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  Por Tom Hefferman.

Oriana Fallaci estaba firmemente convencida de que las palabras pronunciadas por Neil Armstrong nada más poner un pie en la Luna, “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, eran fruto de un guión ideado por la administración de la NASA

Unas semanas después del primer alunizaje, tuvo la oportunidad de hablar de ello con Charles “Pete” Conrad, el astronauta elegido comandante del Apolo 12, mientras ella se alojaba en la casa familiar de éste.

Conrad intentó explicarle que la NASA no obligaba ni obligaría a sus astronautas a pronunciar frases pegadizas escritas antes de la misión, pero Oriana no atendió a razones, así que le dijo que podría demostrarlo una vez que llegara a la Luna.

“Imposible”, respondió Oriana, “no te dejarán decir lo que quieras”, por lo que Pete, que a menudo bromeaba sobre su altura como el candidato a astronauta más bajo de la selección (1,67 frente a los 1,80 de Armstrong), decidió apostar 500 dólares con la periodista.

El 19 de noviembre de 1969, Conrad aterrizó en la Luna y, tras posar sus botas sobre el regolito lunar, exclamó: “¡Guau! Puede que haya sido un pequeño paso para Neil, pero es un gran paso para mí”.

Más tarde, Conrad declaró que nunca cobró la apuesta.

 

 


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Setiembre 17, 2024