«Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan»
José Martí (1853/1895)
Lo que conocemos como «derechos humanos», antes derechos civiles, tuvieron un importante desarrollo con el final de la segunda guerra mundial, como un reconocimiento expreso de que todos los hombres son iguales ante la ley, y una forma de limitar que los Estados no solo no vulneren este principio, sino garantizar otros derechos como la vida, la integridad, la plena justicia, la libertad de pensamiento y de expresión entre los más importantes. Esto fue reconocido a nivel general en la «Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH)» y a nivel regional americano en la «Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (DADDH)», ambos de 1948.
Obviamente, la historia nos ha demostrado que esto no se ha cumplido en plenitud, las experiencias del comunismo, en sus múltiples versiones, ciertas culturas que imponen restricciones o suspensión de estos derechos, son prueba de ello.
Otras de las formas en las que los derechos humanos han sido violentados, ha sido la apropiación que de los mismos han intentado y logrado los «grupos identitarios» o «woke», en base a los intereses que dichas facciones han privilegiado en detrimento de la igualdad ante la ley.
Estos colectivos, utilizan la presunta defensa de los derechos humanos en beneficio propio, pero además los malversan usándolos como un escudo con el cual paralizan o bloquean los derechos humanos del resto de la humanidad. Los han convertido en el personaje mitológico de «Medusa» mujer que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Por medio de censuras, cancelaciones, capacidad de movilización para incidir o bloquear a otros grupos, o a las mayorías e incluso a poderes del Estado, con el fin de mantenerse en el poder y usufructuar de él, muchas veces violentando las garantías legales, constitucionales o convencionales que protegen los derechos humanos de todos. Han contado y cuentan con el apoyo de sectores de los Estados, medios de comunicación ideológicamente afines, y sobre todo con el sostén de órganos de sistemas internacionales con análogos intereses.
En el caso de Argentina, quienes de apropiaron de la paternidad de los derechos humanos fueron los Kirchner, quienes los usaron como un valor supremo con el que encubrieron, con ayuda del Poder Judicial, la escribanía legislativa y las organizaciones apropiadoras de derechos humanos, una grosera corrupción política. Aunque actualmente disminuida su capacidad política, aun mantienen capacidad para presionar al actual gobierno y a los miembros de la sociedad que no comulgan con su ideología al haber dejado sembradas a las organizaciones de militantes.
En la mitología, los poderes de «Medusa» concluyeron cuando «Perseo» la decapitó. Obviamente, a la fecha un análogo del personaje no ha aparecido y consecuentemente el monstruo sigue vivo y activo.
Como ejemplo, dos días después que, en una nota publicada por Prisionero en Argentina, propusiéramos que se iniciara una acción penal por la violación a la garantía de integridad física, psicológica y moral, que fuera arrasada por la Resolución del Ministerio de Defensa N°. 85/13, que privó de asistencia médica en los establecimientos hospitalarios de la Fuerzas Armadas (FFAA) a condenados y procesados por delitos de lesa humanidad, el diario Perfil el 28/nov/2025, en la nota suscripta por Pedro Pesatti, titulada. ¿Nuevos crímenes de lesa humanidad?, propone enjuiciar al presidente Milei por considerar crímenes de lesa humanidad los presuntos límites a la atención de discapacitados y la situación del hospital Garrahan, caballitos de batalla contra la gestión presidencial.
Luego de que surgiera que el proyecto de reforma del Código Penal incluiría la imprescriptibilidad de ciertos delitos, como el de corrupción, el diario Página 12 del 03/dic/2025, en la nota de Eugenio Raúl Zaffaroni titulada: A quien corresponda: contundente respuesta a Patricia Bullrich por el Código Penal, critica como contraria a las garantías al debido proceso la imprescriptibilidad, algo que antes y tal vez ahora mismo, le parece válida para los juicios de lesa humanidad, donde se aplica a mansalva.
Las organizaciones o grupos woke usurpadores de los derechos humanos en beneficio propio, continúan en lucha y buscan el debilitamiento del gobierno y así recuperar sus beneficios a pleno, los medios de comunicación afines y los órganos de los sistemas internacionales los apoyan; no son un enemigo vencido o aniquilado.
Si no aparece un Perseo que los derrote, el gobierno puede terminar como San Juan Bautista, decapitado por las «Salome» de los grupos woke.
Insistimos en que la citada Resolución 85/13, es una prueba indubitable de la aplicación de tratos crueles, inhumanos y degradantes (tortura) a los miembros de las FFAA, a los que provocó graves daños e incluso la muerte por falta de atención oportuna y eficaz, generada por un acto de gobierno para ser aplicada en forma reiterada y sistemática. La misma afectó también a los familiares y allegados de las víctimas de la debida atención médica. Cabe recordar que los delitos de lesa humanidad, como la tortura, originados por la Resolución son imprescriptibles, no amnistiables o indultables y como se ha aplicado en forma sistemática y reiterada en los procesos seguidos por los hechos posiblemente acontecidos durante el gobierno militar (1976/1983) los tribunales aplican en forma restrictiva las prisiones domiciliarias.
Hay que recordar que por Ley Nº 26.827 se estableció el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes que dice en su Artículo 2º. Del ámbito de aplicación. Orden público. De conformidad a lo establecido con los artículos 29 y 30 del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, las disposiciones de la presente ley son de orden público y de aplicación en todo el territorio de la República. Ius cogens.
