Los nazis invadieron Dinamarca en 1940, y todos esperaban que el rey Cristián X se marchara. Se quedó. Cabalgaba cada mañana, solo, por la ciudad de Copenhague. No hubo discursos ni guardaespaldas. Simplemente demostraba su presencia, y la del pueblo también.
Los rumores circularon rápidamente. Decían que llevaba la estrella de David para mostrar su apoyo a los judíos. No es necesariamente literal, pero así lo parecía.
Christian XHitler
Otra narrativa cuenta la historia de una bandera nazi izada en un edificio. El rey ordenó a un general alemán que la retirara o lo haría él. La bandera fue retirada.
En 1943, Hitler se enfureció por una breve respuesta de cumpleaños y ordenó el arresto de todos los judíos daneses. Fue entonces cuando el país se movió. Pescadores, policías y ciudadanos comunes introdujeron clandestinamente a casi toda la población judía en Suecia. El noventa y nueve por ciento sobrevivió.
El rey no pronunció discursos conmovedores ni lanzó cargas. Se quedó quieto. Observando. Esperando. Asegurándose de que nadie creyera que los nazis habían triunfado. Con su mera existencia, evitó que el espíritu de Dinamarca se derrumbara.
Cuando el pueblo es la respuesta
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Los nazis invadieron Dinamarca en 1940, y todos esperaban que el rey Cristián X se marchara. Se quedó. Cabalgaba cada mañana, solo, por la ciudad de Copenhague. No hubo discursos ni guardaespaldas. Simplemente demostraba su presencia, y la del pueblo también.
Los rumores circularon rápidamente. Decían que llevaba la estrella de David para mostrar su apoyo a los judíos. No es necesariamente literal, pero así lo parecía.
Otra narrativa cuenta la historia de una bandera nazi izada en un edificio. El rey ordenó a un general alemán que la retirara o lo haría él. La bandera fue retirada.
En 1943, Hitler se enfureció por una breve respuesta de cumpleaños y ordenó el arresto de todos los judíos daneses. Fue entonces cuando el país se movió. Pescadores, policías y ciudadanos comunes introdujeron clandestinamente a casi toda la población judía en Suecia. El noventa y nueve por ciento sobrevivió.
El rey no pronunció discursos conmovedores ni lanzó cargas. Se quedó quieto. Observando. Esperando. Asegurándose de que nadie creyera que los nazis habían triunfado. Con su mera existencia, evitó que el espíritu de Dinamarca se derrumbara.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 21, 2025