En estos días, somos testigos en Argentina de la confrontación de la clase política, cuyos miembros pelean salvajemente para quedar bien posicionados en las elecciones de medio tiempo 2025. Esta llega al ridículo extremo de acaloradas discusiones, hasta por el lugar donde deben orinar las fuerzas de seguridad, que protegen el edificio del Congreso de la Nación en días de protestas populares. Mientras, en el liliputiense e ignorado mundo paralelo de los imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, los prisioneros adultos mayores luchan para sobrevivir un día más, luego otro y otro, hasta su último aliento.
Uno de sus protagonistas es MANUEL CORDERO PIACENTINI (89 años), Coronel del Ejército de la República Oriental del Uruguay, alojado en la Unidad 34 de Campo de Mayo. Presentando un cuadro febril y fuerte tos, había sido desatendido por el médico penitenciario N. LUNA, quien vaya a saber por qué razón reiteradamente incumple su juramento hipocrático con estos cautivos. Al respecto el día 29 de julio pasado, publicamos una nota en este portal. Transcurrieron las horas y el día 30 llegó a ver al convaleciente, otro médico que recetó un antigripal y Mometasona en espray nasal. El 31 fue asistido por una doctora que al comprobar que el estado de salud del viejo soldado no había mejorado, finalmente le recetó Amoxidal (antibiótico). Una radiografía de tórax por supuesto brilló por su ausencia. Este hecho aparte de ratificar, una vez más, que lo peor que le puede pasar a un adulto mayor en la cárcel es enfermarse ya que la posibilidad de muerte es muy elevada, deja a la vista también una burocracia incomprensible e inhumana. Se da desde el momento que los médicos del Ejército solo atienden a los encausados de las fuerzas armadas alojados en el pabellón “B” y no a los del “A”, en mayoría pertenecientes a fuerzas de seguridad, policiales y civiles. Simultáneamente a años luz de distancia, de este sombrío y complejo mundo carcelario, más precisamente en el Senado de la Nación, entre exquisitos mármoles, noble madera, y rutilantes luminarias, la vicepresidente VICTORIA VILLARRUEL, acompañada del obispo castrense, monseñor SANTIAGO OLIVERA y miembros del Congreso homenajeaba a soldados que en 1975 combatieron al ERP en Manchalá. Allí no había ni fiebre ni toces, solo música clásica ejecutada por eximios violinistas, aplausos, festejo y emoción patriótica.
“Cura a veces, trata con frecuencia y consuela siempre”
QUE EL PRESENTE ESCRITO MAS ALLÁ DE EXPRESAR BUENOS DESEOS POR LA RECUPERACIÓN DE CORDERO PIACENTINI, SIRVA PARA PONDERAR AL PRISIONERO-POLICÍA LUCIO NAST, QUIEN DE SIEMPRE HA DEMOSTRADO SER UN BUEN SAMARITANO AYUDANDO Y ASISTIENDO, SIN DISTINCIÓN DE FUERZA, O HORARIO A QUIENES NO PUEDEN VALERSE POR SÍ MISMOS.
◘
En estos días, somos testigos en Argentina de la confrontación de la clase política, cuyos miembros pelean
salvajemente para quedar bien posicionados en las elecciones de medio tiempo 2025. Esta llega al ridículo extremo de acaloradas discusiones, hasta por el lugar donde deben orinar las fuerzas de seguridad, que protegen el edificio del Congreso de la Nación en días de protestas populares. Mientras, en el liliputiense e ignorado mundo paralelo de los imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, los prisioneros adultos mayores luchan para sobrevivir un día más, luego otro y otro, hasta su último aliento.
Uno de sus protagonistas es MANUEL CORDERO PIACENTINI (89 años), Coronel del Ejército de la República Oriental del Uruguay, alojado en la Unidad 34 de Campo de Mayo. Presentando un cuadro febril y fuerte tos, había sido desatendido por el médico penitenciario N. LUNA, quien vaya a saber por qué razón reiteradamente incumple su juramento hipocrático con estos cautivos. Al respecto el día 29 de julio pasado, publicamos una nota en este portal. Transcurrieron las horas y el día 30 llegó a ver al convaleciente, otro médico que recetó un antigripal y Mometasona en espray nasal. El 31 fue asistido por una doctora que al comprobar que el estado de salud del viejo soldado no había mejorado, finalmente le recetó Amoxidal (antibiótico). Una radiografía de tórax por supuesto brilló por su ausencia. Este hecho aparte de ratificar, una vez más, que lo peor que le puede pasar a un adulto mayor en la cárcel es enfermarse ya que la posibilidad de
muerte es muy elevada, deja a la vista también una burocracia incomprensible e inhumana. Se da desde el momento que los médicos del Ejército solo atienden a los encausados de las fuerzas armadas alojados en el pabellón “B” y no a los del “A”, en mayoría pertenecientes a fuerzas de seguridad, policiales y civiles. Simultáneamente a años luz de distancia, de este sombrío y complejo mundo carcelario, más precisamente en el Senado de la Nación, entre exquisitos mármoles, noble madera, y rutilantes luminarias, la vicepresidente VICTORIA VILLARRUEL, acompañada del obispo castrense, monseñor SANTIAGO OLIVERA y miembros del Congreso homenajeaba a soldados que en 1975 combatieron al ERP en Manchalá. Allí no había ni fiebre ni toces, solo música clásica ejecutada por eximios violinistas, aplausos, festejo y emoción patriótica.
“Cura a veces, trata con frecuencia y consuela siempre”
Hipócrates (460 a. C.-370 a. C)
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Prov. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
QUE EL PRESENTE ESCRITO MAS ALLÁ DE EXPRESAR BUENOS DESEOS POR LA RECUPERACIÓN DE CORDERO PIACENTINI, SIRVA PARA PONDERAR AL PRISIONERO-POLICÍA LUCIO NAST, QUIEN DE SIEMPRE HA DEMOSTRADO SER UN BUEN SAMARITANO AYUDANDO Y ASISTIENDO, SIN DISTINCIÓN DE FUERZA, O HORARIO A QUIENES NO PUEDEN VALERSE POR SÍ MISMOS.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 2, 2025
Tags: Cordero Piacentini, Victoria VillarruelRelated Posts
LA LOCURA DE JAVIER MILEI Y LA PACIENTE ESPERA DE VICTORIA VILLARRUEL
◘ Por Claudio Kussman. Luego de 2 años [...]
NADA DE LESA EN MEDIO DE LA PEOR CRISIS DEL GOBIERNO
○ Por Dr. Gonzalo Miño. El gobierno se [...]
LA PELEA INFAME: CUANDO LA PATRIA ES LA ÚNICA QUE SE DESANGRA
◘ Por José Luis Milia. No defiendo a [...]