“EL PARTIDO DE LA TRANSICIÓN SE JUEGA EN EL NIVEL DE LAS RESERVAS DEL BCRA”

Share

 

En el marco de un evento organizado por IDEA, el economista aseguró que en el contexto actual, se hace “muy necesario” que ingrese el desembolso de US$5.400 millones del FMI y advirtió que “el partido de la transición se juega en el nivel de las reservas”. “Hay reservas para la transición, pero no para todos”.

 

El economista Carlos Melconian reiteró que luego de las PASO el país se encuentra en un período de “transición económica”, y consideró que un traspaso “caótico es evitable”.

“Vamos a una transición. Una transición caótica es evitable. Estaremos en ‘ups and downs’, ni caos ni orden, si lo sabemos controlar”, insistió Melconian en el marco de “La Semana del Management” que organiza IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) en la Usina del Arte.

“Hay un 2020 incierto de acuerdo a cuán traumática sea la transición”, agregó el ex titular del Banco Nación.

En el inicio de su exposición, el economista dijo que “la transición económica de estos meses se ha convertido en algo mucho más vulnerable, o sea que adquirió relevancia”, al tiempo que recordó que “por más que fui crítico con esta administración, este presidente recibió una herencia espantosa”. “Lo que quiero rescatar de la herencia recibida es que no está resuelta”, añadió.

“El plan ‘picapiedras’ del FMI le entró a la herencia, pero no está resuelta”, insistió, luego de lo cual aclaró que ‘picapiedra’ “no es despectivo, es por lo rudimentario”.

“Las conferencias de  Sandleris y Lacunza fueron ‘seguimos con el plan picapiedras’. Seguir en el picapiedras, que va a venir con más inflación y menor nivel de actividad, e ir a buscar la elección parece una contradicción”, consideró.

Por otra parte, dijo que en el contexto actual, se hace “muy necesario” que ingrese el desembolso de US$5.400 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y advirtió que “el partido de la transición se juega en el nivel de las reservas”.

Melconian, que fue presidente del Banco Nación durante el comienzo de la gestión de Macri, remarcó que se pueden mirar los factores políticos, que están “contaminando” las expectativas, pero que la transición se juega en tres cuestiones: el mercado de cambio, el mercado de deuda y el mercado monetario y bancario.

En ese sentido, dijo que “algo caótico es evitable” pero advirtió que la actual es una etapa de “ups and downs” (altos y bajos); ni caos, ni orden”.

Con respecto a los mercados (cambio, deuda, monetario y bancario), Melconian advirtió que hay una “sola boca” —por las reservas del Banco Central— de US$59.000 millones. Pero con depuración de unos US$15.000 millones.

“Acá se juega el parido de la transición. Los US$59.000 millones a los cuales si le saco todo lo chino (el swap acordado con China, que no sirve nada) queda US$37.000 millones que lo va a demandar el mercado de cambios y el pago de la deuda”, detalló.

Según el título de uno de los cuadros con cifras que utilizó para ilustrar su presentación, “Hay reservas para la transición, pero no para todos”. Las reservas internacionales disponibles, según se podía leer en el cuadro, fueron estimadas por el economista en US$37.000 millones (antes de las PASO eran de US$43.900 millones, una diferencia de US$6.900 millones).

De ese número, según sus proyecciones, entre US$14.000 y US$15.000 millones son para el mercado cambiario (obviamente no se pueden usar todas para no dejarlas en cero en diciembre); luego están los desembolsos del FMI para pagar la deuda, que ahora están en cero hasta el ingreso del nuevo desembolso; US$14.000 millones de los depósitos de las entidades financieras, que cubren el 50% de los depósitos privados en dólares; y finalmente un “comodín” de US$7.235 millones de un desembolso de junio de 2018 realizado por el fondo para fortalecer reservas (cuyo uso debe ser autorizado).

Melconian advirtió  además “en el medio del despelote, esto es fungible”.

Y recordó el pago de los préstamo otorgado por bancos extranjeros (conocida en la jerga financiera como “repo”) por más de US$2.600 millones que provocó una caída de reservas porque el Tesoro mantenía depositadas las divisas en el BCRA. También mencionó la “espada de Damocles” de las Letes y las Lecaps por US$7.000 millones.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Septiembre 4, 2019


 

Y la nave va…

Share

 

avogadro-yy6 Por Enrique Guillermo Avogadro.

 

“El destino de nuestros nietos no cuenta nada cuando se lo compara

con el imperativo de que mañana aumenten los beneficios”.

Noam Chomsky

 

Ayer a mediodía, el mundo cambió por el impacto de un fenómeno cuyas consecuencias aún son una incógnita para muchos, pese a haber escuchado el discurso de asunción de Donald Trump, por la sorprendente integración de su gabinete. De todos modos, ya hay alguna certeza: el nuevo mandatario norteamericano ha generado en su sociedad una fractura que mucho se parece a la grieta que aquí construyeron los Kirchner; también son idénticos su populismo, su relación con la prensa y, sobre todo, su megalomanía.

Pero algo hay que reconocerle: logró expresar el resentimiento del interior profundo contra la globalización de la economía mundial. Y en eso resulta posible coincidir, a poco que pensemos en los rasgos que la han marcado en las últimas décadas: la monstruosa concentración de la riqueza en pocas manos (ocho hombres tienen tanto dinero como la mitad de la humanidad) y, sobre todo, el anonimato del capital. Que ese resentimiento se produzca cuando el país tiene la menor tasa de desempleo en años no fue óbice para que el magnate viera frustrada su carrera hacia la Casa Blanca.

