En los primeros días de febrero de este año los salvadoreños eligieron a Nayib Armando Bukele Ortez, el ex alcalde popular de San Salvador, como el nuevo presidente del país centroamericano, un resultado que termina con el control de 30 años sobre el poder de sus dos partidos más grandes. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) del país le había otorgado una ventaja “irreversible” de 53,78 por ciento de los votos. Bukele, un ávido usuario de redes sociales que a menudo luce una chaqueta de cuero negra, ha prometido aumentar la inversión en educación y combatir la corrupción, pero su tarea principal será implementar nuevos programas para enfrentar la inseguridad. También tendrá que formar una alianza con la derecha, que domina el congreso.
Nayib Bukele, de 37 años, asumió la presidencia de El Salvador el 1 de junio.
Bukele se ha llamado a sí mismo un hombre de izquierda y comenzó su vida política en el Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN). Sin embargo, terminó compitiendo para presidente con el partido conservador Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA). “Es difícil ver dónde encaja en la política latinoamericana actual”, dijo Mike Allison, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Scranton “Bukele es considerado un populista, un candidato externo que se postulaba contra el sistema. Dice que viene de la izquierda, pero que tuvo que unirse a un partido político de derecha para arrivar al poder”.
Las redes sociales sociales han sido sus grandes aliadas. Desde que ganó las elecciones, Bukele no dio ni una sola conferencia de prensa y lanzó sus mensajes vía Twitter. Si necesitaba dar una explicación más larga, recurría a Facebook Live.
Entre sus primeras medidas, Bukele pidió máxima eficiencia para capturas a un grupo de asaltantes de un autobús, hecho en el cual también supuestamente fueron violadas dos mujeres.
“No se salgan con ser suaves, les va a caer todo el peso de la ley” se manifestó en tonces Bukele y agregó que ordenó medidas “más duras” en los centros penales. Luego de la detención de los malhechores el mandatario ordenó, vía Twitter, al director de Centros Penales que envíe a los “capturados por el secuestro del bus y las violaciones de 2 mujeres” al penal de máxima seguridad y “colocarlos en aislamiento total”.
El gobierno de Bukele ya realizó, entre el 22 y 23 de junio, el traslado de unos 1,600 reos a prisiones con mayor seguridad, además obligó a las cuatro compañías de telefonía a cortar la señal de llamadas e internet, eliminó casetas de comunicación controladas en las prisiones y suspendió las visitas porque se ordenó un estado de emergencia. El presidente de El Salvador, a través del Ministerio de Hacienda, ha solicitado a los diputados un refuerzo presupuestario de 15 millones de dólares para la alimentación de los policías y soldados. Bukele adelantó que solicitará equipo sofisticado para sus agentes y señaló que si los diputados no aprueban los recursos será porque están “del lado del crimen”.
Bukele, un hombre de izquierdas como se refleja en esta nota, es curiosamente un activo crítico de su par venezolano Nicolás Maduro a quien llama usurpador. No quiso que el chavista, ni el dictador nicaraguense Daniel Ortega estuvieran en su toma de mando, el pasado 1 de junio.
El presidente de El Salvador nació el 24 de julio de 1981, es hijo del fallecido empresario Armando Bukele, un químico industrial y representante de la comunidad de origen árabe-palestina, y de Olga Ortez.
Bukele pasó su primera semana haciendo una parte de sus tareas de gobierno a través de Twitter. Anunció que, de acuerdo con su nuevo gabinete, se disolverían cinco ministerios: Gobernanza, Inclusión Social, Transparencia, Tecnología y Vulnerabilidad. Para hacer que el estado sea más eficiente, declaró que los proyectos de estos ministerios se redistribuirían entre los otros 16 ministerios. Bukele también tuiteó que le pidió a su nuevo gabinete que le entregara cartas de renuncia sin fecha para que se queden en su oficina como un recordatorio de que pueden ser reemplazados en cualquier momento si no están sirviendo a la gente.
Bukele también usó Twitter para ordenar a los miembros de su administración que despidieran a más de 40 funcionarios del gobierno. Los funcionarios despedidos tenían vínculos familiares con el ex presidente Salvador Sánchez Cerén, miembros de su administración saliente y miembros del partido del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí que se encuentra en el poder. Algunos miembros de la administración de Bukele también utilizaron Twitter para responder y confirmar los despidos.
En junio, Nayib Bukele encabezó el ranking mundial de los mandatarios mejor evaluados. Cuenta con un 71% de la aprobación.
Bukele exhibe más talento y tacto que sus oponentes, su posición de no favorito y su compromiso con el público es todo lo que los millennials hoy buscan en un líder. La personalidad de las redes sociales de un político libre de salarios era suficiente para que entrara, pero ahora Bukele necesita cumplir, y una vez más las probabilidades están en su contra. Primero, tendrá que construir un gabinete libre de nepotismo, y tendrá que enfrentarse a la música en la asamblea general, ARENA y FMLN aún dominan, mientras que GANA actualmente solo tiene 10 de 84 plazas. El Salvador necesitaba desesperadamente sangre nueva para dar un primer paso para cambiar, y Nayib Bukele es el hombre que puede hacer que eso suceda a partir del 1 de junio de 2019. Lo cierto es que la gente sigue a sus lideres por pasión y a cincuenta días de su llegada al poder, no se sabe si Bukele es un niño bien o un hombre del pueblo.
