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Por Fabian Kussman.

 

 

El Consejero Cristiano llevó una luz de esperanza a los presos ilegalmente detenidos en la penitenciaria de Ezeiza, en noviembre del pasado año. Casi seis meses después, la llama se va extinguiendo…

Ayer

Cuando Fontanarrosa vertía la tinta para crear El Mundo Ha Vivido Equivocado, se refería al Planeta Argentino. Ese que festeja navidades en agobiantes noches de verano con comidas desbordantes de calorías, que soluciona todo con pronósticos de cafeterías        y que aplaude sonrisas llenas de promesas esperanzadoras sin saber que masticaron esos dientes brillantes.

El verano pasado, el pastor evangelista Luis Palau descendió al mundo paralelo donde -vaya a saber Dante en que círculo- deambulan los Presos Políticos made in casa. Los castillos en el aire edificado sobre posibles libertadores se habían desmoronado. Milani, el Papa Francisco, Mauricio Macri, Rosencrantz y Rosetti, Elisa Carrió, la Iglesia Argentina, nuevamente el presidente Macri y hasta el diputado Alberto Asseff se encolumnaban en la idílica lista.

El pastor visitó la Unidad Penal 31 de Ezeiza el 5 de diciembre del año 2016 y tuvo una larga conversación con los presos políticos argentinos. Palau les manifestó que allí se había nutrido de información con respectos a las aberraciones judiciales de las cuales son víctimas. El religioso sostuvo que tenía sólidas bases y claras intenciones para que estas crucifixiones legales salgan a la luz internacionalmente.

Luis Palau y Mauricio Macri

El líder de la asociación que lleva su propio nombre expresó su deseo de comprometerse firmemente en esta lucha casi sin salida y volver a concretar una reunión privada con la máxima autoridad argentina, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Ingeniero Mauricio Macri con el fin de conocer concluyentemente si la intención del gobierno es continuar accionando como el régimen kirchnerista o definitivamente transitar por el verdadero camino de la justicia. En las audiencias anteriores, este tema no fue tratado debido al desconocimiento del pastor sobre la situación de abandono que viven los presos políticos o presos ilegales en todas sus formas y maneras. El Presidente se reunió en varias oportunidades con Palau cuando era jefe de Gobierno porteño; en el año 2014 lo declaró “huésped de honor” de la Ciudad de Buenos Aires y lo calificó como un amigo que va a dar el mensaje positivo de siempre.

El pastor Luis Palau partió directamente a Estados Unidos en la noche de hoy concertando una reunión con el presidente electo norteamericano Donald Trump para comenzar a trabajar en esta agenda con respecto a un problema -el de los prisioneros argentinos ilegalmente arrestados- que parece haber llegado a un punto insostenible.

Era -Palau- una nueva ventana que permitía respirar bocanadas de aire fresco.

Hoy

En los últimos meses, poco sabemos de Luis Palau, con la sola excepción de sus misiones a Guatemala, Costa de Marfil, diversos estados americanos y su tesón para llevar la palabra de Dios a Canadá, sin el éxito esperado. ¿Los presos políticos argentinos? Al parecer su Dios es un poco reticente a temas tan banales teniendo a Manchester en estos días como prioridad.

La odisea de contactar a Palau sin un teléfono rojo, es similar a la de Homero -sin tantos riesgos, claro-. El presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, Rubén Proietti se preparaba para ser el nexo entre el consejero cristiano y quien escribe, para una entrevista que se llevaría a cabo en Beaverton, Oregon -lugar de residencia de Palau-, pero ante el primer llamado telefónico, me encontré con el muro del desconocimiento. El dirigente Proietti nunca había comunicado una palabra sobre este intento. Colin James fue un primer filtro. Entre enero y febrero de este año, y luego de varios intentos antes y durante, establecí un diálogo con Colin James. Luego de varios llamados, el señor James -según recepcionistas de la Organización Palau, el encargado de la agenda del líder cristiano- pidió una semana para investigar y retornar mi llamado.

