La filosofía moderna, emergente en el siglo XVII, establece un diálogo crucial entre dos de sus más prominentes exponentes: René Descartes y Baruch Spinoza. Mientras que Descartes, con su célebre “Cogito, ergo sum”, funda una visión de la razón humana como el eje central del conocimiento, su pensamiento se encuentra atrapado en las limitaciones de un dualismo ontológico que, al final, recurre a una claudicación ante la teología. Spinoza, en contraste, propone una visión radicalmente monista, donde pensamiento y extensión son dos atributos inseparables de una misma sustancia: la naturaleza. Esta divergencia entre los dos pensadores no solo revela sus diferencias metafísicas, sino que también establece las bases para un diálogo filosófico que ha resonado a lo largo de la historia.
El Dualismo Cartesiano
Descartes
La obra de Descartes se caracteriza por su esfuerzo por establecer un fundamento indudable para el conocimiento humano. Su metodología, basada en la duda sistemática, culmina en la afirmación del pensamiento como la única certeza. Sin embargo, este enfoque da lugar a un dualismo entre res cogitans (sustancia pensante) y res extensa (sustancia extensa), donde la interconexión entre ambas requiere la mediación de un tercero: Dios. Este recurso a lo divino como garante de la conexión entre el pensamiento y la materia introduce una limitación fundamental en su filosofía, pues la interrelación entre estos dos órdenes queda supeditada a una autoridad externa, lo que lleva a un callejón sin salida metafísico. En este sentido, el pensamiento cartesiano, aunque innovador, se ve condenado a un dilema en el que la razón se enfrenta a la incomprensibilidad del mundo material sin la intervención divina.
El Monismo Espinoziano
Por otro lado, Spinoza ofrece un giro radical al plantear que pensamiento y extensión no son entidades separadas, sino atributos de una única sustancia, que él denomina “naturaleza” o “Dios”. Según Spinoza, el pensamiento y la extensión son dos maneras de comprender el mismo fenómeno: la realidad. Esta visión unitaria permite una comprensión más profunda de la relación entre el ser humano y el mundo, ya que el conocimiento no se origina en una separación, sino en la unidad de la naturaleza. Al considerar que la naturaleza se piensa a sí misma a través del ser humano, Spinoza plantea que el pensamiento es intrínseco a la existencia misma y no un producto de una creación divina externa. Esta concepción abre las puertas a una interpretación más materialista de la filosofía, donde el cuerpo y el pensamiento son inseparables y se influyen mutuamente.
La Acción como Pensamiento
Otra diferencia clave entre ambos pensadores radica en su concepción de la acción. Descartes sostiene que el pensamiento precede a la acción, lo que implica una mecánica de la praxis humana en la que el individuo actúa a partir de una reflexión previa. En contraste, Spinoza argumenta que el pensamiento es en sí mismo una forma de acción, que se manifiesta en el momento de su realización. Esta noción de pensar como acción refuerza su monismo ontológico, donde el acto de pensar no se disocia del cuerpo que actúa. De esta forma, el pensamiento se convierte en una extensión de la capacidad del ser humano para interactuar con su entorno, desdibujando la línea entre sujeto y objeto y enfatizando la interconexión entre ambos.
El Legado de Spinoza: Cuerpo y Pensamiento
Spinoza
La influencia de Spinoza se extiende más allá de su propia época, permeando el idealismo alemán y los debates contemporáneos sobre la relación entre cuerpo y mente. Su insistencia en la corporeidad del pensamiento lo convierte en un precursor de corrientes filosóficas que exploran el cuerpo como un elemento central en la experiencia humana. En este sentido, el pensamiento no se reduce a una mera abstracción, sino que se enraíza en la corporeidad del ser humano y en la interacción con el mundo.
Además, la relación entre el pensamiento y el cuerpo también encuentra resonancia en el psicoanálisis, donde la dinámica entre lo psicológico y lo fisiológico se convierte en un campo de estudio fundamental. Freud, aunque no explícitamente espinoziano, comparte con Spinoza la idea de que la psique y el cuerpo están íntimamente conectados, lo que subraya la relevancia contemporánea de la filosofía espinoziana.
