La condena del doctor Leandro Rodríguez Lastra superó todo lo visto en los desatinos de la Justicia argentina. El médico fue condenado por ejercicio legal de la medicina, buena praxis, cumplimiento de deberes de funcionario público, salvar dos vidas y conseguir una familia adoptante. Todo esto, no cometiendo el delito del aborto, pero sí, en todo caso, “desobedeciendo” la (ilegal) ILE, ya que sí interrumpió el embarazo. El móvil de la diputada Milesi y la red proaborto La Revuelta parece enfocado en intimidar a los médicos, matar a los nonatos y ser indiferente a los violadores, ya que nadie lo buscó o preguntó por él.
El filicidio jamás será legítimo, aunque sea legalizado, y una ley ilegítima es nula y puede (y debe) dar lugar a la “desobediencia civil”, como sabia y valientemente hiciera Henry D. Thoreau en el siglo XIX contra la esclavitud, que era “legal”.
La condena del doctor Leandro Rodríguez Lastra superó todo lo visto en los desatinos de la Justicia argentina. El médico fue condenado por ejercicio legal de la medicina, buena praxis, cumplimiento de deberes de funcionario público, salvar dos vidas y conseguir una familia adoptante. Todo esto, no cometiendo el delito del aborto, pero sí, en todo caso, “desobedeciendo” la (ilegal) ILE, ya que sí interrumpió el embarazo. El móvil de la diputada Milesi y la red proaborto La Revuelta parece enfocado en intimidar a los médicos, matar a los nonatos y ser indiferente a los violadores, ya que nadie lo buscó o preguntó por él.
El filicidio jamás será legítimo, aunque sea legalizado, y una ley ilegítima es nula y puede (y debe) dar lugar a la “desobediencia civil”, como sabia y valientemente hiciera Henry D. Thoreau en el siglo XIX contra la esclavitud, que era “legal”.
José H Canale
Envío y colaboración: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 1, 2019
Related Posts
El Concejo deliberante de San Miguel brindó por unanimidad su apoyo al médico Leonardo Rodriguez Lastra
Hoy el Honorable Concejo Deliberante de San Miguel [...]
¿POR QUÉ NO HAY UN FINAL FELIZ?
Por JOSÉ LUIS MILIA Creo que los argentinos [...]