29 DE SEPTIEMBRE . ANIVERSARIO DE SU TRASLADO Y DE SU SANTO PATRONO
OPINIÓN
Permanentemente son celebrados los cumpleaños, los aniversarios, las celebraciones porque significa para aquellos que están vivos la oportunidad de remozarse, de vivificarse de reverdecer. Es que nuestra Ciudad San Miguel de Tucumán en coincidencia con el aniversario de su Santo patronoel 29 de septiembre conmemora los 331 años de su existencia en el actual emplazamiento. La ciudad fue fundada por Diego de Villarroel el 31 de Mayo de 1565, en Ibatín y su traslado ocurrido 120 años después cuando el entonces Teniente Gobernador, Miguel de Salas y Valdés con el árbol de la justicia; la caja del archivo y una misa cantada comenzó la refundación. Nuevo emplazamiento que ya no estuvo a cargo de españoles sino de hombres nacidos en nuestro suelo. Es que en n tiempo de crisis, devastaciones no debemos olvidarnos de las maravillas del nacimiento milagro cargado de premoniciones. Don Diego de Villarroel fundaba la ciudad, y al mismo tiempo la provincia, puesto que la ciudad tendría un ámbito sobre la que se extendería la actividad de su ciudadanos. Fue explícito, claro. Fundó en nombre de la Santísima Trinidad; de la Virgen María, Madre de Dios; de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, príncipes de la Iglesia, con una especial mención al Apóstol Santiago, “luz y espejo de los Españas”, referencia que está imponiéndonos una vocación de patria; y muy especialmente el fundador nos ofrece el patronazgo de “el Bien Aventurado Arcángel San Miguel”, capitán de las milicias celestes cuya activa beligerancia con el Demonio debe servirnos de ejemplo y guía. Villarroel la llama a su ciudad San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Promisión. Nos pone ante una promesa, que es la promesa de nosotros. Nos propone a la tierra, fecundarla y fructificaría sin exigir la obligación de una compensación. Nosotros necesitamos recordar los orígenes, para entender nuestros compromisos actuales. Lo primero que hace el fundador es crear el cabildo, para que la ciudad tuviera justicia, ya que es impensable una comunidad sin justas relaciones entre sus integrantes, Y les da a los alcaldes ordinarios “send varas de justicia con cruz encima”. Nos está diciendo que lo primero es la justicia, y que la justicia lo ha de tener por encima a Dios. Y a nadie más que Dios. Traza la plaza de la ciudad y en su centro hace plantar el poste de la justicia, palo y picota, la pena que se ha de aplicar a quienes transgredan las justas leyes.Puede pensarse que aludir a la historia es ocuparse de cosas perdida de épocas que nada tienen que ver con la actualidad, de vejeces olvidables. Nos debe alentar la voz de don Diego, el fundador, y del refundador Salas y Valdez, para recordarnos que puso como prioridad y centro de nuestra comunidad a la justicia. Justicia que ha de ser libre que primacía sólo ha de reconocer a Dios Nuestro Señor, y a nosotros, los ciudadanos, nos da de patrón y guía al arcángel que es el campeón de la lucha por las causas Justas. En estos tiempos de crisis y desventuras para nuestra provincia y el País, nos debe reavivar la esperanza de la promesa de nuestro fundador. Que tuvo como preeminencia y medula de nuestra sociedad a la justicia. Justicia que ha de ser libre. Que sólo ha de reconocer a Dios Nuestro Señor con la guía del Arcángel San Miguel que es el campeón de la lucha por las causas Justas
Escribe: Jorge Lobo Aragón.
29 DE SEPTIEMBRE . ANIVERSARIO DE SU TRASLADO Y DE SU SANTO PATRONO
OPINIÓN
Permanentemente son celebrados los cumpleaños, los aniversarios, las celebraciones porque significa para aquellos que están vivos la oportunidad de remozarse, de vivificarse de reverdecer. Es que nuestra Ciudad San Miguel de Tucumán en coincidencia con el aniversario de su Santo patrono el 29 de septiembre conmemora los 331 años de su existencia en el actual emplazamiento. La ciudad fue fundada por Diego de Villarroel el 31 de Mayo de 1565, en Ibatín y su traslado ocurrido 120 años después cuando el entonces Teniente Gobernador, Miguel de Salas y Valdés con el árbol de la justicia; la caja del archivo y una misa cantada comenzó la refundación. Nuevo emplazamiento que ya no estuvo a cargo de españoles sino de hombres nacidos en nuestro suelo. Es que en n tiempo de crisis, devastaciones no debemos olvidarnos de las maravillas del nacimiento milagro cargado de premoniciones. Don Diego de Villarroel fundaba la ciudad, y al mismo tiempo la provincia, puesto que la ciudad tendría un ámbito sobre la que se extendería la actividad de su ciudadanos. Fue explícito, claro. Fundó en nombre de la Santísima Trinidad; de la Virgen María, Madre de Dios; de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, príncipes de la Iglesia, con una especial mención al Apóstol Santiago, “luz y espejo de los Españas”, referencia que está imponiéndonos una vocación de patria; y muy especialmente el fundador nos ofrece el patronazgo de “el Bien Aventurado Arcángel San Miguel”, capitán de las milicias celestes cuya activa beligerancia con el Demonio debe servirnos de ejemplo y guía. Villarroel la llama a su ciudad San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Promisión. Nos pone ante una promesa, que es la promesa de nosotros. Nos propone a la tierra, fecundarla y fructificaría sin exigir la obligación de una compensación. Nosotros necesitamos recordar los orígenes, para entender nuestros compromisos actuales. Lo primero que hace el fundador es crear el cabildo, para que la ciudad tuviera justicia, ya que es impensable una comunidad sin justas relaciones entre sus integrantes, Y les da a los alcaldes ordinarios “send varas de justicia con cruz encima”. Nos está diciendo que lo primero es la justicia, y que la justicia lo ha de tener por encima a Dios. Y a nadie más que Dios. Traza la plaza de la ciudad y en su centro hace plantar el poste de la justicia, palo y picota, la pena que se ha de aplicar a quienes transgredan las justas leyes. Puede pensarse que aludir a la historia es ocuparse de cosas perdida de épocas que nada tienen que ver con la actualidad, de vejeces olvidables. Nos debe alentar la voz de don Diego, el fundador, y del refundador Salas y Valdez, para recordarnos que puso como prioridad y centro de nuestra comunidad a la justicia. Justicia que ha de ser libre que primacía sólo ha de reconocer a Dios Nuestro Señor, y a nosotros, los ciudadanos, nos da de patrón y guía al arcángel que es el campeón de la lucha por las causas Justas. En estos tiempos de crisis y desventuras para nuestra provincia y el País, nos debe reavivar la esperanza de la promesa de nuestro fundador. Que tuvo como preeminencia y medula de nuestra sociedad a la justicia. Justicia que ha de ser libre. Que sólo ha de reconocer a Dios Nuestro Señor con la guía del Arcángel San Miguel que es el campeón de la lucha por las causas Justas
JORGE B. LOBO ARAGÓN