Dualismo vs. Monismo en la Modernidad
En conclusión, el diálogo entre Descartes y Spinoza se sitúa en el corazón de la modernidad filosófica, donde la tensión entre el dualismo y el monismo se convierte en un eje central de la reflexión. Mientras que Descartes establece una visión de la razón que, aunque revolucionaria, se enfrenta a limitaciones metafísicas, Spinoza ofrece una alternativa más integradora que reconoce la unidad entre pensamiento y extensión. Esta confrontación no solo enriquece la historia de la filosofía, sino que también plantea interrogantes que siguen resonando en el pensamiento contemporáneo, donde la relación entre cuerpo y mente continúa siendo objeto de debate y exploración. La obra de Spinoza, en particular, se erige como un faro que invita a reconsiderar la naturaleza del pensamiento y su interconexión con la realidad, desafiando la visión cartesiana y abriendo nuevas posibilidades para la comprensión del ser humano en el mundo.
Baruj Hashem Adonai
“Con afecto a los Jóvenes Congregados en IEBA”, que este ensayo filosófico aporte un conocimiento más en sus estudios en la Escuela Biblica Dominical. Pastor Misionario Gonzalo Sanchez.
El revisionismo es una corriente ideológica que haciendo uso político de la historia, sin aceptar la actitud crítica y racional de esa disciplina, tiene como objetivo instalar una historia oficial, negando, minimizando o contestando, en el caso argentino, los atentados, secuestros, crímenes, delitos, cometidos por las organizaciones terroristas de los 70. El argumento de los revisionistas detentores de un relato es en la práctica la negación como mecanismo de defensa, rechazando aspectos de la realidad que se consideran desagradables, no reconociendo la responsabilidad de hechos ni su existencia. Los medios de acción utilizados son, la propaganda, la manipulación, la desinformación, reemplazando a la Verdad, la Realidad con argumentos inexistentes o superficiales
– Estos defensores de una tautología ideologizada aprovechan la impresión de una verdad para comunicar falsas ideas, sus argumentos son en realidad un sofisma con la finalidad de inducir en error a la sociedad y la comunidad internacional. Pese a esas mentiras, obtuvieron la decisión política de violar los principios constitucionales, convencionales y los derechos humanos de los actores socio-profesionales que en esa época no integraban los grupos terroristas. Es un crimen de Estado, se violan las obligaciones positivas.
González
En las innumerables acciones que desarrollan las llamadas ONG, militantes de derechos humanos o medios de comunicación como Cels, Madres, Abuelas, Hijos, AEDD, APDH, sitios alternativos, Pagina 12, se puede constatar la utilización del método revisionista, en cuanto buscan invertir roles, responsabilidades, en el sistemático ocultamiento de los hechos históricos, al calificar a los integrantes de las organizaciones terroristas de los 70, como “jóvenes idealistas”, héroes de una resistencia inexistente, pacifistas, humanistas… Otros, avanzan aún más, como el ex montonero Horacio González, quien propuso, de forma cínica e irresponsable, se realice una valoración positiva del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl o cuando se decretó por Ley 14910 la historia oficial en la Provincia de Buenos Aires https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2018/03/Ley-14910-Pcia-BsAs.pdf. En el mes de marzo 2019, diputado Guillermo Ricardo Castello, presentó un proyecto de derogación de la ley 14910 (Expte D 851/19-20), que lucha contra ese flagelo https://intranet.hcdiputados-ba.gov.ar/proyectos/19-20D851012019-03-2716-57-46.pdf
– “La verdad es lo real, es lo que se constata, lo que se ve, se escucha, lo que podemos medir nosotros mismos después de haberla aprehendida de manera subjetiva y singular. La verdad se encuentra en la realidad. Es el pensamiento empírico que se basa en lo real para producir la verdad” (Michel Onfray, Théorie de la Dictature, Ed. Robert Laffont, 2019). Pero, sobre todo la verdad no es cierta, verdadera, o realidad, porque lo dice o afirme un grupo político, de expertos o un partido.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, borrando el pasado, aboliendo la verdad, suprimiendo la historia objetiva completa, impidiendo el conocimiento de eventos pasados a través de la investigación científica, negando el juicio crítico. La verdad histórica (testimonio de lo real) no la impone ni la crea la subjetividad de testimonios o leyes. Son los historiadores que deben confrontar sus investigaciones, oponer tesis, analizar y validar hechos históricos, pero jamás el Estado puede imponer una dictadura de la historia oficial como dogma porque significaría decretar la muerte de la historia real e ignorar hechos, indultar verdaderos culpables o acusar inocentes reales.
