“¡El último gesto del gran artista es la revelación de la contradicción!”.
Giuliano da Empoli
Tuvo razón quien le puso ese mote, ya que Santiago Caputo, tercer integrante del “círculo de hierro” presidencial, sin duda usa “El mago del Kremlin” como biblia de cabecera. Por ello, para quien quiera prever nuestro futuro inmediato, analizar en esa novela cómo Vadim Baranov contribuyó a la construcción de poder de Vladimir Putin, resulta imprescindible. Cuando el protagonista lanza la frase del epígrafe a un opugnador del nuevo Zar, seguramente hubiera podido referirse a la desconcertante conducta de nuestro Gobierno en múltiples áreas no vinculadas a la macro-economía, en la cual acumula sucesivos e innegables éxitos, aunque el ajuste que resultó inevitable aplicar nos resulte a muchos argentinos tan doloroso.
Porque resulta al menos curioso que transfiera tan inmenso poder a ese jovencísimo súper asesor (sin cargo oficial); que se mantengan los onerosísimos e irritantes privilegios impositivos que gozan las compañías armadoras de Tierra del Fuego, encabezadas por Newsan (Rubén Chernajovsky) y Mirgor (Nicolás Caputo); que se siga impulsando la candidatura del impresentable Juez Ariel Lijo a la Corte Suprema; que se tolere la continuidad de los juicios de venganza y la horrorosa persecución que sufren los ya ancianos militares en prisión; que se mantengan en relevantes cargos del Estado a quintacolumnistas del kirchnerismo y del massismo; que no se traduzcan en inmediatas denuncias penales los escándalos de corrupción que se destapan diariamente; que se mantenga o se designe en numerosas empresas y reparticiones públicas a personajes con oscuros pasados y frondosos prontuarios; que se mente al liberalismo libertario mientras se ataca a periodistas y medios independientes, se limita el acceso a la información pública y se vociferan sapos y culebras desde los más encumbrados atriles oficiales.
El activismo estudiantil contra el Gobierno, pese a estar desinflándose, es fogoneado por el trotskismo, claramente secundado por el kirchnerismo, y por el radicalismo que se resiste a perder el manejo sin control de los gigantescos presupuestos universitarios, tal como sucederá tan pronto comiencen la auditorías ya ordenadas. Esos sectores, aterrados ante el desierto que les toca atravesar y que vieron el camino que recorrió en Chile Gabriel Boric, un líder surgido de las anárquicas revueltas que destruyeron simultáneamente decenas de estaciones de subterráneo y enfrentaron violentamente en la calle a los Carabineros, se ilusionan con replicarlo aquí, sin aguardar el fin del período presidencial, es decir, sueñan con destituir a Milei. Pero éste tiene la suerte a su favor, porque el PJ estalló, demostrando la pérdida de centralidad de Cristina Fernández, que habilitó la traición de su heredero Axel Kiciloff al respaldar a Mario Quintela, y la UCR siguió sus pasos cuando se partió su bloque en Diputados por inspiración de Martín Lousteau y Facundo Manes, al quedar en minoría.
La reaparición del asesino Mario Firmenich desde su más que cómoda residencia en Nicaragua, reivindicando el accionar terrorista de Montoneros con la pretensión de traerlo al presente, y el franco respaldo de sus más encumbrados cómplices a los pseudo-mapuches que incendian y ocupan propiedades privadas y fiscales, son síntomas que delatan sus intenciones: desafiar al Estado, aún a costa de la desintegración territorial de la Argentina, y convertir a nuestro país en un nuevo campo de batalla de la renovada guerra (todavía) fría que se libra en el plano geopolítico mundial. No tendrán éxito los subversivos actuales porque estas nuevas generaciones son incapaces, gracias a Dios, de parir tantos criminales como aquéllos de los 70’s que, en nombre de una falsa ideología igualitaria y a riesgo de sus propias vidas, sembraron el terror a sangre y fuego; si así no fuera, no dudo que la Ministro de Seguridad, a quien no le tiembla la mano, sería muy eficiente en el mantenimiento del orden público.