El paquete accionario de control de la principal empresa del mundo en producción de bienes tangibles (General Electric) equivale sólo al 2,5% de su capital; el resto se encuentra atomizado en manos de carpinteros alemanes, agricultores italianos, ricos chinos, compañías japonesas, fondos de inversión, etc. Y esa situación se repite en la enorme mayoría de aquéllas que cotizan en las bolsas de valores de todo el mundo.

Los capitales se mueven por el mundo a la velocidad de las transacciones cibernéticas, sin importar en absoluto cuáles sean los efectos que esa migración produce en los países. Esa situación hace que los presidentes de las compañías –los famosos CEO’s- y sus ejecutivos sean meros gerentes, a los cuáles sólo se les exige cumplir una regla: generar beneficios; cuando no lo hacen, y aún con ingentes indemnizaciones, son despedidos sin piedad por las asambleas de accionistas.

A partir de esa máxima, dejó de tener relevancia alguna el lugar en que se encuentran las plantas fabriles, y éstas son trasladadas a países con costos laborales inferiores y con sistemas impositivos más beneficiosos para el capital. Si, para cumplir el objetivo, resulta indispensable sumir en la pobreza a las personas que trabajaban en las fábricas abandonadas, se lo considera “daños colaterales” y, por supuesto, perfectamente admisibles.

El ejemplo más paradigmático es la ciudad de Detroit, en Michigan, otrora capital mundial de la industria automovilística: hoy está abandonada y en ruinas, literalmente quebrada por las deudas, arrasada por el desempleo, la miseria, la violencia y la drogadicción. Y todo esto se produjo porque las grandes automotrices se radicaron en otras latitudes, se llamen Japón, China, Corea, etc., para vender en Estados Unidos.

Donald Trump ratificó ayer que hará lo que dijo en su campaña electoral: imponer el proteccionismo a la economía de su país, de la mano del “compre americano”; varias empresas, que tenían planes de inversión en México, se curaron en salud y, aún antes de su asunción, los suspendieron o, lisa y llanamente, los cancelaron por el temor que generó la imposición de gabelas de importación que las sacaría del mercado.

Esa vuelta a atrás en la apertura económica, que lo hizo reiterar que abandonará los grandes acuerdos de libre comercio –NAFTA, en especial, pero también las negociaciones del Transpacífico- implicará, necesariamente, un aumento en las tasas de interés mundiales, forzadas por unos Estados Unidos transformados en una verdadera aspiradora de fondos, y los países emergentes –como en el nuestro- verán encarecerse su endeudamiento y crecerán las dificultades para exportar productos industriales al mayor consumidor mundial.

El otro aspecto del monumental movimiento tectónico que se registró ayer son las relaciones internacionales de la mayor potencia militar del globo. Trump ha reconocido informalmente a Taiwan, y anunciado que limitará los intentos de China de extender su soberanía al mar que rodea su oriente cercano y su sudeste. Beijin, como era previsible, reaccionó oficiosamente planteando la posibilidad de un conflicto bélico que, de producirse –estudios de la Universidad de Harvard lo consideran probable- arrastrará al mundo todo y hasta podría poner en peligro su supervivencia.

El nuevo Presidente, por lo demás, ha reafirmado su simpatía con Vladimir Putin, a quien debe entenderse como la expresión de una sociedad de enorme raigambre zarista, como lo fueron desde 1917 todos los jerarcas soviéticos. La idolatría nacional por sus líderes resulta un elemento fundamental para comprender el por qué del respaldo a las actitudes más alocadas o criminales de éstos, y aún al perdón por los fracasos económicos que llevaron a la caída de la URSS. Cómo se darán las relaciones entre las tres potencias (EEUU, China y Rusia), a la luz de las diferentes alianzas que podrían forjarse entre ellas en pos de la hegemonía es la gran incógnita de los próximos años.

En cuanto a la región, sin duda el hecho más resonante de la semana fue la muerte de Teori Zavascki, integrante del Supremo Tribunal Federal de Brasil y encargado de la supervisión de las investigaciones del Lava Jato, el escándalo de corrupción que está manteniendo en vilo a los políticos y empresarios brasileños, que ha llevado a muchos de ellos a la cárcel y que tiene repercusiones en muchos países. En particular, el Juez muerto estaba dispuesto a convalidar los acuerdos de “delación premiada” de más de setenta ejecutivos de Odebrecht, incluido su Presidente, que significarán un nuevo huracán en nuestro castigado vecino.

Inmediatamente surgieron, aquí y allá, todas las sospechas sobre ese tan oportuno fallecimiento, amplificadas por el segundo aniversario del asesinato de nuestro Fiscal Alberto Nisman. Más allá del contenido de las cajas negras del avión siniestrado, las dudas se disiparán si el propio Supremo Tribunal designara a otro de sus miembros para asumir el rol de Zavascki y, en cambio, se incrementarán si se decidiera esperar a que el denunciado Presidente Michel Temer nombre, con el acuerdo del tan desprestigiado Congreso, a quien deba ocupar su lugar.

El equipo económico del Presidente Mauricio Macri pudo exhibir esta semana algunos logros significativos: la gigantesca oferta de fondos internacionales para su emisión de deuda, el reconocimiento de Davos a la gestión y las consiguientes expectativas de inversión, el cambio del disidente Carlos Melconian (que ratificó su alineamiento con el Gobierno) por el economista Javier González Fraga para impulsar el crédito hipotecario, y los incipientes acuerdos de incrementos salariales por productividad. No es poco, aunque el clima haya producido novedades desagradables para las cosechas. El anuncio de un gigantesco plan de obras públicas (180 mil millones de pesos) que se pondrá en marcha de inmediato traerá aparejado el crecimiento del empleo y una reducción en los costos de transporte, que tanto atentan contra nuestra economía.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 21, 2017