Cuando en febrero de 2015 con mi familia, dando la cara y cubriendo los costos iniciamos esta página, teníamos como premisa no escondernos diciendo la verdad y nunca aceptar rédito económico alguno, con la misma. Tratándose de un tema tan delicado y doloroso como el martirio y la muerte de prisioneros adultos mayores, el dinero siempre estaría tan manchado de sangre como el de todos los que lucraron y lucran, con “los derechos humanos”. Era el primer paso e imaginamos que luego lograríamos ACCIONES DE CONJUNTO con el resto de prisioneros gritando ¡BASTA DE INIQUIDAD! Estas nunca llegaron a concretarse y así seguimos en el mismo lugar que al principio, PELOTUDEANDO, escribiendo y publicando sin ser escritores, completamente aislados de nuestras fuerzas cuyos miembros (salvo excepciones) en actividad o retirados, nos ignoran cobardemente. Mientras nuestros exterminadores siguen ganando terreno inexorablemente, día tras día, a través de los años. Al poco tiempo algunos camaradas con los que compartía espacio en la U 31 de Ezeiza, comenzaron a “aconsejarme” por diferentes causas, que no publicara los escritos de tal o cual persona, que por no ser querida me iba a “quemar”. Entonces decidimos que nunca censuraríamos a nadie que quisiera expresarse en nuestro sitio y mucho menos, nos censuraríamos nosotros mismos. Iba a ser siempre la verdad a cualquier precio, GUSTE O NO GUSTE. Nos reafirmó más esta idea, cuando el propietario del diario LA NUEVA de la ciudad de Bahía Blanca (muy respetado en el ámbito de los PP) el 6 de Mayo de 2015 (1) nos censuró cuando se negó a publicar una solicitada PAGA. En ella, yo exponía una segunda parte de mi verdad ante la iniquidad a la que me sometían (una primer solicitada PAGA a página completa la habíamos publicado en ese matutino el 22/02/2015). Como todos sabemos nuestro tema es censurado por los grandes medios, según de qué lado se lo mire. Estos solo están abiertos a la apología de los “demócratas idealistas” de los años sesenta y setenta, que asolaban el país asesinando a mansalva hombres, mujeres y niños, lo que parece haberse olvidado. Tanto es así, que mutaron y ahora con la complicidad gubernamental, resultan ser las únicas víctimas de uno de los tantos periodos trágicos de nuestra historia.
EL SILENCIO
Volviendo a nosotros mismos, los prisioneros, que es lo que importa por representar el 50 % del problema a superar, recientemente comenzó a experimentar un fenómeno lamentable. Toda autocrítica libremente expresada pasó a ser considerada por muchos casi un acto de TRAICIÓN A LA PATRIA llegándose a afirmar que “yo no estaba del mismo lado que los presos”. Por supuesto que no, si ese “lado” es callar, ser masivamente pasivo ante el accionar ilegal de los jueces que actúan como vulgares sicarios, o políticos a los que hay que “dorarles la píldora” por sus mentirosas promesas de justicia para nosotros. Promesas tan falaces como las “del fin del curro de los derechos humanos”. Mucho menos respetar y encubrir a través del silencio a los cobardes. Su existencia TODOS (amigos y enemigos) la conocen, ya que trasciende no por lo que se exprese en este sitio, sino por lo que ellos no hacen. No estaría más próximo a la traición todo aquel ex uniformado que luego de estar varios años ilegalmente detenido, al recuperar su libertad guarda silencio ante el requerimiento periodístico sobre lo que ocurre en las prisiones con los que estamos en ellas, o los que quedaron en el camino? ¿Hay que guardar silencio cuando uno ve que quienes más enfrentan y se manifiestan contra la iniquidad, son un reducido grupo de mujeres y hombres que nunca usaron uniforme? Mientras que los que sí lo vistieron, no existen, ¿o en algunos casos en sus conservadores escritos hay que representarlos con siluetas en negro porque hasta eluden mostrar su foto? Hay que guardar silencio ante los BALZAS, los BENDINIS, ¿los MILANIS y tantos otros? ¿Hay que censurar y guardar silencio ante un soldado que por el contrario se expresa en forma contundente como el Teniente Coronel ARIEL VALDIVIEZO, porque sus palabras duelen y entonces no gustan? ¿No sería más lógico y normal imitarlo en su proceder o rebatir inteligentemente sus duros conceptos, si no tuviera razón?