El 5 de noviembre, dentro de sólo diez días, se disputará la elección presidencial en los Estados Unidos, una de las más ríspidas y parejas de su historia. Quien resulte ganador tendrá una decisiva influencia en el futuro inmediato de todo el globo, que se ha vuelto multipolar. Se verá cuando Kamala Harris o Donald Trump tengan que decidir cuál será la política de inmigración y, sobre todo, cómo actuará su país frente a Putin, Xi Jinping, los ayatollahs, Benjamín Netanyahu, Vlodimir Zelensky, la Comunidad Europea, la OTAN y el Pacífico. Hay demasiados escenarios que desvelan a la aterrorizada humanidad por la posibilidad de un holocausto nuclear: la denodada lucha por su supervivencia de Israel contra Irán, Hezbollah y Hamás; la salvaje guerra de conquista de Rusia contra Ucrania; el persistente acoso de las milicias hutíes al comercio marítimo internacional en el Estrecho de Ormuz; la cada vez más activa gimnasia bélica de China ante Taiwan, Filipinas, India, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia; y otras guerras civiles que nos pasan desapercibidas, aunque cuestan millones de vidas, sobre todo en Africa y Asia.
En Latinoamérica, también esa resolución electoral se espera con inquietud, y no es para menos. Si el vencedor fuera Trump, los tiranos Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua), Nicolás Maduro (Venezuela) y Luis Arce (Bolivia) seguramente la pasarán bastante peor que ahora, pero también Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia), Luiz Lula da Silva (Brasil) y, especialmente, Claudia Sheinbaum (México) estarán más preocupados por la forma oscilante en que se han comportado recientemente en la tirante relación entre China y los Estados Unidos, especialmente a través del BRICS. Por el contrario, si triunfara Harris, lo mismo ocurriría con Nayib Bukele (El Salvador) y quizás hasta Milei encontraría aún más dificultosos los accesos al Tesoro y al FMI.
“Había que despertar en el pueblo un sentimiento de vergüenza por los
delitos que mancharon doce años de nuestra historia, y denuncié a
quienes indirecta o directamente vindican ese espacio de infamia”.
Jorge Luis Borges
En general, las necesidades electorales de algunos y la desesperación por la pérdida de la impunidad de otros generan situaciones repugnantes. Ayer, La Nación publicó una desagradable noticia que pasó desapercibida en medio de los planes para reducir los precios de los artículos de la canasta alimentaria, de las disputas políticas de baja estofa y de la detención de Julian Assange, que tanto ha dividido a la opinión mundial.
En ella, Lucrecia Bullrich listó quiénes asistieron a una cena en Palermo; entre otros, reunió a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Marcelo Tinelli, Miguel Pichetto, Daniel Vila, Rodolfo D’Onofrio y Facundo Manes. Hasta allí, una cita más de los electrones libres que pululan en el peronismo alternativo, el radicalismo, la televisión, el fútbol y las empresas. Pero también estuvo presente Sebastián Eskenazi y, como dicen los jóvenes, allí se pudrió todo. Según trascendió, otro prócer de este país decadente faltó a la cita: el banquero Jorge Brito; de haber asistido, alguien hubiera gritado ¡bingo!
Porque don Sebastián y su padre, Enrique Eskenazy, fueron eslabones fundamentales de la siniestra cadena montada por Néstor Kirchner y su viuda para saquear, como nunca antes, a la Argentina: no solamente operaron desde su banco la fuga de los famosos “fondos de Santa Cruz” -los US$ 1.100 millones de la Provincia que desaparecieron en las cuentas extranjeras privadas de su entonces Gobernador- sino que actuaron como testaferros en la apropiación del 25% de YPF, un truco de ilusionismo que le costó al país el autoabastecimiento energético y le generó un gasto superior a los US$ 50.000 millones en importación -además, sobrefacturada- de gas licuado.
