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  por Prof. Dra. María Elena Cisneros Rueda.

…aquel dicho que dice que “Todo tiempo pasado fue mejor”, muchas veces me he preguntado para quién fue mejor y para quién no? Por otro lado el tiempo en el que vivimos es actual pero será el pasado para otros y entonces qué parte de lo vivenciado por nosotros será mejor para aquellos que vivan en el futuro? 

Desde mi punto de vista de haber atravesado todos los hechos que se llevaron a cabo en Argentina desde 1951, año de mi nacimiento, hasta hoy 2022, año de mi 71 cumpleaños me gustaría hacer un recordatorio no solo para mí y los amigos y conocidos, sino para todos en general y en especial para los detractores que me consideran irrespetuosamente “una vieja loca” por haber amado a un hombre totalmente incomprendido y nada conocido, hasta el hecho de presentar verdades que molestan, no gustan, producen alergias y respingos y por tanto es mejor atacar, que respetar, dejar de lado que aceptar, mirar para otro lado y “no meterse”. Precisamente Díaz Plaja, años ha , decía que éste era uno de los “pecados capitales de los argentinos” y el otro era “esperar todo de arriba” a los que hay que sumar otros cinco no menos interesantes.

Entre 1955, fecha en que yo tenía 4 años y 1973 cuando vivía mis gloriosos 22 años y estudiaba en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Argentina, se sucedieron 8 presidentes entre los que se contaban 6 militares en  gobiernos “de facto” y 2 civiles que fueran votados por el pueblo pero sin la participación del partido fundado por Juan Domingo Perón que vivía en el exilio y que había sido proscripto. Tales presidentes fueron: Lonardi, Aramburu, Frondizi, Guido, Illia, Onganía, Levingston y Lanusse. En 1955 hubo el derrocamiento del Presidente Perón, se clausuró el Congreso Nacional, se depuso a los miembros de, la Suprema Corte de Justicia, a las autoridades provinciales, municipales y universitarias y se puso en Comisión a todo el Poder Judicial, mediante el ya nombrado Golpe de Estado que por muchas razones se convirtió en una “caza de brujas”. Lo sé porque una de mis tías peronista recalcitrante no cesaba de hablar de la “purga” durante los almuerzos familiares los domingos, en una mesa larguísima donde por supuesto no faltaba la abuela.

 Pero resulta que los mismos militares entre ellos se “derrocaban”. El General de División  Eduardo Lonardi, que lideraba el Golpe de Estado asumió el 23 de setiembre de 1955, pero fue sacado del mando el 13 de noviembre del mismo año por el General Pedro Eugenio Aramburu. Sin embargo, tuvieron algo en común, ambos gobernaron con poderes supremos aunando los poderes ejecutivo y legislativo tanto nacionales como provinciales y por supuesto dándose pomposamente el título de Presidente de la Nación. Se creó una Junta Consultiva Nacional que fuera integrada por los partidos Unión Cívica Radical, Socialista, Demócrata, Demócrata Progresista, Demócrata Cristiano y Unión Federal. Aramburu derogó la constitución vigente y se volvió a la de 1853 con las reformas de 1860, 1866 y 1898. Poco tiempo después se organizó una Convención Constituyente que por supuesto convalidó la decisión agregando el artículo 14 bis (para aquellos que gustan de leer textos que educan para la democracia). No dejemos de mencionar que 16 militares fueron fusilados, a veces de manera solapada,  por el levantamiento encabezado por el General Juan José Valle para quien va mi recuerdo y mi respeto por ser un hombre de honor y un valiente que puso su propia vida al servicio de una causa y jamás claudicó, como algunos actuales que prefieren mirar para otro lado cuando sus propios camaradas de armas languidecen en celdas miserables de miserables prisiones o prefieren “no meterse”, no sea cosa que pierdan el sueldo mensual o la pensión para que a  la familia no les falten los privilegios a los que están acostumbrados.

Mientras tanto el “oscuro objeto de deseo” había estado aquí en Paraguay un tiempo dejando un recuerdo imborrable hasta el día de hoy en muchísima gente que tuvo el placer de conocerlo y luego siguió viaje hacia América Central, donde conoció a una joven que se convertiría en su esposa y que tanta relevancia cobrara en el país desde su primer viaje en 1965 para oponerse a los planes del sindicalista Augusto Timoteo Vandor que quería un “peronismo sin Perón”.

Todo esto tuvo un origen, puesto que la Revolución Libertadora del 55 no fue ni la primera ni la última. El ciclo golpe-elección comenzó en 1930 que derrocó al Presidente Constitucional Hipólito Yrigoyen y que fuera quien puso en marcha la primera experiencia de gobierno democrático en Argentina a partir de aquellas elecciones llevadas a cabo en 1916 que fueran las primeras realizadas con la Ley Sáenz Peña de 1912 estableciendo el sufragio obligatorio y secreto para todos los varones, las damas no votamos hasta 1951 (año de mi nacimiento).