LA OBSECUENCIA
Recientemente y a raíz de la vil maniobra con la apócrifa carta del General RIVEROS de la cual me hicieron parte, descubierta la misma y retirada de nuestra página Web, imperativamente se me dijo que la publicara como: “LA CARTA QUE ESPERAMOS PUBLIQUE UN GENERAL”. ¿Acaso se pretendió que pasara por autor de esta? La exigencia llega a que antes de nombrar a tal o cual persona en una nota, tengo que consultarla. Debo hacer saber que como hombre-policía, NUNCA FUI OBSECUENTE A NADIE Y ESO NO CAMBIÓ NI CAMBIARÁ NUNCA. Por ello entre otras cosas, sin importarme lo que me pase, califico sin tapujos de delincuentes a mucho de los miembros del poder judicial, que nos están asesinando en cautiverio. Resalto, que aparte de identificarme con mi nombre de pila, AL IGUAL QUE TODOS tengo un número de L.U.P (Legajo Único Personal, del Servicio Penitenciario Federal). Que muy gustoso con mi familia aceptamos cualquier tipo de pedido, con el que podamos ayudar a quien lo requiera. Inclusive sin que lo hagan, ni conocerlos, contamos dando la cara lo que sus camaradas y muchas familias callan. Nunca enmudecemos cuando un prisionero es injustamente maltratado o llevado a la muerte, sin distinción, si el mismo es o no un preso emblemático. Lo que no aceptamos son órdenes como reiteradamente pretenden impartirnos, algunos internos o algunos ex uniformados que gozan de libertad. Siempre tenemos presente que: LO CORTÉS NO QUITA LO VALIENTE.
Escribe CLAUDIO KUSSMAN.
LA CENSURA
Cuando en febrero de 2015 con mi familia, dando la cara y cubriendo los costos iniciamos esta página, teníamos como premisa no escondernos diciendo la verdad y nunca aceptar rédito económico alguno, con la misma. Tratándose de un tema tan delicado y doloroso como el martirio y la muerte de prisioneros adultos mayores, el dinero siempre estaría tan manchado de sangre como el de todos los que lucraron y lucran, con “los derechos humanos”. Era el primer paso e imaginamos que luego lograríamos ACCIONES DE CONJUNTO con el resto de prisioneros gritando ¡BASTA DE INIQUIDAD! Estas nunca llegaron a concretarse y así seguimos en el mismo lugar que al principio, PELOTUDEANDO, escribiendo y publicando sin ser escritores, completamente aislados de nuestras fuerzas cuyos miembros (salvo excepciones) en actividad o retirados, nos ignoran cobardemente. Mientras nuestros exterminadores siguen ganando terreno inexorablemente, día tras día, a través de los años. Al poco tiempo algunos camaradas con los que compartía espacio en la U 31 de Ezeiza, comenzaron a “aconsejarme” por diferentes causas, que no publicara los escritos de tal o cual persona, que por no ser querida me iba a “quemar”. Entonces decidimos que nunca censuraríamos a nadie que quisiera expresarse en nuestro sitio y mucho menos, nos censuraríamos nosotros mismos. Iba a ser siempre la verdad a cualquier precio, GUSTE O NO GUSTE. Nos reafirmó más esta idea, cuando el propietario del diario LA NUEVA de la ciudad de Bahía Blanca (muy respetado en el ámbito de los PP) el 6 de Mayo de 2015 (1) nos censuró cuando se negó a publicar una solicitada PAGA. En ella, yo exponía una segunda parte de mi verdad ante la iniquidad a la que me sometían (una primer solicitada PAGA a página completa la habíamos publicado en ese matutino el 22/02/2015). Como todos sabemos nuestro tema es censurado por los grandes medios, según de qué lado se lo mire. Estos solo están abiertos a la apología de los “demócratas idealistas” de los años sesenta y setenta, que asolaban el país asesinando a mansalva hombres, mujeres y niños, lo que parece haberse olvidado. Tanto es así, que mutaron y ahora con la complicidad gubernamental, resultan ser las únicas víctimas de uno de los tantos periodos trágicos de nuestra historia.
