Y ésto ha ocurrido en gran parte porque los ínfimos mandos nombrados a partir de 1983, han competido a fin de ganar en la carrera de la obsecuencia claudicante, ante el poder político delincuencial entronizado por el gran pueblo argentino salud y sus capataces delegados en distintos ámbitos y jurisdicciones.
Salvo honrosas y muy pocas excepciones. Han permitido que el capital moral, espiritual y material acumulado a través de la Historia, patrimonio inclaudicable de las Fuerzas Armadas, fuera saqueado desaprensivamente para negocios de sátrapas de turno, sin limitación ni escrúpulos.
Traicionaron a sus camaradas que fueron a dar la cara para combatir contra el imperialismo ideológico, permitiendo los circos jurídicos que los condenaron a la cárcel de por vida.
Hoy y para satisfacción de descerebrados y borregos que lamentablemente constituyen una porción importante de nuestra derruida sociedad; los cielos de la Patria están a disposición de narcotraficantes y contrabandistas diversos asociados con funcionarios gubernamentales sinvergüenzas; lo mismo que los ríos interiores, especialmente en el ámbito de la hidrobia. Las fronteras penetrables y penetradas casi a voluntad por la delincuencia de todo nivel, en centros poblados importantes se han constituido bases de apoyo casi impenetrables. Nuestro mar y riquezas a merced de organizaciones extranjeras que roban desaprensivamente el patrimonio de todos los argentinos pagando peajes a funcionarios de diversos ámbitos y responsabilidades.
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Las ceremonias patrias se van transformando progresivamente en un carnaval y hasta los granaderos están bailando el tik tok. Inclusive hay aviones dispuestos para trasladar por orden del capataz de turno ex subversivo, a descendientes de mercenarios asesinos a fin de recordar aniversarios macabros. Y muchas acciones más en desarrollo degradante. Esto ha ocurrido muy especialmente en los últimos cuarenta años, sin distinción de etiqueta política en el poder y luego de la recuperación de una esperada democracia, que por lo visto llegó para conducirnos al abismo. El fallido Estado Argentino ha perdido su capacidad para preservar nuestra soberanía, imponer la paz, justicia y bien común y evitar la anarquía en aproximación indetenible.
En definitiva, los políticos, dirigentes sindicales, empresariales y culturales afines, tienen la enorme responsabilidad y culpa de nuestro descalabro, pero a su lado han colaborado ostensiblemente por acción u omisión personajes uniformados, quienes si alguna vez juraron lealtad a la Patria, optaron por vender su conciencia al mejor postor.
⚖️
Por Francisco Cervo.
Y ésto ha ocurrido en gran parte porque los ínfimos mandos nombrados a partir de 1983, han competido a fin de ganar en la carrera de la obsecuencia claudicante, ante el poder político delincuencial entronizado por el gran pueblo argentino salud y sus capataces delegados en distintos ámbitos y jurisdicciones.
Salvo honrosas y muy pocas excepciones. Han permitido que el capital moral, espiritual y material acumulado a través de la Historia, patrimonio inclaudicable de las Fuerzas Armadas, fuera saqueado desaprensivamente para negocios de sátrapas de turno, sin limitación ni escrúpulos.
Traicionaron a sus camaradas que fueron a dar la cara para combatir contra el imperialismo ideológico, permitiendo los circos jurídicos que los condenaron a la cárcel de por vida.
Hoy y para satisfacción de descerebrados y borregos que lamentablemente constituyen una porción importante de nuestra derruida sociedad; los cielos de la Patria están a disposición de narcotraficantes y contrabandistas diversos asociados con funcionarios gubernamentales sinvergüenzas; lo mismo que los ríos interiores, especialmente en el ámbito de la hidrobia. Las fronteras penetrables y penetradas casi a voluntad por la delincuencia de todo nivel, en centros poblados importantes se han constituido bases de apoyo casi impenetrables. Nuestro mar y riquezas a merced de organizaciones extranjeras que roban desaprensivamente el patrimonio de todos los argentinos pagando peajes a funcionarios de diversos ámbitos y responsabilidades.
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Las ceremonias patrias se van transformando progresivamente en un carnaval y hasta los granaderos están bailando el tik tok. Inclusive hay aviones dispuestos para trasladar por orden del capataz de turno ex subversivo, a descendientes de mercenarios asesinos a fin de recordar aniversarios macabros. Y muchas acciones más en desarrollo degradante. Esto ha ocurrido muy especialmente en los últimos cuarenta años, sin distinción de etiqueta política en el poder y luego de la recuperación de una esperada democracia, que por lo visto llegó para conducirnos al abismo. El fallido Estado Argentino ha perdido su capacidad para preservar nuestra soberanía, imponer la paz, justicia y bien común y evitar la anarquía en aproximación indetenible.
En definitiva, los políticos, dirigentes sindicales, empresariales y culturales afines, tienen la enorme responsabilidad y culpa de nuestro descalabro, pero a su lado han colaborado ostensiblemente por acción u omisión personajes uniformados, quienes si alguna vez juraron lealtad a la Patria, optaron por vender su conciencia al mejor postor.
Por lo menos, así, lo veo yo.
Francisco Cervo.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 28, 2022