“Las personas que están lo suficientemente locas como para
creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen”.
Steve Jobs
Chile y Argentina están viviendo acontecimientos dramáticos casi en espejo. Mientras se incendiaban Viña del Mar y el Parque Nacional Los Alerces, hechos respecto a los cuales se sospecha responsables de nuestro lado a los falsos mapuches y, del otro, a sus reales homólogos trasandinos y a terroristas de variado origen, murió Sebastián Piñera. Un Señor (con mayúscula) que, como Presidente y como opositor, hizo una enorme contribución a la cultura cívica y la convivencia política de su país; vayan mis consternadas condolencias a sus familiares y conciudadanos. Guardando las debidas distancias, en Buenos Aires el Gobierno decidió matar, sin silenciador, su proyecto de ley denominado pomposamente “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, al decidir su regreso a comisiones de la Cámara de Diputados, o sea, volver a foja cero el trámite legislativo; ahora, deja trascender que no insistirá en presentarlo.
Javier Milei llegó a la Presidencia por una suma clara de voluntades: 30% de votos propios, más un 26% del antikirchnerismo proveniente de la fallida candidatura de Patricia Bullrich. Pero lo hizo solo, sin armar un partido político real, es decir, una verdadera estructura que le permitiera obtener gobiernos provinciales y numerosas bancas legislativas federales. Está armando su gobierno con los hombres y mujeres que encuentra, ya que tampoco dispone de un importante caudal de experimentados cuadros capaces de asumir el control inmediato de todo el inmenso aparato de la administración del Estado. Que algunos de los elegidos sean ya tránsfugas o severamente cuestionables es, por hoy, harina de otro costal.
Porque protagoniza un giro copernicano en la lamentable deriva de nuestra historia, ejerce una forma de hacer política totalmente distinta. La manera en que el Ejecutivo se comportó en el Congreso permite calificarla de inocente o de audaz, según se la mire. ¿Realmente pensó que los diputados aliados o “dialoguistas” apoyarían en masa una reforma tan terminal para un sistema que les ha permitido subsistir tan ricamente hasta ahora?; antes del presunto fracaso, ¿no hizo un mero “poroteo” de votos para predecir qué expectativa de vida tenía su proyecto “ómnibus”?
Si la primera hipótesis fuera cierta, es decir, que Milei sea un virginal perdedor, habría aprendido con sangre una vieja lección: “Las democracias requieren negociación y concesiones. Los contratiempos son inevitables; las victorias, siempre parciales. Las iniciativas públicas más importantes para un presidente pueden ser destrozadas por los medios, malograrse en el Congreso o ser rechazadas por las Cortes” (S. Levitsky y D. Ziblatt, en “Cómo mueren las democracias”). Hasta un régimen tan siniestro como el que encabezó Cristina Fernández tuvo que aceptar que, aún maltrechas y golpeadas, las instituciones republicanas siguen funcionando en la Argentina; basta recordar qué suerte corrieron sus iniciativas de enjuiciar a los miembros de la Corte, de terminar con la prensa libre, de arrodillar a la Justicia desde el Consejo de la Magistratura, etc. En definitiva, no pudo, pese a su intenso “vamos por todo”, lograr una imposible impunidad por el pavoroso saqueo al que sometió al país.
La otra posibilidad es que, a sabiendas de lo inútil que resultaría el trámite parlamentario para el cambio que pretende, haya actuado intencionadamente para obligar a quitarse las caretas a los responsables de la suma histórica de fracasos que nos trajeron hasta aquí, tras las que pretendían seguir ocultándose en el Carnaval que hoy comienza, y exhibir su irresponsabilidad en esta cruel encrucijada y su distanciamiento de la sociedad. Resultó notable ver a los representantes de algunas provincias en las que arrasó Milei (Córdoba es el mejor ejemplo, ya que allí obtuvo el 74% de los votos) oponerse a la voluntad de la enorme mayoría de sus habitantes.
Me inclino a pensar que lo que vimos el martes fue una jugada maestra del Presidente que, aún hoy y a pesar de la horrible estanflación que heredó y aspira corregir, conserva un substancial apoyo de la ciudadanía. Le permitió mostrar que pese a que, según la Constitución, los diputados representan a los ciudadanos de las provincias que votaron hace muy poco y masivamente por un futuro distinto, la “casta” se defendió a sí misma y a sus privilegios, descuartizando el proyecto para impedir cualquier alteración de ese status quo que le resulta adictivamente confortable. Aparentemente, también razonaron así los mercados, y la prueba fue la fuerte reducción en las varias cotizaciones del dólar, tanto en su versión blue cuanto el MEP y el CCL, después de un breve espasmo alcista; dependerá de los próximos pasos del Gobierno y de la tolerancia social la duración de esta pax cambiaria.
Amén del placer de verlos trabajar traspirando en verano, el único positivo subproducto de las maratónicas sesiones fue la comprobación del escaso, casi nulo, bagaje intelectual de la enorme mayoría de esos legisladores, probados analfabetos a los que nadie conoce y que accedieron a esa Cámara integrando listas-sábana confeccionadas por los jeques partidarios. Los prolongados discursos para oponerse a la aprobación de la ley, que mostraron sólo la desvergüenza y la idiota ideologización de quienes los pronunciaban, deben haber hecho llorar de tristeza a las paredes de un recinto que, años ha, escuchó las cultas e inflamadas verbas de Leandro Alem, Alfredo Palacios, Juan B. Justo, Arturo Frondizi, Ricardo Balbín y tantos otros. A la vista está que los argentinos no podemos, ni debemos, tolerar más esta deliberada protección a quienes hacen de la política un espurio medio de vida, y exigir la inmediata utilización de la lista única en papel para evitar tamaña corruptela. Y también la “ficha limpia” de quienes pretendan ser candidatos, para impedir que sátrapas poseedores de prontuario y oscuro pasado puedan acceder a cualquier función pública.
Hace un cierto tiempo que estoy en contacto con bravas y valerosas mujeres que son esposas de integrantes de las Fuerzas que están prisioneros de hecho o en domiciliaria, con sufridas hijas, hermanas, esposas, que perdieron a un miembro de la familia en condiciones de violencia extrema llevada adelante por los terroristas de los 70. Con ellas me siento totalmente identificada por haber sufrido el mismo dolor, la misma impotencia, por haber derramado lágrimas sin comprender la razón de tanto odio gratuito, muchas veces basado en sartas de mentiras y tejidos perniciosos de malicia y podredumbre moral.
Esta es la razón por la cual, he decido rememorar algunos hechos desde mi propio punto de vista, porque si un juez digamos que tiene 40 años, está decidiendo sobre la vida y la libertad de un procesado; en verdad no conoce nada, no vivió nada, no experimentó nada y solo actúa por lo que le dicen, le cuentan, le pusieron en la cabeza durante su formación y lo adoctrinaron en la facultad. Pero de la realidad de los hechos acontecidos en los 70, lo desconoce todo, por tanto mal podría tener imparcialidad debido a que desde la base está predispuesto a aceptar mentiras, conjuros, falsedades, testimonios traídos de los pelos, debido a que por supuesto no va a buscar la verdad sino que solo va a “quedar bien” con quien le tira tres migajas cada mes. Lo mismo ocurre con las pérfidas a cargo de las “defensorías” de los manipulados derechos humanos que tanto invocan y que ni saben de qué se trata. En rigor a la verdad son “licenciadas” que nuca volvieron a estudiar un solo curso de perfeccionamiento y son abogadas remarcando que no son “doctoras” porque nunca investigaron, redactaron, presentaron y defendieron una Tesis doctoral.
En 1955 cuando fue derrocado el gobierno de Perón, yo tenía 4 años, tres años antes en visita a Paraná, Evita me tuvo entre sus brazos y me otorgó un sonoro beso. Primero tomó el gobierno el General Eduardo Lonardi y luego el General Eugenio Aramburu.
En 1958 al comenzar la escuela primaria después de una larga enfermedad, asumió Arturo Frondizi.
En 1962 Derrocamiento. Sube José María Guido, yo tenía 11 años.
Ahí comenzaron los tubérculos opositores al gobierno fascinados por la revolución castrista, aunque realmente las voces comenzaron a levantarse en contra hacia el final del gobierno democrático de Frondizi. Yo solía escuchar las conversaciones de las maestra en los recreos y luego le preguntaba a mi tío Oscar, miembro del Partido Comunista quien me asesoraba en mis pesquisas.
1963: ganó las elecciones quien considero al único Presidente en toda la extensión de la palabra, Arturo Illia, yo tenía 12 años, estaba terminando la escuela primaria y ya me interesaba en todo lo que pudiera ser positivo para el pueblo. Por supuesto la mitad del país estaba a favor y la otra en contra, pero eso como saben es una característica argentina, nunca nada les viene bien.
1966: hubo un doloroso derrocamiento y subió el General Juan Carlos Onganía. Ese año yo festeje mis 15 años junto a mis compañeras.
1970 tomó el poder Marcelo Levingston, para entonces, yo tenía 19 años, estaba en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Argentina y ya había visto la foto (que cambiaría mi destino para siempre) de Perón de vacaciones junto a su esposa y su hombre de confianza José López Rega.
1971 sube Alejandro Lanusse, que también cambiaría el destino de la nación para siempre.
Para entonces, aquellas tentativas de oposición de la juventud universitaria, estaban en todo su apogeo. No se hablaba de otra cosa que de Perón en Madrid y de los movimientos socialistas. Yo observaba el comportamiento de mucha gente de mi edad que se sentía atraída por el discurso “idealista”, muchos cayeron en la trampa, muriendo de forma terrible, y lo que era peor, alentados por los propios “compañeros de lucha”, nada manifestaban a los padres que ni se enteraban de lo se venía. Yo solía decirles “está bien que deseen ser como Cuba, pero entonces suban a un avión y váyanse a vivir ahí donde está el régimen, pero aquí no hay lugar para esos pensamientos, nosotros los argentinos somos incapaces de responder a esos principios, acá queremos vivir tranquilos, comer todos los días, tener una casa bonita, un coche último modelo, vacaciones en el mar, ropa de marca, buenos trabajos, con esas ideas de ustedes eso no cuadra.”
Hoy reitero lo mismo, Argentina no es para ser ni de cerca como Cuba, Rusia o Venezuela. El argentino quiere tenerlo todo, rápido y sin esfuerzo y eso NO es lo que dice la doctrina socialista. Suban al avión y váyanse allí donde se pone en práctica lo que tanto aman, pero en el país ¡NO!
1973: asume Héctor Cámpora, y entonces comete el peor de los delitos que un presidente puede cometer, falta a su juramento, falta a quien lo pusiera en esa posición, falta a su palabra, falta al partido, falta a la doctrina y sume al país en un caos de odio, revancha, venganza y muerte que hasta hoy no ha sido superado; firma el Decreto 11/73 liberando a 372 presos que habían sido capturados cometiendo hechos terroristas y el 27 de mayo de 1973 el Congreso sanciona la ley 20508, dando amnistía a todos los presos políticos.
Hizo todo eso amparado en el sillón de mando, sin consultar con su motivador, creyéndose que él era en verdad la cabeza del movimiento y que tenía el poder. La banda le obnubiló el entendimiento, le vendó los ojos y lo convirtió en la metralla silenciosa que aún hoy sigue matando argentinos a través del odio, la maledicencia, la mentira, la falsedad, el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la desolación, el maltrato, el acoso y el engaño.
Aunque Perón al designarlo su candidato, ya sabía perfectamente lo que haría, nunca imaginó esta gol de gambeta, lo tomó de sorpresa en verdad, lo enfermó de rabia, lo enfureció por el irrespeto hacia su persona y su figura, y la decisión se llevó a cabo mucho antes de los esperado. La decisión estaba hecha ANTES de la elección. Pero la caja de Pandora estaba abierta y aún hoy derrama todos los males sobre gente que no tiene por qué pagar consecuencias de acciones que ni siquiera supieron que se llevaron a cabo. Perón y solo Perón sabía lo del cambio porque él mismo lo había esquematizado así. Por tanto es una falsedad que sigan diciendo que fulano y mengano estaban en la confabulación. Si no Saben la verdad NO hablen y NO mientan.
Ya sabemos todos los hechos que sucedieron de inmediato. Los guerrilleros comenzaron con los ataques de sus hordas. Hechos aberrantes de secuestro, tortura y muerte como el del Teniente Coronel Argentino del Valle Larrabure, claramente un delito de Lesa humanidad, pero que aún no se ha podido concretar. ¿Razón? Porque como todos sabemos, y muchos callan, estos delitos indudablemente cometidos con el propósito de desestabilizar al gobierno constitucional que logran hacer claudicar en marzo del 1976 han sido tomados como bandera de ataque por aquellos que en realidad fomentaron y llevaron a cabo dichos delitos. O sea los terroristas que hoy, viejos y caducos se pavonean en cargos de alcurnia y especulan sobre sus riquezas mal habidas sobre la sangre de gente inocente y sobre las vidas de aquellos que trataron de defender la soberanía nacional, pero que fueron traicionados por los gobiernos “democráticos” con claras inclinaciones socialista…de la mala inclinación…
Debo decir en honor a la verdad, que Cámpora nunca me cayó bien. La piel aceitosa, la sonrisa hipócrita de plástico, el bigote dibujado, los anteojos resbaladizos, los abrazos fingidos…
No era lo que mostraba hacia afuera, era lo que anidaba hacia adentro. La causa de todos los males. El dolor de tantas familias que vieron morir ante sus ojos, a padres, esposos, hermanos, y que hasta hoy tiene secuelas físicas y emocionales. La vida miserable en infectas prisiones de tantos hombres que fueron enviados a luchar contra el malsano actuar de los guerrilleros. Todo por la mala conducta de un hombre que no supo honorar su palabra.
Jueces y abogados, busquen la verdad en archivos verdaderos. No se dejen manipular por las falsificaciones que les presentan. Indaguen a los “testigos”, cuál es la razón detrás de la mendacidad, ¿por qué enredan y tergiversan? Eso es parte de su trabajo. Para eso tienen investigadores.
Caso contrario, están cometiendo dolo.
MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña). Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.