EL SILENCIO
Volviendo a nosotros mismos, los prisioneros, que es lo que importa por representar el 50 % del problema a superar, recientemente comenzó a experimentar un fenómeno lamentable. Toda autocrítica libremente expresada pasó a ser considerada por muchos casi un acto de TRAICIÓN A LA PATRIA llegándose a afirmar que “yo no estaba del mismo lado que los presos”. Por supuesto que no, si ese “lado” es callar, ser masivamente pasivo ante el accionar ilegal de los jueces que actúan como vulgares sicarios, o políticos a los que hay que “dorarles la píldora” por sus mentirosas promesas de justicia para nosotros. Promesas tan falaces como las “del fin del curro de los derechos humanos”. Mucho menos respetar y encubrir a través del silencio a los cobardes. Su existencia TODOS (amigos y enemigos) la conocen, ya que trasciende no por lo que se exprese en este sitio, sino por lo que ellos no hacen. No estaría más próximo a la traición todo aquel ex uniformado que luego de estar varios años ilegalmente detenido, al recuperar su libertad guarda silencio ante el requerimiento periodístico sobre lo que ocurre en las prisiones con los que estamos en ellas, o los que quedaron en el camino? ¿Hay que guardar silencio cuando uno ve que quienes más enfrentan y se manifiestan contra la iniquidad, son un reducido grupo de mujeres y hombres que nunca usaron uniforme? Mientras que los que sí lo vistieron, no existen, ¿o en algunos casos en sus conservadores escritos hay que representarlos con siluetas en negro porque hasta eluden mostrar su foto? Hay que guardar silencio ante los BALZAS, los BENDINIS, ¿los MILANIS y tantos otros? ¿Hay que censurar y guardar silencio ante un soldado que por el contrario se expresa en forma contundente como el Teniente Coronel ARIEL VALDIVIEZO, porque sus palabras duelen y entonces no gustan? ¿No sería más lógico y normal imitarlo en su proceder o rebatir inteligentemente sus duros conceptos, si no tuviera razón?
LA OBSECUENCIA
Recientemente y a raíz de la vil maniobra con la apócrifa carta del General RIVEROS de la cual me hicieron parte, descubierta la misma y retirada de nuestra página Web, imperativamente se me dijo que la publicara como: “LA CARTA QUE ESPERAMOS PUBLIQUE UN GENERAL”. ¿Acaso se pretendió que pasara por autor de esta? La exigencia llega a que antes de nombrar a tal o cual persona en una nota, tengo que consultarla. Debo hacer saber que como hombre-policía, NUNCA FUI OBSECUENTE A NADIE Y ESO NO CAMBIÓ NI CAMBIARÁ NUNCA. Por ello entre otras cosas, sin importarme lo que me pase, califico sin tapujos de delincuentes a mucho de los miembros del poder judicial, que nos están asesinando en cautiverio. Resalto, que aparte de identificarme con mi nombre de pila, AL IGUAL QUE TODOS tengo un número de L.U.P (Legajo Único Personal, del Servicio Penitenciario Federal). Que muy gustoso con mi familia aceptamos cualquier tipo de pedido, con el que podamos ayudar a quien lo requiera. Inclusive sin que lo hagan, ni conocerlos, contamos dando la cara lo que sus camaradas y muchas familias callan. Nunca enmudecemos cuando un prisionero es injustamente maltratado o llevado a la muerte, sin distinción, si el mismo es o no un preso emblemático. Lo que no aceptamos son órdenes como reiteradamente pretenden impartirnos, algunos internos o algunos ex uniformados que gozan de libertad. Siempre tenemos presente que: LO CORTÉS NO QUITA LO VALIENTE.
Claudio Kussman
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Abril 02, 2018
1) https://prisioneroenargentina.com/index.php/2018/02/17/las-diferencias-brutales/
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PrisioneroEnArgentina.com
Abril 2, 2018
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