El vino romano tenía menos alcohol, pero en algunos casos era más peligroso.
El vino era la bebida principal en el Mediterráneo por la misma razón que la cerveza en el norte de Europa: la higiene. Hacer alcohol era la forma más conocida de garantizar que la bebida no tuviera ningún tipo de enfermedad. Cuando el alcohol era la única opción, se deseaba que gran parte de él tuviera un bajo contenido de alcohol para que no se emborracharan en el trabajo.
A través de métodos de fermentación y levadura, en ese momento, la mayoría del vino tenía solo alrededor del 6% APV, en comparación con el 15%+ del vino moderno. La mayoría de los romanos promedio también tendían a diluir su vino con dos o tres partes de agua por una parte de vino. Esto desinfectaba el agua y mejoraba el sabor del vino barato (o lo hacía menos desagradable).
Los patricios tenían acceso a vinos con mayor contenido de alcohol y mejor sabor. El vino más alcohólico era el de Falerno, que se describía como “que se incendiaba con la aplicación de llama”. Esto requeriría un contenido de alcohol del 40%, por lo que puede ser exagerado o tener un método de producción único. Según cálculos más precisos, el contenido de alcohol rondaba el 15-16 %. Esto haría que el vino de Falerna fuera bastante mediocre según los estándares modernos.
A las élites también les gustaba endulzar el vino. Hervían jugo de fruta (sapa) o lo trituraban (mosto) y usaban el producto como edulcorante artificial. Esto tenía el desafortunado efecto secundario de añadir plomo al vino, lo que causaba problemas de salud más adelante.
Placer sin culpa. El Reino Unido podría comenzar la venta de cerveza y vino espumante que no contiene alcohol, aunque provoca la misma sensación de embriaguez y tiene la ventaja de que no deja dolor de cabeza ni resaca el día siguiente.
El año pasado, la empresa inglesa GABA Labs creó la bebida SENTIA. Su consumo provoca los mismos efectos que la ingesta de alcohol, pero precisamente no contiene alcohol. Este año, la empresa prevé empezar la comercialización de la cerveza y el vino espumoso, ampliando así su gama de productos.
El director ejecutivo de GABA Labs, David Orren, señaló que sus bebidas contienen una mezcla secreta de ingredientes a base de plantas que engaña de forma efectiva la química interna del cerebro haciendo creer a quien las consume que está bebido. En esencia, asegura que se trata del efecto embriagador de un placebo, pero habrá que comprobar en la práctica hasta qué punto produce los mismos efectos.
Según el fabricante, esa poderosa sustancia activa un neurotransmisor en el cerebro científicamente conocido como ácido gamma-aminobutírico, por lo que beber una botella de esta bebida sin alcohol hace sentir a quien la consume como si hubiera bebido varios tragos de tequila, copas de vino o botellas de cerveza.
Sin embargo, a diferencia del alcohol, los efectos de SENTIA desaparecen después de tomar aproximadamente dos o tres copas, lo que significa que las personas no pueden embriagarse en exceso. Además, no provoca la acumulación de otras sustancias químicas en el organismo que acarrean la resaca.
Otra ventaja de esta nueva bebida es que tampoco conlleva ninguno de los problemas de salud a largo plazo que puede provocar el consumo regular y excesivo de alcohol, tales como el cáncer, complicaciones hepáticas y obesidad.
Vino romano
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Por Caroline Rae.
El vino romano tenía menos alcohol, pero en algunos casos era más peligroso.
El vino era la bebida principal en el Mediterráneo por la misma razón que la cerveza en el norte de Europa: la higiene. Hacer alcohol era la forma más conocida de garantizar que la bebida no tuviera ningún tipo de enfermedad. Cuando el alcohol era la única opción, se deseaba que gran parte de él tuviera un bajo contenido de alcohol para que no se emborracharan en el trabajo.
A través de métodos de fermentación y levadura, en ese momento, la mayoría del vino tenía solo alrededor del 6% APV, en comparación con el 15%+ del vino moderno. La mayoría de los romanos promedio también tendían a diluir su vino con dos o tres partes de agua por una parte de vino. Esto desinfectaba el agua y mejoraba el sabor del vino barato (o lo hacía menos desagradable).
Los patricios tenían acceso a vinos con mayor contenido de alcohol y mejor sabor. El vino más alcohólico era el de Falerno, que se describía como “que se incendiaba con la aplicación de llama”. Esto requeriría un contenido de alcohol del 40%, por lo que puede ser exagerado o tener un método de producción único. Según cálculos más precisos, el contenido de alcohol rondaba el 15-16 %. Esto haría que el vino de Falerna fuera bastante mediocre según los estándares modernos.
A las élites también les gustaba endulzar el vino. Hervían jugo de fruta (sapa) o lo trituraban (mosto) y usaban el producto como edulcorante artificial. Esto tenía el desafortunado efecto secundario de añadir plomo al vino, lo que causaba problemas de salud más adelante.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 20, 2024
Cerveza y vino sin alcohol que emborrachan pero no dejan resaca
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Placer sin culpa. El Reino Unido podría comenzar la venta de cerveza y vino espumante que no contiene alcohol, aunque provoca la misma sensación de embriaguez y tiene la ventaja de que no deja dolor de cabeza ni resaca el día siguiente.
El año pasado, la empresa inglesa GABA Labs creó la bebida SENTIA. Su consumo provoca los mismos efectos que la ingesta de alcohol, pero precisamente no contiene alcohol. Este año, la empresa prevé empezar la comercialización de la cerveza y el vino espumoso, ampliando así su gama de productos.
El director ejecutivo de GABA Labs, David Orren, señaló que sus bebidas contienen una mezcla secreta de ingredientes a base de plantas que engaña de forma efectiva la química interna del cerebro haciendo creer a quien las consume que está bebido. En esencia, asegura que se trata del efecto embriagador de un placebo, pero habrá que comprobar en la práctica hasta qué punto produce los mismos efectos.
Según el fabricante, esa poderosa sustancia activa un neurotransmisor en el cerebro científicamente conocido como ácido gamma-aminobutírico, por lo que beber una botella de esta bebida sin alcohol hace sentir a quien la consume como si hubiera bebido varios tragos de tequila, copas de vino o botellas de cerveza.
Sin embargo, a diferencia del alcohol, los efectos de SENTIA desaparecen después de tomar aproximadamente dos o tres copas, lo que significa que las personas no pueden embriagarse en exceso. Además, no provoca la acumulación de otras sustancias químicas en el organismo que acarrean la resaca.
Otra ventaja de esta nueva bebida es que tampoco conlleva ninguno de los problemas de salud a largo plazo que puede provocar el consumo regular y excesivo de alcohol, tales como el cáncer, complicaciones hepáticas y obesidad.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 12, 2024