La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que incluye el sistema de alerta de huracanes, enfrentó recientemente despidos significativos.Alrededor de 800 empleados fueron despedidos como parte de reducciones de personal más amplias bajo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).Estos recortes han generado inquietudes sobre el posible impacto en la capacidad de la NOAA para proporcionar pronósticos meteorológicos precisos y oportunos, incluidas las advertencias de huracanes.
¿Cómo afectarán estos despidos a la precisión de los pronósticos de huracanes? Se espera que los recientes despidos en la NOAA, incluido el Centro Nacional de Huracanes (NHC), tengan consecuencias significativas para la precisión de los pronósticos de huracanes.
A continuación, se muestra cómo estas reducciones podrían afectar las operaciones:
Pérdida de experiencia: muchos meteorólogos, científicos y personal técnico experimentados se encontraban entre los despedidos.Esto incluye a los cazadores de huracanes, que recopilan datos críticos en tiempo real al volar hacia las tormentas.La reducción de personal podría limitar la capacidad de recopilar y analizar datos esenciales para pronósticos precisos.
Reducción de la capacidad de pronóstico: las oficinas regionales de pronóstico de la NOAA, que funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ahora tienen poco personal.Esto podría provocar demoras en la emisión de advertencias y una disminución en la precisión del seguimiento de tormentas y las predicciones de intensidad.
Impacto en las operaciones satelitales: la pérdida de operadores satelitales en instalaciones clave puede obstaculizar la capacidad de mantener y utilizar los datos meteorológicos de los satélites, que son cruciales para monitorear el desarrollo y el movimiento de las tormentas.
Tensión en el personal restante: con menos personal, la carga de trabajo del personal restante aumentará, lo que podría provocar agotamiento y afectar aún más la calidad de los pronósticos.
Efectos a largo plazo: los despidos podrían retrasar los avances en la tecnología y el modelado de pronósticos, que son vitales para mejorar la precisión en la predicción de las trayectorias e intensidades de las tormentas.
Estos desafíos surgen en un momento en que los huracanes se están volviendo más intensos debido al cambio climático, lo que hace que los pronósticos precisos sean más críticos que nunca.
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