En una ciudad a menudo definida por la ostentación, el ego y las relaciones fugaces, Brad Pitt cultivó discretamente un vínculo que desafiaba las normas de Hollywood: uno basado en la compasión, la longevidad y una generosidad inesperada. Durante casi tres décadas, Pitt permitió a su anciano vecino, John, vivir sin pagar alquiler en su extensa finca de Los Ángeles, cumpliendo una promesa que duró mucho más de lo que nadie esperaba.
La historia comenzó en 1994, cuando Pitt compró una propiedad histórica en Los Feliz a la actriz Cassandra Peterson, más conocida como Elvira, la Señora de la Oscuridad. A medida que Pitt expandía la finca con los años, adquiriendo finalmente 22 parcelas adyacentes, conoció a John, un hombre de unos 90 años que había perdido recientemente a su esposa y había vivido en una de las casas durante décadas. En lugar de desalojarlo, Pitt tomó una decisión simple y humana: John podría quedarse el resto de su vida sin pagar alquiler.
Lo que Pitt probablemente asumió que sería un acuerdo a corto plazo se convirtió en un compromiso de 15 años. John vivió hasta los 105 años, superando no solo las expectativas, sino también múltiples etapas de la vida de Pitt, incluyendo su matrimonio con Angelina Jolie y la crianza de sus seis hijos.
7.689 metros cuadrados. Pitt lo vendió por 39.8 millones de dólares.
Según Peterson, quien siguió siendo vecina, Pitt nunca dudó en su generosidad. “Fue muy, muy amable con el esposo”, declaró. “Sé que Brad le permitió vivir allí sin pagarle nada hasta su muerte”.
El acuerdo nunca se hizo público durante la vida de John. No hubo comunicados de prensa ni sesiones de fotos; solo un discreto acto de decencia. Peterson bromeó diciendo que Pitt podría haber subestimado la longevidad de su gesto. “Fue bastante gracioso porque John vivió hasta los 105 años”, dijo. “Simplemente vivió para siempre”.
En marzo de 2023, Pitt finalmente vendió la herencia por 40 millones de dólares, cerrando un capítulo que había durado casi 30 años. Pero la historia de John y Brad Pitt perdura como un raro ejemplo de generosidad de celebridades que no fue performativa ni transaccional. Fue personal, perdurable y profundamente humana.
En una industria a menudo criticada por el exceso y el desapego, la relación de Pitt con su anciano vecino destaca, no por su glamour, sino por su gracia. Es un recordatorio de que, a veces, los legados más significativos no se construyen en la pantalla, sino en los rincones más tranquilos de la vida real.
Una historia hollywoodense de bondad silenciosa
◘
En una ciudad a menudo definida por la ostentación, el ego y las relaciones fugaces, Brad Pitt cultivó discretamente un vínculo que desafiaba las normas de Hollywood: uno basado en la compasión, la longevidad y una generosidad inesperada. Durante casi tres décadas, Pitt permitió a su anciano vecino, John, vivir sin pagar alquiler en su extensa finca de Los Ángeles, cumpliendo una promesa que duró mucho más de lo que nadie esperaba.
La historia comenzó en 1994, cuando Pitt compró una propiedad histórica en Los Feliz a la actriz Cassandra Peterson, más conocida como Elvira, la Señora de la Oscuridad. A medida que Pitt expandía la finca con los años, adquiriendo finalmente 22 parcelas adyacentes, conoció a John, un hombre de unos 90 años que había perdido recientemente a su esposa y había vivido en una de las casas durante décadas. En lugar de desalojarlo, Pitt tomó una decisión simple y humana: John podría quedarse el resto de su vida sin pagar alquiler.
Lo que Pitt probablemente asumió que sería un acuerdo a corto plazo se convirtió en un compromiso de 15 años. John vivió hasta los 105 años, superando no solo las expectativas, sino también múltiples etapas de la vida de Pitt, incluyendo su matrimonio con Angelina Jolie y la crianza de sus seis hijos.
Según Peterson, quien siguió siendo vecina, Pitt nunca dudó en su generosidad. “Fue muy, muy amable con el esposo”, declaró. “Sé que Brad le permitió vivir allí sin pagarle nada hasta su muerte”.
El acuerdo nunca se hizo público durante la vida de John. No hubo comunicados de prensa ni sesiones de fotos; solo un discreto acto de decencia. Peterson bromeó diciendo que Pitt podría haber subestimado la longevidad de su gesto. “Fue bastante gracioso porque John vivió hasta los 105 años”, dijo. “Simplemente vivió para siempre”.
En marzo de 2023, Pitt finalmente vendió la herencia por 40 millones de dólares, cerrando un capítulo que había durado casi 30 años. Pero la historia de John y Brad Pitt perdura como un raro ejemplo de generosidad de celebridades que no fue performativa ni transaccional. Fue personal, perdurable y profundamente humana.
En una industria a menudo criticada por el exceso y el desapego, la relación de Pitt con su anciano vecino destaca, no por su glamour, sino por su gracia. Es un recordatorio de que, a veces, los legados más significativos no se construyen en la pantalla, sino en los rincones más tranquilos de la vida real.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 25, 2025