Estas “sabias” definiciones por supuesto que no son mías, ni concuerdo con ellas. Son ni más ni menos que del señor empresario FRANCO MACRI y fueron pronunciadas públicamente el día 18 de enero de 2014, a periodistas del diario La Nación (.https://www.lanacion.com.ar/1656621-franco-macri-el-proximo-presidente-tiene-que-salir-de-la-campora) Desde ya no fue la primea ni la única vez que se explayó a favor del gobierno de la “década ganada”, el más corrupto de la historia argentina. En julio del año 2010 a periodistas del diario Clarín, eufórico les había manifestado: “Este gobierno es el mejor que tuvo Argentina desde Frondizi”. Recordemos que él recibía por sus gestiones comerciales entre China y Latinoamérica, el 4 % de todo lo que vendiera ese país a esta zona del mundo y consecuentemente a Argentina. Pasaron algunos años y hoy el panorama cambió. Su hijo es el presidente desde hace dos años y nueve meses, algo no está andando bien y los “brotes verdes” no llegan. Tampoco el “fin del curro de los derechos humanos”, ni la justicia dejó de ser militante para pasar a ser “independiente”. Al mismo tiempo al igual que en el gobierno del “vamos por todo”, los adultos mayores seguimos muriendo en prisión imputados por los mal llamados delitos de lesa humanidad, a como dé lugar. Para muchos estas muertes parecieran más benignas que las ocurridas antes del 10 de diciembre de 2015, cuando se hiciera cargo del gobierno MAURICIO MACRI. En lo personal siento que son peores, más crueles y ofensivas, considerando la extracción social y política del actual gobierno que por otra parte expresa ser gente honesta, que se maneja con la verdad al contrario del kirchnerismo. Es más, daría la impresión de una mortal sobreactuación cuando arrojan flores al rio, por las 30.000 “víctimas” que ellos oficializaron a través de una ley de la Provincia de Buenos Aires. Ante tanta hipocresía y ensañamiento y sabiendo cual es fin que me espera, al igual que al resto de prisioneros, solo puedo decir que hago votos para que el destino dé a cada una de estas “autoridades” la recompensal, que verdaderamente se merecen.
Los 40 años del CARI marcan la vigencia de una institución comprometida con el país y el desarrollo de sus relaciones internacionales
Si bien la historia sirve para proyectar los tiempos venideros, es oportuno resaltar otra de sus lecciones: el futuro siempre nos sorprende en algún punto. Así ocurrió en los 40 años que tiene de vida el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI): desde la Guerra Fría, pasando por la caída del Muro de Berlín, hasta los oscuros celajes que hoy se ciernen sobre los valores universales de las repúblicas democráticas, y sin olvidar las consecuencias del cambio climático.
En ese contexto se entiende que el estímulo y la obligación de conjeturar escenarios para insertarnos al mundo desde la cultura y el interés nacional sean la esencia del CARI, el núcleo de su identidad. Pensar la Argentina en un mundo a veces impredecible, para que desarrolle al máximo su singular potencial y así estar preparados para aprovechar o mitigar las “sorpresas”, es el mejor legado del embajador Carlos Muñiz, el visionario fundador del CARI.
En la antorcha de ese legado que, junto con los destacados miembros del comité ejecutivo, tenemos el honor de llevar, nos indica que debemos siempre poner nuestra energía en intentar iluminar los caminos que se vienen, ya que los argentinos no hemos dado, aún, todos los frutos que nuestro potencial guarda.
En este contexto es claro que la política exterior es la herramienta para obtener una interdependencia inteligente, que nos brindará con políticas sustentables en el tiempo aquello con lo que las naciones desarrolladas ya cuentan en su mayoría: bienestar para su población y libertad para decidir su futuro. La integración, como arma contra la equidad, derrota la pobreza en las democracias evolucionadas y es el compromiso pendiente que tenemos.
Los argentinos hemos probado en nuestra historia contemporánea una miríada de sistemas políticos, económicos y sociales con una variable negativa inmutable: la falta de una duradera cohesión interna entre los actores institucionales. En otras palabras, una perdurable debilidad para formar consensos de mediano y largo plazo para establecer una república democrática desarrollada hacia la integración global, por sobre los intereses sectoriales y políticos.
Desde la restauración de 1983 hemos experimentado avances y retrocesos, pero el mundo cada vez nos espera menos, ya que ese mundo, el de la universalidad de los valores republicanos, el de los regímenes internacionales para fomentar derechos de los pueblos por sobre las fronteras, está ahora bajo el acecho de tribalismos neopopulistas, nacionalismos resucitados y lecturas anacrónicas de la realidad que impulsan también proteccionismos, guerras comerciales, y que en muchas ocasiones violan los derechos humanos.
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Abbas
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Albright
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Kohl
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Rodríguez Giavarini
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En estas cuatro décadas que se conmemoraron en junio pasado, el CARI ha dado de sí, al cumplir con la tradición argentina de producir conocimiento global desde el sur del hemisferio, 22 comités, siete grupos de trabajo y dos institutos, que configuran un activo único de diplomacia pública. Así, miles de estudiantes, profesores, académicos, políticos, diplomáticos, periodistas, intelectuales, artistas, jefes de Estados y de gobierno han pasado por el CARI. Nelson Mandela, Helmut Kohl, Bill Clinton, Madeleine Albright, Mahmoud Abbas y Shimon Peres, al igual que el papa Francisco (antes de ser ungido obispo de Roma) han sido parte de las actividades del Consejo.
El acercamiento entre la Argentina y Gran Bretaña, cuando las relaciones bilaterales aún estaban rotas después del conflicto del Atlántico Sur, es uno de los ejemplos de éxito de la diplomacia pública que impulsó el CARI, de manera de sentar el tono de la nueva etapa diplomática en la que el reclamo soberano se mantuvo incólume.
En la actualidad el CARI tiene la distinción de ser el representante argentino del Council of Councils, que lidera el titular del Consejo para las Relaciones Internacionales de Nueva York (CFR), Richard Haass. Este Consejo de Consejos representa a veinte naciones desarrolladas y emergentes en la búsqueda de facilitar la cooperación internacional por medio de sus think tanks de política exterior.
El CARI es una institución pluralista y en modo alguno adhiere a gobiernos o facciones políticas, pero siempre apoya con su aporte académico e institucional las políticas de acercamiento al mundo.
Los desafíos para la Argentina en este contexto de “desorden” mundial son mayúsculos, ya que el interés nacional significa poder avanzar en materia de exportación de alimentos y desarrollo energético con una agenda de mayor comercio multilateral y ampliar los tratados de libre comercio, mientras reforzamos nuestros sistemas educativos para una nueva etapa de la globalización que nos afectará a todos.
Vale coincidir con las palabras del presidente Mauricio Macri en Davos a comienzos del año: “El crecimiento global es sustentable, pero no alcanzó a todos y deterioró la confianza en la globalización […] para construir un futuro compartido de desarrollo justo y sostenible, debemos trabajar juntos buscando consenso”.
Ante dicho panorama, la presidencia argentina del G-20 es una oportunidad singular para mostrar nuestro compromiso con la comunidad internacional.
Si volvemos al auxilio de la historia, hace más de medio siglo Arturo Frondizi sintetizó esta deuda que arrastramos como sociedad política: “Tenemos que extirpar hasta sus raíces la ignorancia, la miseria, la enfermedad y el miedo al futuro, tenemos que construir puentes, diques, caminos, oleoductos, usinas y fábricas sobre toda la República. Habrá que volcar tractores, equipos electrógenos, talleres y máquinas agrícolas sobre todos los campos. Tendremos que multiplicar los camiones, los vagones y las locomotoras. Las alas argentinas surcarán todos los cielos y la bandera de la patria flameará por todos los mares como una mensajera de progreso”.
Más atrás en la historia, Ortega y Gasset nos encomió con el ya tradicional grito de “argentinos a las cosas […] Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos […] No imaginan ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirles el pecho a las cosas…”.
Ojalá que en el tiempo del presidente Macri los argentinos podamos establecer los mínimos puentes de consenso para saldar las deudas con la historia de las que nos alertaron Frondizi, Ortega y Gasset, y tantos otros, de manera que podamos trabajar juntos para que las sorpresas de la historia jueguen a nuestro favor o nos perjudiquen lo menos posible porque reaccionamos a tiempo y con inteligencia.
Para ello, el CARI seguirá trabajando con su producción de conocimiento argentino en pos de una sociedad internacional, en la que el derecho y la equidad de los pueblos sean alguna vez moneda corriente.
Presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y exministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina
Adalberto Rodríguez Giavarini es Ex Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina. Es un economista y militar retirado del Ejército Argentino. Graduado en el Colegio Militar de la Nación y en la Universidad de Buenos Aires, es también Doctor Honoris Causa de la Universidad de Soka (Japón), vinculado a la Unión Cívica Radical y ex Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina.
“El gobierno tiene los resortes para encauzar la acción
privada en el sentido más favorable al bienestar general”.
Arturo Frondizi
El próximo miércoles veremos, en la Avda. 9 de Julio, que Hugo Moyano (más sus hijos, su tercera mujer y los vástagos anteriores de ésta) se encuentran absolutamente solos, como nunca lo han estado, en el amanecer del momento en que irán presos. Aún así, sin duda estarán rodeados por lo más granado del kirchnerismo (la CTA, los docentes y bancarios), el trotskismo, y los movimientos sociales, incluida la CTEP, la organización encabezada por Juan Gabrois, funcionario vaticano por designación de SS Francisco, todos aunados solamente por su actitud opositora al Gobierno.
Es bueno recordar que el Papa cumple dos roles: Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y Jefe del Estado Vaticano. Cuando habla de dogma su palabra es infalible para nosotros, los fieles de su Iglesia; en cambio, como estadista, no es más que un ser humano común, susceptible de incurrir en errores y, sobre todo, con derecho a tener opinión propia en temas terrenales. Si le envía rosarios a los imputados por corrupción o una carta personal a Hebe de Bonafini, donde la bendice y la compara con Jesús como objeto de calumnias en procesos amañados, está ejerciendo su derecho, pero no por ello sus pareceres tienen que ser aceptados por la grey; y lo mismo sucede con el resto de sus expresiones estrictamente políticas o económicas.
La soledad en que han dejado al Negro Moyano sus pares se debe a que éstos han comprendido, con sagacidad y experiencia, que hoy el poder real está en manos de Mauricio Macri quien, a diferencia de sus predecesores no peronistas, sorteó con facilidad las elecciones de medio término. Percibieron que no se trata de un personaje débil o manejable sino que están frente a alguien con decisión y firmeza; además, puede abrir o cerrar la bolsa de recursos de las obras sociales gremiales, principal fuente financiera de los sindicatos, y activar las acciones de la Oficina Anticorrupción, que tanto preocupa a varios de los congéneres del líder camionero, autores de similares delitos.
La concentración del 22 para la defensa política frente a las acciones penales que lo tienen contra las cuerdas puede derivar en violencia urbana, pero no dudo que la Ministro de Seguridad está preparada para reprimirla; a Patricia Bullrich tampoco le temblará la mano para hacerlo.
Pero hay otro ángulo en el que la mayoría de la sociedad está de acuerdo. Me refiero a la imperiosa necesidad de despedir al millón de empleados públicos que se agregaron en la década anterior; en ello coinciden todos los ciudadanos, asfixiados por una presión impositiva que no para de crecer. Si por unos pocos cientos de empleados, a los cuales no fueron renovados sus contratos temporarios, la ciudad de Buenos Aires y sus accesos se ha transformado en un caos, ¿qué sucedería si estuviéramos hablando de miles? ¿Estamos dispuestos a pagar el precio, aunque sólo sea en materia de libre circulación?
Moyano y sus socios son verdaderamente capaces de convertir nuestra vida en un infierno por la falta de alimentos, de dinero, de combustibles, de exportación de granos, de clases, etc., y no tengo dudas que activarán paros crecientes a medida en que avancen las causas penales; ¿lo soportaremos todos los que hoy despotricamos contra el inmenso poder que han sabido construir extorsionando a mandatarios y ministros?
Esto nos lleva a las dificultades económicas que jaquean al Gobierno, en especial la indomable inflación. En materia de mercados, los factores psicológicos tienen una enorme importancia; cuando un rumor -favorable o negativo, cierto o falso- trasciende, el precio de los activos sube o baja sin ninguna razón aparente que lo justifique y, cuando la multitud actúa como masa, la fortuna o la ruina están a la vuelta de la esquina; muchos pánicos y burbujas generalizados que se han producido en el mundo en épocas recientes dan acaba prueba de esta afirmación. Y en este aspecto el accionar de los gremios y el desorden generalizado está produciendo un grave deterioro en la imagen que Macri está intentando construir de cara a los inversores; en especial cuando, como sucedió esta semana, se reflejan en el diario más influyente en la materia, The Wall Street Journal.
Hay virus enormemente peligrosos que se han instalado en nuestro cuerpo social desde hace tiempo y, como terribles drogas adictivas, costará mucho tiempo erradicarlos. Por estar enfermos de populismo, pretendemos que se nos “regalen” los servicios públicos, sin pensar que los pagaremos con nuestros ya insoportables impuestos; y al apostar permanentemente al alza futura de los precios internos y de los salarios, convertimos a la inflación, la peor gabela, en una profecía autocumplida.
Sabemos que el precio del dólar en la Argentina está atrasado, y que esa situación perjudica enormemente a nuestras exportaciones industriales y a las economías regionales; sin embargo, tan pronto comienza una sensación alcista, salimos a remarcar los precios a su ritmo, aunque no estén vinculados a las importaciones. Nos quejamos del sideral déficit de nuestra balanza de pagos, pero batimos records absolutos en materia de turismo y compras en el exterior, aprovechando precisamente el dólar barato.
Criticamos el nivel de endeudamiento del país en el exterior, pero no ahorramos en el país el dinero suficiente para solventar el sideral gasto público heredado; tampoco nos conforma el gradualismo del Gobierno, pero no proponemos recetas alternativas políticamente viables para reducirlo.
Los industriales protestan por la baja en el consumo, pero rechazan frontalmente la apertura de la economía, que les permitiría buscar clientes en el mundo entero. Los dirigentes sindicales aúllan contra cualquier medida que pretenda mejorar la competitividad y reclaman por la caída del poder adquisitivo, mientras se asocian a los pedidos de las entidades patronales, pero sus pretensiones en materia salarial aportan nuevo combustible al incendio inflacionario.
Nos sentimos por completo inseguros, pero calladamente permitimos que se procese a un policía que mata a un asesino frustrado que huye y a un padre que golpea a un individuo mayor por intentar seducir por Internet a su hija de once años. Hace cuarenta, rogabamos que las Fuerzas Armadas reprimieran a los terroristas que ponían bombas, asesinaban y secuestraban a mansalva, pero hoy miramos para otro lado cuando se nos enfrenta a la realidad de dos mil ancianos militares presos, muchos sin condena, por ganar la guerra a la guerrilla.
