La sociedad argentina viró fuertemente a la centro-derecha, harta de los modos del kirchnerismo y de su proyecto pauperizador. Casi el 60% de los votos válidos repudió el modelo populista y autoritario que encarnó el kirchnerismo en los últimos 20 años.
El peronismo sufrió la peor derrota desde su fundación. El kirchnerismo perdió en su provincia-cuna y la cantidad de votos que había logrado tradicionalmente en el Conurbano bonaerense, base de su poder desde 2003, cayó verticalmente.
Sergio Massa y su cónyuge, Malena Galmarini, perdieron en su propio distrito electoral, Tigre, pese a todo lo que intentaron para frenar a su contendiente, incluyendo presiones violentas sobre quienes acompañaban a éste.
Se confirmó que los grandes aparatos políticos y su inmensa disponibilidad de fondos, personificados en Sergio Massa y en Horacio Rodríguez Larreta, dejaron de asegurar triunfos, ya que ambos cayeron ante adversarios muchísimos más modestos en materia de recursos.
Se confirmó que las encuestas, como en todo el mundo, fallan estrepitosamente, demostrando que ya no sirven como elementos para el análisis predictivo.
Se confirmó que todas las lealtades políticas, esas que hacían que se votara lo mismo que el abuelo y el padre, han desaparecido, convertidas en adhesiones líquidas; sólo quedan en pie aquéllas relacionadas con el fútbol.
Se confirmó que los resultados de las elecciones provinciales, celebradas este año, anticipadas por los gobernadores precavidos, no resultan transportables al escenario nacional.
Se confirmó que La Libertad Avanza es un proyecto político personal de Javier Milei, y no se apoya en los candidatos locales, que sufrieron fuertes derrotas en las provincias.
El “plan platita” y sus derivados –colchones, bicicletas, chapas y dinero liso y llano- volvió a resultaron inútiles para el Gobierno, tal como había sucedido en las legislativas de 2021.
Resulta indispensable que Milei y Patricia Bullrich negocien algún sistema de alianzas que permita derrotar a Axel Kiciloff en la Provincia de Buenos Aires, para impedir que la transforme en el bunker para la resistencia violenta.
A partir del domingo, la mayor incógnita es qué hará el Aceitoso para que el Gobierno sobreviva hasta el 10 de diciembre. Es altamente probable que el tan maltrecho kirchnerismo le exija mayores desquicios económicos para intentar recuperar votos de cara a octubre y noviembre.
El Directorio del FMI, que aún no ha aprobado el acuerdo al que llegaron sus funcionarios con el Aceitoso, es casi seguro que diferirá ese esencial paso, que liberaría los US$ 7.500 millones necesarios para cancelar los vencimientos del año hasta tener sentados en la mesa a los representantes de la oposición.
Si los números de las PASO se repitieran en octubre, Javier Milei se convertirá en Presidente con el apoyo de Unión por la Patria, básicamente porque lo suponen más débil y prevén que la gobernabilidad sería frágil.
Si La Libertad Avanza logra algunos senadores y una cifra parecida a 40 diputados, obtendrá un poder de negociación grande entre los dos principales bloques; sin embargo, dada la procedencia política de los candidatos que lleva éstos no resultan demasiado fiables.
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Por Dr. Enrique Guillermo Avogadro.
La sociedad argentina viró fuertemente a la centro-derecha, harta de los modos del kirchnerismo y de su proyecto pauperizador. Casi el 60% de los votos válidos repudió el modelo populista y autoritario que encarnó el kirchnerismo en los últimos 20 años.
El peronismo sufrió la peor derrota desde su fundación. El kirchnerismo perdió en su provincia-cuna y la cantidad de votos que había logrado tradicionalmente en el Conurbano bonaerense, base de su poder desde 2003, cayó verticalmente.
Sergio Massa y su cónyuge, Malena Galmarini, perdieron en su propio distrito electoral, Tigre, pese a todo lo que intentaron para frenar a su contendiente, incluyendo presiones violentas sobre quienes acompañaban a éste.
Se confirmó que los grandes aparatos políticos y su inmensa disponibilidad de fondos, personificados en Sergio Massa y en Horacio Rodríguez Larreta, dejaron de asegurar triunfos, ya que ambos cayeron ante adversarios muchísimos más modestos en materia de recursos.
Se confirmó que las encuestas, como en todo el mundo, fallan estrepitosamente, demostrando que ya no sirven como elementos para el análisis predictivo.
Se confirmó que todas las lealtades políticas, esas que hacían que se votara lo mismo que el abuelo y el padre, han desaparecido, convertidas en adhesiones líquidas; sólo quedan en pie aquéllas relacionadas con el fútbol.
Se confirmó que los resultados de las elecciones provinciales, celebradas este año, anticipadas por los gobernadores precavidos, no resultan transportables al escenario nacional.
Se confirmó que La Libertad Avanza es un proyecto político personal de Javier Milei, y no se apoya en los candidatos locales, que sufrieron fuertes derrotas en las provincias.
El “plan platita” y sus derivados –colchones, bicicletas, chapas y dinero liso y llano- volvió a resultaron inútiles para el Gobierno, tal como había sucedido en las legislativas de 2021.
Resulta indispensable que Milei y Patricia Bullrich negocien algún sistema de alianzas que permita derrotar a Axel Kiciloff en la Provincia de Buenos Aires, para impedir que la transforme en el bunker para la resistencia violenta.
A partir del domingo, la mayor incógnita es qué hará el Aceitoso para que el Gobierno sobreviva hasta el 10 de diciembre. Es altamente probable que el tan maltrecho kirchnerismo le exija mayores desquicios económicos para intentar recuperar votos de cara a octubre y noviembre.
El Directorio del FMI, que aún no ha aprobado el acuerdo al que llegaron sus funcionarios con el Aceitoso, es casi seguro que diferirá ese esencial paso, que liberaría los US$ 7.500 millones necesarios para cancelar los vencimientos del año hasta tener sentados en la mesa a los representantes de la oposición.
Si los números de las PASO se repitieran en octubre, Javier Milei se convertirá en Presidente con el apoyo de Unión por la Patria, básicamente porque lo suponen más débil y prevén que la gobernabilidad sería frágil.
Si La Libertad Avanza logra algunos senadores y una cifra parecida a 40 diputados, obtendrá un poder de negociación grande entre los dos principales bloques; sin embargo, dada la procedencia política de los candidatos que lleva éstos no resultan demasiado fiables.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Agosto 14, 2023