EN ARGENTINA ¿QUÉ VAMOS A HACER?

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El miedo ha regresado. La lamentable gestión de Cambiemos ha hecho posible que los peores fantasmas que sobresaltan a los argentinos vuelvan a corporizarse en una fórmula que, si no supiéramos que solo puede prometer revancha, resentimiento e ineptitud para gobernar, merecería un lugar, por cómica, en un programa de cumbia berreta, de esos que suelen pasarse los sábados por la mañana en algunos canales.
No importa que el candidato a presidente- un simple muñeco de torta- se haya expresado con bastante mala leche, hasta no hace mucho tiempo, respecto de la candidata a vicepresidente, que es la dueña del fogón y la que cocinó la torta. Años atrás, el “viejo de la montaña”, el mismo del que, desde hace cuarenta años, cualquier político ha necesitado colgarse de su braguero para sentirse alguien, lo dijo: “mis muchachos parece que se pelean, pero en verdad, se están reproduciendo”; y  de esta antigua pelea- antigua de quince días como se usa entre ellos- que en realidad es un fornicio chabacano lo que saldrá será lo que decíamos antes, revancha, resentimiento e ineptitud para gobernar pero sumándole a estas bondades la capacidad de falsía que solo alguien como el muñeco de torta puede aportar.
Una más y van…En mis años de adulto he estado en esta situación bastantes veces. Siempre corrido por el miedo, siempre poniéndole los boletos a caballos mediocres porque en la lista solo había otros que eran peores. Nunca animándonos a hacer la nuestra, y dejando pasar oportunidades porque, para muchos como yo, sentar un par de diputados en el congreso no era ganar y, era preferible esperar a un militar que diera el sí.
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Volvamos entonces al tema del miedo. No me afectan los despropósitos de Macri en economía, aunque se haya perdido mucho; y, aunque duela, que haya levantado la pobreza cuatro puntos desde el número que la recibió (28%).  Solo un ignorante o un bruto incapaz de hacer la O con un tarro puede desconocer que Cristina Fernández dejó un país en la ruina. Macri eligió un camino, para mi equivocado, pero intentó algo. Lo que me afecta de Macri son cosas que tienen que ver con mis convicciones y que son las siguientes: la persecución a los hombres que combatieron la subversión, hoy aún más fuerte que con el kirchnerismo, la insistencia en alentar a aquellos que están con el aborto a que sigan presentando proyectos para legalizar un crimen y la ley de educación sexual integral, de claro sentido LGBT. Por lo tanto, para mí, estos tres puntos se han convertido en un límite infranqueable.
Esto me ha costado interminables discusiones; el miedo no es zonzo y creen que todo voto suma aunque tengamos que rompernos los dientes con nuestra conciencia, pero sé que votar a Macri en primera vuelta es votar a la Lospennato, a la González a Lipovetsky y a algunos otros que no recuerdo, todos ellos aborteros, todos ellos buscando la manera más eficiente de destruir el concepto de familia, todos ellos ninguneando a las FF.AA.
El miedo, y yo lo tengo, es un argumento de peso, pero me pregunto, ¿Qué hubiera sido de nuestra civilización si Shimon Bar Yojai y sus compañeros no hubieran vencido su miedo profundo y hubieran esperado un César indulgente para llevar adelante el mensaje de Nuestro Señor Jesucristo?
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Mauricio Macri y Cristina Fernández (La imagen habla)

Axel Kicillof, Cristina Fernández, Alberto Fernández y Verónica Magario ¿El futuro?

Shimon Bar Yojai


JOSÉ LUIS MILIA

josemilia_686@hotmail.com

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PrisioneroEnArgentina.com

Junio 6, 2019


 

MEDIA SANCIÓN

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La Cámara de Diputados de la Nación otorgó media sanción a la interrupción voluntaria del embarazo por 129 votos a favor, 125 en contra y 1 abstención.

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El tablero inicialmente indicó que el resultado había sido 131 a 123 y una abstención. Pero inmediatamente un grupo de diputados empezó a exclamar que estaba mal señalado. De todas formas, los festejos de quienes impulsaron la iniciativa no cesaba. Pero cuando Emilio Monzó pidió la palabra, comenzó a mermar los sonidos de lo que parecía la barra simpatizante de un club de fútbol.

“Hubo cinco diputados que no le tomaron el voto”, acentuó Monzó, trayendo reminicencias de la famosa votación en la AFA. Pero luego, rápidamente, se constató que eran solamente dos. La suma no incidía. Resultado final: 129-125-1. La suma total da 255 y no 257 -el total del cuerpo- porque Monzó no vota y porque Julio de Vido se encuentra en prisión.

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PrisioneroEnArgentina.com

Junio 14, 2018


 

Lipovetzky, el mentiroso serial

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Daniel Lipovetzky, de Cambiemos y jefe de la Comisión de Legislación, difundió que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la misma a la que apelan habitualmente ex dirigentes del gobierno kirchnerista denunciados por corrupción, se había pronunciado en favor del aborto.