En resumen, todos tenemos que dejar la hipocresía de lado y tomar conciencia de cuánto depende de nosotros mismos que la Argentina se reconvierta en el país viable y envidiable que alguna vez fuimos y deje atrás esta espiral de decadencia en que nos hemos sumergido desde hace décadas. Es cierto que costará grandes sacrificios presentes lograrlo, pero así dejaríamos a nuestra descendencia un legado de paz y prosperidad del cual hoy carece. ¿Seremos, realmente, capaces de hacerlo?
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar
Uno de los aspectos más relevantes del ataque a los cuarteles de La Tablada fue la relación de la Coordinadora Radical Rama Capital, principal sostén de la candidatura de Raúl Alfonsín, con el MTP. Cuando la pólvora no se había disipado, desde distintos sectores señalaron a la Coordinadora como la autora intelectual del ataque. Su principal dirigente era Enrique Nosiglia, alias “El Coti”, reproducimos algunos testimonios que incluí en mi libro Los Secretos de La Tablada.
Los contactos del MTP con E. Nosiglia fueron realizados por medio de Francisco Provenzano, uno de los cabecillas del MTP y ex integrante del ERP (un hermano suyo falleció mientras colocaba una bomba en el Edificio Libertad). El tema fue estudiado en detalle por D. Gallo y por G. Álvarez Guerrero (radicales) que publicaron una biografía de E. Nosiglia. En este trabajo se hizo referencia a la histórica amistad entre las familias Provenzano y Nosiglia, estrechas dado que el padre de Nosiglia y el de F. Provenzano y un hermano suyo eran médicos que atendían recíprocamente con frecuencia a los miembros de las familias. Los padres de ambos habían sido compañeros de trabajo en Salud Pública durante el gobierno de Ar. Illia. Los periodistas explican:
“Esta relación entre Nosiglia y Provenzano fue muy publicitada en los meses previos al ataque por Guillermo Cherashny, ex rival del Coti en la Juventud Radical devenido en columnista del semanario El Informador Público. Diez días antes del ataque del 23 de enero, Cherashny escribió una columna con el título “El ERP y la Coordinadora”. Allí decía que un sector del ERP liderado por Gorriarán Merlo y la Junta Coordinadora de la UCR –que lideraba Nosiglia– habían alcanzado un acuerdo táctico. En el mismo artículo, señalaba que Gorriarán Merlo había invertido un millón de dólares en un diario de centroizquierda. No aclaraba que era Página/12, pero se intuía (…). En su columna afirmaba que Nosiglia les había pedido a los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y Seineldín. Cherashny también escribió sobre un encuentro entre Nosiglia y los dirigentes del MTP Felicetti y Provenzano a fines de diciembre en la confitería Paladiun”.[1]
La noticia sobre el encuentro fue también informada por la revista nacionalista La Patria Grande:
“En la boite Paladium, Nosiglia y Provenzano ultimaron los detalles de tal campaña de desprestigio, acompañados por Gustavo [Roberto] Felicetti (ex ERP), durante un desfile, no precisamente militar, sino de modas, el 29 de diciembre pasado, cuando un directo al mentón del ministro precipitara el fin de la velada. Jorge Baños, dirigente del MTP (agrupación protegida por la Coordinadora), lanzaba, días después, la denuncia de golpe por todos los medios de difusión en manos del gobierno y de algunos privados, que, generosos, le ofrecían un vasto espacio”.[2]
[1] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. El Coti. El dueño de todos los secretos, Buenos Aires, Sudamericana, 2005, p. 225. El resaltado es del autor.
[2] SIN AUTOR. Tierna amistad. En: revista La Patria Grande, Buenos Aires, 2da. época, Año VIII, Nro. 35, febrero de 1989.
Según los autores, el objetivo perseguido por el ministro del Interior era hacer que el MTP denunciara la relación Menem–Seineldín–L. Miguel para desprestigiar al candidato justicialista que de acuerdo a las encuestas llevaba una amplia ventaja sobre el radicalismo en los comicios que se desarrollarían en pocos meses. Los mismos autores afirmaron:
“En su libro Los sospechosos de siempre, el periodista Jorge Boimvaser, de excelentes contactos con los servicios de inteligencia, cuenta: Facundo Suárez estaba al tanto de que Nosiglia, en plena campaña electoral, prestaba apoyo a cualquier sector extrapartidario que se atreviese a desgranar denuncias públicas contra el candidato justicialista. Toda acción se considera útil para ensuciar la imagen opositora. Pancho Provenzano, amigo de Nosiglia, había llevado una de esas propuestas. Consistía en una lluvia de acusaciones periodísticas y judiciales contra Carlos Menem y sus aliados, de la que se encargaría el titular del MTP, Jorge Baños. La campaña tenía un precio que el Ministerio del Interior solventó con partidas provenientes de sus fondos reservados, Boimvaser va más allá y asegura que Provenzano recibió extraoficialmente la suma de quince mil dólares en diciembre de 1988, con las cuales adquirieron varias armas en armerías céntrica”.[1]
El MTP a su vez usaría esta información sobre las relaciones Menem–Seineldín-L. Miguel, que efectivamente existían pero que no implicaban la realización de un golpe de Estado, para justificar sus acciones contra los cuarteles de La Tablada. D. Gallo y G. Álvarez Guerrero sostenían: “Dos militantes del MTP recuerdan que durante 1988 los llamados telefónicos de Nosiglia a Provenzano eran habituales. Ellos lo sabían porque atendían el teléfono 47-0528 de Tucumán 2250, donde funcionaba el Movimiento. En algunas ocasiones –Nosiglia ya era Ministro del Interior- ni siquiera llamaba a través de una secretaria: Soy Coti ¿Está Pancho?, preguntaba. Nosiglia y Provenzano también solían encontrarse en dos bares cercanos al Comité Capital de la UCR”.[2] Sin embargo los periodistas no dieron la identidad de los integrantes del MTP de los que recibieron esta información.
No solamente los biógrafos de E. Nosiglia dieron cuenta de estas relaciones, el propio E. Gorriarán Merlo hizo referencia a los contactos:
“Las conversaciones más importantes con el radicalismo las hicimos con Nosiglia, que en ese momento era Ministro del Interior y con Gil Lavedra, que lo secundaba en ese ministerio. Incluso el contenido de una de ellas fue publicado por los periódicos en los días previos a La Tablada. En esos encuentros pudimos advertir que el gobierno de Alfonsín estaba convencido de la inminencia de una nueva sublevación pero no tenía la decisión ni la voluntad de resistir, de recurrir al pueblo, que se encontraba asustado, impotente”.[3]
A lo expuesto es necesario agregar un dato más. Desde 1988 E. Gorriarán Merlo vivía clandestinamente en un departamento en la calle Yerbal en el barrio de Flores alquilado a nombre de F. Provenzano, ¿La SIDE no lo sabía, cuando F. Provenzano frecuentaba al Ministro del Interior? Se trataba simplemente de una cuestión de seguridad interior: una persona muy cercana al ministro alquilaba un departamento donde vivía uno de los guerrilleros más buscados de la Argentina, en forma clandestina, ya que tenía pedido de captura internacional. ¿La SIDE no tenía noción de esto? Es poco creíble que un personaje tan peligroso pudiera estar tan cerca de un funcionario de primera línea sin que los organismos de seguridad lo supieran.
Los encuentros entre E. Nosiglia y F. Provenzano también llamaron la atención de los justicialistas:
“A fines de 1988, los seguidores del riojano estaban convencidos de que sectores liberales del Ejército se opondrían de cualquier manera al triunfo del justicialismo. Y manejaban dos hipótesis: un atentado contra Menem o un golpe previo a las elecciones para asegurar la continuidad radical. Mientras se iniciaba la campaña, el sector seineldinista que apostaba a Menem trazó un cuadro de situación. En uno de ellos no hablaba de Nosiglia, pero sí del sector radical que él lideraba, y alertaba a estar atentos frente a un posible hecho desestabilizador organizado por la Coordinadora que tendría como objetivo la continuación del régimen socialdemócrata”.[4]
Los peronistas sospechaban que los radicales intentarían alguna maniobra desesperada para privar al justicialismo de una segura victoria electoral. Julio César Arias, vocero del Justicialismo, denunció la connivencia entre el gobierno y el MTP. Desde el periódico seineldinista La Patria Grande se hicieron eco de sus declaraciones: “(…) El periodista Horacio Verbitsky fue contratado para dirigir un equipo de acción sicológica, dedicado a apuntalar la ya penosa campaña electoral de la UCR, poniendo a su disposición un amplio piso ubicado en plena calle Florida, y que éste habría intentado que dicha denuncia fuera presentada por el propio presidente Dr. Alfonsín”.[5] Pero además todos los diarios importantes, incluso los oficialistas, reprodujeron estas denuncias que causaron un fuerte impacto en la opinión pública pero que con el paso vertiginoso de los acontecimientos se fueron diluyendo. C. Menem recibió pleno apoyo del Consejo Nacional Justicialista al realizar las denuncias.[6]
El 28 de enero de 1989 el diario Página/12 publicó una extensa entrevista realizada por los periodistas José Antonio Díaz y Gabriela Cerruti. C. Menem dijo directamente a sus entrevistadores:
“(…) Pero mi satisfacción tiene que ver con la razón que tuvimos al vincular esa denuncia con el complot formulado por Baños contra mí y el justicialismo con un audaz operativo de inteligencia para impedir las elecciones del 14 de mayo o la victoria peronista. Lamentablemente, algunos medios como el de ustedes cayeron, quiero creer ingenuamente, en la maniobra (…). Pero ¡qué barbaridad! van a ver ustedes que el final de esta historia será la confirmación de que el objetivo del copamiento no fueron los carapintadas sino el peronismo y la propia democracia yyo creo que los radicales que hicieron acuerdos políticos con el MTP lo hicieron porque están dispuestos a todo para evitar la derrota electoral (…). Pero yo no tengo ninguna duda de que esta trágica acción apuntó al corazón del proceso electoral y mucho me temo que a partir de ahora, teniendo en cuenta el cambio brusco que produce este hecho en la coyuntura nacional, algún sector del Gobierno intente tomar alguna medida: no sería descabellado pensar, y ésta es sólo una de las suposiciones, que se intente postergar la fecha de las elecciones pese a las desmentidas oficiales (…)”.[7]
Para el Partido Justicialista el ataque a La Tablada fue una maniobra gestada desde esferas gubernamentales para postergar las próximas elecciones y para desprestigiar su candidatura dado que las encuestas lo daban como seguro ganador. El ex senador justicialista H. Bravo Herrera señaló:
“Medios periodísticos de Porto Alegre (Brasil) revelaron en su momento –y entre nosotros, nadie tuvo en cuenta esa información- que el intendente comunal de esa ciudad brasileña había sido el anfitrión de una reunión social de la que participaron Enrique Nosiglia, Carlos Becerra, Enrique Gorriarán Merlo y Jorge Baños, en diciembre de 1988 (…). Es posible que en aquel encuentro en Brasil, los funcionarios gubernamentales y los dos miembros de la dirección del MTP hayan acordado los términos de una operación de acción psicológica que se desenvolvería –como ocurrió- a partir de enero de 1989, con la denuncia de una supuesta conspiración de Menem, Seineldín y Miguel. También su financiamiento, que habría sido abundante, al punto de tentar a Gorriarán Merlo y a Baños a continuar por su cuenta con un operativo como el llevado a cabo en La Tablada”.[8]
La denuncia es gravísima y nunca fue tenida en cuenta por la Justicia. H. Bravo Herrera fue uno de los que sostuvo la hipótesis de la participación de funcionarios del gobierno radical en el ataque a La Tablada con el fin de desprestigiar al candidato peronista. La reunión se habría realizado el 23 de diciembre de 1988 en un bar de Vila Madalena en San Pablo con el fin de coordinar las acciones contra el RIM 3. Habrían participado E. Nosiglia, C. Becerra y E. Gorriarán Merlo. Además también habrían estado presentes varios integrantes de la organización SUGAR (Secciones Urbanas Guerrilleras Armadas Revolucionarias), también conocida como Conexión Sur, sucesora de la Junta Coordinadora Revolucionaria creada por M. R. Santucho. La acción de La Tablada tendría como objetivo asaltar el poder que inminentemente se les escapaba de las manos a los radicales, tal como ocurriría meses después por la debacle económica y social producida por la desastrosa gestión de R. Alfonsín. H. Bravo Herrera indicó que la información sobre la reunión no fue tenida en cuenta y que la SIDE nada hizo por investigar la cuestión.
La hipótesis sostenida por los peronistas se vio alimentada por los contactos que el Ministerio del Interior tenía con J. Baños, abogado del CELS abatido durante los combates y que fue el principal agente de las denuncias del MTP sobre las relaciones entre C. Menem, M. A. Seineldín y L. Miguel:
“(…) Los menemistas empezaron a prestarle atención cuando vieron que sus denuncias ocupaban grandes espacios en los canales y radios oficiales donde la Coordinadora tenía influencia. Además, se enteraron de que este abogado frecuentaba el despacho de Nosiglia. Aun no se sabía que Jorge Baños era el afortunado propietario de un departamento en Barrio Norte, comprado gracias a un crédito del Banco Hipotecario Nacional, manejado por la Coordinadora. En sólo tres días, en marzo de 1986, el BHN entregó 18.000 dólares. Sin dudas Baños era muy recomendado (…)”.[9]
Este último dato es confirmado por Pablo Hernández en su investigación sobre el ataque, quien agregó que la propiedad adquirida por J. Baños estaba ubicada en la calle Riobamba al 340, piso 14, y que el número del crédito era el HEO83000001032 por el que pagaba una cuota mensual de 711 australes.[10] La información sobre la adjudicación de este crédito fue confirmada por la publicación nacionalista La Patria Grande: “Se viene a saber ahora que Jorge Baños había sido el feliz receptor de un crédito del BHN y que varios de los dirigentes del grupo eran (¿o son?) asesores en distintos niveles del gobierno radical (…)”.[11]
A las relaciones del ministro del interior con F. Provenzano se sumaron las que tenía con J. Baños. Tan fuerte era esta sospecha que tenían los peronistas que inmediatamente que se supo del ataque varios miembros del justicialismo cargaron contra la Coordinadora: “(…) Son subversivos. Es el ERP, sentenció Juan Bautista ‘Tata’ Yofre. Nada encajaba con los análisis previos que manejaba el menemismo. Barrionuevo, como siempre brutal en sus dichos, lanzó su deducción sin vueltas. Esto lo organizó el Coti, esto lo organizaron los radicales” (…)”.[12]
En la citada entrevista de Página/12 a C. Menem, el riojano dijo:
“(…) Quisiera saber quiénes son los ideólogos y los que concibieron intelectualmente este plan monstruoso, quiénes fueron los que le armaron el operativo terrorista a este grupo, cómo actuaron los organismos de Inteligencia y las Fuerzas Armadas y las conexiones con ciertos medios de comunicación oficiales o paraoficiales. Digo lo de los medios porque aquellos ligados al Gobierno, como el Ciudadano y el Periodista, en la semana previa al intento de copamiento amplificaron al extremo la denuncia falsa del MTP contra mí, acusándome de complotar contra Raúl Alfonsín (…). Después de La Tablada, los hombres del gobierno van a tener que explicar muchas cosas”.[13]
Además de lo sospechoso de la facilidad con que los miembros del MTP accedieron a los medios de comunicación para realizar las denuncias, C. Menem también cuestionó la labor, o falta de acción, de los medios de Inteligencia, claramente se refería a la SIDE. Posteriormente el abogado menemista C. Arias presentó una denuncia ante la Justicia para que se investigara la relación entre el MTP y varios funcionarios del gobierno de R. Alfonsín, pero nada ocurrió.
