Ante el punto muerto que ha alcanzado la ayuda de Occidente a Ucrania, los aliados europeos empiezan a deliberar qué van a hacer si el plan derrotar a Rusia no funciona. Expertos citan a personas cercanas a las conversaciones internas que auguran el impacto de tal revés estratégico para el prestigio de la OTAN sería “mucho más profundo” que el causado por el “espectáculo de la fallida retirada de EE.UU. de Afganistán” en 2021. Algunos gobiernos están evaluando los riesgos que podrían correr los miembros orientales de la Alianza Atlántica en caso de que Ucrania ya no pueda oponer resistencia a las fuerzas rusas y sus defensas se desmoronen. En esta línea, ya se está cuestionando la fiabilidad de las promesas de defensa hechas por Washington. Funcionarios europeos afirmaron que Moscú buscaría tomar bajo su control más territorios y “destruir más infraestructura si Ucrania no recibe las armas de Occidente para defenderse”. En este caso, Kiev tendría que aceptar un acuerdo de alto el fuego bajo las condiciones de Moscú.
Mientras permanecen bloqueados por diferencias políticas 61.000 millones de dólares en EE.UU. y 50.000 millones euros en la UE, y los partidarios de Ucrania esperan decisiones a principios del próximo año, los funcionarios reconocen que es improbable que se produzca un gran avance ucraniano en el campo de batalla. Algunos funcionarios en los países bálticos ya están hablando de preparativos para una nueva guerra, dado que las tropas rusas “no serán derrotadas en Ucrania”, y crecen sus preocupaciones acerca de si EE.UU. y otros aliados arriesgarían sus tropas para defender a las pequeñas naciones que fueron parte de la URSS.
Así, Martin Herem, jefe de las Fuerzas de Defensa de Estonia, afirmó en declaraciones a un canal local la semana pasada que las fuerzas rusas podrían estar listas para atacar a la OTAN dentro de un año al terminar el conflicto en Ucrania. “Rusia no tiene miedo a la OTAN”, aseguró el jefe militar.
La agencia destaca que en Occidente ha desaparecido la confianza en que la operación militar especial lanzada por Moscú fuera una “derrota estratégica” para el líder ruso. En su lugar, hay quienes sugieren una “creciente sensación de que la apuesta del presidente ruso, Vladímir Putin, de que puede durar más que EE.UU. y sus aliados podría resultar acertada”.
El triunfo ruso en el conflicto ucraniano desencadenaría un flujo de refugiados hacia la UE, aumentando la presión sobre ciertos servicios en los países afectados y agravando las tensiones entre los miembros, indicó un funcionario occidental. Asimismo, la posible transición ucraniana a las tácticas de guerrilla perpetuaría la instabilidad en la frontera este de la UE.
Al mismo tiempo el acercamiento de Rusia a los países de Europa central y su dominación en el mar Negro gracias a la posición de Crimea obligarían a EE.UU. a emprender inversiones significativas en las fuerzas europeas para conseguir una disuasión fiable. Esto requeriría un considerable despliegue de fuerzas terrestres y de aeronaves.
Dadas las limitaciones de la industria militar estadounidense, es muy probable que la Casa Blanca se enfrente a una elección entre mantener suficientes fuerzas en Asia frente a un potencial ataque chino contra Taiwán o disuadir un potencial ataque ruso a la OTAN, argumenta el Instituto para el Estudio de la Guerra en un reciente informe.
“Toda esa empresa costaría una fortuna”, y “el coste durará mientras persista la amenaza rusa, potencialmente de forma indefinida”, opinó el historiador militar Frederick Kagan, uno de los analistas citados en el informe.
El ministro de Exteriores británico, David Cameron, afirmó el martes que su país y Francia seguirán apoyando a Ucrania tanto tiempo como sea necesaria hasta que Rusia sea derrotada.
Al respecto, Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, comentó que tal postura conllevará a un mayor agotamiento de los recursos y a una mayor implicación de estos países en el conflicto ucraniano. “Conocemos bien esta posición, no puede cambiar el curso de los acontecimientos”, subrayó el vocero del Kremlin.
Por su parte, Putin calificó recientemente de “una completa tontería” la afirmación de su homólogo estadounidense, Joe Biden, de que Moscú podría atacar a un país de la OTAN. “Creo que el presidente Biden lo entiende, esto es solo una figura retórica para justificar su política errónea entorno a Rusia”, señaló el mandatario.
“Rusia no tiene ninguna razón, ningún interés, ni geopolítico, ni económico, ni político, ni militar, para luchar contra los países de la OTAN. No tenemos reclamaciones territoriales entre nosotros y no tenemos ningún deseo de estropear las relaciones con ellos”, explicó.
El día después de “¿Y si Rusia gana?”