Lejos de ser sinónimas, historia y memoria se oponen diametralmente. La memoria divide, pero de manera profunda “la memoria es la vida en evolución permanente, abierta a la dialéctica del recuerdo y de la amnesia, inconsciente de sus deformaciones sucesivas y vulnerable a todas las utilizaciones y manipulaciones, tiende a sacralizar los recuerdos… Por el contrario,la historia es “una representación del pasado”, una operación intelectual que analiza, criba, compara y critica. La historia “pertenece a todos y a nadie, y eso le da una vocación universal”. (Pierre Nora[2])
– El filósofo Tzvetan Todorov recuerda que “hay que utilizar la memoria, no para limitarse a su desgracia y dar lecciones de moral, que es la postura más fácil, sino para ir de su propia desgracia a la desgracia de los demás, y no reclamar para sí el estatus exclusivo de ex víctima. Es más meritorio, luchar contra las injusticias presentes, en la cual podemos buscar la causa en el pasado, en lugar de siempre quejándose de su mala suerte al afirmar que es único, incomparable con la desgracia de los demás”[3]
La justicia, es reconocida como un conjunto de valores esenciales que son pilares de la sociedad y el Estado o de normas codificadas aplicadas por los jueces para impartir justicia, proteger los derechos…Las militantes de derechos humanos no pueden ignorar que “la justicia es un ideal de responsabilidad y equidad en la protección y reclamación de los derechos y la prevención y el castigo de las infracciones. La justicia implica tener en cuenta los derechos del acusado, los intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad en su conjunto. La comunidad internacional ha venido colaborando durante más de medio siglo para estructurar en forma colectiva los requisitos sustantivos y procesales de la administración de justicia”[4] .
Castello
Los sucesivos gobiernos desde los años 90, por beneficios políticos y con el apoyo de las mal llamadas asociaciones de derechos humanos, impusieron un relato ucrónico en una Argentina donde reina la confusión, la mentira, la venganza judicial, las ventajas políticas. Así, la sociedad súbitamente se encontró con los mensajeros de los derechos humanos que descendiendo de la montaña traían la falsa verdad de lo ocurrido en los 70: en Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio, no hay negacionismo, jurídicamente no existe el concepto o delito de Terrorismo de Estado que es una definición política e ideológica, el número de 30000 desaparecidos no tiene validación jurídica ni empírica…
El revisionismo busca imponer una verdad política-ideológica, prohíbe la confrontación democrática, histórica, jurídica de hechos existentes, politiza la historia, fomenta el odio, la injusticia, la mentira. Crea un enemigo, busca controlar el pasado para controlar el presente y el futuro donde la moral remplace la historia y la justicia. Ese proyecto viola principios constitucionales, convencionales, el principio de libertad de expresión, de opinión, de pensar libremente sus ideas, censura toda actividad de investigación e interpretación histórica. Es una violación a los derechos humanos. Paris, 30 septiembre 2019. CasppaFrance.
