Los acontecimientos actuales ciertamente traen pensamientos encontrados a la mente. Basándonos en criterios geoestratégicos y geopolíticos nos encontramos con una lista reveladora sobre donde mudarnos, guarescernos (escondernos?) si se desata un conflicto bélico universal con la posibilidad de enfrentar armas nucleares.
Islandia es el país con más probabilidades de permanecer en paz durante una guerra mundial. Por su situación geográfica (extremo norte de Europa, en medio del Océano Atlántico) y por su tradición pacifista. Pertenece a la OTAN pero no tiene ejército propio (guardacostas y policía son suficientes). También podríamos poner rumbo a Nueva Zelanda como lugar seguro en caso de una guerra mundial. Es considerado el segundo país más “pacífico” del mundo. Eso sí, tiene que ver con su ubicación geográfica, lejos de potencias como Rusia y Estados Unidos, principales actores de un posible conflicto. Dinamarca: ¿país seguro? ¿O estamos hablando de huir a Groenlandia? Este lugar es algo más discutible si vinculamos parámetros de seguridad con una posible guerra que tendría su origen en Europa. Además, Dinamarca pertenece a la OTAN. Aunque, claro, Groenlandia es territorio danés y podría ser un buen refugio ante un cataclismo planetario.
Portugal es un país que históricamente se ha negado a participar en guerras globales. Pertenece a la OTAN, pero su ubicación (en la costa atlántica más meridional de Europa) y el carácter portugués, dado a la fraternidad, hacen de este país un buen destino para escapar del caos. Eslovenia: la tranquila ex-Yugoslavia es supuestamente otro país pacífico (aunque sufrió la primera guerra civil balcánica cuando Yugoslavia se desintegró). Sin embargo, recientemente en plena crisis ucraniana, el primer ministro esloveno, Janez Jansa, acudió a Kiev en plena guerra junto a los jefes de Estado de Polonia y República Checa para reunirse con Zelensky para dar apoyo a Ucrania. Después del traumático período de Hitler, Austria quería preservar para siempre su independencia entre bloques. Y por eso, en 1955, el país firmó un tratado con la Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, en el que declaraba su “neutralidad permanente”. No pertenece a la OTAN (sí pertenece a la Unión Europea) y en ocasiones se ha utilizado como ejemplo de lo que se podría proponer a Ucrania para calmar las sospechas rusas. Finlandia es la última frontera. Un lugar idílico del norte de Europa con hermosos paisajes y una tradición de relativa neutralidad… hasta que la guerra en Ucrania cambió las cosas y Putin amenazó a la nación con “consecuencias” si consideraba unirse a la OTAN. ¿Sigue siendo un buen lugar para refugiarse de las adversidades de la guerra? Tal vez ya no tanto. Australia, en su inmensidad, es un país con capacidad de acogida y con la debida distancia de las grandes potencias que podrían entrar en liza. Aunque la realidad es que en un mundo globalizado, de una forma u otra, toda guerra nos alcanza. ¿Mi veredicto? Reserve pasaje a Marte. Sin escalas.
Thomas Heffernan formó parte de los consejos editoriales de varias revistas, actúa como revisor de muchas revistas lingüísticas y presenta su trabajo en conferencias internacionales y otros lugares. Sus presentaciones recientes incluyen notas clave en el Congreso de la Sociedad Internacional de Investigación Cultural y Actividad. Su trabajo ha sido apoyado por subvenciones de varias agencias como National Linguistic Foundation (NLF)
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Por Thomas Heffernan.
Los acontecimientos actuales ciertamente traen pensamientos encontrados a la mente. Basándonos en criterios geoestratégicos y geopolíticos nos encontramos con una lista reveladora sobre donde mudarnos, guarescernos (escondernos?) si se desata un conflicto bélico universal con la posibilidad de enfrentar armas nucleares.
Islandia es el país con más probabilidades de permanecer en paz durante una guerra mundial. Por su situación geográfica (extremo norte de Europa, en medio del Océano Atlántico) y por su tradición pacifista. Pertenece a la OTAN pero no tiene ejército propio (guardacostas y policía son suficientes). También podríamos poner rumbo a Nueva Zelanda como lugar seguro en caso de una guerra mundial. Es considerado el segundo país más “pacífico” del mundo. Eso sí, tiene que ver con su ubicación geográfica, lejos de potencias como Rusia y Estados Unidos, principales actores de un posible conflicto. Dinamarca: ¿país seguro? ¿O estamos hablando de huir a Groenlandia? Este lugar es algo más discutible si vinculamos parámetros de seguridad con una posible guerra que tendría su origen en Europa. Además, Dinamarca pertenece a la OTAN. Aunque, claro, Groenlandia es territorio danés y podría ser un buen refugio ante un cataclismo planetario.
Portugal es un país que históricamente se ha negado a participar en guerras globales. Pertenece a la OTAN, pero su ubicación (en la costa atlántica más meridional de Europa) y el carácter portugués, dado a la fraternidad, hacen de este país un buen destino para escapar del caos. Eslovenia: la tranquila ex-Yugoslavia es supuestamente otro país pacífico (aunque sufrió la primera guerra civil balcánica cuando Yugoslavia se desintegró). Sin embargo, recientemente en plena crisis ucraniana, el primer ministro esloveno, Janez Jansa, acudió a Kiev en plena guerra junto a los jefes de Estado de Polonia y República Checa para reunirse con Zelensky para dar apoyo a Ucrania. Después del traumático período de Hitler, Austria quería preservar para siempre su independencia entre bloques. Y por eso, en 1955, el país firmó un tratado con la Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, en el que declaraba su “neutralidad permanente”. No pertenece a la OTAN (sí pertenece a la Unión Europea) y en ocasiones se ha utilizado como ejemplo de lo que se podría proponer a Ucrania para calmar las sospechas rusas. Finlandia es la última frontera. Un lugar idílico del norte de Europa con hermosos paisajes y una tradición de relativa neutralidad… hasta que la guerra en Ucrania cambió las cosas y Putin amenazó a la nación con “consecuencias” si consideraba unirse a la OTAN. ¿Sigue siendo un buen lugar para refugiarse de las adversidades de la guerra? Tal vez ya no tanto. Australia, en su inmensidad, es un país con capacidad de acogida y con la debida distancia de las grandes potencias que podrían entrar en liza. Aunque la realidad es que en un mundo globalizado, de una forma u otra, toda guerra nos alcanza. ¿Mi veredicto? Reserve pasaje a Marte. Sin escalas.
Thomas Heffernan formó parte de los consejos editoriales de varias revistas, actúa como revisor de muchas revistas lingüísticas y presenta su trabajo en conferencias internacionales y otros lugares. Sus presentaciones recientes incluyen notas clave en el Congreso de la Sociedad Internacional de Investigación Cultural y Actividad. Su trabajo ha sido apoyado por subvenciones de varias agencias como National Linguistic Foundation (NLF)
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 25, 2022