Por consiguiente, la falta de acción penal por la firma y las consecuencias de la Resolución 85/13 implicaría incumplimiento de los deberes de funcionario público, y agregaría responsables a la comisión del delito.
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«Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan»
José Martí (1853/1895)
Lo que conocemos como «derechos humanos», antes derechos civiles, tuvieron un importante desarrollo con el final de la segunda guerra mundial, como un reconocimiento expreso de que todos los hombres son iguales ante la ley, y una forma de limitar que los Estados no solo no vulneren este principio, sino garantizar otros derechos como la vida, la integridad, la plena justicia, la libertad de pensamiento y de expresión entre los más importantes. Esto fue reconocido a nivel general en la «Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH)» y a nivel regional americano en la «Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (DADDH)», ambos de 1948.
Obviamente, la historia nos ha demostrado que esto no se ha cumplido en plenitud, las experiencias del comunismo, en sus múltiples versiones, ciertas culturas que imponen restricciones o suspensión de estos derechos, son prueba de ello.
Otras de las formas en las que los derechos humanos han sido violentados, ha sido la apropiación que de los mismos han intentado y logrado los «grupos identitarios» o «woke», en base a los intereses que dichas facciones han privilegiado en detrimento de la igualdad ante la ley.
Estos colectivos, utilizan la presunta defensa de los derechos humanos en beneficio propio, pero además los malversan usándolos como un escudo con el cual paralizan o bloquean los derechos humanos del resto de la humanidad. Los han convertido en el personaje mitológico de «Medusa» mujer que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Por medio de censuras, cancelaciones, capacidad de movilización para incidir o bloquear a otros grupos, o a las mayorías e incluso a poderes del Estado, con el fin de mantenerse en el poder y usufructuar de él, muchas veces violentando las garantías legales, constitucionales o convencionales que protegen los derechos humanos de todos. Han contado y cuentan con el apoyo de sectores de los Estados, medios de comunicación ideológicamente afines, y sobre todo con el sostén de órganos de sistemas internacionales con análogos intereses.
En el caso de Argentina, quienes de apropiaron de la paternidad de los derechos humanos fueron los Kirchner, quienes los usaron como un valor supremo con el que encubrieron, con ayuda del Poder Judicial, la escribanía legislativa y las organizaciones apropiadoras de derechos humanos, una grosera corrupción política. Aunque actualmente disminuida su capacidad política, aun mantienen capacidad para presionar al actual gobierno y a los miembros de la sociedad que no comulgan con su ideología al haber dejado sembradas a las organizaciones de militantes.
En la mitología, los poderes de «Medusa» concluyeron cuando «Perseo» la decapitó. Obviamente, a la fecha un análogo del personaje no ha aparecido y consecuentemente el monstruo sigue vivo y activo.
Como ejemplo, dos días después que, en una nota publicada por Prisionero en Argentina, propusiéramos que se iniciara una acción penal por la violación a la garantía de integridad física, psicológica y moral, que fuera arrasada por la Resolución del Ministerio de Defensa N°. 85/13, que privó de asistencia médica en los establecimientos hospitalarios de la Fuerzas Armadas (FFAA) a condenados y procesados por delitos de lesa humanidad, el diario Perfil el 28/nov/2025, en la nota suscripta por Pedro Pesatti, titulada. ¿Nuevos crímenes de lesa humanidad?, propone enjuiciar al presidente Milei por considerar crímenes de lesa humanidad los presuntos límites a la atención de discapacitados y la situación del hospital Garrahan, caballitos de batalla contra la gestión presidencial.
Las organizaciones o grupos woke usurpadores de los derechos humanos en beneficio propio, continúan en lucha y buscan el debilitamiento del gobierno y así recuperar sus beneficios a pleno, los medios de comunicación afines y los órganos de los sistemas internacionales los apoyan; no son un enemigo vencido o aniquilado.
Si no aparece un Perseo que los derrote, el gobierno puede terminar como San Juan Bautista, decapitado por las «Salome» de los grupos woke.
Insistimos en que la citada Resolución 85/13, es una prueba indubitable de la aplicación de tratos crueles, inhumanos y degradantes (tortura) a los miembros de las FFAA, a los que provocó graves daños e incluso la muerte por falta de atención oportuna y eficaz, generada por un acto de gobierno para ser aplicada en forma reiterada y sistemática. La misma afectó también a los familiares y allegados de las víctimas de la debida atención médica. Cabe recordar que los delitos de lesa humanidad, como la tortura, originados por la Resolución son imprescriptibles, no amnistiables o indultables y como se ha aplicado en forma sistemática y reiterada en los procesos seguidos por los hechos posiblemente acontecidos durante el gobierno militar (1976/1983) los tribunales aplican en forma restrictiva las prisiones domiciliarias.
Hay que recordar que por Ley Nº 26.827 se estableció el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes que dice en su Artículo 2º. Del ámbito de aplicación. Orden público. De conformidad a lo establecido con los artículos 29 y 30 del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, las disposiciones de la presente ley son de orden público y de aplicación en todo el territorio de la República. Ius cogens.
Por consiguiente, la falta de acción penal por la firma y las consecuencias de la Resolución 85/13 implicaría incumplimiento de los deberes de funcionario público, y agregaría responsables a la comisión del delito.
Buenos Aires, ARGENTINA
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PrisioneroEnArgentina.com
Dic 21, 2025