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  Por Brooke Nathaniel.

El filósofo Cicerón dijo una vez: “Nuestros antepasados, en su sabiduría, consideraban que todas las mujeres, debido a su debilidad innata, debían estar bajo el control de guardianes”. En la antigua Roma, las actrices tenían una libertad limitada, al igual que todas las mujeres. La actuación en el teatro clásico y el vino, que eran patrocinados por el dios del éxtasis, Baco, les estaban prohibidos durante la República. 

Las mujeres no podían actuar en obras clásicas, mientras que las esposas eran besadas por sus maridos para comprobar si habían bebido, lo que podía ser castigado con el divorcio o la muerte. Las sospechas también aumentaron con los festivales de bacanales, de los que se rumoreaba que incluían borracheras, orgías e incluso asesinatos, a los que las mujeres asistían en secreto.

Los actores masculinos enmascarados, que normalmente eran esclavos o trabajadores, desempeñaban papeles femeninos como la madre, la criada y el interés romántico. La palabra para máscara era “persona” en latín, y en los funerales los actores demostraban el linaje familiar a través de máscaras mortuorias, que se usaban para representar la vida del antepasado.

Pero el tipo de drama más popular no necesitaba máscara y era aquí donde se podían encontrar intérpretes femeninas, que a menudo eran prostitutas. Los mimos cómicos ruidosos parodiaban la mitología y formaban parte originalmente del festival Floralia, dedicado a Flora, diosa de las flores y la procreación. Su realismo significaba que a veces se realizaban actos sexuales en el escenario e incluso hay registros de escenas de ejecución reales con criminales convictos. El papel se reflejaba en la palabra latina para actriz: “mima”.

Las hijas cayeron en la trampa de seguir el mismo camino cuando la actuación se convirtió en hereditaria. La iglesia intentó ofrecer una salida, y una actriz que la tomó fue la concubina griega del emperador Nerón, Claudia Acte. Fue esclava y actriz de minas antes de convertirse y Nerón la desterró. Otra conversa fue Santa Pelagia de Anitoch, una rica actriz de mimo que, al escuchar un sermón, entregó todo a la iglesia. Desapareció y fue encontrada algunos años después cuando se reveló que un ermitaño que vivía en completo aislamiento en Jerusalén era una mujer.

 


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Enero 23, 2025