Cuando solicitó participar en el Maratón de Boston en 1966, a Roberta “Bobby” Gibb le negaron la entrada con el comentario: “Las mujeres no son fisiológicamente capaces de correr y soportar un maratón, y no podemos responsabilizarnos por eso”.
Así que, hace casi 60 años, el día del maratón, Bobbi Gibb se escondió entre los arbustos, esperando a que comenzara la carrera. Cuando la mitad de los corredores habían pasado, echó a correr. Llevaba pantalones cortos deportivos de su hermano, un par de zapatillas de hombre, un traje de baño y un suéter. Al cabo de un rato, Gibb empezó a sudar, pero no se quitó la sudadera. “Sabía que si me veían, intentarían detenerme”, dijo. Incluso pensó que podrían arrestarla.
Pero los demás corredores no tardaron en darse cuenta de que era una mujer. Gibb pensó que la empujarían fuera de la carretera o llamarían a la policía, pero en lugar de eso la apoyaron y le dijeron que harían todo lo posible para garantizar que pudiera correr sin ser molestada.
Gibb se sintió segura y se quitó el suéter. Tan pronto como quedó claro que había una mujer corriendo el maratón, la multitud reaccionó, no con ira sino con pura alegría. Los hombres aplaudieron. Las mujeres lloraron. Al final de la carrera, la noticia se había extendido por todas partes y las estudiantes de la universidad donde se había celebrado la carrera la esperaban para saludarla, gritando de emoción.
El gobernador de Massachusetts también estaba allí para recibirla en la línea de meta y estrecharle la mano. ¡La primera mujer en correr un maratón había terminado con una medalla alrededor de su cuello!
Bobbi Gibb sigue siendo una leyenda en los deportes competitivos femeninos hasta el día de hoy.
“Declaro que todo estigma y toda vergüenza sean borrados para siempre de los nombres de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti”.
Así lo afirmó el gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, en 1977, disolviendo todos los cargos contra estos dos italianos, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.
Nacidos ambos en Italia, uno en Torremaggiore (Sacco), el otro en Villafalletto (Vanzetti), intentaron encontrar una nueva vida en América. Pero lo que les esperaba era sólo un triste destino.
Sacco llegó a Boston en 1908, Vanzetti a Nueva York en 1909. Ambos anarquistas se conocieron en 1916 y, tras el estallido de la guerra, emigraron a México y luego regresaron a Boston después de la gran guerra.
En 1920 ambos fueron arrestados, acusados falsamente de ser responsables del asesinato de un contable y un guardia de la fábrica de zapatos “Slater and Morrill” de Boston.
Después de siete años de juicios, de protestas de manifestantes que defendieron enérgicamente su inocencia, después de siete años de declaraciones, fueron condenados a muerte en la prisión de Charlestown.
Ambos murieron el 23 de agosto de 1927 en la silla eléctrica, uno con pocos minutos de diferencia entre el otro.
Investigadores científicos de la Universidad de Drexel (EE.UU.), liderados por el ingeniero civil Franco Montalto, alertaron de que las ciudades costeras más antiguas de EE.UU., como Filadelfia, Nueva York y Boston, corren el riesgo de verse inundadas por aguas residuales sin tratar debido al cambio climático.
Los científicos de Drexel señalan que el diseño obsoleto de sus sistemas de gestión de las aguas pluviales urbanas, sumado al aumento del nivel del mar y a las inundaciones por el incremento de las precipitaciones extremas, provocados por el cambio climático, podría producir una crisis de salud pública en dichas metrópolis.
Sostienen que, a partir de 1855, muchas de las comunidades costeras de EE.UU. fueron diseñadas con un sistema de alcantarillado combinado. En estos sistemas, las aguas pluviales y las cloacales se recogen utilizando las mismas tuberías que descargaban en arroyos y ríos. Con el desarrollo de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales tuvo lugar una disminución apreciable de la contaminación de estos cuerpos de agua.
Sin embargo, debido a las limitaciones de capacidad de las tuberías, durante los fenómenos meteorológicos húmedos, una parte del caudal se desborda hacia los cuerpos de agua naturales a través de un mecanismo conocido como ‘desbordamientos de los alcantarillados combinados’ (CSO, por sus siglas en inglés). La ley federal de Control de la Contaminación y Agua Limpia obliga a reducir al máximo este procedimiento de emergencia.