♦
Ante el punto muerto que ha alcanzado la ayuda de Occidente a Ucrania, los aliados europeos empiezan a deliberar qué van a hacer si el plan derrotar a Rusia no funciona. Expertos citan a personas cercanas a las conversaciones internas que auguran el impacto de tal revés estratégico para el prestigio de la OTAN sería “mucho más profundo” que el causado por el “espectáculo de la fallida retirada de EE.UU. de Afganistán” en 2021. Algunos gobiernos están evaluando los riesgos que podrían correr los miembros orientales de la Alianza Atlántica en caso de que Ucrania ya no pueda oponer resistencia a las fuerzas rusas y sus defensas se desmoronen. En esta línea, ya se está cuestionando la fiabilidad de las promesas de defensa hechas por Washington. Funcionarios europeos afirmaron que Moscú buscaría tomar bajo su control más territorios y “destruir más infraestructura si Ucrania no recibe las armas de Occidente para defenderse”. En este caso, Kiev tendría que aceptar un acuerdo de alto el fuego bajo las condiciones de Moscú.
Mientras permanecen bloqueados por diferencias políticas 61.000 millones de dólares en EE.UU. y 50.000 millones euros en la UE, y los partidarios de Ucrania esperan decisiones a principios del próximo año, los funcionarios reconocen que es improbable que se produzca un gran avance ucraniano en el campo de batalla. Algunos funcionarios en los países bálticos ya están hablando de preparativos para una nueva guerra, dado que las tropas rusas “no serán derrotadas en Ucrania”, y crecen sus preocupaciones acerca de si EE.UU. y otros aliados arriesgarían sus tropas para defender a las pequeñas naciones que fueron parte de la URSS.
Así, Martin Herem, jefe de las Fuerzas de Defensa de Estonia, afirmó en declaraciones a un canal local la semana pasada que las fuerzas rusas podrían estar listas para atacar a la OTAN dentro de un año al terminar el conflicto en Ucrania. “Rusia no tiene miedo a la OTAN”, aseguró el jefe militar.
La agencia destaca que en Occidente ha desaparecido la confianza en que la operación militar especial lanzada por Moscú fuera una “derrota estratégica” para el líder ruso. En su lugar, hay quienes sugieren una “creciente sensación de que la apuesta del presidente ruso, Vladímir Putin, de que puede durar más que EE.UU. y sus aliados podría resultar acertada”.
El triunfo ruso en el conflicto ucraniano desencadenaría un flujo de refugiados hacia la UE, aumentando la presión sobre ciertos servicios en los países afectados y agravando las tensiones entre los miembros, indicó un funcionario occidental. Asimismo, la posible transición ucraniana a las tácticas de guerrilla perpetuaría la instabilidad en la frontera este de la UE.
Al mismo tiempo el acercamiento de Rusia a los países de Europa central y su dominación en el mar Negro gracias a la posición de Crimea obligarían a EE.UU. a emprender inversiones significativas en las fuerzas europeas para conseguir una disuasión fiable. Esto requeriría un considerable despliegue de fuerzas terrestres y de aeronaves.
Dadas las limitaciones de la industria militar estadounidense, es muy probable que la Casa Blanca se enfrente a una elección entre mantener suficientes fuerzas en Asia frente a un potencial ataque chino contra Taiwán o disuadir un potencial ataque ruso a la OTAN, argumenta el Instituto para el Estudio de la Guerra en un reciente informe.
“Toda esa empresa costaría una fortuna”, y “el coste durará mientras persista la amenaza rusa, potencialmente de forma indefinida”, opinó el historiador militar Frederick Kagan, uno de los analistas citados en el informe.
El ministro de Exteriores británico, David Cameron, afirmó el martes que su país y Francia seguirán apoyando a Ucrania tanto tiempo como sea necesaria hasta que Rusia sea derrotada.
Al respecto, Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, comentó que tal postura conllevará a un mayor agotamiento de los recursos y a una mayor implicación de estos países en el conflicto ucraniano. “Conocemos bien esta posición, no puede cambiar el curso de los acontecimientos”, subrayó el vocero del Kremlin.
Por su parte, Putin calificó recientemente de “una completa tontería” la afirmación de su homólogo estadounidense, Joe Biden, de que Moscú podría atacar a un país de la OTAN. “Creo que el presidente Biden lo entiende, esto es solo una figura retórica para justificar su política errónea entorno a Rusia”, señaló el mandatario.
“Rusia no tiene ninguna razón, ningún interés, ni geopolítico, ni económico, ni político, ni militar, para luchar contra los países de la OTAN. No tenemos reclamaciones territoriales entre nosotros y no tenemos ningún deseo de estropear las relaciones con ellos”, explicó.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 26, 2023