En los primeros días de febrero de este año los salvadoreños eligieron a Nayib Armando Bukele Ortez, el ex alcalde popular de San Salvador, como el nuevo presidente del país centroamericano, un resultado que termina con el control de 30 años sobre el poder de sus dos partidos más grandes.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) del país le había otorgado una ventaja “irreversible” de 53,78 por ciento de los votos.
Bukele, un ávido usuario de redes sociales que a menudo luce una chaqueta de cuero negra, ha prometido aumentar la inversión en educación y combatir la corrupción, pero su tarea principal será implementar nuevos programas para enfrentar la inseguridad.
También tendrá que formar una alianza con la derecha, que domina el congreso.
Bukele se ha llamado a sí mismo un hombre de izquierda y comenzó su vida política en el Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN). Sin embargo, terminó compitiendo para presidente con el partido conservador Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA).
“Es difícil ver dónde encaja en la política latinoamericana actual”, dijo Mike Allison, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Scranton “Bukele es considerado un populista, un candidato externo que se postulaba contra el sistema. Dice que viene de la izquierda, pero que tuvo que unirse a un partido político de derecha para arrivar al poder”.
Entre sus primeras medidas, Bukele pidió máxima eficiencia para capturas a un grupo de asaltantes de un autobús, hecho en el cual también supuestamente fueron violadas dos mujeres.
“No se salgan con ser suaves, les va a caer todo el peso de la ley” se manifestó en tonces Bukele y agregó que ordenó medidas “más duras” en los centros penales. Luego de la detención de los malhechores el mandatario ordenó, vía Twitter, al director de Centros Penales que envíe a los “capturados por el secuestro del bus y las violaciones de 2 mujeres” al penal de máxima seguridad y “colocarlos en aislamiento total”.
El gobierno de Bukele ya realizó, entre el 22 y 23 de junio, el traslado de unos 1,600 reos a prisiones con mayor seguridad, además obligó a las cuatro compañías de telefonía a cortar la señal de llamadas e internet, eliminó casetas de comunicación controladas en las prisiones y suspendió las visitas porque se ordenó un estado de emergencia. El presidente de El Salvador, a través del Ministerio de Hacienda, ha solicitado a los diputados un refuerzo presupuestario de 15 millones de dólares para la alimentación de los policías y soldados. Bukele adelantó que solicitará equipo sofisticado para sus agentes y señaló que si los diputados no aprueban los recursos será porque están “del lado del crimen”.
Bukele, un hombre de izquierdas como se refleja en esta nota, es curiosamente un activo crítico de su par venezolano Nicolás Maduro a quien llama usurpador. No quiso que el chavista, ni el dictador nicaraguense Daniel Ortega estuvieran en su toma de mando, el pasado 1 de junio.
Bukele pasó su primera semana haciendo una parte de sus tareas de gobierno a través de Twitter. Anunció que, de acuerdo con su nuevo gabinete, se disolverían cinco ministerios: Gobernanza, Inclusión Social, Transparencia, Tecnología y Vulnerabilidad. Para hacer que el estado sea más eficiente, declaró que los proyectos de estos ministerios se redistribuirían entre los otros 16 ministerios. Bukele también tuiteó que le pidió a su nuevo gabinete que le entregara cartas de renuncia sin fecha para que se queden en su oficina como un recordatorio de que pueden ser reemplazados en cualquier momento si no están sirviendo a la gente.
Bukele también usó Twitter para ordenar a los miembros de su administración que despidieran a más de 40 funcionarios del gobierno. Los funcionarios despedidos tenían vínculos familiares con el ex presidente Salvador Sánchez Cerén, miembros de su administración saliente y miembros del partido del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí que se encuentra en el poder. Algunos miembros de la administración de Bukele también utilizaron Twitter para responder y confirmar los despidos.
Bukele exhibe más talento y tacto que sus oponentes, su posición de no favorito y su compromiso con el público es todo lo que los millennials hoy buscan en un líder. La personalidad de las redes sociales de un político libre de salarios era suficiente para que entrara, pero ahora Bukele necesita cumplir, y una vez más las probabilidades están en su contra. Primero, tendrá que construir un gabinete libre de nepotismo, y tendrá que enfrentarse a la música en la asamblea general, ARENA y FMLN aún dominan, mientras que GANA actualmente solo tiene 10 de 84 plazas. El Salvador necesitaba desesperadamente sangre nueva para dar un primer paso para cambiar, y Nayib Bukele es el hombre que puede hacer que eso suceda a partir del 1 de junio de 2019. Lo cierto es que la gente sigue a sus lideres por pasión y a cincuenta días de su llegada al poder, no se sabe si Bukele es un niño bien o un hombre del pueblo.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 22, 2019
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