Las técnicas actuales han hecho tan fácil la difusión de la música, que se ha creado el vicio de su permanente machaqueo sobre indiferentes oídos y se ha perdido el hábito de escucharla. Se entra a un comercio y hay música sonando; se pretende platicar con un amigo mientras se camina por una peatonal, y no se puede oír la conversación por la música que sale de los negocios, y para peor -por sí uno se salvara de ella- el municipio suele poner otra más fuerte en plena calle. No se salva nadie, y a veces se oyen simultáneamente dos músicas distintas. Los viajes solían ser propicios para trabar amistades con circunstanciales compañeros, pero hasta dentro de algunos ómnibus se pone una música a la que se llama “funcional“, pues cumple la función de no dejar que se converse ni se piense tranquilamente.La técnica ha logrado suprimir los prójimos, porque entre usted y el que está a su lado se interpone la voz y la bulla de un lejano desconocido. Digo “vicio” porque en muchos ha creado hábito; se van del lugar en el que tienen el aparato sonando y lo dejan sonando nomás; a la música la reemplaza un partido de fútbol y ni cuenta se dan, porque la cuestión es tener los oídos ocupados. Antes de que se inventara grabar el sonido la música se escuchaba, se gustaba, se apreciaba, se admiraba; deleitaba el espíritu.Pero claro: se ponía toda la atención en ella.Su calidad había educado el gusto de modo que el público disponía de una base para estimarla.Y las exigencias de ese público estimulaban a los artistas. Uno de los genios descollantes en el arte musical fue Luis van Beethoven, individuo atormentado por las desgracias que desquician su personalidad haciéndolo caprichoso, colérico, estrafalario, que se aparta de los amigos que lo quieren, pero lucha por superarse y crea bellezas nunca oídas.Produce cambios, pero no para impresionar escandalizando sino para mejorar una tradición que conoce, que acepta y que respeta.Se dirá que aquel arte excelso era apreciado sólo por los pocos que tenían acceso, como los que en la noche del 22 de diciembre de 1808 en la ciudad de Viena acudieron al estreno de la quinta sinfonía de Beethoven. Es cierto. Pero había una aristocracia musical que funcionaba como paradigma al que el arte popular trataba de acercarse.El que no tenía el privilegio de escuchar a Beethoven se conformaba con el músico de su lugar, de su vecindario, pero no tenía que aguantar las fealdades que se difunden con el criterio de que es natural que al pueblo le guste lo feo.
140 ciudades han sido juzgadas por factores que incluyen la estabilidad política y social, el crimen, la educación y el acceso al bienestar por la encuesta anual The Economist Intelligence Unit (EIU).
La encuesta consideró que la capacidad de vida global aumentó ampliamente durante el año pasado gracias a una reducción en las amenazas terroristas, que arrastró a Manchester hacia abajo en las clasificaciones en el 2017 luego del ataque al estadio de dicha ciudad.
La capital de Austria, Viena, encabeza la clasificación, la primera de una ciudad europea. Desplaza a Melbourne, Australia, desde el primer puesto, que había mantenido durante un récord de 17 años.
Manchester también está orgullosa de su continente al saltar 16 lugares hasta el puesto 35, por delante de Londres por 13 lugares.
Esta es la mayor mejora de cualquier ciudad europea y, según la EIU, es gracias a su puntaje de seguridad mejorado.
Sydney (5ª) y Adelaide (10ª) también llegaron al top 10, mientras que solo otra ciudad europea (Copenhague) alcanzó los puestos mejor clasificados.
El top 10 esconformado de la siguiente manera: Viena, Austria; Melbourne, Australia; seguida de Osaka, Japón. Completan el ranking: Calgary (Canadá), Sydney (Australia), Vancouver (Canadá), Toronto (Canadá), Tokio (Japón), Copenhague (Dinamarca) y Adelaida (Australia).
Damasco, Siria permanece en la parte inferior de la tabla con una calidad de vida anotada que es 7.3% más baja que la segunda ciudad con el ranking menos deseable, Dhaka, en Bangalesh.
El conflicto está detrás de muchos de los puntajes más bajos, dañando la infraestructura, sobrecargando los recursos y socavando la disponibilidad de bienes.
La encuesta no incluye lugares como Kabul, Afganistán y Bagdad, Iraq, ya que no se consideraron lo suficientemente estables como para vivir cuando se redactó la lista de ciudades.
