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  Por Grace Alexander.

Celebrada en diciembre de 1972 en el Château de Ferrières, una de las villas familiares más lujosas de las afueras de París, el evento fue una extravagancia donde el surrealismo y el lujo extremo se unieron en una exhibición sin precedentes.

Detalles clave de la fiesta:

– Invitaciones misteriosas: Las invitaciones estaban escritas al revés y debían leerse con un espejo, lo que le dio un toque enigmático desde el principio.

– Código de vestimenta: Los invitados, entre los que se encontraban Salvador Dalí, Audrey Hepburn y otros nombres destacados de la época, debían usar “trajes negros y tocados surrealistas”. Los tocados y las máscaras eran obras de arte surrealistas que reflejaban la creatividad de cada asistente.

– Decoración del castillo: El interior del castillo se transformó en un espacio onírico y de pesadilla. Las escaleras estaban iluminadas con luces naranjas que simulaban un incendio y extrañas esculturas adornaban los pasillos.

– Comida surrealista: Los platos servidos eran arte y comida a la vez. Algunos informes aseguran que algunos platos requerían instrucciones especiales para ser consumidos.

– Más allá del lujo: La fiesta no solo fue un derroche de opulencia, sino también una representación de poder y exclusividad. En el contexto de la Guerra Fría y los movimientos sociales, el evento puso de relieve la desconexión de las élites con la realidad cotidiana.

Misterio y controversia:

Mientras que algunos consideran la fiesta una celebración del arte surrealista, otros la ven como un símbolo de excesos y secretos oscuros. Los Rothschild, conocidos por su discreción, han sido objeto de teorías conspirativas que vinculan el evento con sociedades secretas y rituales esotéricos. Sin embargo, estas teorías no tienen pruebas concretas.

La fiesta de 1972 sigue fascinando por su mezcla de lujo, arte y misterio, convirtiéndose en una leyenda dentro de la cultura pop y la historia de las élites globales.

 


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Enero 29, 2025