Luis Palau

Muchas veces nuestras ocupaciones no nos permiten o nos hacen olvidar y no cumplimos las promesas, por lo que, pasado un tiempo prudencial -sea lo que sea lo que esto signifique- volví a llamar al señor James en repetidas oportunidades hasta contactarlo. El señor James me comunicó que había enviado correos electrónicos al señor Rubén Proietti, preguntándome si este último se había comunicado conmigo o nuestra redacción. Ante mi respuesta negativa, se ideó un Plan B. Allí este me expresó que debía escribir un correo electrónico a una tercera persona que, a su vez, le enviaría el mismo a una tercera persona que avisaría a Proietti -en Buenos Aires, Argentina-. Tal vez Fontanarrosa no vivía equivocado. En los últimos días de marzo del corriente año, llamé incesantemente a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, encontrando -finalmente- la agradable voz de Marta Hotton, colaboradora de Rubén Proietti, quien me solicitó que le enviara un email de manera que ella pudiera informarle al mencionado Proietti. Así lo hice el 31 de marzo próximo pasado. Cuatro días más tarde -reconozco, ante mi sorpresa- recibí una contestación en mi casillero de entradas de la señora Hotton:

Acepté sus bendiciones -no piense usted que soy un hereje- y me refugié en ese tiempo prudencial del que hablaba anteriormente. Esta fue -reconozco, sin sorpresas esta vez- el último acercamiento con la organización Palau o la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas. No hubo emails, ni llamados, pero estoy seguro que aún, dos meses después, se están ocupando de este tema. Las idas y vueltas, los contactos, las promisiones y las terceras personas -a través de llamados y emails- se convirtieron en un círculo exasperante. Se pudieron registrar más de treinta intentos y llamadas efectivas que hubieran podido ser evitadas con una simple negativa. Nadie está obligado a dar una entrevista, nadie debería comprometerse tampoco.

Un viejo vendedor de avisos de la Páginas Amarillas de las guías telefónicas me había dicho una vez: “Somos vendedores, vivimos de las ventas, pero siempre hay un límite para los desoladores ‘vení mañana’ que se reciben de los clientes”. Por ello, decidimos reconstruir nuestra propia definición de tiempo prudencial. El mismo indica que hay una demarcación entre la excusa, el deshacerse de un compromiso y la buena voluntad, cosa -esta última- que ha quedado en descubierto en el caso del consejero cristiano Luis Palau y su organización.

Mañana

Nunca es tarde suena a discurso consuelo. En los ilegales casos de imputados por lesa humanidad, no hay tiempo. Hay que actuar rápido o la gente muere. Un pequeño porcentaje de lo que prometió hacer el pastor Palau puede afectar a un grupo de personas, pero nada logrará para aquellos que ya no conviven en este universo. Las frases hechas continúan perdiéndose a la vuelta de la esquina. Ya no hay “justicia divina” que pueda apaciguar las aberraciones que cayeron sobre los hombros de los presos arrestados por pertenecer a una fuerza de seguridad o por acatar ordenes de gobiernos democráticos en la lucha contra el terrorismo en los años setenta. Ya no hay conversaciones con Macri o con Trump. No tienen valor los diálogos en secreto. Ni siquiera espacio para rumores como los que señalaban sobre ciertas actuaciones del Papa Francisco, bajo escritorio. Lo justo y legal, que tanto reclamamos, no debería ser confidencial. Para los que ya no están, el doctor Palau, este Hombre de Dios, este Huesped de Honor de la ciudad de Buenos Aires, ha roto una promesa y con esta acción, quebrado el espíritu de muchos esperanzados teorizantes. Esta vez no fue un dirigente político. O sí. Mañana es hoy, y ya es tarde.

Si la Argentina es el garito clandestino que todos sabemos, esta apuesta, yo no la habría perdido.

 

 


Fabian Kussman

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@FabianKussman

Mayo 29, 2017


 

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Mayo 29, 2017