Las sospechas sobre E. Nosiglia no se agotaron en estos testimonios. El 7 de febrero de 1989, días después del ataque, el ministro del Interior declaró en una entrevista a la publicación El Ciudadano: “Ningún informe que tuviera ningún servicio de Inteligencia, fundamentalmente el Servicio de Inteligencia del Estado (que es el único autorizado a hacer inteligencia interior) analizó nunca la posibilidad de que este grupo pudiera cometer una acción de tal envergadura y de esta naturaleza, a pesar de que su previsión estaba fijada como un objetivo de Inteligencia y se la venía trabajando”.[14] Pero la realidad es que la SIDE había alertado sobre la posibilidad de una acción de esta naturaleza. El diario Ámbito Financiero publicó el citado informe de la SIDE de 1987 donde textualmente decía: “Por las mismas causas apuntadas y sumando a ello el grado de reserva y encubrimiento con que sus miembros suelen desenvolverse y/o encarar algunas de sus actividades o reuniones, tampoco sería descartable que, si sus intereses así lo impusieran, el MTP considere un eventual retorno a la lucha armada, habiendo asumido ya errores y experiencias anteriores”.[15] Un año y medio antes del ataque la SIDE advirtió sobre la peligrosidad de los miembros del MTP que frecuentaban los despachos gubernamentales.
¿E. Nosiglia, una de las máximas autoridades en cuestiones de seguridad interior ignoró el informe, no lo conocía? Estas declaraciones no hicieron más que aumentar las sospechas sobre El Coti en los sucesos de La Tablada. Éstas se agudizaron por las declaraciones de su predecesor en el Ministerio del Interior, Antonio Trócoli, a la publicación El Periodista: “(…) Preví una acción terrorista, aunque nunca calculé que podía tener esta envergadura (…). En primer lugar quiero decirle que tanto la SIDE como la Central de Inteligencia, como los organismos de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, tenían las mismas presunciones que tenía yo. Lo que no pudimos prever fue la magnitud del episodio ni la oportunidad concreta”.[16] A. Trócoli contradijo a E. Nosiglia al afirmar que existía conciencia e información sobre la peligrosidad del MTP. Puede entenderse que no se conociera dónde se realizaría algún tipo de acción armada pero –repito– dada la composición del MTP y de la situación social reinante, caldo de cultivo ideal para la acción de este tipo de organizaciones, había que ser muy ignorante o negligente para no prever que algún tipo de acción violenta pudieran llevar a cabo.
Las acusaciones contra la Coordinadora llegaron también desde el propio radicalismo. No solamente G. Cherashny cuestionó al Ministro. El ex presidente Arturo Frondizi disparó contra la Coordinadora. El diario La Prensa en su portada del 19 de septiembre de 1989 publicó una noticia titulada Frondizi acusó en Córdoba a Becerra por el copamiento de La Tablada. En la misma informaba:
“El ex presidente Arturo Frondizi, acusó al ex secretario general de la Presidencia del gobierno de Raúl Alfonsín, Carlos Becerra, de haber sido quien organizó el copamiento del cuartel de La Tablada, perpetrado en enero último por el Movimiento Todos por la Patria (MTP). Él organizó todo –afirmó Frondizi-, porque es tan marxista como Marx. Y allí gastó nueve millones de dólares. De manera que lo de La Tablada fue organizado por el gobierno, dijo en alusión a la anterior administración. Expresó que el gobierno llamado radical, desde 1983 en adelante aplicó un plan soviético. Y esto se corresponde con las opiniones que tenía el doctor Alfonsín. Yo no soy enemigo de él, pero sostenía que el capitalismo es incompatible con la democracia, que era un sistema agotado. La idea de él era adoptar el socialismo”.[17]
Efectivamente la administración de R. Alfonsín consideraba en realidad que la verdadera democracia era la socialdemocracia, al estilo de las vigentes en Europa. La visión de la democracia que tenía el ex presidente coincidía en muchos aspectos con la que tenía el MTP. C. Becerra fue otro de los blancos de las acusaciones tras el copamiento ya que, además de ser integrante de la Coordinadora, en la Secretaría de la Presidencia donde se desempeñaban como funcionarios varios ex miembros del ERP e integrantes del MTP que participaron en el ataque. En marzo de 1999 el ex montonero Jacinto Gaibur, el diputado por el Partido Justicialista de Salta Marcelo López Arias y C. Becerra que era legislador en esos momentos de la Alianza, fueron los impulsores del proyecto de ley para otorgar compensaciones económicas a los que debieron abandonar la Argentina durante la época del Proceso. Una gran cantidad de integrantes de las organizaciones terroristas que habían huido del país recibirían posteriormente cuantiosas sumas de dinero en concepto de indemnizaciones que los contribuyentes debieron pagar.
Otras acusaciones llegaron desde los sectores liberales representados por María Julia Alsogaray y su padre Álvaro al día siguiente de culminados los combates. El diario La Razón informó el 25 de enero de 1989: “La diputada liberal María Julia Alsogaray adjudicó al Ministro del Interior, Enrique Nosiglia, al jefe de la SIDE Facundo Suárez, las máximas responsabilidades de lo ocurrido en el regimiento de La Tablada pues, a su juicio los funcionarios solamente creen que la violencia proviene de la derecha”.[18] Nuevamente se apuntó a la Coordinadora y a la SIDE. Durante los meses anteriores al ataque los funcionarios acusados habían descartado en varias oportunidades un rebrote de la actividad de las organizaciones armadas de izquierda en declaraciones públicas.
Durante el juicio llevado a cabo contra los atacantes al cuartel, E. Nosiglia declaró que no conocía a los asaltantes. La actitud del ministro del interior quedó plasmada en los titulares del diario Clarín del 5 de agosto de 1989: Aseguró Nosiglia que no conocía a quienes atacaron el cuartel. Frente a esto los defensores de los acusados reaccionaron diciendo que pedirían el procesamiento del ministro por falso testimonio, pero nada ocurrió. Durante el juicio se lo notó muy intranquilo, incluso su actitud fue reflejada por P. Hernández en su libro donde aparece en su portada una foto de un cabizbajo y preocupado E. Nosiglia. El ex ministro aseguró no conocer a R. Felicetti, lo que se contradijo con los testimonios de varios de los miembros del MTP. Curiosamente el día que declaró E. Nosiglia, R. Felicetti no concurrió a la audiencia por encontrarse con una indisposición de salud. Con respecto a F. Provenzano era imposible negar la relación, pero el ex ministro del Interior aseguró que no lo veía hace muchos años. “(…) Pero esa afirmación se podría refutar con facilidad. Buena parte de los presos sabía que Pancho se encontraba con el amigo ministro, y el propio Gorriarán reconoce que hubo por lo menos cuatro entrevistas entre Provenzano y Nosiglia a lo largo de 1988”.[19] En sus Memorias el líder del PRT-ERP y del MTP confirmó la existencia de las reuniones. Pero además el propio Facundo Suárez, confirmó los encuentros al declarar: “La bronca del Coti con la gente del MTP, pero en especial con Pancho, tiene su origen en que hasta último momento, y a pesar de las cosas que publicaba Cherashny, Pancho le hizo saber que ellos estaban dentro del sistema, y no planeaban nada violento. Por lo visto, el Coti mucho no les creyó porque me pidió que los mantuviésemos vigilados (…)”.[20] Sin embargo, quien tenía en sus manos los resortes para detenerlos, quien tenía en sus manos un contundente informe de la SIDE nada hizo al respecto. Evidentemente si estaban bien vigilados no podrían haber reunido un impresionante arsenal, realizar tareas de Inteligencia sobre una unidad militar de primera línea, reunir y equipar a más de 60 guerrilleros y concretar un ataque contra una poderosa unidad blindada. Facundo Suárez, intentando defender a E. Nosiglia, confirmó que existieron los contactos entre F. Provenzano y el ministro del interior, lo que entonces contradice los dichos de E. Nosiglia que sostuvo que hacía mucho tiempo que no se veía con F. Provenzano. F. Suárez –que había firmado el informe de la SIDE donde se advertía de las actividades y naturaleza del MTP- afirmó que E. Nosiglia le pidió que mantuviera vigilado al grupo. Amediados de 1987 ya la SIDE disponía del informe que fue posteriormente publicado por Ámbito Financiero. Finalmente, Joaquín Ramos, uno de los atacantes sobrevivientes, declaró:
“La verdad es que nosotros queríamos hacer la revolución, eso queríamos hacer (….) nosotros queríamos hacer un cambio en el país, nosotros íbamos a tomar La Tablada, agarrar a los milicos y formar un nuevo gobierno como de unidad nacional en el que nosotros íbamos a tener un peso seguramente y orientar el país a tener otro rumbo político y económico social, digamos. Nosotros queríamos hacer la revolución (…)”.[21]
¿A qué se refirió J. Ramos con formar un nuevo gobierno en el que ellos tendrían peso? La cita es sumamente relevante, porque indica que el MTP tenía la idea de formar un gobierno nuevo unido a otros grupos, ¿con quiénes, con este sector de la UCR?
Son demasiados los puntos oscuros que rodean la actuación de E. Nosiglia y del Ministerio del Interior: su relación con F. Provenzano; sus contactos con J. Baños; el escondite de E. Gorriarán Merlo en una vivienda de F. Provenzano, tan cercano a Nosiglia; las denuncias del peronismo, de las publicaciones nacionalistas y liberales; la falta de atención al informe de la SIDE; los avisos que llegaban desde los diarios; las confirmaciones de la presencia de elementos extremistas en los artículos de Entre Todos. El Ministerio del Interior y la SIDE máximos responsables de la seguridad interna en la Argentina ¿no conocían nada de esto? No solamente lo conocían sino que mantenía relación con los dirigentes de la agrupación subversiva. La Justicia argentina nada ha investigado ….
[1] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 228. El resaltado es del autor.
[2] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 224.
[3] GORRIARÁN MERLO, Enrique Haroldo. Memorias de Enrique Gorriarán Merlo. De los Setenta a La Tablada, Buenos Aires, Planeta, 2003, pp . 491-2. El resaltado es del autor.
[4] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 220. El resaltado es del autor.
[5] SIN AUTOR. Dime con quién andas. En: revista La Patria Grande, Buenos Aires, 2da. época, Año VIII, Nro. 35, febrero de 1989.
[6] Diario La Razón, Año 84, Nro. 28665, 28 de enero de 1989 (portada); Diario La Razón, Año 84, Nro. 28669, 1 de febrero de 1989, p. 3; Diario Ámbito Financiero, Año 13, Nro. 3074, 27 de enero de 1989, p. 6; Diario Página/12, Año 2, Nro. 505, 27 de enero de 1989, portada y pp. 2-3; Diario Página/12, Año 2, Nro. 506, 28 de enero de 1989, portada y p. 6.
[7] Entrevista a C. Menem. Publicada en el diario Página/12, Año 2, Nro. 506, 28 de enero de 1989, pp. 2- 3. El resaltado es del autor.
[8] BRAVO HERRERA, Horacio Félix. La guerrilla de papel. Toda la verdad sobre la apoyatura periodística que tuvo el asalto al cuartel de La Tablada, Buenos Aires, Sielp. 1992., p. 71. El resaltado es del autor.
[9] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 221.
Sebastián Miranda es profesor y licenciado en historia. Se desempeña como asesor de historia e integrante de la unidad de análisis de la revista Defensa y Seguridad Mercosur. Es autor -entre otras tantas publicaciones- de Cronología del Terror en Argentina, La Guerra contra el Terrorismo en Argentina y Los Secretos de La Tablada.
TRAGEDIAS VECINAS
♦
por Enrique Guillermo Avogadro.
“Las personas que están lo suficientemente locas como para
creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen”.
Steve Jobs
Chile y Argentina están viviendo acontecimientos dramáticos casi en espejo. Mientras se incendiaban Viña del Mar y el Parque Nacional Los Alerces, hechos respecto a los cuales se sospecha responsables de nuestro lado a los falsos mapuches y, del otro, a sus reales homólogos trasandinos y a terroristas de variado origen, murió Sebastián Piñera. Un Señor (con mayúscula) que, como Presidente y como opositor, hizo una enorme contribución a la cultura cívica y la convivencia política de su país; vayan mis consternadas condolencias a sus familiares y conciudadanos. Guardando las debidas distancias, en Buenos Aires el Gobierno decidió matar, sin silenciador, su proyecto de ley denominado pomposamente “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, al decidir su regreso a comisiones de la Cámara de Diputados, o sea, volver a foja cero el trámite legislativo; ahora, deja trascender que no insistirá en presentarlo.
Javier Milei llegó a la Presidencia por una suma clara de voluntades: 30% de votos propios, más un 26% del antikirchnerismo proveniente de la fallida candidatura de Patricia Bullrich. Pero lo hizo solo, sin armar un partido político real, es decir, una verdadera estructura que le permitiera obtener gobiernos provinciales y numerosas bancas legislativas federales. Está armando su gobierno con los hombres y mujeres que encuentra, ya que tampoco dispone de un importante caudal de experimentados cuadros capaces de asumir el control inmediato de todo el inmenso aparato de la administración del Estado. Que algunos de los elegidos sean ya tránsfugas o severamente cuestionables es, por hoy, harina de otro costal.