Pero resulta que todos los gobiernos radicales fueron derrocados vale decir 1930, 1962 y 1966 y peronistas 1955 y 1976, pero también el gobierno Conservador radical que había sido impuesta por elecciones fraudulentas en la llamada Década Infame (que de “ganada” no tenía nada).

Los últimos levantamientos militares o intentonas se llevaron a cabo en 1987 y 1990 durante los gobiernos del radical Raúl Alfonsín y del peronista Carlos Menen.

Pero siempre en Argentina existió una dualidad, eso de la “brecha” no es de ahora, viene desde siempre y se agudizó durante el gobierno peronista desde 1943. Algunos nombramientos molestaron sobremanera a los oficiales del GOU durante la gestión de Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Eso lleva al movimiento del 17 de Octubre de 1945 para liberar a Perón prisionero en la Isla Martín García.

En la escuela primaria los niños conocíamos a dicha isla como la YPF o sea Yrigoyen. Perón. Frondizi.

Hay que señalar además que el fantasma del comunismo siempre estuvo vigente en la mentalidad de las Fuerzas, todo lo sucedido en Rusia en 1917, los viajes de algunos dirigentes hacia la América Latina que traían consigo las ideas revolucionarias, el deseo legítimo de los pueblos de acceder a privilegios que solo eran para los pudientes, el acceso a una educación que antes estaba restringida solo a niños de clases altas, la necesidad de tener ciertas comodidades como casa propia, atención médica, acceso a lugares de esparcimiento. De hecho, tanto Perón como su gran colaborador y compañero de causa, Domingo Mercante, eran considerados por las cúpulas militares como “dos miserables comunistas” y desde el inicio existieron dos facciones, los pro y los en contra como en todo. La dualidad tan necesaria en la vida como alto-bajo, negro-blanco, flaco-gordo solo que, en Argentina con tradiciones tan emocionales como italianos, españoles, árabes y judíos, esas corrientes que tenemos incluso en nuestros cuerpos, se fueron profundizando de tal manera que hoy, hasta en los partidos de futbol la diferencia es de vida o muerte sin que pueda haber un término medio. O todo o nada. Si no es conmigo con nadie.

Desde 1983, los gobiernos electos democráticamente han tendido a no reconocer una legitimidad a los gobiernos militares, con la “Revolución libertadora” a la cabeza y ni siquiera han puesto nombre de militares a calles, plazas y paseos. En 1999 el Presidente Menen firma un proyecto para indemnizar a los descendientes de las 31 personas fusiladas en 1956. En 2012 se promulga la ley que equipara los derechos a ser resarcidos por parte del Estado a las víctimas de la última dictadura militar junto a los que padecieron los bombardeos de Plaza de Mayo en 1955 y del Golpe de Estado que lo siguió.

El caso es que la última dictadura militar que se concretara el 24 de marzo d 1976 no fue un hecho al azar, sino algo preparado desde largo tiempo e incluso profetizado por el propio Perón, que era un tremendo estratega, para lo cual llamó del retiro al General Videla. Los hechos se fueron sucediendo y consumándose de tal manera, que Perón comprendió que los jóvenes con los que el tratara en Madrid, no eran lo mismo dentro del territorio nacional, tuvo la certeza de que se le escapaban de las manos, supo que no eran sus “grasitas” sino universitarios preparados y entrenados en Cuba y otros lares marxistas y comunistas. De pronto comprendió que su propio escogido, Héctor Cámpora le había fallado grande al firmar el decreto 11/1973 liberando a 372 presos políticos que el gobierno militar había puesto en prisión y supo que ahí estaba el semillero de la anarquía que sumiría al país en un oscurantismo absoluto durante mucho tiempo.

Para entonces, yo había cursado toda la escuela primaria, la secundaria y había obtenido dos títulos universitarios además de cuatro profesorados siempre dentro del área del arte, y para entonces trabajaba en la Escuela 28 de San Benito. Como todos los jóvenes en ese momento sabíamos que el gobierno tambaleante de la viuda de Perón no se tendría en pie por mucho tiempo. Todo el mundo quería apropiarse del poder y eso desde 1973.Siguiendo las decisiones de su marido la Presidente firma un decreto en febrero de 1975 junto a todo su gabinete por medio del cual hace un llamado a las Fuerzas Armadas para combatir los ataques terroristas que tenían al país sobre ascua: secuestros, torturas, robos, violaciones de todos los derechos, ataques aleatorios, y todo consignado en sus propios periódicos donde decían claramente que querían tomar el poder. Todo comenzó en Tucumán, donde querían establecer una “patria socialista” y para eso atacaban los barrios de los militares todas las noches en Córdoba por ejemplo, no daban tregua a las familias, entraban en las guarniciones y perpetraban asesinatos y secuestros, como los del Coronel Larrabure, o del soldado Luna o del Coronel Grassi. No les importaba nada, arrastraban con ellos a la juventud crédula a través de la droga, el alcohol y el sexo fácil. Entonces cuando los jóvenes y entre ellos varios de mis compañeros de estudios, se percataban de que no era lo que les habían dicho y querían salir, los mataban y culpaban a la policía, a los militares, a organizaciones paramilitares, porque la cobardía fue siempre su manifestación más evidente.

