El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (O SIBO por sus siglas en inglés) está frecuentemente implicado como la causa de diarrea crónica y malabsorción. Los pacientes con SIBO también pueden sufrir pérdida de peso involuntaria, deficiencias nutricionales y osteoporosis.. En condiciones normales en el intestino delgado debería haber menos de 1.000 bacterias/ml (previamente se consideraba el límite en 100.000), independientemente del tipo de bacterias que sean, porque incluso un exceso de bacterias beneficiosas en el intestino delgado puede resultar problemático. El SIBO es un proceso aún poco conocido y diagnosticado, y aunque cada vez se está investigando más sobre sus causas, síntomas y tratamiento, a día de hoy en los sistemas públicos de salud la prueba diagnóstica que se utiliza con mayor frecuencia, el test del aliento para sobrecrecimiento bacteriano, tiene una implantación desigual entre las comunidades autónomas de España, o en los diversos países de habla hispana. El SIBO puede estar asociado a múltiples procesos digestivos o a la toma de fármacos como, por ejemplo, el Omeprazol. Puede provocar diversos síntomas: desde diarrea o estreñimiento, o distensión y dolor abdominal, hasta la malabsorción y la mala digestión de los nutrientes. También se ha relacionado con diversos síntomas y procesos sistémicos. Las teorías más recientes consideran que en realidad el SIBO es una respuesta del organismo interactuando con su microbiota para intentar solventar otro problema de salud, como por ejemplo un déficit nutricional o un problema metabólico, por lo que es fundamental realizar una evaluación completa del estado de salud y nutricional del paciente. Se ha visto que en la población aparentemente sana puede haber SIBO hasta en un 20% de los individuos. En grupos de personas con síntomas digestivos como el llamado síndrome de intestino irritable, el SIBO puede estar presente hasta en el 65% o, según algunos estudios, hasta en el 85% de los pacientes. Aunque su prevalencia aumenta con la edad, también los niños pueden sufrirlo. Es importante realizar el diagnóstico del SIBO y averiguar sus causas para tratarlo de forma adecuada. El tratamiento en ocasiones es frustrante porque la recurrencia del SIBO, sobre todo si no se pone remedio a la causa que lo ha originado, es muy frecuente. El SIBO produce una merma importante en la calidad de vida de las personas que lo sufren, por lo que se debería realizar un esfuerzo institucional real y concreto para mejorar la atención a estos pacientes.
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El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (O SIBO por sus siglas en inglés) está frecuentemente implicado como la causa de diarrea crónica y malabsorción. Los pacientes con SIBO también pueden sufrir pérdida de peso involuntaria, deficiencias nutricionales y osteoporosis.. En condiciones normales en el intestino delgado debería haber menos de 1.000 bacterias/ml (previamente se consideraba el límite en 100.000), independientemente del tipo de bacterias que sean, porque incluso un exceso de bacterias beneficiosas en el intestino delgado puede resultar problemático. El SIBO es un proceso aún poco conocido y diagnosticado, y aunque cada vez se está investigando más sobre sus causas, síntomas y tratamiento, a día de hoy en los sistemas públicos de salud la prueba diagnóstica que se utiliza con mayor frecuencia, el test del aliento para sobrecrecimiento bacteriano, tiene una implantación desigual entre las comunidades autónomas de España, o en los diversos países de habla hispana. El SIBO puede estar asociado a múltiples procesos digestivos o a la toma de fármacos como, por ejemplo, el Omeprazol. Puede provocar diversos síntomas: desde diarrea o estreñimiento, o distensión y dolor abdominal, hasta la malabsorción y la mala digestión de los nutrientes. También se ha relacionado con diversos síntomas y procesos sistémicos. Las teorías más recientes consideran que en realidad el SIBO es una respuesta del organismo interactuando con su microbiota para intentar solventar otro problema de salud, como por ejemplo un déficit nutricional o un problema metabólico, por lo que es fundamental realizar una evaluación completa del estado de salud y nutricional del paciente. Se ha visto que en la población aparentemente sana puede haber SIBO hasta en un 20% de los individuos. En grupos de personas con síntomas digestivos como el llamado síndrome de intestino irritable, el SIBO puede estar presente hasta en el 65% o, según algunos estudios, hasta en el 85% de los pacientes. Aunque su prevalencia aumenta con la edad, también los niños pueden sufrirlo. Es importante realizar el diagnóstico del SIBO y averiguar sus causas para tratarlo de forma adecuada. El tratamiento en ocasiones es frustrante porque la recurrencia del SIBO, sobre todo si no se pone remedio a la causa que lo ha originado, es muy frecuente. El SIBO produce una merma importante en la calidad de vida de las personas que lo sufren, por lo que se debería realizar un esfuerzo institucional real y concreto para mejorar la atención a estos pacientes.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 1, 2023