Benjamin Netanyahu confirmó el pasado sábado que su país comenzó una nueva fase en la guerra contra el grupo militante palestino Hamás, al lanzar una operación terrestre en Gaza e intensificar sus ataques aéreos contra el territorio.
“Nuestros soldados están en la Franja de Gaza, están desplegados por todas partes”.
Con estas palabras el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó el sábado que su país comenzó una nueva fase en la guerra contra el grupo militante palestino Hamás, al lanzar una operación terrestre en Gaza e intensificar sus ataques aéreos contra el territorio.
Desde que el ejército israelí inició la nueva ofensiva entre la noche del viernes y la mañana del sábado, reina el caos en la Franja, donde cientos de miles de personas han tenido que huir de sus hogares, mientras la cifra de fallecidos ya supera los 8.000.
Los últimos bombardeos, considerados los más intensos desde que se inició la guerra el pasado 7 de octubre tras el ataque de Hamás que dejó cerca de 1.400 muertos en Israel, provocaron la muerte de cientos de personas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Además, dejaron una estela de edificios destruidos y miles de casas afectadas.
En el sur, donde la mayor parte de la población se refugió luego de que Israel les dijera que abandonaran sus hogares, también se registraron ataques, aunque a una menor escala.
“Será una guerra larga y difícil”, dijo Netanyahu en un discurso televisado este sábado.
Mientras , el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que se encontraban “la siguiente fase de la guerra”, en lo que se espera será una incursión terrestre sostenida.
Este sábado Gaza, además, perdió las comunicaciones internas y externas, por lo que era difícil saber que estaba ocurriendo en el territorio palestino. En la madrugada del domingo se informó que parte del servicio de internet y telefonía móvil había regresado.
El ministro palestino de Comunicaciones, Ishaq Sider, sostuvo que se realizaban esfuerzos para activar las comunicaciones en Gaza.
En un comunicado publicado este domingo, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) informó que miles de residentes de Gaza irrumpieron, el sábado, en almacenes y centros de distribución de ayuda ubicados en el sur y en el centro de la franja y se llevaron harina y otros suministros básicos, como artículos de higiene.
“Esta es una señal preocupante de que el orden civil está empezando a desmoronarse después de tres semanas de guerra y un estricto asedio a Gaza”, señaló Thomas White, director de la UNRWA en la Franja de Gaza.
“La gente está asustada, frustrada y desesperada. Las tensiones y el miedo empeoran con los cortes en las líneas telefónicas y de comunicación por internet. Sienten que están solos, aislados de sus familias dentro de Gaza y del resto del mundo”.
En su intervención de este sábado, luego de reunirse con familiares de algunos de los rehenes que mantiene Hamás en Gaza, Benjamin Netanyahu sostuvo que su principal objetivo era derrotar a Hamás y liberar a los secuestrados.
Netanyahu dijo que los soldados y comandantes israelíes “están ahora en la Franja de Gaza, desplegados por todas partes” y que la operación terrestre en curso es la segunda etapa de la guerra con Hamás, con “objetivos muy claros”.
Aseguró que fuerzas terrestres israelíes adicionales han entrado en lo que llamó “esa fortaleza del mal”, refiriéndose a Gaza, para “desmantelar” a Hamás y traer a los rehenes a casa, y dijo que la batalla será “larga y difícil”.
El mandatario añadió que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están tomando precauciones para proteger a los civiles y acusó a Hamás de cometer crímenes contra la humanidad al “utilizar a su gente como escudos humanos”.
Netanyahu situó la batalla en un contexto más amplio y alegó que se trataba de una guerra de 3.000 años por la supervivencia del pueblo judío.
Describió la intervención en Gaza como la “segunda guerra de independencia” de Israel.
“Lucharemos y no nos rendiremos. No nos retiraremos. [Seguiremos] en la superficie y bajo tierra”, continuó.
Mientras, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo en referencia al ataque iniciado el viernes que “mientras más los golpeemos [a Hamás], sabemos que estarán dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo, y podremos traer a nuestros queridos rehenes a casa”.
Las palabras de Gallant reflejan la estrategia del ejército israelí, que está basada en tres fases.
Hace una semana, Gallant dijo ante un comité del parlamento de su país que esta segunda fase tenía el objetivo de “eliminar los focos de la resistencia” de Hamás.
La primera fase constituía destruir la infraestructura de dicho grupo y la tercera sería “sacar a Israel de su responsabilidad por mantener la vida en la Franja de Gaza y establecer nuevas medidas de seguridad para los ciudadanos israelíes”.
Este sábado también se informó que Hamás ofreció intercambiar a los más de 220 rehenes que mantiene en Gaza por los prisioneros palestinos que se encuentran en las cárceles israelíes.