Porque protagoniza un giro copernicano en la lamentable deriva de nuestra historia, ejerce una forma de hacer política totalmente distinta. La manera en que el Ejecutivo se comportó en el Congreso permite calificarla de inocente o de audaz, según se la mire. ¿Realmente pensó que los diputados aliados o “dialoguistas” apoyarían en masa una reforma tan terminal para un sistema que les ha permitido subsistir tan ricamente hasta ahora?; antes del presunto fracaso, ¿no hizo un mero “poroteo” de votos para predecir qué expectativa de vida tenía su proyecto “ómnibus”?
Si la primera hipótesis fuera cierta, es decir, que Milei sea un virginal perdedor, habría aprendido con sangre una vieja lección: “Las democracias requieren negociación y concesiones. Los contratiempos son inevitables; las victorias, siempre parciales. Las iniciativas públicas más importantes para un presidente pueden ser destrozadas por los medios, malograrse en el Congreso o ser rechazadas por las Cortes” (S. Levitsky y D. Ziblatt, en “Cómo mueren las democracias”). Hasta un régimen tan siniestro como el que encabezó Cristina Fernández tuvo que aceptar que, aún maltrechas y golpeadas, las instituciones republicanas siguen funcionando en la Argentina; basta recordar qué suerte corrieron sus iniciativas de enjuiciar a los miembros de la Corte, de terminar con la prensa libre, de arrodillar a la Justicia desde el Consejo de la Magistratura, etc. En definitiva, no pudo, pese a su intenso “vamos por todo”, lograr una imposible impunidad por el pavoroso saqueo al que sometió al país.
La otra posibilidad es que, a sabiendas de lo inútil que resultaría el trámite parlamentario para el cambio que pretende, haya actuado intencionadamente para obligar a quitarse las caretas a los responsables de la suma histórica de fracasos que nos trajeron hasta aquí, tras las que pretendían seguir ocultándose en el Carnaval que hoy comienza, y exhibir su irresponsabilidad en esta cruel encrucijada y su distanciamiento de la sociedad. Resultó notable ver a los representantes de algunas provincias en las que arrasó Milei (Córdoba es el mejor ejemplo, ya que allí obtuvo el 74% de los votos) oponerse a la voluntad de la enorme mayoría de sus habitantes.
Me inclino a pensar que lo que vimos el martes fue una jugada maestra del Presidente que, aún hoy y a pesar de la horrible estanflación que heredó y aspira corregir, conserva un substancial apoyo de la ciudadanía. Le permitió mostrar que pese a que, según la Constitución, los diputados representan a los ciudadanos de las provincias que votaron hace muy poco y masivamente por un futuro distinto, la “casta” se defendió a sí misma y a sus privilegios, descuartizando el proyecto para impedir cualquier alteración de ese status quo que le resulta adictivamente confortable. Aparentemente, también razonaron así los mercados, y la prueba fue la fuerte reducción en las varias cotizaciones del dólar, tanto en su versión blue cuanto el MEP y el CCL, después de un breve espasmo alcista; dependerá de los próximos pasos del Gobierno y de la tolerancia social la duración de esta pax cambiaria.
Amén del placer de verlos trabajar traspirando en verano, el único positivo subproducto de las maratónicas sesiones fue la comprobación del escaso, casi nulo, bagaje intelectual de la enorme mayoría de esos legisladores, probados analfabetos a los que nadie conoce y que accedieron a esa Cámara integrando listas-sábana confeccionadas por los jeques partidarios. Los prolongados discursos para oponerse a la aprobación de la ley, que mostraron sólo la desvergüenza y la idiota ideologización de quienes los pronunciaban, deben haber hecho llorar de tristeza a las paredes de un recinto que, años ha, escuchó las cultas e inflamadas verbas de Leandro Alem, Alfredo Palacios, Juan B. Justo, Arturo Frondizi, Ricardo Balbín y tantos otros. A la vista está que los argentinos no podemos, ni debemos, tolerar más esta deliberada protección a quienes hacen de la política un espurio medio de vida, y exigir la inmediata utilización de la lista única en papel para evitar tamaña corruptela. Y también la “ficha limpia” de quienes pretendan ser candidatos, para impedir que sátrapas poseedores de prontuario y oscuro pasado puedan acceder a cualquier función pública.
Bs.As., 10 Feb 24
Enrique Guillermo Avogadro
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PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 9, 2024
R E M E M B R A N Z A S
♦
Prof. Mgtr. María Elena Cisneros Rueda.
Hace un cierto tiempo que estoy en contacto con bravas y valerosas mujeres que son esposas de integrantes de las Fuerzas que están prisioneros de hecho o en domiciliaria, con sufridas hijas, hermanas, esposas, que perdieron a un miembro de la familia en condiciones de violencia extrema llevada adelante por los terroristas de los 70. Con ellas me siento totalmente identificada por haber sufrido el mismo dolor, la misma impotencia, por haber derramado lágrimas sin comprender la razón de tanto odio gratuito, muchas veces basado en sartas de mentiras y tejidos perniciosos de malicia y podredumbre moral.
Esta es la razón por la cual, he decido rememorar algunos hechos desde mi propio punto de vista, porque si un juez digamos que tiene 40 años, está decidiendo sobre la vida y la libertad de un procesado; en verdad no conoce nada, no vivió nada, no experimentó nada y solo actúa por lo que le dicen, le cuentan, le pusieron en la cabeza durante su formación y lo adoctrinaron en la facultad. Pero de la realidad de los hechos acontecidos en los 70, lo desconoce todo, por tanto mal podría tener imparcialidad debido a que desde la base está predispuesto a aceptar mentiras, conjuros, falsedades, testimonios traídos de los pelos, debido a que por supuesto no va a buscar la verdad sino que solo va a “quedar bien” con quien le tira tres migajas cada mes. Lo mismo ocurre con las pérfidas a cargo de las “defensorías” de los manipulados derechos humanos que tanto invocan y que ni saben de qué se trata. En rigor a la verdad son “licenciadas” que nuca volvieron a estudiar un solo curso de perfeccionamiento y son abogadas remarcando que no son “doctoras” porque nunca investigaron, redactaron, presentaron y defendieron una Tesis doctoral.
En 1955 cuando fue derrocado el gobierno de Perón, yo tenía 4 años, tres años antes en visita a Paraná, Evita me tuvo entre sus brazos y me otorgó un sonoro beso. Primero tomó el gobierno el General Eduardo Lonardi y luego el General Eugenio Aramburu.
En 1958 al comenzar la escuela primaria después de una larga enfermedad, asumió Arturo Frondizi.
En 1962 Derrocamiento. Sube José María Guido, yo tenía 11 años.
Ahí comenzaron los tubérculos opositores al gobierno fascinados por la revolución castrista, aunque realmente las voces comenzaron a levantarse en contra hacia el final del gobierno democrático de Frondizi. Yo solía escuchar las conversaciones de las maestra en los recreos y luego le preguntaba a mi tío Oscar, miembro del Partido Comunista quien me asesoraba en mis pesquisas.
1963: ganó las elecciones quien considero al único Presidente en toda la extensión de la palabra, Arturo Illia, yo tenía 12 años, estaba terminando la escuela primaria y ya me interesaba en todo lo que pudiera ser positivo para el pueblo. Por supuesto la mitad del país estaba a favor y la otra en contra, pero eso como saben es una característica argentina, nunca nada les viene bien.
1966: hubo un doloroso derrocamiento y subió el General Juan Carlos Onganía. Ese año yo festeje mis 15 años junto a mis compañeras.
1970 tomó el poder Marcelo Levingston, para entonces, yo tenía 19 años, estaba en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Argentina y ya había visto la foto (que cambiaría mi destino para siempre) de Perón de vacaciones junto a su esposa y su hombre de confianza José López Rega.
1971 sube Alejandro Lanusse, que también cambiaría el destino de la nación para siempre.
Para entonces, aquellas tentativas de oposición de la juventud universitaria, estaban en todo su apogeo. No se hablaba de otra cosa que de Perón en Madrid y de los movimientos socialistas. Yo observaba el comportamiento de mucha gente de mi edad que se sentía atraída por el discurso “idealista”, muchos cayeron en la trampa, muriendo de forma terrible, y lo que era peor, alentados por los propios “compañeros de lucha”, nada manifestaban a los padres que ni se enteraban de lo se venía. Yo solía decirles “está bien que deseen ser como Cuba, pero entonces suban a un avión y váyanse a vivir ahí donde está el régimen, pero aquí no hay lugar para esos pensamientos, nosotros los argentinos somos incapaces de responder a esos principios, acá queremos vivir tranquilos, comer todos los días, tener una casa bonita, un coche último modelo, vacaciones en el mar, ropa de marca, buenos trabajos, con esas ideas de ustedes eso no cuadra.”
Hoy reitero lo mismo, Argentina no es para ser ni de cerca como Cuba, Rusia o Venezuela. El argentino quiere tenerlo todo, rápido y sin esfuerzo y eso NO es lo que dice la doctrina socialista. Suban al avión y váyanse allí donde se pone en práctica lo que tanto aman, pero en el país ¡NO!
1973: asume Héctor Cámpora, y entonces comete el peor de los delitos que un presidente puede cometer, falta a su juramento, falta a quien lo pusiera en esa posición, falta a su palabra, falta al partido, falta a la doctrina y sume al país en un caos de odio, revancha, venganza y muerte que hasta hoy no ha sido superado; firma el Decreto 11/73 liberando a 372 presos que habían sido capturados cometiendo hechos terroristas y el 27 de mayo de 1973 el Congreso sanciona la ley 20508, dando amnistía a todos los presos políticos.
Hizo todo eso amparado en el sillón de mando, sin consultar con su motivador, creyéndose que él era en verdad la cabeza del movimiento y que tenía el poder. La banda le obnubiló el entendimiento, le vendó los ojos y lo convirtió en la metralla silenciosa que aún hoy sigue matando argentinos a través del odio, la maledicencia, la mentira, la falsedad, el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la desolación, el maltrato, el acoso y el engaño.
Aunque Perón al designarlo su candidato, ya sabía perfectamente lo que haría, nunca imaginó esta gol de gambeta, lo tomó de sorpresa en verdad, lo enfermó de rabia, lo enfureció por el irrespeto hacia su persona y su figura, y la decisión se llevó a cabo mucho antes de los esperado. La decisión estaba hecha ANTES de la elección. Pero la caja de Pandora estaba abierta y aún hoy derrama todos los males sobre gente que no tiene por qué pagar consecuencias de acciones que ni siquiera supieron que se llevaron a cabo. Perón y solo Perón sabía lo del cambio porque él mismo lo había esquematizado así. Por tanto es una falsedad que sigan diciendo que fulano y mengano estaban en la confabulación. Si no Saben la verdad NO hablen y NO mientan.
Ya sabemos todos los hechos que sucedieron de inmediato. Los guerrilleros comenzaron con los ataques de sus hordas. Hechos aberrantes de secuestro, tortura y muerte como el del Teniente Coronel Argentino del Valle Larrabure, claramente un delito de Lesa humanidad, pero que aún no se ha podido concretar. ¿Razón? Porque como todos sabemos, y muchos callan, estos delitos indudablemente cometidos con el propósito de desestabilizar al gobierno constitucional que logran hacer claudicar en marzo del 1976 han sido tomados como bandera de ataque por aquellos que en realidad fomentaron y llevaron a cabo dichos delitos. O sea los terroristas que hoy, viejos y caducos se pavonean en cargos de alcurnia y especulan sobre sus riquezas mal habidas sobre la sangre de gente inocente y sobre las vidas de aquellos que trataron de defender la soberanía nacional, pero que fueron traicionados por los gobiernos “democráticos” con claras inclinaciones socialista…de la mala inclinación…
Debo decir en honor a la verdad, que Cámpora nunca me cayó bien. La piel aceitosa, la sonrisa hipócrita de plástico, el bigote dibujado, los anteojos resbaladizos, los abrazos fingidos…
No era lo que mostraba hacia afuera, era lo que anidaba hacia adentro. La causa de todos los males. El dolor de tantas familias que vieron morir ante sus ojos, a padres, esposos, hermanos, y que hasta hoy tiene secuelas físicas y emocionales. La vida miserable en infectas prisiones de tantos hombres que fueron enviados a luchar contra el malsano actuar de los guerrilleros. Todo por la mala conducta de un hombre que no supo honorar su palabra.
Jueces y abogados, busquen la verdad en archivos verdaderos. No se dejen manipular por las falsificaciones que les presentan. Indaguen a los “testigos”, cuál es la razón detrás de la mendacidad, ¿por qué enredan y tergiversan? Eso es parte de su trabajo. Para eso tienen investigadores.
Caso contrario, están cometiendo dolo.
MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña). Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.
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Noviembre 4, 2021
¿UTOPÍA?
Escribe LUIS BARDIN.
¿UTOPÍA?
Frondizi subió al gobierno y lo primero que hizo
elevó el precio del dólar: lo subió un treinta por ciento.
Demostró reglas de juego que no pudieran burlarlas.
A Somisa puso en marcha y se exportó hidrocarburos
además de grandes logros que nos dejó Don Arturo.
Usted señor Presidente prefiere que todo se haga
despacito gradualmente. La lenta devaluación,
a nuestro Banco Central, le ha costado muchos verdes.
Déjelo flotar en serio, aunque a los 50 llegue.
Deje que sigan comprando, que los pague aquel que quiere.
Hágalo de un solo saque no le tema a la inflación
ni tenga miedo a los precios. Deje que la oposición
los usen como banderas en la próxima elección.
Va a ver que se exporta más e importará mucho menos
y con dólares ahorrados les podrá subir los sueldos
a empleados del estado, profesores y maestros.
Deje que los empresarios calculen sus dividendos
y si no obtienen ganancias será porque son ineptos.
Luis Bardin
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Agosto 29, 2018
EL PRÓXIMO PRESIDENTE TIENE QUE SALIR DE LA CÁMPORA
Por CLAUDIO KUSSMAN.
