La mayoría de los estudiosos definen la educación como el desarrollo y la mejora del aprendizaje (conocimientos y habilidades) para sacar o desarrollar el potencial. Es muy importante para todas las personas. No hace falta decir que cada uno de nosotros tiene que tener una educación adecuada. Aprendemos a leer, contar y escribir. Estas son las habilidades básicas que adquirimos y usamos durante nuestra vida. Sin embargo, surge una pregunta lógica: ¿hay algún otro propósito de la educación o está dirigida solo a darnos la posibilidad de comunicar nuestras ideas y satisfacer necesidades básicas?
Durante siglos, hubo diferentes interpretaciones sobre el propósito de la educación. Muchos científicos, pedagogos y filósofos intentaron responder a la pregunta: ¿para qué sirve la educación? Tomando en consideración las necesidades y tendencias de una sociedad moderna, podemos asumir que el propósito de la educación es preparar a los estudiantes para que sean ciudadanos autosuficientes capaces de resolver problemas del mundo real. Todos vivimos y trabajamos para apoyar a nuestra sociedad que, a su vez, proporciona seguridad y otros beneficios. Para apoyar este “equilibrio”, debemos construir una educación basada en estándares de decencia y supervivencia humana por la necesidad de la comunidad social. En otras palabras, uno debe ser educado para servir a la sociedad.
Hay muchas personas exitosas en el mundo, pero hay pocas personas preocupadas por los problemas del medio ambiente y la sociedad. Nuestra educación debe tener como objetivo educar a personas que aman el mundo en el que se encuentran y que están listas para convertirse en pacificadores y sanadores del mundo. Una sociedad sustentable “se compone” de ciudadanos, trabajadores, especialistas, técnicos, etc., que están dispuestos a trabajar para construir y sostener dicha sociedad. Una de las formas de proporcionar dicha educación es “salir al aire libre”. Las destrezas y habilidades se desarrollan en el mundo real y no en situaciones artificiales en clase. En este sentido, podemos referirnos a la “Alegoría de la caverna” de Platón. Uno debe “tocar” los problemas del mundo real y obtener experiencia personal de ellos. Las sombras en la cueva son las retrospectivas del conocimiento real.
Para adquirir el conocimiento, debemos salir de la “cueva”. Podemos aprender la teoría separada de la práctica y esto no tendrá ningún resultado. En cambio, debemos entender que cada individuo es parte del mundo natural, por lo tanto, la educación debe basarse en la alfabetización ecológica ya que la “salud de nuestro planeta” es una de las cuestiones más urgentes de la comunidad social moderna. Durante muchos siglos, los principios de la educación clásica estuvieron en el punto de mira. El bien del individuo, la realización de su propio potencial fueron los propósitos del proceso de aprendizaje. El desarrollo cultural es el objetivo de la educación clásica. Está por encima de todo, incluida la religión. Refiriéndose a la “Alegoría de la caverna” de Platón para interpretar la educación clásica en la sociedad moderna, podemos decir que las “sombras en la pared” encarnan el conocimiento necesario para ser útil, estar centrado en el dinero. hacedor de carrera
Pero, no se puede vivir en el mundo de “gente cultural, pero egoísta”. Impulsando la economía del país, las personas a menudo se olvidan de las consecuencias de sus acciones. Por eso, la educación económica (y cualquier otro tipo de educación) debe incorporarse a la educación ecológica. El objetivo es asegurar que el conocimiento se utilizará para perseguir buenos propósitos. La educación ambiental es el objetivo principal de la educación moderna. Los principios clásicos son importantes, pero no progresistas. Deben adoptar nuevos principios dictados por las necesidades de la cultura y la sociedad modernas.
La mayoría de los estudiosos definen la educación como el desarrollo y la mejora del aprendizaje (conocimientos y habilidades) para sacar o desarrollar el potencial. Es muy importante para todas las personas. No hace falta decir que cada uno de nosotros tiene que tener una educación adecuada. Aprendemos a leer, contar y escribir. Estas son las habilidades básicas que adquirimos y usamos durante nuestra vida. Sin embargo, surge una pregunta lógica: ¿hay algún otro propósito de la educación o está dirigida solo a darnos la posibilidad de comunicar nuestras ideas y satisfacer necesidades básicas?
Hay muchas personas exitosas en el mundo, pero hay pocas personas preocupadas por los problemas del medio ambiente y la sociedad. Nuestra educación debe tener como objetivo educar a personas que aman el mundo en el que se encuentran y que están listas para convertirse en pacificadores y sanadores del mundo. Una sociedad sustentable “se compone” de ciudadanos, trabajadores, especialistas, técnicos, etc., que están dispuestos a trabajar para construir y sostener dicha sociedad. Una de las formas de proporcionar dicha educación es “salir al aire libre”. Las destrezas y habilidades se desarrollan en el mundo real y no en situaciones artificiales en clase. En este sentido, podemos referirnos a la “Alegoría de la caverna” de Platón. Uno debe “tocar” los problemas del mundo real y obtener experiencia personal de ellos. Las sombras en la cueva son las retrospectivas del conocimiento real.
Para adquirir el conocimiento, debemos salir de la “cueva”. Podemos aprender la teoría separada de la práctica y esto no tendrá ningún resultado. En cambio, debemos entender que cada individuo es parte del mundo natural, por lo tanto, la educación debe basarse en la alfabetización ecológica ya que la “salud de nuestro planeta” es una de las cuestiones más urgentes de la comunidad social moderna. Durante muchos siglos, los principios de la educación clásica estuvieron en el punto de mira. El bien del individuo, la realización de su propio potencial fueron los propósitos del proceso de aprendizaje. El desarrollo cultural es el objetivo de la educación clásica. Está por encima de todo, incluida la religión. Refiriéndose a la “Alegoría de la caverna” de Platón para interpretar la educación clásica en la sociedad moderna, podemos decir que las “sombras en la pared” encarnan el conocimiento necesario para ser útil, estar centrado en el dinero. hacedor de carrera
Pero, no se puede vivir en el mundo de “gente cultural, pero egoísta”. Impulsando la economía del país, las personas a menudo se olvidan de las consecuencias de sus acciones. Por eso, la educación económica (y cualquier otro tipo de educación) debe incorporarse a la educación ecológica. El objetivo es asegurar que el conocimiento se utilizará para perseguir buenos propósitos. La educación ambiental es el objetivo principal de la educación moderna. Los principios clásicos son importantes, pero no progresistas. Deben adoptar nuevos principios dictados por las necesidades de la cultura y la sociedad modernas.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 12, 2023