En su conferencia, Netanyahu afirmó que el tema había sido discutido con el gabinete de guerra israelí, pero se negó a ofrecer más detalles.
En la madrugada del sábado enormes explosiones iluminaron el cielo cuando el ejército israelí dijo que estaba “operando poderosamente en todas las dimensiones para lograr los objetivos de la guerra”, con “fuerzas terrestres… ampliando sus operaciones”.
De acuerdo con las autoridades palestinas, cientos de edificios quedaron destruidos por los ataques aéreos y de artillería.
Mientras, el ejército de Israel informó que sus aviones de combate alcanzaron 150 objetivos subterráneos, incluidos túneles y otra infraestructura.
Tanques y tropas también entraron en la Franja y se enfrentaron con los combatientes de Hamás.
El ala militar del grupo indicó que estaba luchando contra tropas israelíes en la ciudad nororiental de Beit Hanoun y el área central de Bureij, y que también había lanzado ataques de cohetes contra Israel.
El sábado por la mañana, Rushdi Abu Alouf, periodista, se encuentra en la ciudad de Khan Younis, en el sur de Gaza, describió una escena de caos total sobre el terreno.
Dijo que los bombardeos en el norte fueron a una escala que nunca antes había visto. Y añadió que hubo menos ataques en las zonas del sur, pero que el miedo se apoderó de los cientos de miles de personas que se refugiaron allí.
Por su parte, el fotógrafo Shehab Younis publicó un vídeo en Instagram que muestra a un hombre gravemente herido siendo sacado a toda prisa de un edificio para ser transportado en la parte trasera de un camión ante la falta de ambulancias.
Younis dijo que la situación era “catastrófica”, y que la gente no podía contactar con los servicios de emergencia por los problemas con la conectividad.
William Schomburg, jefe de la subdelegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Gaza, contó que los hospitales estaban trabajando sin parar para atender a las víctimas.
“He podido visitar diferentes hospitales, incluido el hospital Al-Quds, y las escenas allí son difíciles de describir”, detalló.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa, por sus siglas en inglés) que asiste a más de 600.000 de los 1,4 millones de personas que huyeron de sus hogares, dijo que perdió la mayor parte del contacto con sus equipos durante lo que describió como la “peor y más intensa noche” de bombardeos.
El secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo estar sorprendido con el recrudecimiento del conflicto, sobre todo luego de un creciente consenso internacional que pide un alto al fuego ante la necesidad de ayuda humanitaria para Gaza.
“En los últimos días me sentí alentado por lo que parecía ser un creciente consenso en la comunidad internacional… sobre la necesidad de al menos una pausa humanitaria en los combates”, dijo Guterres en un comunicado este sábado.
“Lamentablemente, en lugar de la pausa, me sorprendió una escalada sin precedentes de los bombardeos y sus impactos devastadores, socavando los referidos objetivos humanitarios”, añadió.
El viernes, la ONU aprobó una resolución que pide una “tregua humanitaria”, que fue presentada por Jordania en representación de los países árabes y que recibió 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones.
Israel rechazó la propuesta enérgicamente.
El Comité Internacional de la Cruz Roja también pidió un alto a los ataques israelíes, así como la liberación de los rehenes en Gaza.
“Dos millones de civiles quedaron atrapados en Gaza sin ningún lugar adónde ir”, sostuvo la organización. Es un “fracaso catastrófico que el mundo no debe tolerar”, continúa su declaración.
“La prioridad absoluta es la preservación de la vida, y eso significa permitir entregas sostenidas de ayuda y acceso a las agencias de ayuda”, dice el inusual comunicado, pues el comité, custodio de las convenciones de Ginebra, en raras ocasiones se expresa públicamente sobre el curso de una guerra y suele optar por comunicaciones privadas con los involucrados.
Este sábado, cientos de miles de personas se congregaron en distintas ciudades del mundo para también pedir un alto al fuego.
Hubo protestas en ciudades como Londres, París, Roma, Copenhague o Bagdad.
En Estambul, Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdoğan se dirigió a cientos de miles de manifestantes y dijo que Israel estaba cometiendo “crímenes de guerra”.
El mandatario también le recriminó a los líderes de las potencias occidentales que no intervinieran para lograr una pausa de las hostilidades.
Sin mencionar el nombre del mandatario turco, en su conferencia de prensa Netanyahu llamó “hipócritas” a quienes acusan a su ejército de cometer crímenes de guerra. “Somos el ejército más moral del mundo”, aseguró.
Israel decidió retirar a sus diplomáticos de Turquía la tarde del sábado.
