Hace más de veinte años en una entrevista en la Revista de – “Gente” – bajo el título “Me cansé de luchar solo” y en numerosos medios provinciales y nacionales – a raíz de mi renuncia al cargo de juez de instrucción en mi provincia -, daba cuenta de una mafia reinante el Clan Ale. Si, reinante, porque no solo se encontraba muy difundida sino que también su brutalidad imperaba en amplios sectores de la sociedad. Tiempos de enorme impunidad y lo que es peor, de resignación, de tolerancia y hasta de paciente aceptación. El día 16 de diciembre del año pasado la Justicia federal le inició a todo el “Clan” un juicio oral por los mismos delitos (asociación Ilícita) por el cual en ese entonces como Juez le dicte la prisión preventiva en soledad desde un hotel con amenazas de muerte incluida ante el miedo de los fiscales intervinientes. La sala de juicio oral en ese entonces con el mismo espanto disfrazado de errores formales absolvió a sus integrantes. Lo que viene a ratificar y corroborar que mi “renuncia” en ese entonces ante la impotencia por inacción de una justicia cómplice no estaba errada. A la justicia ordinaria no se la teme, se la supone inocua (todo el mundo “confía en la justicia”; muchos, en realidad, confían en su torpeza).
Pasaron más de veinte años y siguen los mismos tentáculos de un pulpo putrefacto e invasor. La mafia también había llegado al fútbol, llegando a manejar los hilos de uno del club más importante de la provincia. La corrupción “se estaba haciendo carne en Tucumán”. En aquella oportunidad recibí terribles amenazas, que no me amedrentaron a pesar de perder un hijo. Pero aquella instancia pasó; ya no soy un funcionario de la justica ni mi función es la de juzgar a nadie. Pero desde el día que renuncie a cargo de Magistrado con la misma “soledad de entonces” y el “silencio de muchos” desde mi estudio jurídico ametrallado con numerosos atentados de todos los signos, sigo y continuaré querellando y acusando a la misma asociación y a sus prolongaciones. Ese poder de la mafia hoy sospechado y resignado a la impunidad como si se tratase de una fuerza de la naturaleza en la justicia provincial fue acallado por una condena de diez años a sus principales cabezas. El Mono y la Chancha – Ángel y Rubén. Para los que opinan que con esta lucha y los recuerdos de más de veinte años busco figuración o es una venganza le contesto con la mayor serenidad posible. A los que tanto hablan de corrupción que sigan o denuncien a las mafias que es la forma más adecuada posible de luchar contra este flagelo que se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día. Es muy bueno y saludable que muchos casos de inmoralidad e indecencia hayan inquietado a la opinión público poniéndola a la prensa en estado de constante vigilancia. Si la opinión pública no reacciona en contra de ellas será muy difícil que se pueda hacer algo por eliminarlas. Y si efectivamente reacciona tendrá por delante una larga lucha, ya que las mafias no renuncian fácilmente a las conquistas que ella ha realizado, pero lucha que vale la pena librarse pues en ella se juega el destino de la patria de nuestros hijos. Se debe mantener el estado de derecho y que no se permita de manera alguna la inmunidad de los bandoleros y de las mafias, que se burlan de los anhelos populares y de la sociedad toda.
DR. Jorge B. Lobo Aragón
Ex fiscal; Ex juez; Ex secretario de seguridad; Ex legislador creador de la Comisión Antimafia y Familia Menores y Discapacitados. Ex Interventor Intendente de Yerba Buena
Por Jorge B. Lobo Aragón.
“… El pasado se hace presente…
Hace más de veinte años en una entrevista en la Revista de – “Gente” – bajo el título “Me cansé de luchar solo” y en numerosos medios provinciales y nacionales – a raíz de mi renuncia al cargo de juez de instrucción en mi provincia -, daba cuenta de una mafia reinante el Clan Ale. Si, reinante, porque no solo se encontraba muy difundida sino que también su brutalidad imperaba en amplios sectores de la sociedad. Tiempos de enorme impunidad y lo que es peor, de resignación, de tolerancia y hasta de paciente aceptación. El día 16 de diciembre del año pasado la Justicia federal le inició a todo el “Clan” un juicio oral por los mismos delitos (asociación Ilícita) por el cual en ese entonces como Juez le dicte la prisión preventiva en soledad desde un hotel con amenazas de muerte incluida ante el miedo de los fiscales intervinientes. La sala de juicio oral en ese entonces con el mismo espanto disfrazado de errores formales absolvió a sus integrantes. Lo que viene a ratificar y corroborar que mi “renuncia” en ese entonces ante la impotencia por inacción de una justicia cómplice no estaba errada. A la justicia ordinaria no se la teme, se la supone inocua (todo el mundo “confía en la justicia”; muchos, en realidad, confían en su torpeza).
Pasaron más de veinte años y siguen los mismos tentáculos de un pulpo putrefacto e invasor. La mafia también había llegado al fútbol, llegando a manejar los hilos de uno del club más importante de la provincia. La corrupción “se estaba haciendo carne en Tucumán”. En aquella oportunidad recibí terribles amenazas, que no me amedrentaron a pesar de perder un hijo. Pero aquella instancia pasó; ya no soy un funcionario de la justica ni mi función es la de juzgar a nadie. Pero desde el día que renuncie a cargo de Magistrado con la misma “soledad de entonces” y el “silencio de muchos” desde mi estudio jurídico ametrallado con numerosos atentados de todos los signos, sigo y continuaré querellando y acusando a la misma asociación y a sus prolongaciones. Ese poder de la mafia hoy sospechado y resignado a la impunidad como si se tratase de una fuerza de la naturaleza en la justicia provincial fue acallado por una condena de diez años a sus principales cabezas. El Mono y la Chancha – Ángel y Rubén. Para los que opinan que con esta lucha y los recuerdos de más de veinte años busco figuración o es una venganza le contesto con la mayor serenidad posible. A los que tanto hablan de corrupción que sigan o denuncien a las mafias que es la forma más adecuada posible de luchar contra este flagelo que se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día. Es muy bueno y saludable que muchos casos de inmoralidad e indecencia hayan inquietado a la opinión público poniéndola a la prensa en estado de constante vigilancia. Si la opinión pública no reacciona en contra de ellas será muy difícil que se pueda hacer algo por eliminarlas. Y si efectivamente reacciona tendrá por delante una larga lucha, ya que las mafias no renuncian fácilmente a las conquistas que ella ha realizado, pero lucha que vale la pena librarse pues en ella se juega el destino de la patria de nuestros hijos. Se debe mantener el estado de derecho y que no se permita de manera alguna la inmunidad de los bandoleros y de las mafias, que se burlan de los anhelos populares y de la sociedad toda.
DR. Jorge B. Lobo Aragón
Ex fiscal; Ex juez; Ex secretario de seguridad; Ex legislador creador de la Comisión Antimafia y Familia Menores y Discapacitados. Ex Interventor Intendente de Yerba Buena
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