SON TRANSPARENTES
Estas “sabias” definiciones por supuesto que no son mías, ni concuerdo con ellas. Son ni más ni menos que del señor empresario FRANCO MACRI y fueron pronunciadas públicamente el día 18 de enero de 2014, a periodistas del diario La Nación (.https://www.lanacion.com.ar/1656621-franco-macri-el-proximo-presidente-tiene-que-salir-de-la-campora) Desde ya no fue la primea ni la única vez que se explayó a favor del gobierno de la “década ganada”, el más corrupto de la historia argentina. En julio del año 2010 a periodistas del diario Clarín, eufórico les había manifestado: “Este gobierno es el mejor que tuvo Argentina desde Frondizi”. Recordemos que él recibía por sus gestiones comerciales entre China y Latinoamérica, el 4 % de todo lo que vendiera ese país a esta zona del mundo y consecuentemente a Argentina. Pasaron algunos años y hoy el panorama cambió. Su hijo es el presidente desde hace dos años y nueve meses, algo no está andando bien y los “brotes verdes” no llegan. Tampoco el “fin del curro de los derechos humanos”, ni la justicia dejó de ser militante para pasar a ser “independiente”. Al mismo tiempo al igual que en el gobierno del “vamos por todo”, los adultos mayores seguimos muriendo en prisión imputados por los mal llamados delitos de lesa humanidad, a como dé lugar. Para muchos estas muertes parecieran más benignas que las ocurridas antes del 10 de diciembre de 2015, cuando se hiciera cargo del gobierno MAURICIO MACRI. En lo personal siento que son peores, más crueles y ofensivas, considerando la extracción social y política del actual gobierno que por otra parte expresa ser gente honesta, que se maneja con la verdad al contrario del kirchnerismo. Es más, daría la impresión de una mortal sobreactuación cuando arrojan flores al rio, por las 30.000 “víctimas” que ellos oficializaron a través de una ley de la Provincia de Buenos Aires. Ante tanta hipocresía y ensañamiento y sabiendo cual es fin que me espera, al igual que al resto de prisioneros, solo puedo decir que hago votos para que el destino dé a cada una de estas “autoridades” la recompensal, que verdaderamente se merecen.
Claudio Kussman
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Agosto 28, 2018
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Agosto 28, 2018
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INSERTARNOS EN EL MUNDO SIN PERDER DE VISTA EL INTERÉS NACIONAL
Por ADALBERTO RODRÍGUEZ GIAVARINI.
Los 40 años del CARI marcan la vigencia de una institución comprometida con el país y el desarrollo de sus relaciones internacionales
Si bien la historia sirve para proyectar los tiempos venideros, es oportuno resaltar otra de sus lecciones: el futuro siempre nos sorprende en algún punto. Así ocurrió en los 40 años que tiene de vida el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI): desde la Guerra Fría, pasando por la caída del Muro de Berlín, hasta los oscuros celajes que hoy se ciernen sobre los valores universales de las repúblicas democráticas, y sin olvidar las consecuencias del cambio climático.
En ese contexto se entiende que el estímulo y la obligación de conjeturar escenarios para insertarnos al mundo desde la cultura y el interés nacional sean la esencia del CARI, el núcleo de su identidad. Pensar la Argentina en un mundo a veces impredecible, para que desarrolle al máximo su singular potencial y así estar preparados para aprovechar o mitigar las “sorpresas”, es el mejor legado del embajador Carlos Muñiz, el visionario fundador del CARI.
En la antorcha de ese legado que, junto con los destacados miembros del comité ejecutivo, tenemos el honor de llevar, nos indica que debemos siempre poner nuestra energía en intentar iluminar los caminos que se vienen, ya que los argentinos no hemos dado, aún, todos los frutos que nuestro potencial guarda.
En este contexto es claro que la política exterior es la herramienta para obtener una interdependencia inteligente, que nos brindará con políticas sustentables en el tiempo aquello con lo que las naciones desarrolladas ya cuentan en su mayoría: bienestar para su población y libertad para decidir su futuro. La integración, como arma contra la equidad, derrota la pobreza en las democracias evolucionadas y es el compromiso pendiente que tenemos.
Los argentinos hemos probado en nuestra historia contemporánea una miríada de sistemas políticos, económicos y sociales con una variable negativa inmutable: la falta de una duradera cohesión interna entre los actores institucionales. En otras palabras, una perdurable debilidad para formar consensos de mediano y largo plazo para establecer una república democrática desarrollada hacia la integración global, por sobre los intereses sectoriales y políticos.
Desde la restauración de 1983 hemos experimentado avances y retrocesos, pero el mundo cada vez nos espera menos, ya que ese mundo, el de la universalidad de los valores republicanos, el de los regímenes internacionales para fomentar derechos de los pueblos por sobre las fronteras, está ahora bajo el acecho de tribalismos neopopulistas, nacionalismos resucitados y lecturas anacrónicas de la realidad que impulsan también proteccionismos, guerras comerciales, y que en muchas ocasiones violan los derechos humanos.
[ezcol_1quarter]Abbas
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]Albright
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]Kohl
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter_end]Rodríguez Giavarini
[/ezcol_1quarter_end]En estas cuatro décadas que se conmemoraron en junio pasado, el CARI ha dado de sí, al cumplir con la tradición argentina de producir conocimiento global desde el sur del hemisferio, 22 comités, siete grupos de trabajo y dos institutos, que configuran un activo único de diplomacia pública. Así, miles de estudiantes, profesores, académicos, políticos, diplomáticos, periodistas, intelectuales, artistas, jefes de Estados y de gobierno han pasado por el CARI. Nelson Mandela, Helmut Kohl, Bill Clinton, Madeleine Albright, Mahmoud Abbas y Shimon Peres, al igual que el papa Francisco (antes de ser ungido obispo de Roma) han sido parte de las actividades del Consejo.
El acercamiento entre la Argentina y Gran Bretaña, cuando las relaciones bilaterales aún estaban rotas después del conflicto del Atlántico Sur, es uno de los ejemplos de éxito de la diplomacia pública que impulsó el CARI, de manera de sentar el tono de la nueva etapa diplomática en la que el reclamo soberano se mantuvo incólume.
En la actualidad el CARI tiene la distinción de ser el representante argentino del Council of Councils, que lidera el titular del Consejo para las Relaciones Internacionales de Nueva York (CFR), Richard Haass. Este Consejo de Consejos representa a veinte naciones desarrolladas y emergentes en la búsqueda de facilitar la cooperación internacional por medio de sus think tanks de política exterior.
El CARI es una institución pluralista y en modo alguno adhiere a gobiernos o facciones políticas, pero siempre apoya con su aporte académico e institucional las políticas de acercamiento al mundo.
Los desafíos para la Argentina en este contexto de “desorden” mundial son mayúsculos, ya que el interés nacional significa poder avanzar en materia de exportación de alimentos y desarrollo energético con una agenda de mayor comercio multilateral y ampliar los tratados de libre comercio, mientras reforzamos nuestros sistemas educativos para una nueva etapa de la globalización que nos afectará a todos.
Vale coincidir con las palabras del presidente Mauricio Macri en Davos a comienzos del año: “El crecimiento global es sustentable, pero no alcanzó a todos y deterioró la confianza en la globalización […] para construir un futuro compartido de desarrollo justo y sostenible, debemos trabajar juntos buscando consenso”.
Ante dicho panorama, la presidencia argentina del G-20 es una oportunidad singular para mostrar nuestro compromiso con la comunidad internacional.
Si volvemos al auxilio de la historia, hace más de medio siglo Arturo Frondizi sintetizó esta deuda que arrastramos como sociedad política: “Tenemos que extirpar hasta sus raíces la ignorancia, la miseria, la enfermedad y el miedo al futuro, tenemos que construir puentes, diques, caminos, oleoductos, usinas y fábricas sobre toda la República. Habrá que volcar tractores, equipos electrógenos, talleres y máquinas agrícolas sobre todos los campos. Tendremos que multiplicar los camiones, los vagones y las locomotoras. Las alas argentinas surcarán todos los cielos y la bandera de la patria flameará por todos los mares como una mensajera de progreso”.
Más atrás en la historia, Ortega y Gasset nos encomió con el ya tradicional grito de “argentinos a las cosas […] Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos […] No imaginan ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirles el pecho a las cosas…”.
Ojalá que en el tiempo del presidente Macri los argentinos podamos establecer los mínimos puentes de consenso para saldar las deudas con la historia de las que nos alertaron Frondizi, Ortega y Gasset, y tantos otros, de manera que podamos trabajar juntos para que las sorpresas de la historia jueguen a nuestro favor o nos perjudiquen lo menos posible porque reaccionamos a tiempo y con inteligencia.
Para ello, el CARI seguirá trabajando con su producción de conocimiento argentino en pos de una sociedad internacional, en la que el derecho y la equidad de los pueblos sean alguna vez moneda corriente.
Presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y exministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina
Adalberto Rodríguez Giavarini es Ex Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina. Es un economista y militar retirado del Ejército Argentino. Graduado en el Colegio Militar de la Nación y en la Universidad de Buenos Aires, es también Doctor Honoris Causa de la Universidad de Soka (Japón), vinculado a la Unión Cívica Radical y ex Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 8, 2018
Solos en la madrugada
Escribe ENRIQUE GUILERMO AVOGADRO.
El próximo miércoles veremos, en la Avda. 9 de Julio, que Hugo Moyano (más sus hijos, su tercera mujer y los vástagos anteriores de ésta) se encuentran absolutamente solos, como nunca lo han estado, en el amanecer del momento en que irán presos. Aún así, sin duda estarán rodeados por lo más granado del kirchnerismo (la CTA, los docentes y bancarios), el trotskismo, y los movimientos sociales, incluida la CTEP, la organización encabezada por Juan Gabrois, funcionario vaticano por designación de SS Francisco, todos aunados solamente por su actitud opositora al Gobierno.
Es bueno recordar que el Papa cumple dos roles: Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y Jefe del Estado Vaticano. Cuando habla de dogma su palabra es infalible para nosotros, los fieles de su Iglesia; en cambio, como estadista, no es más que un ser humano común, susceptible de incurrir en errores y, sobre todo, con derecho a tener opinión propia en temas terrenales. Si le envía rosarios a los imputados por corrupción o una carta personal a Hebe de Bonafini, donde la bendice y la compara con Jesús como objeto de calumnias en procesos amañados, está ejerciendo su derecho, pero no por ello sus pareceres tienen que ser aceptados por la grey; y lo mismo sucede con el resto de sus expresiones estrictamente políticas o económicas.
La soledad en que han dejado al Negro Moyano sus pares se debe a que éstos han comprendido, con sagacidad y experiencia, que hoy el poder real está en manos de Mauricio Macri quien, a diferencia de sus predecesores no peronistas, sorteó con facilidad las elecciones de medio término. Percibieron que no se trata de un personaje débil o manejable sino que están frente a alguien con decisión y firmeza; además, puede abrir o cerrar la bolsa de recursos de las obras sociales gremiales, principal fuente financiera de los sindicatos, y activar las acciones de la Oficina Anticorrupción, que tanto preocupa a varios de los congéneres del líder camionero, autores de similares delitos.
La concentración del 22 para la defensa política frente a las acciones penales que lo tienen contra las cuerdas puede derivar en violencia urbana, pero no dudo que la Ministro de Seguridad está preparada para reprimirla; a Patricia Bullrich tampoco le temblará la mano para hacerlo.
Pero hay otro ángulo en el que la mayoría de la sociedad está de acuerdo. Me refiero a la imperiosa necesidad de despedir al millón de empleados públicos que se agregaron en la década anterior; en ello coinciden todos los ciudadanos, asfixiados por una presión impositiva que no para de crecer. Si por unos pocos cientos de empleados, a los cuales no fueron renovados sus contratos temporarios, la ciudad de Buenos Aires y sus accesos se ha transformado en un caos, ¿qué sucedería si estuviéramos hablando de miles? ¿Estamos dispuestos a pagar el precio, aunque sólo sea en materia de libre circulación?
Moyano y sus socios son verdaderamente capaces de convertir nuestra vida en un infierno por la falta de alimentos, de dinero, de combustibles, de exportación de granos, de clases, etc., y no tengo dudas que activarán paros crecientes a medida en que avancen las causas penales; ¿lo soportaremos todos los que hoy despotricamos contra el inmenso poder que han sabido construir extorsionando a mandatarios y ministros?
Esto nos lleva a las dificultades económicas que jaquean al Gobierno, en especial la indomable inflación. En materia de mercados, los factores psicológicos tienen una enorme importancia; cuando un rumor -favorable o negativo, cierto o falso- trasciende, el precio de los activos sube o baja sin ninguna razón aparente que lo justifique y, cuando la multitud actúa como masa, la fortuna o la ruina están a la vuelta de la esquina; muchos pánicos y burbujas generalizados que se han producido en el mundo en épocas recientes dan acaba prueba de esta afirmación. Y en este aspecto el accionar de los gremios y el desorden generalizado está produciendo un grave deterioro en la imagen que Macri está intentando construir de cara a los inversores; en especial cuando, como sucedió esta semana, se reflejan en el diario más influyente en la materia, The Wall Street Journal.
Hay virus enormemente peligrosos que se han instalado en nuestro cuerpo social desde hace tiempo y, como terribles drogas adictivas, costará mucho tiempo erradicarlos. Por estar enfermos de populismo, pretendemos que se nos “regalen” los servicios públicos, sin pensar que los pagaremos con nuestros ya insoportables impuestos; y al apostar permanentemente al alza futura de los precios internos y de los salarios, convertimos a la inflación, la peor gabela, en una profecía autocumplida.
Sabemos que el precio del dólar en la Argentina está atrasado, y que esa situación perjudica enormemente a nuestras exportaciones industriales y a las economías regionales; sin embargo, tan pronto comienza una sensación alcista, salimos a remarcar los precios a su ritmo, aunque no estén vinculados a las importaciones. Nos quejamos del sideral déficit de nuestra balanza de pagos, pero batimos records absolutos en materia de turismo y compras en el exterior, aprovechando precisamente el dólar barato.
Criticamos el nivel de endeudamiento del país en el exterior, pero no ahorramos en el país el dinero suficiente para solventar el sideral gasto público heredado; tampoco nos conforma el gradualismo del Gobierno, pero no proponemos recetas alternativas políticamente viables para reducirlo.
Los industriales protestan por la baja en el consumo, pero rechazan frontalmente la apertura de la economía, que les permitiría buscar clientes en el mundo entero. Los dirigentes sindicales aúllan contra cualquier medida que pretenda mejorar la competitividad y reclaman por la caída del poder adquisitivo, mientras se asocian a los pedidos de las entidades patronales, pero sus pretensiones en materia salarial aportan nuevo combustible al incendio inflacionario.
Nos sentimos por completo inseguros, pero calladamente permitimos que se procese a un policía que mata a un asesino frustrado que huye y a un padre que golpea a un individuo mayor por intentar seducir por Internet a su hija de once años. Hace cuarenta, rogabamos que las Fuerzas Armadas reprimieran a los terroristas que ponían bombas, asesinaban y secuestraban a mansalva, pero hoy miramos para otro lado cuando se nos enfrenta a la realidad de dos mil ancianos militares presos, muchos sin condena, por ganar la guerra a la guerrilla.