A medida que el cambio climático provoca más lluvias intensas y niveles más altos de los ríos, el problema empeora. Los investigadores explican que cuando el nivel del agua en el cuerpo de agua receptor es alto, las compuertas del CSO, que normalmente evitan que el agua del río se acumule en las tuberías de alcantarillado, no pueden abrirse tan fácilmente.
Como resultado de la combinación de todos estos factores, las aguas residuales combinadas generadas durante el clima húmedo pueden acumularse en el sistema e incluso derramarse en la calle o en sótanos de las casas. Cerca de 40 millones de personas viven actualmente en zonas atendidas por sistemas combinados de alcantarillado.
El equipo de Montalto utilizó un modelo hidrológico e hidráulico detallado de inundaciones y desbordamientos combinados de alcantarillado ya validado para simular lo que sucedería si las precipitaciones aumentaran hasta un 30% y si el nivel del mar subiera hasta 1,8 metros en la sección Cramer Hill de Camden (Nueva Jersey). Esta es una parte de la ciudad propensa a inundaciones, ubicada muy cerca del punto CSO más grande en el lado este del río Delaware.
El modelo proyectó que el aumento de las precipitaciones daría como resultado descargas de desbordamiento entre un 21% y un 66% por encima del volumen de descarga anual actual. El modelo también indica que el aumento del nivel del mar hará más difícil que estos sistemas descarguen en cuerpos de agua cercanos. Los resultados de esta investigación se publicaron recientemente en Journal of Water Management Modeling.
“Es emocionante trabajar con ellos [la Autoridad de Servicios Públicos Municipales del Condado de Camden] ahora en el desarrollo de soluciones que también pueden reducir las inundaciones y hacer que los vecindarios de Camden sean más resistentes al cambio climático”, expresó Montalto. Una estrategia que las autoridades han estado considerando para los desafíos de gestión del agua de Cramer Hill implica desviar las aguas pluviales río arriba, lejos de su sistema de alcantarillado. Con el programa de modelado de Drexel, se descubrió que la desconexión ayudará en todos los escenarios climáticos futuros.
Bobbi Gibb
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Por Grant Lucas.
Cuando solicitó participar en el Maratón de Boston en 1966, a Roberta “Bobby” Gibb le negaron la entrada con el comentario: “Las mujeres no son fisiológicamente capaces de correr y soportar un maratón, y no podemos responsabilizarnos por eso”.
Así que, hace casi 60 años, el día del maratón, Bobbi Gibb se escondió entre los arbustos, esperando a que comenzara la carrera. Cuando la mitad de los corredores habían pasado, echó a correr. Llevaba pantalones cortos deportivos de su hermano, un par de zapatillas de hombre, un traje de baño y un suéter. Al cabo de un rato, Gibb empezó a sudar, pero no se quitó la sudadera. “Sabía que si me veían, intentarían detenerme”, dijo. Incluso pensó que podrían arrestarla.
Pero los demás corredores no tardaron en darse cuenta de que era una mujer. Gibb pensó que la empujarían fuera de la carretera o llamarían a la policía, pero en lugar de eso la apoyaron y le dijeron que harían todo lo posible para garantizar que pudiera correr sin ser molestada.
Gibb se sintió segura y se quitó el suéter. Tan pronto como quedó claro que había una mujer corriendo el maratón, la multitud reaccionó, no con ira sino con pura alegría. Los hombres aplaudieron. Las mujeres lloraron. Al final de la carrera, la noticia se había extendido por todas partes y las estudiantes de la universidad donde se había celebrado la carrera la esperaban para saludarla, gritando de emoción.
El gobernador de Massachusetts también estaba allí para recibirla en la línea de meta y estrecharle la mano. ¡La primera mujer en correr un maratón había terminado con una medalla alrededor de su cuello!
Bobbi Gibb sigue siendo una leyenda en los deportes competitivos femeninos hasta el día de hoy.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 16, 2024
Sacco y Vanzetti
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Por Cyd Ollack.
Así lo afirmó el gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, en 1977, disolviendo todos los cargos contra estos dos italianos, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.
Nacidos ambos en Italia, uno en Torremaggiore (Sacco), el otro en Villafalletto (Vanzetti), intentaron encontrar una nueva vida en América. Pero lo que les esperaba era sólo un triste destino.
