“Vive como si no fueras a morir nunca, actúa como si fueras a morir mañana”
Lin Yutang (1895-1976)
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Este trágico día 30 de enero para el soldado GUSTAVO RAMÓN DE MARCHI, está llegando a su fin. Luego de numerosos estudios quedó internado en el segundo piso del Hospital Militar. Allí ocupa en soledad la habitación 202, con la custodia de 5 efectivos de civil, presumiblemente del Servicio Penitenciario Federal. Está con suero e increíblemente su ánimo a pesar de todo y todos podríamos decir que es bueno, o sea es el espíritu de un guerrero que no se arrodilla. A su esposa Vicenta, se le permitió por estar fuera de horario, verlo solo un minuto, burocracia de “los derechos humanos” (para algunos). ¿A quién recurrir, a quien reclamar? ¿Al Papa, al presidente Alberto Fernández, a los Jueces, al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a su abogado defensor oficial, a los numerosos organismos de derechos humanos, al ejército argentino? Nadie escucha, todos son ciegos, sordos y mudos. De Marchi legalmente está solo y su pedido de justicia no es escuchado. Mientras tanto, gota a gota el suero fisiológico ingresa a su cuerpo reponiendo agua y sales de sodio y cloruro que tanto requiere su hoy frágil organismo para seguir viviendo. Mañana saldrá el sol y un nuevo día habrá llegado, con él nuestros buenos deseos.
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MAÑANA SALDRÁ EL SOL
[ezcol_1half]Lin Yutang (1895-1976)
Este trágico día 30 de enero para el soldado GUSTAVO RAMÓN DE MARCHI, está llegando a su fin. Luego de numerosos estudios quedó internado en el segundo piso del Hospital Militar. Allí ocupa en soledad la habitación 202, con la custodia de 5 efectivos de civil, presumiblemente del Servicio Penitenciario Federal. Está con suero e increíblemente su ánimo a pesar de todo y todos podríamos decir que es bueno, o sea es el espíritu de un guerrero que no se arrodilla. A su esposa Vicenta, se le permitió por estar fuera de horario, verlo solo un minuto, burocracia de “los derechos humanos” (para algunos). ¿A quién recurrir, a quien reclamar? ¿Al Papa, al presidente Alberto Fernández, a los Jueces, al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a su abogado defensor oficial, a los numerosos organismos de derechos humanos, al ejército argentino? Nadie escucha, todos son ciegos, sordos y mudos. De Marchi legalmente está solo y su pedido de justicia no es escuchado. Mientras tanto, gota a gota el suero fisiológico ingresa a su cuerpo reponiendo agua y sales de sodio y cloruro que tanto requiere su hoy frágil organismo para seguir viviendo. Mañana saldrá el sol y un nuevo día habrá llegado, con él nuestros buenos deseos.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Enero 30, 2020
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
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