Durante su carrera, Richard Owen tuvo una buena cantidad de logros notables, entre ellos acuñar la palabra “dinosaurio” y fundar el Museo de Historia Natural de Londres. Sin embargo, sus relaciones con sus compañeros siempre habían sido extenuantes.
Hoy en día, Owen es considerado celoso y mezquino con sus colegas, incluso en ocasiones plagia sus trabajos. Su rivalidad con Gideon Mantell fue probablemente su pelea más amarga, pero su rivalidad con Thomas Huxley fue mucho más beneficiosa para la comunidad científica.
Huxley era conocido como el “Bulldog de Darwin” por su firme apoyo a la evolución. Owen, por otro lado, no estaba de acuerdo con la teoría de Darwin, particularmente con todo el “hombre relacionado con los simios”. Intentó demostrar que los humanos y otros primates, particularmente el gorila, no se parecían al estudiar sus cerebros.
Huxley afirmó lo contrario y logró demostrarlo descubriendo el hipocampo menor (ahora llamado avis calcar) en los simios, una parte del cerebro que Owen había afirmado previamente que solo existía en humanos.
La controversia se conoció como la Gran Pregunta del Hipocampo. Aunque fue un blanco fácil para humoristas y periódicos, destacó la evolución. La comunidad científica consideró que Huxley ganó fácilmente la batalla y aceptó la evolución como la teoría principal.
El tema se exploraría más a fondo en publicaciones destacadas como las Evidencias geológicas de Charles Lyell sobre la antigüedad del hombre y el seguimiento de Darwin.
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Durante su carrera, Richard Owen tuvo una buena cantidad de logros notables, entre ellos acuñar la palabra “dinosaurio” y fundar el Museo de Historia Natural de Londres. Sin embargo, sus relaciones con sus compañeros siempre habían sido extenuantes.
Hoy en día, Owen es considerado celoso y mezquino con sus colegas, incluso en ocasiones plagia sus trabajos. Su rivalidad con Gideon Mantell fue probablemente su pelea más amarga, pero su rivalidad con Thomas Huxley fue mucho más beneficiosa para la comunidad científica.
Huxley era conocido como el “Bulldog de Darwin” por su firme apoyo a la evolución. Owen, por otro lado, no estaba de acuerdo con la teoría de Darwin, particularmente con todo el “hombre relacionado con los simios”. Intentó demostrar que los humanos y otros primates, particularmente el gorila, no se parecían al estudiar sus cerebros.
Huxley afirmó lo contrario y logró demostrarlo descubriendo el hipocampo menor (ahora llamado avis calcar) en los simios, una parte del cerebro que Owen había afirmado previamente que solo existía en humanos.
La controversia se conoció como la Gran Pregunta del Hipocampo. Aunque fue un blanco fácil para humoristas y periódicos, destacó la evolución. La comunidad científica consideró que Huxley ganó fácilmente la batalla y aceptó la evolución como la teoría principal.
El tema se exploraría más a fondo en publicaciones destacadas como las Evidencias geológicas de Charles Lyell sobre la antigüedad del hombre y el seguimiento de Darwin.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 24, 2020