Sacco llegó a Boston en 1908, Vanzetti a Nueva York en 1909. Ambos anarquistas se conocieron en 1916 y, tras el estallido de la guerra, emigraron a México y luego regresaron a Boston después de la gran guerra.
En 1920 ambos fueron arrestados, acusados falsamente de ser responsables del asesinato de un contable y un guardia de la fábrica de zapatos “Slater and Morrill” de Boston.
Después de siete años de juicios, de protestas de manifestantes que defendieron enérgicamente su inocencia, después de siete años de declaraciones, fueron condenados a muerte en la prisión de Charlestown.
Ambos murieron el 23 de agosto de 1927 en la silla eléctrica, uno con pocos minutos de diferencia entre el otro.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 17, 2024
Tres grandes ciudades de EE.UU. quedarán inundadas por aguas residuales
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Investigadores científicos de la Universidad de Drexel (EE.UU.), liderados por el ingeniero civil Franco Montalto, alertaron de que las ciudades costeras más antiguas de EE.UU., como Filadelfia, Nueva York y Boston, corren el riesgo de verse inundadas por aguas residuales sin tratar debido al cambio climático.
Los científicos de Drexel señalan que el diseño obsoleto de sus sistemas de gestión de las aguas pluviales urbanas, sumado al aumento del nivel del mar y a las inundaciones por el incremento de las precipitaciones extremas, provocados por el cambio climático, podría producir una crisis de salud pública en dichas metrópolis.
Sostienen que, a partir de 1855, muchas de las comunidades costeras de EE.UU. fueron diseñadas con un sistema de alcantarillado combinado. En estos sistemas, las aguas pluviales y las cloacales se recogen utilizando las mismas tuberías que descargaban en arroyos y ríos. Con el desarrollo de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales tuvo lugar una disminución apreciable de la contaminación de estos cuerpos de agua.
Sin embargo, debido a las limitaciones de capacidad de las tuberías, durante los fenómenos meteorológicos húmedos, una parte del caudal se desborda hacia los cuerpos de agua naturales a través de un mecanismo conocido como ‘desbordamientos de los alcantarillados combinados’ (CSO, por sus siglas en inglés). La ley federal de Control de la Contaminación y Agua Limpia obliga a reducir al máximo este procedimiento de emergencia.
A medida que el cambio climático provoca más lluvias intensas y niveles más altos de los ríos, el problema empeora. Los investigadores explican que cuando el nivel del agua en el cuerpo de agua receptor es alto, las compuertas del CSO, que normalmente evitan que el agua del río se acumule en las tuberías de alcantarillado, no pueden abrirse tan fácilmente.
Como resultado de la combinación de todos estos factores, las aguas residuales combinadas generadas durante el clima húmedo pueden acumularse en el sistema e incluso derramarse en la calle o en sótanos de las casas. Cerca de 40 millones de personas viven actualmente en zonas atendidas por sistemas combinados de alcantarillado.
El equipo de Montalto utilizó un modelo hidrológico e hidráulico detallado de inundaciones y desbordamientos combinados de alcantarillado ya validado para simular lo que sucedería si las precipitaciones aumentaran hasta un 30% y si el nivel del mar subiera hasta 1,8 metros en la sección Cramer Hill de Camden (Nueva Jersey). Esta es una parte de la ciudad propensa a inundaciones, ubicada muy cerca del punto CSO más grande en el lado este del río Delaware.
El modelo proyectó que el aumento de las precipitaciones daría como resultado descargas de desbordamiento entre un 21% y un 66% por encima del volumen de descarga anual actual. El modelo también indica que el aumento del nivel del mar hará más difícil que estos sistemas descarguen en cuerpos de agua cercanos. Los resultados de esta investigación se publicaron recientemente en Journal of Water Management Modeling.
“Es emocionante trabajar con ellos [la Autoridad de Servicios Públicos Municipales del Condado de Camden] ahora en el desarrollo de soluciones que también pueden reducir las inundaciones y hacer que los vecindarios de Camden sean más resistentes al cambio climático”, expresó Montalto. Una estrategia que las autoridades han estado considerando para los desafíos de gestión del agua de Cramer Hill implica desviar las aguas pluviales río arriba, lejos de su sistema de alcantarillado. Con el programa de modelado de Drexel, se descubrió que la desconexión ayudará en todos los escenarios climáticos futuros.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 2, 2024