 No es ser valiente con un arma en la mano, es poner el pecho de frente y sin los ojos vendados como lo hiciera el General Valle. ¿Entonces qué pasó? Se inició otra vez, una vez más la cacería de brujas. Cuando la Presidente delega su investidura por causa de enfermedad, el sustituto reafirma el decreto de 1975 porque pensó que la presidente no volvería, pero lo hizo, muy frágil en su salud, completamente sola, sin apoyo de ningún tipo, una mujer pequeñita y débil en un país machista…pero el país estaba frente a un conflicto armado interno, una guerra no convencional contra el pueblo argentino y el Estado Nacional, claramente calificados en el Protocolo II de los convenios de Ginebra de 1948. Se luchó contra organizaciones armadas terroristas que tenían la finalidad de ostentar el poder y lo manifestaban abiertamente y es entonces que todas las Fuerzas reunidas actuaron en legítima defensa de la ciudadanía atacada sin piedad.

El mismísimo General Videla lo diría claramente: ”El Ejército argentino con el justo derecho que le concede la cuota de sangre derramada por sus hijos, héroes y mártires, reclama con angustia pero también con firmeza, una inmediata toma de conciencia para definir posiciones. La inmoralidad y la corrupción deben ser adecuadamente sancionadas. La especulación política, económica e ideológica deben dejar de ser medios utilizados por grupos de aventureros para llegar a sus fines”. Pero no solo el ejército quería que cayera el gobierno, los empresarios, retenían mercancía y eso hacía que los ánimos de la gente explotaran ante el desabastecimiento. Lo sé porque yo misma lo viví. Todos incluyendo sindicalistas, gente de iglesia, gente de izquierda, gente “buena” deseaba que pasara lo que pasó, pero nadie midió consecuencias sobre el hecho.

Ambos bandos cometieron excesos imperdonables. Ambos bandos actuaron mal y reaccionaron mal. Ambos bandos cometieron crímenes atroces. Ambos bandos actuaron con revanchismo. Ambos bandos utilizaron el odio como vehículo de sus pasiones. Ambos bandos demostraron claramente que no les importaba el otro en absoluto y actuaron en consecuencia.

El resultado fue un país lastimado, mutilado, agotado, cansado, desmantelado, destrozado y a merced de los caranchos que hoy están terminando de pelar los huesos que le quedaban.

Por parte de los terroristas se perpetraron cerca de 15.598 actos delictivos, repartidos de la siguiente manera: 1094 asesinados, 756 secuestrados, 2368 heridos y 4380 bombas detonadas. Si ustedes reflexionan notaran que la “cifra de desaparecidos” presentada en Holanda dobla esa cifra. Ellos llevaron una lista con menos de 4000 pero nadie quería darles dinero porque la cifra “no era suficiente” si querían compararlos con crímenes como en África y entonces sencillamente doblaron la propia cifra de los actos delictivos que ellos cometieron. Y por supuesto se felicitaron de ello y se mofaban por ser “tan inteligentes” y la mentira continúa hasta hoy.

Si hubo crímenes de “lesa humanidad” comenzaron por ser llevados a cabo por los mismos terroristas y por supuesto tuvieron repercusión en los medios militares y policiales, que antes del golpe crearon la nefasta organización Triple A, pero como se suponía que no podían hacer nada que no fuera determinado por el gobierno constitucional entonces, lo mejor era cargarlos a la espalda del único que les molestaba a todos.  Al único que nunca se dejó comprar por ningún medio, al único que había estado al lado de Perón en las malas y en las malas porque nunca hubo buenas, al único leal y trabajador en favor del pueblo, al único que nunca le perdonaron ser “de abajo” y llegar a la cumbre, al único que no hubieran podido doblegar de ninguna manera.

Siempre pregunto lo mismo: ¿si era tan malo, entonces por qué no lo mataron? Respuesta simple: porque necesitaban un “cabeza de turco” para culpar. Deducción directa y meridiana. Trece años después lo mataron de malos tratos en una miserable prisión, aunque jamás pudieron comprobar ni una sola acusación contra él. Todo figura en el Archivo Histórico de la Nación.

Entonces establecen un  “Día de la memoria”  y pregunto, ¿cuál memoria? ¿La verdadera o la falsa? ¿La que acusa, encarcela,  desmitifica, ataca, destruye y mata a gente que entonces tuvo el valor de enfrentarse a semejante situación de amenaza contra la Patria  o la que reconoce que era necesario actuar en favor del pueblo utilizado como rehén de ambiciones mezquinas  que enarbolan hasta el presente y que lastimosamente han hecho eclosión y el mismo pueblo sigue sufriendo las consecuencias?

¿Será que todo tiempo pasado fue mejor? Desearía poder estar presente para saber que dicen las generaciones futuras de nosotros. ¿Seremos un tiempo pasado mejor?

Nunca lo sabremos…

 

Dedicado a la memoria de mi amado esposo ausente, José López Rega.

 

MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la  Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y  Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y   creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña).  Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de  Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 26, 2022


 

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