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Benjamin Netanyahu confirmó el pasado sábado que su país comenzó una nueva fase en la guerra contra el grupo militante palestino Hamás, al lanzar una operación terrestre en Gaza e intensificar sus ataques aéreos contra el territorio.
“Nuestros soldados están en la Franja de Gaza, están desplegados por todas partes”.
Con estas palabras el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó el sábado que su país comenzó una nueva fase en la guerra contra el grupo militante palestino Hamás, al lanzar una operación terrestre en Gaza e intensificar sus ataques aéreos contra el territorio.
Desde que el ejército israelí inició la nueva ofensiva entre la noche del viernes y la mañana del sábado, reina el caos en la Franja, donde cientos de miles de personas han tenido que huir de sus hogares, mientras la cifra de fallecidos ya supera los 8.000.
Los últimos bombardeos, considerados los más intensos desde que se inició la guerra el pasado 7 de octubre tras el ataque de Hamás que dejó cerca de 1.400 muertos en Israel, provocaron la muerte de cientos de personas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Además, dejaron una estela de edificios destruidos y miles de casas afectadas.
En el sur, donde la mayor parte de la población se refugió luego de que Israel les dijera que abandonaran sus hogares, también se registraron ataques, aunque a una menor escala.
“Será una guerra larga y difícil”, dijo Netanyahu en un discurso televisado este sábado.
Mientras , el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que se encontraban “la siguiente fase de la guerra”, en lo que se espera será una incursión terrestre sostenida.
Este sábado Gaza, además, perdió las comunicaciones internas y externas, por lo que era difícil saber que estaba ocurriendo en el territorio palestino. En la madrugada del domingo se informó que parte del servicio de internet y telefonía móvil había regresado.
El ministro palestino de Comunicaciones, Ishaq Sider, sostuvo que se realizaban esfuerzos para activar las comunicaciones en Gaza.
En un comunicado publicado este domingo, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) informó que miles de residentes de Gaza irrumpieron, el sábado, en almacenes y centros de distribución de ayuda ubicados en el sur y en el centro de la franja y se llevaron harina y otros suministros básicos, como artículos de higiene.
“Esta es una señal preocupante de que el orden civil está empezando a desmoronarse después de tres semanas de guerra y un estricto asedio a Gaza”, señaló Thomas White, director de la UNRWA en la Franja de Gaza.
“La gente está asustada, frustrada y desesperada. Las tensiones y el miedo empeoran con los cortes en las líneas telefónicas y de comunicación por internet. Sienten que están solos, aislados de sus familias dentro de Gaza y del resto del mundo”.
En su intervención de este sábado, luego de reunirse con familiares de algunos de los rehenes que mantiene Hamás en Gaza, Benjamin Netanyahu sostuvo que su principal objetivo era derrotar a Hamás y liberar a los secuestrados.
Netanyahu dijo que los soldados y comandantes israelíes “están ahora en la Franja de Gaza, desplegados por todas partes” y que la operación terrestre en curso es la segunda etapa de la guerra con Hamás, con “objetivos muy claros”.
Aseguró que fuerzas terrestres israelíes adicionales han entrado en lo que llamó “esa fortaleza del mal”, refiriéndose a Gaza, para “desmantelar” a Hamás y traer a los rehenes a casa, y dijo que la batalla será “larga y difícil”.
El mandatario añadió que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están tomando precauciones para proteger a los civiles y acusó a Hamás de cometer crímenes contra la humanidad al “utilizar a su gente como escudos humanos”.
Netanyahu situó la batalla en un contexto más amplio y alegó que se trataba de una guerra de 3.000 años por la supervivencia del pueblo judío.
Describió la intervención en Gaza como la “segunda guerra de independencia” de Israel.
“Lucharemos y no nos rendiremos. No nos retiraremos. [Seguiremos] en la superficie y bajo tierra”, continuó.
Mientras, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo en referencia al ataque iniciado el viernes que “mientras más los golpeemos [a Hamás], sabemos que estarán dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo, y podremos traer a nuestros queridos rehenes a casa”.
Las palabras de Gallant reflejan la estrategia del ejército israelí, que está basada en tres fases.
Hace una semana, Gallant dijo ante un comité del parlamento de su país que esta segunda fase tenía el objetivo de “eliminar los focos de la resistencia” de Hamás.
La primera fase constituía destruir la infraestructura de dicho grupo y la tercera sería “sacar a Israel de su responsabilidad por mantener la vida en la Franja de Gaza y establecer nuevas medidas de seguridad para los ciudadanos israelíes”.
Este sábado también se informó que Hamás ofreció intercambiar a los más de 220 rehenes que mantiene en Gaza por los prisioneros palestinos que se encuentran en las cárceles israelíes.