[ezcol_1fifth]
Massa
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Lijo
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Bonadio
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Kirchner
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth_end]
Manes
[/ezcol_1fifth_end]
Pero no se agotó así la vocación ladrona de los cómplices, ya que aún pretenden robar otros US$ 5.000 millones con un juicio promovido en los Estados Unidos contra el Estado. ¿Somos conscientes de la magnitud de los montos involucrados?, ¿y de qué relación tienen con el 32% de pobreza y la pauperización de la educación y de la salud, la inflación y el endeudamiento?
Es sabido que aquí no existe la condena social a los corruptos y a los cleptómanos, que circulan libremente por la calle y son invitados a los más rumbosos eventos públicos, donde son fotografiados por la prensa amarilla y cholula. En cualquier sociedad civilizada y con férreas reglas morales, muchos de los asistentes no se hubieran siquiera sentado a esa mesa, ya que al hacerlo se convertían en inmorales cómplices de la impunidad, y los corruptos estarían escondidos en sus madrigueras para evitar el castigo que, sin duda, les impondrían sus tribunales; entre nosotros, hasta cenan con los jueces que deberían juzgarlos o duermen las causas que los complican. ¡Teléfono para los jueces Ariel Lijo y Claudio Bonadio!
Pero cuando la Argentina nació, ya la violación de la ley y el contrabando formaban parte de su ADN; nada ha cambiado desde entonces, como no sea el agravamiento de los hechos y el suicidio colectivo de un país que, hace cien años, era una verdadera potencia y la quinta o sexta economía mundial.
Me pregunto cuáles habrán sido, en la reunión en cuestión, amén de las viandas y los mostos, que imagino exquisitos, los favores prometidos e intercambiados entre los asistentes: ¿alguna forma de amnistía para los funcionarios, empresarios y banqueros ladrones?, ¿fondos frescos (y negros) para las campañas políticas, anoréxicas desde el estallido de los “cuadernos”?
[ezcol_1fifth]
Tinelli
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Assange
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Vila
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth]
Pichetto
[/ezcol_1fifth]
[ezcol_1fifth_end]
D’onofrio
[/ezcol_1fifth_end]
Las agencias anticorrupción, con toda lógica, avanzaron esta semana ante la Justicia buscando el procesamiento por lavado de dinero de los protagonistas de esa causa. Y digo que es totalmente razonable que lo hicieran, ya que el producto de los sobreprecios que el Estado se vio obligado a pagar en todas, todas las obras públicas del kirchnerismo, terminó en cuentas del exterior de ex-funcionarios y hombres de empresa y luego fue objeto del blanqueo, pese a su origen ilícito.
Para completar el cuadro del fangal siniestro en que se mueve la Justicia, que describí la semana pasada, recomiendo una imprescindible nota de Andrea Palomas Alarcón (http://tinyurl.com/y5w9f6dy).
Finalmente, aplaudo el tardío (llegó cuatro años después) decreto del Gobierno para autoimponer al Ejecutivo nacional un claro procedimiento que impida o, al menos, dificulte la continuación de la corrupción sistémica que tanto nos ha costado; sería deseable que los otros poderes, el Legislativo y el Judicial, hicieran suyas esas mismas normas, y que éstas se replicaran en las distintas administraciones provinciales. Como se ve, adoro las utopías.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar E.mail: ega1avogadro@gmail.com
RAREZAS DE AQUÍ Y DE ALLÁ
◘
por Enrique Guillermo Avogadro.
“¡El último gesto del gran artista es la revelación de la contradicción!”.
