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  Por Maren Berkjo.

Fue el primer piloto de combate afroamericano de la historia. Pero fue mucho más que eso. Fue un héroe nacional, y su historia es tan asombrosa que si alguien escribiera un guion cinematográfico sobre ella, Hollywood diría que es demasiado increíble.

Bullard vivió en Francia como inmigrante. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se unió a la infantería francesa. Resultó gravemente herido en combate, y Francia le otorgó dos condecoraciones por su valentía: la Cruz de Guerra y la Medalla Militar. En 1916, se unió a la fuerza aérea francesa. Primero se formó como artillero, pero más tarde se convirtió en piloto. Cuando los pilotos estadounidenses acudieron en ayuda de Francia y formaron la famosa Escuadrilla Lafayette, Bullard quiso unirse. Pero cuando estuvo listo para volar, ya no aceptaban nuevos pilotos, así que se unió al Cuerpo Aéreo Lafayette. Voló con unidades francesas y completó 20 misiones de combate.

Cuando Estados Unidos entró en la guerra, Bullard fue el único piloto de la Escuadrilla o Cuerpo Aéreo que no fue invitado a unirse al Servicio Aéreo estadounidense. ¿La razón? En aquel entonces, el Servicio Aéreo estadounidense solo aceptaba hombres blancos.

Aquí hay una parte de su historia que parece sacada de una película como “Casablanca”: Después de la Primera Guerra Mundial, Bullard se convirtió en músico de jazz en París e incluso fue dueño de un club nocturno llamado “L’Escadrille”. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania se apoderó de Francia, su club se hizo popular entre los oficiales alemanes. Pero lo que no sabían era que Bullard hablaba alemán y trabajaba en secreto como espía para la Francia Libre. Más tarde se unió de nuevo a una unidad de infantería francesa, pero resultó gravemente herido y tuvo que abandonar el ejército.

Al final de la guerra, Bullard era un héroe nacional en Francia. Pero cuando regresó a Estados Unidos, casi nadie sabía quién era. En 1959, Francia lo nombró Chevalier nacional, pero esto era prácticamente desconocido en Estados Unidos.

En 1960, el presidente francés Charles DeGaulle visitó Estados Unidos. Una de sus primeras cosas fue conocer a Bullard. Esto sorprendió a muchos, ya que casi nadie en Estados Unidos lo conocía. Encontraron a Bullard trabajando como ascensorista en Nueva York, y DeGaulle viajó allí para conocerlo.

Poco después de conocer al presidente francés, Eugene Bullard falleció. Hoy en día, muy pocos estadounidenses, especialmente afroamericanos, conocen su historia. 

 


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Julio 1, 2025