La mano derecha de Al Capone, su ejecutor, más tarde jefe de la Organización de Chicago, Frank Nitti, cumplió condena una vez y eso le rompió algo muy profundo.
Lo dejó sudando las camisas y despertándose nervioso.
Juró que nunca volvería a pasar tiempo en la cárcel. Ni una noche. Ni una hora. Preferiría morir.
Frank Nitti dejó el mundo de la misma manera que lo recorrió: tranquilo, firme, cargando con un peso que nadie más quería.
Cuando la presión lo azotó en marzo de 1943, no rogó, no negoció, no delató. No arrastró a nadie consigo.
Escribió su propio final antes de que la ley pudiera escribirlo por él.
Lo encontraron con una .32 tirada a su lado. Una bala disparada.
♣
La mano derecha de Al Capone, su ejecutor, más tarde jefe de la Organización de Chicago, Frank Nitti, cumplió condena una vez y eso le rompió algo muy profundo.
Juró que nunca volvería a pasar tiempo en la cárcel. Ni una noche. Ni una hora. Preferiría morir.
Frank Nitti dejó el mundo de la misma manera que lo recorrió: tranquilo, firme, cargando con un peso que nadie más quería.
Cuando la presión lo azotó en marzo de 1943, no rogó, no negoció, no delató. No arrastró a nadie consigo.
Escribió su propio final antes de que la ley pudiera escribirlo por él.
Lo encontraron con una .32 tirada a su lado. Una bala disparada.
PrisioneroEnArgentina.com
Nov 29, 2025