos, minorías étnicas e incluso burócratas e ideólogos del estalinismo, como afirma Mandelshtam. De hecho, el Comité Central existía en un estado de constante represión interna. La victimización de la población fue el elemento esencial del régimen de terror de Stalin.
Osip MandelshtamStalin
Además, el olvido se describe en las memorias de Mandelshtam como una práctica generalizada. Como escribe la propia Mandelshtam, entre su generación, «solo unos pocos conservaron la mente y la memoria lúcidas». En cambio, la gente se sumergió en el trabajo, de modo que la rutina reemplazó los recuerdos del terror. Resulta una triste ironía que el régimen de Stalin se enorgulleciera enormemente de su movimiento estajanovista y que quienes alcanzaron resultados increíbles en la competencia laboral socialista fueran altamente elogiados. En realidad, esto era un síntoma del deseo común de escapar de la deprimente realidad del terror.
Finalmente, el terror solo sobrevive en silencio. La gente construyó distancia entre sí y los crímenes del régimen. Mandelshtam observa las excusas comunes para tal comportamiento: o bien que las personas fueron arrestadas por una buena razón o que nadie quería hacer nada con los arrestos que ocurrían cada noche en sus edificios. Solo las niñas que ella describe tenían algo que decir al régimen, ya que los niños son los más fuertes ante el miedo . El silencio fue el elemento crucial que contribuyó a la estabilidad de ese régimen.
En conclusión, el régimen de Stalin era, sin duda, totalitario, pues el miedo a su terror existía incluso en la mente de la gente. Todos los ciudadanos soviéticos eran víctimas, sin importar su clase o grupo al que pertenecieran. Como lo describe Mandelstam, la gente solo encontraba paz en el olvido y el trabajo duro, buscando olvidar este terror. Probablemente lo más importante es que todos preferían guardar silencio por miedo.
♣
Nadezhda Mandelshtam fue la esposa de uno de los poetas rusos más famosos, a quien el mundo perdió debido al régimen de Stalin. Osip Mandelshtam fue una de las cientos de miles de víctimas del estalinismo que murieron en el Gulag. Existe mucha literatura sobre la represión y el totalitarismo de Stalin, pero una historia personal siempre parece ser la más sincera. Las memorias de Mandelshtam permiten comprender la naturaleza del estalinismo: el terror. Todos fueron sus víctimas; todos buscaron el olvido; todos guardaron silencio.
Para empezar, todos los ciudadanos soviéticos fueron víctimas del régimen de Stalin. La intelectualidad rusa, como el propio Osip Mandelshtam, era el enemigo número uno del régimen, pues se consideraban personas libres. Sin embargo, también había campesinos, minorías étnicas e incluso burócratas e ideólogos del estalinismo, como afirma Mandelshtam. De hecho, el Comité Central existía en un estado de constante represión interna. La victimización de la población fue el elemento esencial del régimen de terror de Stalin.
Además, el olvido se describe en las memorias de Mandelshtam como una práctica generalizada. Como escribe la propia Mandelshtam, entre su generación, «solo unos pocos conservaron la mente y la memoria lúcidas». En cambio, la gente se sumergió en el trabajo, de modo que la rutina reemplazó los recuerdos del terror. Resulta una triste ironía que el régimen de Stalin se enorgulleciera enormemente de su movimiento estajanovista y que quienes alcanzaron resultados increíbles en la competencia laboral socialista fueran altamente elogiados. En realidad, esto era un síntoma del deseo común de escapar de la deprimente realidad del terror.
Finalmente, el terror solo sobrevive en silencio. La gente construyó distancia entre sí y los crímenes del régimen. Mandelshtam observa las excusas comunes para tal comportamiento: o bien que las personas fueron arrestadas por una buena razón o que nadie quería hacer nada con los arrestos que ocurrían cada noche en sus edificios. Solo las niñas que ella describe tenían algo que decir al régimen, ya que los niños son los más fuertes ante el miedo . El silencio fue el elemento crucial que contribuyó a la estabilidad de ese régimen.
En conclusión, el régimen de Stalin era, sin duda, totalitario, pues el miedo a su terror existía incluso en la mente de la gente. Todos los ciudadanos soviéticos eran víctimas, sin importar su clase o grupo al que pertenecieran. Como lo describe Mandelstam, la gente solo encontraba paz en el olvido y el trabajo duro, buscando olvidar este terror. Probablemente lo más importante es que todos preferían guardar silencio por miedo.
PrisioneroEnArgentina.com
Dic 20, 2025