Ensayo filosófico comparativo entre Spinoza y Descartes. Dualismo y Monismo en la Modernidad
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Pastor Misionero IEBA
La filosofía moderna, emergente en el siglo XVII, establece un diálogo crucial entre dos de sus más prominentes exponentes: René Descartes y Baruch Spinoza. Mientras que Descartes, con su célebre “Cogito, ergo sum”, funda una visión de la razón humana como el eje central del conocimiento, su pensamiento se encuentra atrapado en las limitaciones de un dualismo ontológico que, al final, recurre a una claudicación ante la teología. Spinoza, en contraste, propone una visión radicalmente monista, donde pensamiento y extensión son dos atributos inseparables de una misma sustancia: la naturaleza. Esta divergencia entre los dos pensadores no solo revela sus diferencias metafísicas, sino que también establece las bases para un diálogo filosófico que ha resonado a lo largo de la historia.
El Dualismo Cartesiano
La obra de Descartes se caracteriza por su esfuerzo por establecer un fundamento indudable para el conocimiento humano. Su metodología, basada en la duda sistemática, culmina en la afirmación del pensamiento como la única certeza. Sin embargo, este enfoque da lugar a un dualismo entre res cogitans (sustancia pensante) y res extensa (sustancia extensa), donde la interconexión entre ambas requiere la mediación de un tercero: Dios. Este recurso a lo divino como garante de la conexión entre el pensamiento y la materia introduce una limitación fundamental en su filosofía, pues la interrelación entre estos dos órdenes queda supeditada a una autoridad externa, lo que lleva a un callejón sin salida metafísico. En este sentido, el pensamiento cartesiano, aunque innovador, se ve condenado a un dilema en el que la razón se enfrenta a la incomprensibilidad del mundo material sin la intervención divina.
El Monismo Espinoziano
Por otro lado, Spinoza ofrece un giro radical al plantear que pensamiento y extensión no son entidades separadas, sino atributos de una única sustancia, que él denomina “naturaleza” o “Dios”. Según Spinoza, el pensamiento y la extensión son dos maneras de comprender el mismo fenómeno: la realidad. Esta visión unitaria permite una comprensión más profunda de la relación entre el ser humano y el mundo, ya que el conocimiento no se origina en una separación, sino en la unidad de la naturaleza. Al considerar que la naturaleza se piensa a sí misma a través del ser humano, Spinoza plantea que el pensamiento es intrínseco a la existencia misma y no un producto de una creación divina externa. Esta concepción abre las puertas a una interpretación más materialista de la filosofía, donde el cuerpo y el pensamiento son inseparables y se influyen mutuamente.
La Acción como Pensamiento
Otra diferencia clave entre ambos pensadores radica en su concepción de la acción. Descartes sostiene que el pensamiento precede a la acción, lo que implica una mecánica de la praxis humana en la que el individuo actúa a partir de una reflexión previa. En contraste, Spinoza argumenta que el pensamiento es en sí mismo una forma de acción, que se manifiesta en el momento de su realización. Esta noción de pensar como acción refuerza su monismo ontológico, donde el acto de pensar no se disocia del cuerpo que actúa. De esta forma, el pensamiento se convierte en una extensión de la capacidad del ser humano para interactuar con su entorno, desdibujando la línea entre sujeto y objeto y enfatizando la interconexión entre ambos.
El Legado de Spinoza: Cuerpo y Pensamiento
La influencia de Spinoza se extiende más allá de su propia época, permeando el idealismo alemán y los debates contemporáneos sobre la relación entre cuerpo y mente. Su insistencia en la corporeidad del pensamiento lo convierte en un precursor de corrientes filosóficas que exploran el cuerpo como un elemento central en la experiencia humana. En este sentido, el pensamiento no se reduce a una mera abstracción, sino que se enraíza en la corporeidad del ser humano y en la interacción con el mundo.
Además, la relación entre el pensamiento y el cuerpo también encuentra resonancia en el psicoanálisis, donde la dinámica entre lo psicológico y lo fisiológico se convierte en un campo de estudio fundamental. Freud, aunque no explícitamente espinoziano, comparte con Spinoza la idea de que la psique y el cuerpo están íntimamente conectados, lo que subraya la relevancia contemporánea de la filosofía espinoziana.