En su conferencia, Netanyahu afirmó que el tema había sido discutido con el gabinete de guerra israelí, pero se negó a ofrecer más detalles.
En la madrugada del sábado enormes explosiones iluminaron el cielo cuando el ejército israelí dijo que estaba “operando poderosamente en todas las dimensiones para lograr los objetivos de la guerra”, con “fuerzas terrestres… ampliando sus operaciones”.
De acuerdo con las autoridades palestinas, cientos de edificios quedaron destruidos por los ataques aéreos y de artillería.
Mientras, el ejército de Israel informó que sus aviones de combate alcanzaron 150 objetivos subterráneos, incluidos túneles y otra infraestructura.
Tanques y tropas también entraron en la Franja y se enfrentaron con los combatientes de Hamás.
El ala militar del grupo indicó que estaba luchando contra tropas israelíes en la ciudad nororiental de Beit Hanoun y el área central de Bureij, y que también había lanzado ataques de cohetes contra Israel.
El sábado por la mañana, Rushdi Abu Alouf, periodista, se encuentra en la ciudad de Khan Younis, en el sur de Gaza, describió una escena de caos total sobre el terreno.
Dijo que los bombardeos en el norte fueron a una escala que nunca antes había visto. Y añadió que hubo menos ataques en las zonas del sur, pero que el miedo se apoderó de los cientos de miles de personas que se refugiaron allí.
Por su parte, el fotógrafo Shehab Younis publicó un vídeo en Instagram que muestra a un hombre gravemente herido siendo sacado a toda prisa de un edificio para ser transportado en la parte trasera de un camión ante la falta de ambulancias.
Younis dijo que la situación era “catastrófica”, y que la gente no podía contactar con los servicios de emergencia por los problemas con la conectividad.
William Schomburg, jefe de la subdelegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Gaza, contó que los hospitales estaban trabajando sin parar para atender a las víctimas.
“He podido visitar diferentes hospitales, incluido el hospital Al-Quds, y las escenas allí son difíciles de describir”, detalló.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa, por sus siglas en inglés) que asiste a más de 600.000 de los 1,4 millones de personas que huyeron de sus hogares, dijo que perdió la mayor parte del contacto con sus equipos durante lo que describió como la “peor y más intensa noche” de bombardeos.
El secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo estar sorprendido con el recrudecimiento del conflicto, sobre todo luego de un creciente consenso internacional que pide un alto al fuego ante la necesidad de ayuda humanitaria para Gaza.
“En los últimos días me sentí alentado por lo que parecía ser un creciente consenso en la comunidad internacional… sobre la necesidad de al menos una pausa humanitaria en los combates”, dijo Guterres en un comunicado este sábado.
“Lamentablemente, en lugar de la pausa, me sorprendió una escalada sin precedentes de los bombardeos y sus impactos devastadores, socavando los referidos objetivos humanitarios”, añadió.
El viernes, la ONU aprobó una resolución que pide una “tregua humanitaria”, que fue presentada por Jordania en representación de los países árabes y que recibió 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones.
Israel rechazó la propuesta enérgicamente.
El Comité Internacional de la Cruz Roja también pidió un alto a los ataques israelíes, así como la liberación de los rehenes en Gaza.
“Dos millones de civiles quedaron atrapados en Gaza sin ningún lugar adónde ir”, sostuvo la organización. Es un “fracaso catastrófico que el mundo no debe tolerar”, continúa su declaración.
“La prioridad absoluta es la preservación de la vida, y eso significa permitir entregas sostenidas de ayuda y acceso a las agencias de ayuda”, dice el inusual comunicado, pues el comité, custodio de las convenciones de Ginebra, en raras ocasiones se expresa públicamente sobre el curso de una guerra y suele optar por comunicaciones privadas con los involucrados.
Este sábado, cientos de miles de personas se congregaron en distintas ciudades del mundo para también pedir un alto al fuego.
Hubo protestas en ciudades como Londres, París, Roma, Copenhague o Bagdad.
En Estambul, Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdoğan se dirigió a cientos de miles de manifestantes y dijo que Israel estaba cometiendo “crímenes de guerra”.
El mandatario también le recriminó a los líderes de las potencias occidentales que no intervinieran para lograr una pausa de las hostilidades.
Sin mencionar el nombre del mandatario turco, en su conferencia de prensa Netanyahu llamó “hipócritas” a quienes acusan a su ejército de cometer crímenes de guerra. “Somos el ejército más moral del mundo”, aseguró.
Israel decidió retirar a sus diplomáticos de Turquía la tarde del sábado.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 30, 2023