Terrorismo de aquí y de allá… tan diferentemente parecidos…
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Escribe Claudia Muscat.
Es un espanto lo que pasó en Manchester. Sin duda, todos repudiamos actos terroristas como éste, que se cobran vidas inocentes. Lo curioso es que en la Argentina hubo muchos de estos atentados en la década del 70, y parecería que a muy pocos -en los medios y en el ámbito político- se les mueve un pelo. ¿Qué pasó? ¿Se olvidaron de esa parte de nuestra historia? Los familiares de civiles inocentes muertos por la subversión, en cambio, lo tenemos muy presente. Y hoy, más de 40 años después, seguimos esperando justicia.
La historia de mi padre, Antonio Muscat, es una de tantas ocurridas en esos años. El 7 de febrero de 1975, en plena democracia, Montoneros acabó con su vida en un atentado que respondió a un plan logístico cuidadosamente organizado durante meses y que involucró la participación de unas 15 personas, la mayoría de ellas armadas, y cinco o seis vehículos. Iba a su trabajo, las oficinas de Bunge y Born en Capital Federal, acompañado por mi hermana, que lo vio caer indefenso ante ese ataque. ¿Cómo es posible que los autores intelectuales -y en algunos casos materiales- de estos crímenes de lesa humanidad no hayan sido condenados, que hoy aparezcan en los medios y que tengamos que escucharlos dar cátedra de derechos humanos, asegurar que no están arrepentidos y explicar que eran jóvenes soñadores que luchaban por un mundo mejor?
Justicia Para Todos
Terrorismo de aquí y de allá… tan diferentemente parecidos…
Escribe Claudia Muscat.
Es un espanto lo que pasó en Manchester. Sin duda, todos repudiamos actos terroristas como éste, que se cobran vidas inocentes. Lo curioso es que en la Argentina hubo muchos de estos atentados en la década del 70, y parecería que a muy pocos -en los medios y en el ámbito político- se les mueve un pelo. ¿Qué pasó? ¿Se olvidaron de esa parte de nuestra historia? Los familiares de civiles inocentes muertos por la subversión, en cambio, lo tenemos muy presente. Y hoy, más de 40 años después, seguimos esperando justicia.
La historia de mi padre, Antonio Muscat, es una de tantas ocurridas en esos años. El 7 de febrero de 1975, en plena democracia, Montoneros acabó con su vida en un atentado que respondió a un plan logístico cuidadosamente organizado durante meses y que involucró la participación de unas 15 personas, la mayoría de ellas armadas, y cinco o seis vehículos. Iba a su trabajo, las oficinas de Bunge y Born en Capital Federal, acompañado por mi hermana, que lo vio caer indefenso ante ese ataque. ¿Cómo es posible que los autores intelectuales -y en algunos casos materiales- de estos crímenes de lesa humanidad no hayan sido condenados, que hoy aparezcan en los medios y que tengamos que escucharlos dar cátedra de derechos humanos, asegurar que no están arrepentidos y explicar que eran jóvenes soñadores que luchaban por un mundo mejor?
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Mayo 27, 2017