Dualismo vs. Monismo en la Modernidad
En conclusión, el diálogo entre Descartes y Spinoza se sitúa en el corazón de la modernidad filosófica, donde la tensión entre el dualismo y el monismo se convierte en un eje central de la reflexión. Mientras que Descartes establece una visión de la razón que, aunque revolucionaria, se enfrenta a limitaciones metafísicas, Spinoza ofrece una alternativa más integradora que reconoce la unidad entre pensamiento y extensión. Esta confrontación no solo enriquece la historia de la filosofía, sino que también plantea interrogantes que siguen resonando en el pensamiento contemporáneo, donde la relación entre cuerpo y mente continúa siendo objeto de debate y exploración. La obra de Spinoza, en particular, se erige como un faro que invita a reconsiderar la naturaleza del pensamiento y su interconexión con la realidad, desafiando la visión cartesiana y abriendo nuevas posibilidades para la comprensión del ser humano en el mundo.
Baruj Hashem Adonai
“Con afecto a los Jóvenes Congregados en IEBA”, que este ensayo filosófico aporte un conocimiento más en sus estudios en la Escuela Biblica Dominical. Pastor Misionario Gonzalo Sanchez.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 24, 2025
Rechazar el revisionismo histórico en Argentina en nombre de los Derechos Humanos
Escriben
[ezcol_1quarter].[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter_end].[/ezcol_1quarter_end]Dra. MARÍA ELENA GARCÍA
Prof. MARIO SANDOVAL
El revisionismo es una corriente ideológica que haciendo uso político de la historia, sin aceptar la actitud crítica y racional de esa disciplina, tiene como objetivo instalar una historia oficial, negando, minimizando o contestando, en el caso argentino, los atentados, secuestros, crímenes, delitos, cometidos por las organizaciones terroristas de los 70. El argumento de los revisionistas detentores de un relato es en la práctica la negación como mecanismo de defensa, rechazando aspectos de la realidad que se consideran desagradables, no reconociendo la responsabilidad de hechos ni su existencia. Los medios de acción utilizados son, la propaganda, la manipulación, la desinformación, reemplazando a la Verdad, la Realidad con argumentos inexistentes o superficiales
– Estos defensores de una tautología ideologizada aprovechan la impresión de una verdad para comunicar falsas ideas, sus argumentos son en realidad un sofisma con la finalidad de inducir en error a la sociedad y la comunidad internacional. Pese a esas mentiras, obtuvieron la decisión política de violar los principios constitucionales, convencionales y los derechos humanos de los actores socio-profesionales que en esa época no integraban los grupos terroristas. Es un crimen de Estado, se violan las obligaciones positivas.
En las innumerables acciones que desarrollan las llamadas ONG, militantes de derechos humanos o medios de comunicación como Cels, Madres, Abuelas, Hijos, AEDD, APDH, sitios alternativos, Pagina 12, se puede constatar la utilización del método revisionista, en cuanto buscan invertir roles, responsabilidades, en el sistemático ocultamiento de los hechos históricos, al calificar a los integrantes de las organizaciones terroristas de los 70, como “jóvenes idealistas”, héroes de una resistencia inexistente, pacifistas, humanistas… Otros, avanzan aún más, como el ex montonero Horacio González, quien propuso, de forma cínica e irresponsable, se realice una valoración positiva del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl o cuando se decretó por Ley 14910 la historia oficial en la Provincia de Buenos Aires https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2018/03/Ley-14910-Pcia-BsAs.pdf. En el mes de marzo 2019, diputado Guillermo Ricardo Castello, presentó un proyecto de derogación de la ley 14910 (Expte D 851/19-20), que lucha contra ese flagelo https://intranet.hcdiputados-ba.gov.ar/proyectos/19-20D851012019-03-2716-57-46.pdf
– “La verdad es lo real, es lo que se constata, lo que se ve, se escucha, lo que podemos medir nosotros mismos después de haberla aprehendida de manera subjetiva y singular. La verdad se encuentra en la realidad. Es el pensamiento empírico que se basa en lo real para producir la verdad” (Michel Onfray, Théorie de la Dictature, Ed. Robert Laffont, 2019). Pero, sobre todo la verdad no es cierta, verdadera, o realidad, porque lo dice o afirme un grupo político, de expertos o un partido.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, borrando el pasado, aboliendo la verdad, suprimiendo la historia objetiva completa, impidiendo el conocimiento de eventos pasados a través de la investigación científica, negando el juicio crítico. La verdad histórica (testimonio de lo real) no la impone ni la crea la subjetividad de testimonios o leyes. Son los historiadores que deben confrontar sus investigaciones, oponer tesis, analizar y validar hechos históricos, pero jamás el Estado puede imponer una dictadura de la historia oficial como dogma porque significaría decretar la muerte de la historia real e ignorar hechos, indultar verdaderos culpables o acusar inocentes reales.
