¿Por qué la prueba de oídas es poco fiable?

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 Por Mike Granger.

La prueba de oídas (o testimonios basados en dichos de terceros), definida como una declaración extrajudicial ofrecida para demostrar la veracidad de lo afirmado, se considera generalmente poco fiable en los procedimientos legales. La razón principal radica en su inherente falta de credibilidad y en la imposibilidad de comprobar adecuadamente la exactitud de dichas declaraciones mediante el contrainterrogatorio. Esta debilidad atenta contra el debido proceso y el sistema de justicia adversarial.

Uno de los principales problemas de la prueba de oídas es la ausencia del declarante en el tribunal. Cuando un testigo testifica sobre lo que dijo otra persona, la parte contraria pierde la oportunidad de contrainterrogar al orador original. El contrainterrogatorio es una herramienta fundamental para evaluar la veracidad, exponer inconsistencias y determinar sesgos o errores de percepción. Sin este escrutinio, la fiabilidad de la declaración es muy cuestionable.

La memoria y la percepción también influyen significativamente en la falta de fiabilidad de la prueba de oídas. La memoria humana es falible, y las declaraciones de segunda mano suelen sufrir distorsiones. Una persona que relata lo que escuchó puede malinterpretar las palabras originales, olvidar detalles cruciales o añadir involuntariamente sus propias suposiciones. Esto crea múltiples capas donde pueden infiltrarse errores: la declaración original podría haber sido inexacta y quien la repite podría recordarla mal o tergiversarla. El efecto del “juego del teléfono” ilustra la facilidad con la que la información se degrada al pasar de una persona a otra.

Otro factor es la ausencia de juramento. En el tribunal, los testigos declaran bajo juramento, lo que refuerza la seriedad de proporcionar declaraciones veraces. Sin embargo, quien declaró originalmente el testimonio de oídas hizo la declaración al margen de esta obligación formal. No hay garantía de que la persona fuera veraz, imparcial o competente en el momento en que realizó la declaración. Sin la solemnidad de un juramento y la amenaza de perjurio, la responsabilidad por la exactitud se ve disminuida.

Además, las pruebas de oídas son vulnerables a la invención y la manipulación. Una parte podría inventar o distorsionar declaraciones y atribuirlas a alguien que no estaba disponible para testificar, lo que dificulta la verificación de la autenticidad. Por lo tanto, los tribunales tratan los testimonios de oídas con recelo para evitar su uso indebido y salvaguardar la integridad de los procedimientos.

A pesar de estas preocupaciones, existen ciertas excepciones a la regla de los testimonios de oídas, como las declaraciones espontáneas, las declaraciones contrarias a los intereses y los registros comerciales. Estas excepciones se basan en circunstancias que intrínsecamente sugieren fiabilidad, como la falta de tiempo para inventar o las prácticas rutinarias de documentación. No obstante, estas son limitadas y se examinan cuidadosamente.

En esencia, la prueba de oídas no es fiable porque carece de responsabilidad directa, es propensa a la distorsión de la memoria y no puede comprobarse eficazmente mediante el contrainterrogatorio. Al restringir los testimonios de oídas, los tribunales defienden la imparcialidad, garantizando que las decisiones se basen en pruebas que resistan un escrutinio riguroso.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 29, 2025


 

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