En resumen, todos tenemos que dejar la hipocresía de lado y tomar conciencia de cuánto depende de nosotros mismos que la Argentina se reconvierta en el país viable y envidiable que alguna vez fuimos y deje atrás esta espiral de decadencia en que nos hemos sumergido desde hace décadas. Es cierto que costará grandes sacrificios presentes lograrlo, pero así dejaríamos a nuestra descendencia un legado de paz y prosperidad del cual hoy carece. ¿Seremos, realmente, capaces de hacerlo?
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Febrero 18, 2018
LA COORDINADORA RADICAL Y EL ATAQUE A LOS CUARTELES DE LA TABLADA. LA MANO INVISIBLE DETRÁS DEL MTP. LO QUE LA JUSTICIA NUNCA INVESTIGÓ …
Escribe Sebastián Miranda.
Uno de los aspectos más relevantes del ataque a los cuarteles de La Tablada fue la relación de la Coordinadora Radical Rama Capital, principal sostén de la candidatura de Raúl Alfonsín, con el MTP. Cuando la pólvora no se había disipado, desde distintos sectores señalaron a la Coordinadora como la autora intelectual del ataque. Su principal dirigente era Enrique Nosiglia, alias “El Coti”, reproducimos algunos testimonios que incluí en mi libro Los Secretos de La Tablada.
Los contactos del MTP con E. Nosiglia fueron realizados por medio de Francisco Provenzano, uno de los cabecillas del MTP y ex integrante del ERP (un hermano suyo falleció mientras colocaba una bomba en el Edificio Libertad). El tema fue estudiado en detalle por D. Gallo y por G. Álvarez Guerrero (radicales) que publicaron una biografía de E. Nosiglia. En este trabajo se hizo referencia a la histórica amistad entre las familias Provenzano y Nosiglia, estrechas dado que el padre de Nosiglia y el de F. Provenzano y un hermano suyo eran médicos que atendían recíprocamente con frecuencia a los miembros de las familias. Los padres de ambos habían sido compañeros de trabajo en Salud Pública durante el gobierno de Ar. Illia. Los periodistas explican:
“Esta relación entre Nosiglia y Provenzano fue muy publicitada en los meses previos al ataque por Guillermo Cherashny, ex rival del Coti en la Juventud Radical devenido en columnista del semanario El Informador Público. Diez días antes del ataque del 23 de enero, Cherashny escribió una columna con el título “El ERP y la Coordinadora”. Allí decía que un sector del ERP liderado por Gorriarán Merlo y la Junta Coordinadora de la UCR –que lideraba Nosiglia– habían alcanzado un acuerdo táctico. En el mismo artículo, señalaba que Gorriarán Merlo había invertido un millón de dólares en un diario de centroizquierda. No aclaraba que era Página/12, pero se intuía (…). En su columna afirmaba que Nosiglia les había pedido a los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y Seineldín. Cherashny también escribió sobre un encuentro entre Nosiglia y los dirigentes del MTP Felicetti y Provenzano a fines de diciembre en la confitería Paladiun”.[1]
La noticia sobre el encuentro fue también informada por la revista nacionalista La Patria Grande:
“En la boite Paladium, Nosiglia y Provenzano ultimaron los detalles de tal campaña de desprestigio, acompañados por Gustavo [Roberto] Felicetti (ex ERP), durante un desfile, no precisamente militar, sino de modas, el 29 de diciembre pasado, cuando un directo al mentón del ministro precipitara el fin de la velada. Jorge Baños, dirigente del MTP (agrupación protegida por la Coordinadora), lanzaba, días después, la denuncia de golpe por todos los medios de difusión en manos del gobierno y de algunos privados, que, generosos, le ofrecían un vasto espacio”.[2]
[1] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. El Coti. El dueño de todos los secretos, Buenos Aires, Sudamericana, 2005, p. 225. El resaltado es del autor.
[2] SIN AUTOR. Tierna amistad. En: revista La Patria Grande, Buenos Aires, 2da. época, Año VIII, Nro. 35, febrero de 1989.
Según los autores, el objetivo perseguido por el ministro del Interior era hacer que el MTP denunciara la relación Menem–Seineldín–L. Miguel para desprestigiar al candidato justicialista que de acuerdo a las encuestas llevaba una amplia ventaja sobre el radicalismo en los comicios que se desarrollarían en pocos meses. Los mismos autores afirmaron:
“En su libro Los sospechosos de siempre, el periodista Jorge Boimvaser, de excelentes contactos con los servicios de inteligencia, cuenta: Facundo Suárez estaba al tanto de que Nosiglia, en plena campaña electoral, prestaba apoyo a cualquier sector extrapartidario que se atreviese a desgranar denuncias públicas contra el candidato justicialista. Toda acción se considera útil para ensuciar la imagen opositora. Pancho Provenzano, amigo de Nosiglia, había llevado una de esas propuestas. Consistía en una lluvia de acusaciones periodísticas y judiciales contra Carlos Menem y sus aliados, de la que se encargaría el titular del MTP, Jorge Baños. La campaña tenía un precio que el Ministerio del Interior solventó con partidas provenientes de sus fondos reservados, Boimvaser va más allá y asegura que Provenzano recibió extraoficialmente la suma de quince mil dólares en diciembre de 1988, con las cuales adquirieron varias armas en armerías céntrica”.[1]
El MTP a su vez usaría esta información sobre las relaciones Menem–Seineldín-L. Miguel, que efectivamente existían pero que no implicaban la realización de un golpe de Estado, para justificar sus acciones contra los cuarteles de La Tablada. D. Gallo y G. Álvarez Guerrero sostenían: “Dos militantes del MTP recuerdan que durante 1988 los llamados telefónicos de Nosiglia a Provenzano eran habituales. Ellos lo sabían porque atendían el teléfono 47-0528 de Tucumán 2250, donde funcionaba el Movimiento. En algunas ocasiones –Nosiglia ya era Ministro del Interior- ni siquiera llamaba a través de una secretaria: Soy Coti ¿Está Pancho?, preguntaba. Nosiglia y Provenzano también solían encontrarse en dos bares cercanos al Comité Capital de la UCR”.[2] Sin embargo los periodistas no dieron la identidad de los integrantes del MTP de los que recibieron esta información.
No solamente los biógrafos de E. Nosiglia dieron cuenta de estas relaciones, el propio E. Gorriarán Merlo hizo referencia a los contactos:
“Las conversaciones más importantes con el radicalismo las hicimos con Nosiglia, que en ese momento era Ministro del Interior y con Gil Lavedra, que lo secundaba en ese ministerio. Incluso el contenido de una de ellas fue publicado por los periódicos en los días previos a La Tablada. En esos encuentros pudimos advertir que el gobierno de Alfonsín estaba convencido de la inminencia de una nueva sublevación pero no tenía la decisión ni la voluntad de resistir, de recurrir al pueblo, que se encontraba asustado, impotente”.[3]
A lo expuesto es necesario agregar un dato más. Desde 1988 E. Gorriarán Merlo vivía clandestinamente en un departamento en la calle Yerbal en el barrio de Flores alquilado a nombre de F. Provenzano, ¿La SIDE no lo sabía, cuando F. Provenzano frecuentaba al Ministro del Interior? Se trataba simplemente de una cuestión de seguridad interior: una persona muy cercana al ministro alquilaba un departamento donde vivía uno de los guerrilleros más buscados de la Argentina, en forma clandestina, ya que tenía pedido de captura internacional. ¿La SIDE no tenía noción de esto? Es poco creíble que un personaje tan peligroso pudiera estar tan cerca de un funcionario de primera línea sin que los organismos de seguridad lo supieran.
Los encuentros entre E. Nosiglia y F. Provenzano también llamaron la atención de los justicialistas:
“A fines de 1988, los seguidores del riojano estaban convencidos de que sectores liberales del Ejército se opondrían de cualquier manera al triunfo del justicialismo. Y manejaban dos hipótesis: un atentado contra Menem o un golpe previo a las elecciones para asegurar la continuidad radical. Mientras se iniciaba la campaña, el sector seineldinista que apostaba a Menem trazó un cuadro de situación. En uno de ellos no hablaba de Nosiglia, pero sí del sector radical que él lideraba, y alertaba a estar atentos frente a un posible hecho desestabilizador organizado por la Coordinadora que tendría como objetivo la continuación del régimen socialdemócrata”.[4]
Los peronistas sospechaban que los radicales intentarían alguna maniobra desesperada para privar al justicialismo de una segura victoria electoral. Julio César Arias, vocero del Justicialismo, denunció la connivencia entre el gobierno y el MTP. Desde el periódico seineldinista La Patria Grande se hicieron eco de sus declaraciones: “(…) El periodista Horacio Verbitsky fue contratado para dirigir un equipo de acción sicológica, dedicado a apuntalar la ya penosa campaña electoral de la UCR, poniendo a su disposición un amplio piso ubicado en plena calle Florida, y que éste habría intentado que dicha denuncia fuera presentada por el propio presidente Dr. Alfonsín”.[5] Pero además todos los diarios importantes, incluso los oficialistas, reprodujeron estas denuncias que causaron un fuerte impacto en la opinión pública pero que con el paso vertiginoso de los acontecimientos se fueron diluyendo. C. Menem recibió pleno apoyo del Consejo Nacional Justicialista al realizar las denuncias.[6]
El 28 de enero de 1989 el diario Página/12 publicó una extensa entrevista realizada por los periodistas José Antonio Díaz y Gabriela Cerruti. C. Menem dijo directamente a sus entrevistadores:
“(…) Pero mi satisfacción tiene que ver con la razón que tuvimos al vincular esa denuncia con el complot formulado por Baños contra mí y el justicialismo con un audaz operativo de inteligencia para impedir las elecciones del 14 de mayo o la victoria peronista. Lamentablemente, algunos medios como el de ustedes cayeron, quiero creer ingenuamente, en la maniobra (…). Pero ¡qué barbaridad! van a ver ustedes que el final de esta historia será la confirmación de que el objetivo del copamiento no fueron los carapintadas sino el peronismo y la propia democracia y yo creo que los radicales que hicieron acuerdos políticos con el MTP lo hicieron porque están dispuestos a todo para evitar la derrota electoral (…). Pero yo no tengo ninguna duda de que esta trágica acción apuntó al corazón del proceso electoral y mucho me temo que a partir de ahora, teniendo en cuenta el cambio brusco que produce este hecho en la coyuntura nacional, algún sector del Gobierno intente tomar alguna medida: no sería descabellado pensar, y ésta es sólo una de las suposiciones, que se intente postergar la fecha de las elecciones pese a las desmentidas oficiales (…)”.[7]
Para el Partido Justicialista el ataque a La Tablada fue una maniobra gestada desde esferas gubernamentales para postergar las próximas elecciones y para desprestigiar su candidatura dado que las encuestas lo daban como seguro ganador. El ex senador justicialista H. Bravo Herrera señaló:
“Medios periodísticos de Porto Alegre (Brasil) revelaron en su momento –y entre nosotros, nadie tuvo en cuenta esa información- que el intendente comunal de esa ciudad brasileña había sido el anfitrión de una reunión social de la que participaron Enrique Nosiglia, Carlos Becerra, Enrique Gorriarán Merlo y Jorge Baños, en diciembre de 1988 (…). Es posible que en aquel encuentro en Brasil, los funcionarios gubernamentales y los dos miembros de la dirección del MTP hayan acordado los términos de una operación de acción psicológica que se desenvolvería –como ocurrió- a partir de enero de 1989, con la denuncia de una supuesta conspiración de Menem, Seineldín y Miguel. También su financiamiento, que habría sido abundante, al punto de tentar a Gorriarán Merlo y a Baños a continuar por su cuenta con un operativo como el llevado a cabo en La Tablada”.[8]
La denuncia es gravísima y nunca fue tenida en cuenta por la Justicia. H. Bravo Herrera fue uno de los que sostuvo la hipótesis de la participación de funcionarios del gobierno radical en el ataque a La Tablada con el fin de desprestigiar al candidato peronista. La reunión se habría realizado el 23 de diciembre de 1988 en un bar de Vila Madalena en San Pablo con el fin de coordinar las acciones contra el RIM 3. Habrían participado E. Nosiglia, C. Becerra y E. Gorriarán Merlo. Además también habrían estado presentes varios integrantes de la organización SUGAR (Secciones Urbanas Guerrilleras Armadas Revolucionarias), también conocida como Conexión Sur, sucesora de la Junta Coordinadora Revolucionaria creada por M. R. Santucho. La acción de La Tablada tendría como objetivo asaltar el poder que inminentemente se les escapaba de las manos a los radicales, tal como ocurriría meses después por la debacle económica y social producida por la desastrosa gestión de R. Alfonsín. H. Bravo Herrera indicó que la información sobre la reunión no fue tenida en cuenta y que la SIDE nada hizo por investigar la cuestión.