– El filósofo Tzvetan Todorov recuerda que “hay que utilizar la memoria, no para limitarse a su desgracia y dar lecciones de moral, que es la postura más fácil, sino para ir de su propia desgracia a la desgracia de los demás, y no reclamar para sí el estatus exclusivo de ex víctima. Es más meritorio, luchar contra las injusticias presentes, en la cual podemos buscar la causa en el pasado, en lugar de siempre quejándose de su mala suerte al afirmar que es único, incomparable con la desgracia de los demás”[3]
La justicia, es reconocida como un conjunto de valores esenciales que son pilares de la sociedad y el Estado o de normas codificadas aplicadas por los jueces para impartir justicia, proteger los derechos…Las militantes de derechos humanos no pueden ignorar que “la justicia es un ideal de responsabilidad y equidad en la protección y reclamación de los derechos y la prevención y el castigo de las infracciones. La justicia implica tener en cuenta los derechos del acusado, los intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad en su conjunto. La comunidad internacional ha venido colaborando durante más de medio siglo para estructurar en forma colectiva los requisitos sustantivos y procesales de la administración de justicia”[4] .
Los sucesivos gobiernos desde los años 90, por beneficios políticos y con el apoyo de las mal llamadas asociaciones de derechos humanos, impusieron un relato ucrónico en una Argentina donde reina la confusión, la mentira, la venganza judicial, las ventajas políticas. Así, la sociedad súbitamente se encontró con los mensajeros de los derechos humanos que descendiendo de la montaña traían la falsa verdad de lo ocurrido en los 70: en Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio, no hay negacionismo, jurídicamente no existe el concepto o delito de Terrorismo de Estado que es una definición política e ideológica, el número de 30000 desaparecidos no tiene validación jurídica ni empírica…
El revisionismo busca imponer una verdad política-ideológica, prohíbe la confrontación democrática, histórica, jurídica de hechos existentes, politiza la historia, fomenta el odio, la injusticia, la mentira. Crea un enemigo, busca controlar el pasado para controlar el presente y el futuro donde la moral remplace la historia y la justicia. Ese proyecto viola principios constitucionales, convencionales, el principio de libertad de expresión, de opinión, de pensar libremente sus ideas, censura toda actividad de investigación e interpretación histórica. Es una violación a los derechos humanos. Paris, 30 septiembre 2019. Casppa France.
Prof. Mario Sandoval, Presidente Casppa France www.casppafrance.org, @CasppaF, https://www.facebook.com/casppa01/
Dra. María Elena García, Presidenta DDHHPP www.ddhhpp.org , ddhhyjusticia@gmail.com
[1] Espinosa, (1677) Ética III del Origen y de la Naturaleza de los afectos, proposición 13, in Ética demostrada según el orden geométrico.
[2] Pierre Nora, Les lieux de mémoire. I. La République (París: Ed.Gallimard, 1984), XIX.
[3] Los abusos de la memoria, Tzvetan Todorov. Barcelona, Ed. Paidós, 2000
[4] Consejo de Seguridad. Informe del Secretario General de la ONU, S/2004/616, del 03 agosto 2004.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 1, 2019