En cuanto a sus credenciales, tenía mucho que decir. Se graduó de la Universidad de California, Berkeley. Se especializó en Economía y cursó una especialización secundaria en Matemáticas y Filosofía. Se graduó con honores. Obtuvo su MBA tan solo un año después de graduarse, un programa acelerado que fue posible gracias a su excepcional rendimiento académico. Gracias a su intelecto. Además, Robert McNamara fue contratado inmediatamente por Harvard como profesor asistente, y era el más joven en ese momento.
Sus credenciales eran impresionantes.
En 1946, fue reclutado por Ford Motor Company, junto con nueve hombres increíblemente talentosos. Los llamaban los “Niños Prodigio”. Su trabajo consistía en introducir intervenciones basadas en datos y altamente analíticas en la industria automotriz.
McNamara
En 1961, John F. Kennedy lo nombró el próximo Secretario de Defensa.
Era el momento álgido de la Guerra de Vietnam. Y por alguna razón, pensó que el mismo principio se aplicaba a los negocios y a la guerra. La guerra, al igual que los negocios, debe cuantificarse.
En lugar de centrarse en la táctica, se centró en las métricas. En los números. En cuántos enemigos eliminaron. Cuántas bombas lanzaron. O cuántos se rindieron.
Pensó que los conflictos humanos podían gestionarse como un negocio. Pero la guerra no es un negocio. Es caos. Es moral. Es emocional. Es política.
Se sale de las líneas de cualquier hoja de cálculo.
Como resultado, la misión perdió apoyo público, base ética y claridad estratégica. Aunque no se declaró oficialmente, la misión fracasó política, moral y militarmente.
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En cuanto a sus credenciales, tenía mucho que decir. Se graduó de la Universidad de California, Berkeley. Se especializó en Economía y cursó una especialización secundaria en Matemáticas y Filosofía. Se graduó con honores. Obtuvo su MBA tan solo un año después de graduarse, un programa acelerado que fue posible gracias a su excepcional rendimiento académico. Gracias a su intelecto. Además, Robert McNamara fue contratado inmediatamente por Harvard como profesor asistente, y era el más joven en ese momento.
Sus credenciales eran impresionantes.
En 1946, fue reclutado por Ford Motor Company, junto con nueve hombres increíblemente talentosos. Los llamaban los “Niños Prodigio”. Su trabajo consistía en introducir intervenciones basadas en datos y altamente analíticas en la industria automotriz.
En 1961, John F. Kennedy lo nombró el próximo Secretario de Defensa.
Era el momento álgido de la Guerra de Vietnam. Y por alguna razón, pensó que el mismo principio se aplicaba a los negocios y a la guerra. La guerra, al igual que los negocios, debe cuantificarse.
En lugar de centrarse en la táctica, se centró en las métricas. En los números. En cuántos enemigos eliminaron. Cuántas bombas lanzaron. O cuántos se rindieron.
Pensó que los conflictos humanos podían gestionarse como un negocio. Pero la guerra no es un negocio. Es caos. Es moral. Es emocional. Es política.
Se sale de las líneas de cualquier hoja de cálculo.
Como resultado, la misión perdió apoyo público, base ética y claridad estratégica. Aunque no se declaró oficialmente, la misión fracasó política, moral y militarmente.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 5, 2025
Tags: John F. Kennedy, Robert McNamara, VietnamRelated Posts
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