La hipótesis sostenida por los peronistas se vio alimentada por los contactos que el Ministerio del Interior tenía con J. Baños, abogado del CELS abatido durante los combates y que fue el principal agente de las denuncias del MTP sobre las relaciones entre C. Menem, M. A. Seineldín y L. Miguel:
“(…) Los menemistas empezaron a prestarle atención cuando vieron que sus denuncias ocupaban grandes espacios en los canales y radios oficiales donde la Coordinadora tenía influencia. Además, se enteraron de que este abogado frecuentaba el despacho de Nosiglia. Aun no se sabía que Jorge Baños era el afortunado propietario de un departamento en Barrio Norte, comprado gracias a un crédito del Banco Hipotecario Nacional, manejado por la Coordinadora. En sólo tres días, en marzo de 1986, el BHN entregó 18.000 dólares. Sin dudas Baños era muy recomendado (…)”.[9]
Este último dato es confirmado por Pablo Hernández en su investigación sobre el ataque, quien agregó que la propiedad adquirida por J. Baños estaba ubicada en la calle Riobamba al 340, piso 14, y que el número del crédito era el HEO83000001032 por el que pagaba una cuota mensual de 711 australes.[10] La información sobre la adjudicación de este crédito fue confirmada por la publicación nacionalista La Patria Grande: “Se viene a saber ahora que Jorge Baños había sido el feliz receptor de un crédito del BHN y que varios de los dirigentes del grupo eran (¿o son?) asesores en distintos niveles del gobierno radical (…)”.[11]
A las relaciones del ministro del interior con F. Provenzano se sumaron las que tenía con J. Baños. Tan fuerte era esta sospecha que tenían los peronistas que inmediatamente que se supo del ataque varios miembros del justicialismo cargaron contra la Coordinadora: “(…) Son subversivos. Es el ERP, sentenció Juan Bautista ‘Tata’ Yofre. Nada encajaba con los análisis previos que manejaba el menemismo. Barrionuevo, como siempre brutal en sus dichos, lanzó su deducción sin vueltas. Esto lo organizó el Coti, esto lo organizaron los radicales” (…)”.[12]
En la citada entrevista de Página/12 a C. Menem, el riojano dijo:
“(…) Quisiera saber quiénes son los ideólogos y los que concibieron intelectualmente este plan monstruoso, quiénes fueron los que le armaron el operativo terrorista a este grupo, cómo actuaron los organismos de Inteligencia y las Fuerzas Armadas y las conexiones con ciertos medios de comunicación oficiales o paraoficiales. Digo lo de los medios porque aquellos ligados al Gobierno, como el Ciudadano y el Periodista, en la semana previa al intento de copamiento amplificaron al extremo la denuncia falsa del MTP contra mí, acusándome de complotar contra Raúl Alfonsín (…). Después de La Tablada, los hombres del gobierno van a tener que explicar muchas cosas”.[13]
Además de lo sospechoso de la facilidad con que los miembros del MTP accedieron a los medios de comunicación para realizar las denuncias, C. Menem también cuestionó la labor, o falta de acción, de los medios de Inteligencia, claramente se refería a la SIDE. Posteriormente el abogado menemista C. Arias presentó una denuncia ante la Justicia para que se investigara la relación entre el MTP y varios funcionarios del gobierno de R. Alfonsín, pero nada ocurrió.
Las sospechas sobre E. Nosiglia no se agotaron en estos testimonios. El 7 de febrero de 1989, días después del ataque, el ministro del Interior declaró en una entrevista a la publicación El Ciudadano: “Ningún informe que tuviera ningún servicio de Inteligencia, fundamentalmente el Servicio de Inteligencia del Estado (que es el único autorizado a hacer inteligencia interior) analizó nunca la posibilidad de que este grupo pudiera cometer una acción de tal envergadura y de esta naturaleza, a pesar de que su previsión estaba fijada como un objetivo de Inteligencia y se la venía trabajando”.[14] Pero la realidad es que la SIDE había alertado sobre la posibilidad de una acción de esta naturaleza. El diario Ámbito Financiero publicó el citado informe de la SIDE de 1987 donde textualmente decía: “Por las mismas causas apuntadas y sumando a ello el grado de reserva y encubrimiento con que sus miembros suelen desenvolverse y/o encarar algunas de sus actividades o reuniones, tampoco sería descartable que, si sus intereses así lo impusieran, el MTP considere un eventual retorno a la lucha armada, habiendo asumido ya errores y experiencias anteriores”.[15] Un año y medio antes del ataque la SIDE advirtió sobre la peligrosidad de los miembros del MTP que frecuentaban los despachos gubernamentales.
¿E. Nosiglia, una de las máximas autoridades en cuestiones de seguridad interior ignoró el informe, no lo conocía? Estas declaraciones no hicieron más que aumentar las sospechas sobre El Coti en los sucesos de La Tablada. Éstas se agudizaron por las declaraciones de su predecesor en el Ministerio del Interior, Antonio Trócoli, a la publicación El Periodista: “(…) Preví una acción terrorista, aunque nunca calculé que podía tener esta envergadura (…). En primer lugar quiero decirle que tanto la SIDE como la Central de Inteligencia, como los organismos de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, tenían las mismas presunciones que tenía yo. Lo que no pudimos prever fue la magnitud del episodio ni la oportunidad concreta”.[16] A. Trócoli contradijo a E. Nosiglia al afirmar que existía conciencia e información sobre la peligrosidad del MTP. Puede entenderse que no se conociera dónde se realizaría algún tipo de acción armada pero –repito– dada la composición del MTP y de la situación social reinante, caldo de cultivo ideal para la acción de este tipo de organizaciones, había que ser muy ignorante o negligente para no prever que algún tipo de acción violenta pudieran llevar a cabo.
Las acusaciones contra la Coordinadora llegaron también desde el propio radicalismo. No solamente G. Cherashny cuestionó al Ministro. El ex presidente Arturo Frondizi disparó contra la Coordinadora. El diario La Prensa en su portada del 19 de septiembre de 1989 publicó una noticia titulada Frondizi acusó en Córdoba a Becerra por el copamiento de La Tablada. En la misma informaba:
“El ex presidente Arturo Frondizi, acusó al ex secretario general de la Presidencia del gobierno de Raúl Alfonsín, Carlos Becerra, de haber sido quien organizó el copamiento del cuartel de La Tablada, perpetrado en enero último por el Movimiento Todos por la Patria (MTP). Él organizó todo –afirmó Frondizi-, porque es tan marxista como Marx. Y allí gastó nueve millones de dólares. De manera que lo de La Tablada fue organizado por el gobierno, dijo en alusión a la anterior administración. Expresó que el gobierno llamado radical, desde 1983 en adelante aplicó un plan soviético. Y esto se corresponde con las opiniones que tenía el doctor Alfonsín. Yo no soy enemigo de él, pero sostenía que el capitalismo es incompatible con la democracia, que era un sistema agotado. La idea de él era adoptar el socialismo”.[17]
Efectivamente la administración de R. Alfonsín consideraba en realidad que la verdadera democracia era la socialdemocracia, al estilo de las vigentes en Europa. La visión de la democracia que tenía el ex presidente coincidía en muchos aspectos con la que tenía el MTP. C. Becerra fue otro de los blancos de las acusaciones tras el copamiento ya que, además de ser integrante de la Coordinadora, en la Secretaría de la Presidencia donde se desempeñaban como funcionarios varios ex miembros del ERP e integrantes del MTP que participaron en el ataque. En marzo de 1999 el ex montonero Jacinto Gaibur, el diputado por el Partido Justicialista de Salta Marcelo López Arias y C. Becerra que era legislador en esos momentos de la Alianza, fueron los impulsores del proyecto de ley para otorgar compensaciones económicas a los que debieron abandonar la Argentina durante la época del Proceso. Una gran cantidad de integrantes de las organizaciones terroristas que habían huido del país recibirían posteriormente cuantiosas sumas de dinero en concepto de indemnizaciones que los contribuyentes debieron pagar.
Otras acusaciones llegaron desde los sectores liberales representados por María Julia Alsogaray y su padre Álvaro al día siguiente de culminados los combates. El diario La Razón informó el 25 de enero de 1989: “La diputada liberal María Julia Alsogaray adjudicó al Ministro del Interior, Enrique Nosiglia, al jefe de la SIDE Facundo Suárez, las máximas responsabilidades de lo ocurrido en el regimiento de La Tablada pues, a su juicio los funcionarios solamente creen que la violencia proviene de la derecha”.[18] Nuevamente se apuntó a la Coordinadora y a la SIDE. Durante los meses anteriores al ataque los funcionarios acusados habían descartado en varias oportunidades un rebrote de la actividad de las organizaciones armadas de izquierda en declaraciones públicas.
Durante el juicio llevado a cabo contra los atacantes al cuartel, E. Nosiglia declaró que no conocía a los asaltantes. La actitud del ministro del interior quedó plasmada en los titulares del diario Clarín del 5 de agosto de 1989: Aseguró Nosiglia que no conocía a quienes atacaron el cuartel. Frente a esto los defensores de los acusados reaccionaron diciendo que pedirían el procesamiento del ministro por falso testimonio, pero nada ocurrió. Durante el juicio se lo notó muy intranquilo, incluso su actitud fue reflejada por P. Hernández en su libro donde aparece en su portada una foto de un cabizbajo y preocupado E. Nosiglia. El ex ministro aseguró no conocer a R. Felicetti, lo que se contradijo con los testimonios de varios de los miembros del MTP. Curiosamente el día que declaró E. Nosiglia, R. Felicetti no concurrió a la audiencia por encontrarse con una indisposición de salud. Con respecto a F. Provenzano era imposible negar la relación, pero el ex ministro del Interior aseguró que no lo veía hace muchos años. “(…) Pero esa afirmación se podría refutar con facilidad. Buena parte de los presos sabía que Pancho se encontraba con el amigo ministro, y el propio Gorriarán reconoce que hubo por lo menos cuatro entrevistas entre Provenzano y Nosiglia a lo largo de 1988”.[19] En sus Memorias el líder del PRT-ERP y del MTP confirmó la existencia de las reuniones. Pero además el propio Facundo Suárez, confirmó los encuentros al declarar: “La bronca del Coti con la gente del MTP, pero en especial con Pancho, tiene su origen en que hasta último momento, y a pesar de las cosas que publicaba Cherashny, Pancho le hizo saber que ellos estaban dentro del sistema, y no planeaban nada violento. Por lo visto, el Coti mucho no les creyó porque me pidió que los mantuviésemos vigilados (…)”.[20] Sin embargo, quien tenía en sus manos los resortes para detenerlos, quien tenía en sus manos un contundente informe de la SIDE nada hizo al respecto. Evidentemente si estaban bien vigilados no podrían haber reunido un impresionante arsenal, realizar tareas de Inteligencia sobre una unidad militar de primera línea, reunir y equipar a más de 60 guerrilleros y concretar un ataque contra una poderosa unidad blindada. Facundo Suárez, intentando defender a E. Nosiglia, confirmó que existieron los contactos entre F. Provenzano y el ministro del interior, lo que entonces contradice los dichos de E. Nosiglia que sostuvo que hacía mucho tiempo que no se veía con F. Provenzano. F. Suárez –que había firmado el informe de la SIDE donde se advertía de las actividades y naturaleza del MTP- afirmó que E. Nosiglia le pidió que mantuviera vigilado al grupo. Amediados de 1987 ya la SIDE disponía del informe que fue posteriormente publicado por Ámbito Financiero. Finalmente, Joaquín Ramos, uno de los atacantes sobrevivientes, declaró:
“La verdad es que nosotros queríamos hacer la revolución, eso queríamos hacer (….) nosotros queríamos hacer un cambio en el país, nosotros íbamos a tomar La Tablada, agarrar a los milicos y formar un nuevo gobierno como de unidad nacional en el que nosotros íbamos a tener un peso seguramente y orientar el país a tener otro rumbo político y económico social, digamos. Nosotros queríamos hacer la revolución (…)”.[21]
¿A qué se refirió J. Ramos con formar un nuevo gobierno en el que ellos tendrían peso? La cita es sumamente relevante, porque indica que el MTP tenía la idea de formar un gobierno nuevo unido a otros grupos, ¿con quiénes, con este sector de la UCR?
Son demasiados los puntos oscuros que rodean la actuación de E. Nosiglia y del Ministerio del Interior: su relación con F. Provenzano; sus contactos con J. Baños; el escondite de E. Gorriarán Merlo en una vivienda de F. Provenzano, tan cercano a Nosiglia; las denuncias del peronismo, de las publicaciones nacionalistas y liberales; la falta de atención al informe de la SIDE; los avisos que llegaban desde los diarios; las confirmaciones de la presencia de elementos extremistas en los artículos de Entre Todos. El Ministerio del Interior y la SIDE máximos responsables de la seguridad interna en la Argentina ¿no conocían nada de esto? No solamente lo conocían sino que mantenía relación con los dirigentes de la agrupación subversiva. La Justicia argentina nada ha investigado ….
[1] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 228. El resaltado es del autor.
[2] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 224.
[3] GORRIARÁN MERLO, Enrique Haroldo. Memorias de Enrique Gorriarán Merlo. De los Setenta a La Tablada, Buenos Aires, Planeta, 2003, pp . 491-2. El resaltado es del autor.
[4] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 220. El resaltado es del autor.
[5] SIN AUTOR. Dime con quién andas. En: revista La Patria Grande, Buenos Aires, 2da. época, Año VIII, Nro. 35, febrero de 1989.
[6] Diario La Razón, Año 84, Nro. 28665, 28 de enero de 1989 (portada); Diario La Razón, Año 84, Nro. 28669, 1 de febrero de 1989, p. 3; Diario Ámbito Financiero, Año 13, Nro. 3074, 27 de enero de 1989, p. 6; Diario Página/12, Año 2, Nro. 505, 27 de enero de 1989, portada y pp. 2-3; Diario Página/12, Año 2, Nro. 506, 28 de enero de 1989, portada y p. 6.
[7] Entrevista a C. Menem. Publicada en el diario Página/12, Año 2, Nro. 506, 28 de enero de 1989, pp. 2- 3. El resaltado es del autor.
[8] BRAVO HERRERA, Horacio Félix. La guerrilla de papel. Toda la verdad sobre la apoyatura periodística que tuvo el asalto al cuartel de La Tablada, Buenos Aires, Sielp. 1992., p. 71. El resaltado es del autor.
[9] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 221.
[10] HERNÁNDEZ, Pablo. Op. cit., p. 69.
[11] SIN AUTOR. Dime con quién andas. En: revista La Patria Grande, Buenos Aires, 2da. época, Año VIII, Nro. 35, febrero de 1989.
[12] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 221.
[13] Entrevista a C. Menem. Publicada en el diario Página/12, Año 2, Nro. 506, 28 de enero de 1989, pp. 2 -3. El resaltado es del autor.
[14] HERNÁNDEZ, Pablo. La Tablada. El regreso de los que no se fueron, Buenos Aires, Ediciones Fortaleza, 1989., p. 150.
[15] Informe de la SIDE. Diario Ámbito Financiero, Año 14, Nro. 3073, 26 de enero de 1989, pp. 40-41. El resaltado es del autor.
[16] HERNÁNDEZ, Pablo. Op. cit., p. 150.
[17] Diario La Prensa, Nro. 41.435, 19 de septiembre de 1989, portada. El resaltado es del autor.
[18] Diario La Razón, Año 84, Nro. 28662, 25 de enero de 1989, p. 3.
[19] GALLO Darío y ÁLVAREZ GUERRERO, Gonzalo. Op. cit., p. 236.
[20] Ibídem.
[21] Declaraciones de Joaquín Ramos. https://www.youtube.com/watch?v=YkSSSmqCKF0. Disponible en internet el 11 de enero de 2015.
Sebastián Miranda es profesor y licenciado en historia. Se desempeña como asesor de historia e integrante de la unidad de análisis de la revista Defensa y Seguridad Mercosur. Es autor -entre otras tantas publicaciones- de Cronología del Terror en Argentina, La Guerra contra el Terrorismo en Argentina y Los Secretos de La Tablada.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 28, 2017