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La maniobra fue desbaratada y la mentira sacada a la luz por otra funcionaria de Cambiemos, Paula Bertol, embajadora en la OEA. Asi opera un diputado argentino. Esta es la clase de gente que regula nuestras vidas.

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Lipovetzky, marzo del 2017

Victoria Villarruel en Haciendo Foco

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Según Lipovetzky, un tenaz impulsor de la legalización del aborto, la CIDH respalda la idea de que un embrión no es persona.

El dirigente PRO, con amplia llegada a Marcos Peña, ya habia tenido expresiones intentando modificar la realidad. Ya ha tratado de torcer la historia en varias oportunidades.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 14, 2018


 

MACRI, GOLPE DE ESTADO A LA CORTE Y DURAN BARBA

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 Escribe Mauricio Ortín.

 

El último y principal destinatario de la brutal embestida fascista que han sufrido los tres magistrados de la Corte que fallaron a favor de extender (absolutamente ajustados a derecho) la ampliación del 2 x 1 a los condenados por crímenes de lesa humanidad es el gobierno de Mauricio Macri. En la Argentina, que un Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación haya alquilado media docena de sus departamentos para prostíbulos, negado recursos de hábeas corpus a personas desaparecidas durante un gobierno de facto, publicado libros justificando la represión de dicho gobierno y falseando su declaración jurada de bienes para evadir impuestos no ameritan el escándalo de proporciones homéricas y las acciones desestabilizadoras que ha despertado esta decisión mayoritaria de la Corte. Se trata, lisa y llanamente, de un golpe de Estado al Poder Judicial de la Nación por emitir una sentencia contraria a los intereses de una parte. Pero es también una estocada a fondo al Poder Ejecutivo; pues a él es a quien se le endilga la autoría intelectual del “infame” fallo (Rosatti, Rosenkratz y  Highton de Nolasco serían meros testaferros). Corrido con la vaina, el gobierno de Cambiemos reacciona con espanto de amateur sumándose a la condena del fallo y, por ende, a la criminalización de sus autores. Al respecto, las opiniones sustancialmente pusilánimes de Gabriela Michetti, Marcos Peña, María Eugenia Vidal, Daniel Lipovetzky son más que elocuentes. Párrafo aparte merece la patética agachada de Federico Pinedo y su iniciativa para limitar el alcance de aquella ley. Con el repudio oficial del gobierno, el vacío de poder a la Corte deviene en tormenta perfecta. No es la primera vez que la oposición debilita al presidente arrancándole jirones de gobernabilidad. Su propensión a hocicar ante la mínima presión quedó exteriorizada cuando entregó a Darío Lopérfido por contrariar a la Carlotto y en la pasividad ante el acompañamiento ¿de? María Eugenia Vidal, y los diputados provinciales de PRO, a la ley mamarracho kirchnerista que oficializó la mentira de los 30.000 desaparecidos.

La defección aparatosa del macrismo con el deber republicano es una señal inequívoca a los carroñeros de siempre. Quienes, inmisericordes, se lanzan contra Rosatti, Rosenkratz  y  Highton de Nolasco. Como jugando de memoria, Marcelo Parrilli lanza la denuncia por prevaricato y, todavía en el aire, el fiscal Marijuan la toma de volea madrugando al resto. Rosatti, Rosenkratz  y  Highton de Nolasco se lo merecen. Es que ¡se puede ser tan pavo para fallar de esa manera! ¿No aprendieron en los últimos diez años que a cualquier militar, policía o agente penitenciario (da igual, pinche o jefe) al que se le cuelga el sambenito de “genocida” pierde, automáticamente, su condición de sujeto de derechos humanos? ¿No saben, acaso, que a estos después de cuarenta años, sin pruebas y con el sólo testimonio de ex guerrilleros se los condena a pudrirse en la cárcel?

¿En qué país creen que viven? Les convenía por mucho emular a dos de las escasas vacas sagradas del derecho argentino: Ricardo Gil Lavedra y Eugenio Zaffaroni. Altos funcionarios de la justicia durante el gobierno militar que, en el momento oportuno de que ésta ¿éste? finalizara, tuvieron el tino de calificarla de genocida y abominable. Esto es la Argentina, che. Aquí, tanto Maqueda y Lorenzetti, la abrumadora mayoría de los políticos, periodistas, curas y no pocos ciudadanos comunes consideran y dan el trato de ratas apestosas a los que vencieron a los terroristas bancados por Cuba. Ser héroe de Malvinas no cambia un ápice. Otra cosa, obviamente, es la consideración a tener ante aquellos “jóvenes idealistas” que haciendo estallar una bomba asesinaron a 23 policías mientras estos almorzaban. Tipos así merecen que la democracia les haga el honor de que una estación de subte lleve su nombre o la presidencia de una ONG de derechos humanos.