“…La Música Funcional…
Las técnicas actuales han hecho tan fácil la difusión de la música, que se ha creado el vicio de su permanente machaqueo sobre indiferentes oídos y se ha perdido el hábito de escucharla. Se entra a un comercio y hay música sonando; se pretende platicar
con un amigo mientras se camina por una peatonal, y no se puede oír la conversación por la música que sale de los negocios, y para peor -por sí uno se salvara de ella- el municipio suele poner otra más fuerte en plena calle. No se salva nadie, y a veces se oyen simultáneamente dos músicas distintas. Los viajes solían ser propicios para trabar amistades con circunstanciales compañeros, pero hasta dentro de algunos ómnibus se pone una música a la que se llama “funcional“, pues cumple la función de no dejar que se converse ni se piense tranquilamente. La técnica ha logrado suprimir los prójimos, porque entre usted y el que está a su lado se interpone la voz y la bulla de un lejano desconocido. Digo “vicio” porque en muchos ha creado hábito; se van del lugar en el que tienen el aparato sonando y lo dejan sonando nomás; a la música la reemplaza un partido de fútbol y ni cuenta se dan, porque la cuestión es tener los oídos ocupados. Antes de que se inventara grabar el sonido la música
se escuchaba, se gustaba, se apreciaba, se admiraba; deleitaba el espíritu. Pero claro: se ponía toda la atención en ella. Su calidad había educado el gusto de modo que el público disponía de una base para estimarla. Y las exigencias de ese público estimulaban a los artistas. Uno de los genios descollantes en el arte musical fue Luis van Beethoven, individuo atormentado por las desgracias que desquician su personalidad haciéndolo caprichoso, colérico, estrafalario, que se aparta de los amigos que lo quieren, pero lucha por superarse y crea bellezas nunca oídas. Produce cambios, pero no para impresionar escandalizando sino para mejorar una tradición que conoce, que acepta y que respeta. Se dirá que aquel arte excelso era apreciado sólo por los pocos que tenían acceso, como los que en la noche del 22 de diciembre de 1808 en la ciudad de Viena acudieron al estreno de la quinta sinfonía de Beethoven. Es cierto. Pero había una aristocracia musical que funcionaba como paradigma al que el arte popular trataba de acercarse. El que no tenía el privilegio de escuchar a Beethoven se conformaba con el músico de su lugar, de su vecindario, pero no tenía que aguantar las fealdades que se difunden con el criterio de que es natural que al pueblo le guste lo feo.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
jorgeloboaragon@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 15, 2019
Ciudades pros and cons: Para su mejor consideración
140 ciudades han sido juzgadas por factores que incluyen la estabilidad política y social, el crimen, la educación y el acceso al bienestar por la encuesta anual The Economist Intelligence Unit (EIU).
La encuesta consideró que la capacidad de vida global aumentó ampliamente durante el año pasado gracias a una reducción en las amenazas terroristas, que arrastró a Manchester hacia abajo en las clasificaciones en el 2017 luego del ataque al estadio de dicha ciudad.
La capital de Austria, Viena, encabeza la clasificación, la primera de una ciudad europea. Desplaza a Melbourne, Australia, desde el primer puesto, que había mantenido durante un récord de 17 años.
Manchester también está orgullosa de su continente al saltar 16 lugares hasta el puesto 35, por delante de Londres por 13 lugares.
Esta es la mayor mejora de cualquier ciudad europea y, según la EIU, es gracias a su puntaje de seguridad mejorado.
Sydney (5ª) y Adelaide (10ª) también llegaron al top 10, mientras que solo otra ciudad europea (Copenhague) alcanzó los puestos mejor clasificados.
El top 10 esconformado de la siguiente manera: Viena, Austria; Melbourne, Australia; seguida de Osaka, Japón. Completan el ranking: Calgary (Canadá), Sydney (Australia), Vancouver (Canadá), Toronto (Canadá), Tokio (Japón), Copenhague (Dinamarca) y Adelaida (Australia).
Damasco, Siria permanece en la parte inferior de la tabla con una calidad de vida anotada que es 7.3% más baja que la segunda ciudad con el ranking menos deseable, Dhaka, en Bangalesh.
El conflicto está detrás de muchos de los puntajes más bajos, dañando la infraestructura, sobrecargando los recursos y socavando la disponibilidad de bienes.
La encuesta no incluye lugares como Kabul, Afganistán y Bagdad, Iraq, ya que no se consideraron lo suficientemente estables como para vivir cuando se redactó la lista de ciudades.
El penoso ranking sería: Damasco (Siria), Dhaka (Bangladesh), Lagos (Nigeria), Trípoli (Libia), Puerto Moresby (Papúa-Nueva Guinea), Argel (Argelia), Karachi (Pakistán), Harare (Zimbawue), Douala (Camerún), Kiev (Ucrania)
Fuente: IronSite
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 17, 2018