NO LE DIGAN “MILICO” AL JEFE DEL EJÉRCITO ARGENTINO

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Por CLAUDIO KUSSMAN

LA “PREOCUPACIÓN” DEL GENERAL AGUSTÍN CEJAS

Como todos hemos visto a través de los medios, el General del Ejército Argentino AGUSTÍN CEJAS, quien desde el 22 de febrero pasado fuera designado Jefe del Estado Mayor General, tiene una “llamativa” inquietud en medio de la pandemia, crisis económica, etc. que nos aqueja a todos. Esta consiste en que no quiere que le digan “MILICO”. Por ello destacó que: “El Ejército Argentino posee una historia, identidad y compromiso que debe generar el respeto y la valoración de la sociedad”. Recordemos que a raíz de la pandemia de coronavirus las fuerzas armadas realizan tareas como: entregar alimentos, fabricar barbijos y alcohol en gel, dar asistencia médica y realizar patrullajes aéreos con helicópteros. Por ello agregó: “La emergencia visibiliza nuestra competencia profesional al servicio de la Nación”. Ante “tamaña preocupación” suya, yo como “milico”, “cana”, “yuta”, “rati”, “botón”, “gorra” y mil calificativos más, hasta llegar al de REPRESOR, le diré que el respeto se gana día a día actuando con dignidad, valor y honor, NUNCA SE PIDE. Que mientras hoy el Ejército la juega de BUENO haciendo simpáticas tareas sociales blandas que no le significan riesgo alguno, hay miles de “milicos” de uniforme azul que, jugando de MALOS, deben perseguir no solo a los delincuentes, sino también a aquellos otros que insistente e irresponsablemente violan la cuarentena. Entonces, actúan cuerpo a cuerpo y aparte de insultos y golpes, reciben peligrosas escupidas de las cuales usted y su gente están MUY LEJOS. Yo no he visto en los cuadros superiores del ejército, “historia, identidad y compromiso” desde el mismo momento que a sus camaradas y a quienes sin serlo, también vestimos uniforme, nos abandonaron cobardemente en las cárceles del país. Allí llegamos a como diera lugar, a través de no pocos políticos y jueces militantes o corruptos. Tampoco he visto esos honorables valores cuando se cuadraron y rindieron honores a terroristas como NILDA GARRÉ, que en el pasado asesinaban no solo a sus camaradas, sino también a sus esposas e hijos. Ni hablar de su antecesor el General CLAUDIO PASCUALINI, que cada vez que pudo alternaba con el ex terrorista devenido en empresario, MARIO MONTOTO. ¿Y qué decir de MARTÍN BALZA, ¿ROBERTO BENDINI, GUILLERMO BRINZONI o CESAR MILANI? Realmente usted y otros como usted han vendido hasta el alma, por un cargo jerárquico transitorio otorgado por quienes nos estar exterminando en prisión. Por último, como “milico” y viéndolo en la imagen en posición de firme frente a AGUSTÍN ROSSI (En el año 2013 ilegalmente prohibió el uso del Hospital Militar a sus camaradas adultos mayores presos), debo decirle que el sable corvo que empuña, réplica del que usara el General San Martín digno Padre de la Patria, LE QUEDA MUY GRANDE. Repaso los rostros de estos “personajes” cargados de entorchados dorados y me pregunto: ¿cómo pueden ser tan hábiles los políticos para hacer llegar a la cumbre solo a los que se destacan como reptantes obsecuentes que abandonan al camarada caído?

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26/04/2018 – MARIO MONTOTO, quien, como terrorista de los años 70, se considera un sobreviviente “por milagro” y CLAUDIO PASCUALINI, Jefe del Estado Mayor General del Ejército juntos. Lejos de allí miembros de todas las fuerzas de uniformados, languidecemos y morimos en prisión.

Nilda Garré, (nombre de guerra “Teresa”), ex terrorista de la organización Montoneros. Fue Ministra de Seguridad y también de Defensa durante el gobierno kirchnerista. En la imagen rodeada por los jefes de las tres fuerzas armadas, cuyos miembros le rindieron honores. Mientras, otros uniformados sufrían y morían en prisión. ¿Esa será la historia, identidad y compromiso de la que habla el General Agustín Cejas, quien no quiere que le digan “milico”?

OTRO SÍ DIGO: Ya que el Ejército Argentino está fabricando barbijos y alcohol en gel para “todos y todas”, sería importante y humanitario que llevaran algo de estos elementos a los uniformados adultos mayores, prisioneros en el Hospital Penitenciario Central y en la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza, que carecen de los mismos. Como si fuera una burla macabra en la Unidad 31 días pasados entregaron un frasco de gel de 250 mililitros por pabellón que apenas duró 2 días y nunca más recibieron nada. Lo propio ocurrió con el rollo de papel higiénico de 40 metros y el jabón Lux hotelero de 15 gramos entregados hace ONCE DÍAS.