A título de qué, entonces y por más jueces de la Corte que sean, ¿habría de tolerarse que ese fallo reconociera a los “genocidas” ese derecho, por ínfimo que fuere, del 2 x 1? Si fue la lógica política de confiar que Macri, Vidal, Pinedo, Michetti, Peña, en función de su propio interés se jugarían por un fallo ajustado a derecho, le erraron torpemente. El macrismo tiene más apego a su imagen de partido políticamente correcto que al poder que despilfarra enviando jueces probos a los leones.

En fin, el daño es irreparable y ya está hecho. Rosatti, Rosenkratz  y  Highton de Nolasco, en manos de Rafecas, pueden ir haciendo las valijas. Queda claro a los jueces de todo el país que sus fallos deberán atenerse a la última instancia de la justicia argentina de Bonafini y Carlotto. Vayan poniendo las barbas en remojo los que procesan a Milagro Sala y respiren tranquilos los prevaricadores que condenaron con la “política de Estado” en derechos humanos en la mano. Sopesando las alternativas (Massa y Cristina) estamos en el horno. Sólo queda rezar y pedir para que Durán Barba adivine el rumbo.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Mayo 10, 2017


 

COMO PARA HACER DULCE

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ortin-mauricio Por Mauricio Ortín.

El grado de decadencia de una sociedad debería valorarse por la cantidad y la calidad de falsedades que sea capaz de tolerar. En los últimos días, por fin y porque no tenía otro remedio, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación blanqueó el número de desaparecidos y muertos en la guerra contra la subversión. La cifra, calculada desde la asunción de Cámpora hasta la de Alfonsín, asciende a 7010. Muy lejos de los 30.000 que Pérez Esquivel, Carlotto, Bonafini y casi toda la clase política argentina anuncian dogmáticamente como número axiomático. Hace tan solo menos de un año que Darío Lopérfido, Secretario de Cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires, debió renunciar a su cargo presionado por sostener que no eran 30.000. Al respecto, el mismísimo Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural (sic) de la Nación, Claudio Avruj, expresó su desacuerdo con Lopérfido: aludió a que se trataba de una cifra emblemática y simbólica. En tanto, Malher, el funcionario que reemplazó a Lopérfido, sostuvo que el número de 30.000 había sido adoptado por el pueblo y, por tanto, lo respetaba. No hubo ni un solo político del partido radical o del de Macri que saliera a respaldarlo. Una de dos, o la verdad en la Argentina no es políticamente correcta o no se tiene lo que hay que tener para, siquiera, murmurarla. Porque hay que ser un pusilánime de quinta para soportar impávido que la señora de Carlotto acuse al gobierno de “quererla mostrar como mentirosa ante la sociedad” justamente por mentir de manera escandalosa. ¿Qué es lo que les impide decir que Carlotto MIENTE y Bonafini es una LADRONA? Un tal Daniel Lipovetzky, diputado macrista, se arrugó frente a Rossi y el periodista Silvestre cuando estos le refregaron la “infamia” de no mantener el símbolo emblemático (de la mentira) de los 30.000. Lipovetzky, con cara de “yo no fui”, hizo la defensa del blanqueo mientras, al mismo tiempo, defendía la bandera de los 30.000. Al final, chorizo. Prefiero la actitud cínica y perversa de los que mantienen su mentira a la pusilánime que ni lo uno ni lo otro.

A esta hora de la soirée (cuarenta años han pasado), la defensa sobreactuada de la mentira de los 30.000 huele a podrido. Sobre todo porque Carlotto, Bonafini, Vertbisky, con el apoyo incondicional de los Kirchner durante doce años, no pudieron estirar la cantidad ni a diez mil. De las treinta mil placas del Parque de la Memoria sólo pudieron llenar un tercio. Luego, no es pecar de precipitado el presumir que se quiere tapar un chanchullo mayúsculo. Miles de millones de dólares se destinaron para indemnizar a familiares de desaparecidos ¿Por qué habría de pasar inadvertido a los Kchorros semejante boccato di cardinali?

Ante la evidencia, arguyen que un desaparecido o 30.000 es lo mismo. No, no es lo mismo. Hay que ser discapacitado moral para entenderlo así. Inmoral también es atribuir muertes que no fueron tales a quienes no las cometieron. Pero es que, si fueron tantas, entonces los culpables serán tantos también. La ecuación es: a más muertos, mas “genocidas” a perseguir.

 Con la mentira de los 30.000 se infecta el alma de los niños argentinos en las escuelas; las dirigidas por la iglesia católica, incluidas. Se le atribuye a Hitler la frase: “Mientras más grande es la mentira más gente la cree”. No comparto. Más acertado sería: “Mientras más grande es la mentira más gente teme contrariarla”. Y, de estos últimos, en la Argentina, hay cantidad como para hacer dulce.


 

PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 13, 2016