Giuliano da Empoli
Tuvo razón quien le puso ese mote, ya que Santiago Caputo, tercer integrante del “círculo de hierro” presidencial, sin duda usa “El mago del Kremlin” como biblia de cabecera. Por ello, para quien quiera prever nuestro futuro inmediato, analizar en esa novela cómo Vadim Baranov contribuyó a la construcción de poder de Vladimir Putin, resulta imprescindible. Cuando el protagonista lanza la frase del epígrafe a un opugnador del nuevo Zar, seguramente hubiera podido referirse a la desconcertante conducta de nuestro Gobierno en múltiples áreas no vinculadas a la macro-economía, en la cual acumula sucesivos e innegables éxitos, aunque el ajuste que resultó inevitable aplicar nos resulte a muchos argentinos tan doloroso.
Porque resulta al menos curioso que transfiera tan inmenso poder a ese jovencísimo súper asesor (sin cargo oficial); que se mantengan los onerosísimos e irritantes privilegios impositivos que gozan las compañías armadoras de Tierra del Fuego, encabezadas por Newsan (Rubén Chernajovsky) y Mirgor (Nicolás Caputo); que se siga impulsando la candidatura del impresentable Juez Ariel Lijo a la Corte Suprema; que se tolere la continuidad de los juicios de venganza y la horrorosa persecución que sufren los ya ancianos militares en prisión; que se mantengan en relevantes cargos del Estado a quintacolumnistas del kirchnerismo y del massismo; que no se traduzcan en inmediatas denuncias penales los escándalos de corrupción que se destapan diariamente; que se mantenga o se designe en numerosas empresas y reparticiones públicas a personajes con oscuros pasados y frondosos prontuarios; que se mente al liberalismo libertario mientras se ataca a periodistas y medios independientes, se limita el acceso a la información pública y se vociferan sapos y culebras desde los más encumbrados atriles oficiales.
El activismo estudiantil contra el Gobierno, pese a estar desinflándose, es fogoneado por el trotskismo, claramente secundado por el kirchnerismo, y por el radicalismo que se resiste a perder el manejo sin control de los gigantescos presupuestos universitarios, tal como sucederá tan pronto comiencen la auditorías ya ordenadas. Esos sectores, aterrados ante el desierto que les toca atravesar y que vieron el camino que recorrió en Chile Gabriel Boric, un líder surgido de las anárquicas revueltas que destruyeron simultáneamente decenas de estaciones de subterráneo y enfrentaron violentamente en la calle a los Carabineros, se ilusionan con replicarlo aquí, sin aguardar el fin del período presidencial, es decir, sueñan con destituir a Milei. Pero éste tiene la suerte a su favor, porque el PJ estalló, demostrando la pérdida de centralidad de Cristina Fernández, que habilitó la traición de su heredero Axel Kiciloff al respaldar a Mario Quintela, y la UCR siguió sus pasos cuando se partió su bloque en Diputados por inspiración de Martín Lousteau y Facundo Manes, al quedar en minoría.
La reaparición del asesino Mario Firmenich desde su más que cómoda residencia en Nicaragua, reivindicando el accionar terrorista de Montoneros con la pretensión de traerlo al presente, y el franco respaldo de sus más encumbrados cómplices a los pseudo-mapuches que incendian y ocupan propiedades privadas y fiscales, son síntomas que delatan sus intenciones: desafiar al Estado, aún a costa de la desintegración territorial de la Argentina, y convertir a nuestro país en un nuevo campo de batalla de la renovada guerra (todavía) fría que se libra en el plano geopolítico mundial. No tendrán éxito los subversivos actuales porque estas nuevas generaciones son incapaces, gracias a Dios, de parir tantos criminales como aquéllos de los 70’s que, en nombre de una falsa ideología igualitaria y a riesgo de sus propias vidas, sembraron el terror a sangre y fuego; si así no fuera, no dudo que la Ministro de Seguridad, a quien no le tiembla la mano, sería muy eficiente en el mantenimiento del orden público.
El 5 de noviembre, dentro de sólo diez días, se disputará la elección presidencial en los Estados Unidos, una de las más ríspidas y parejas de su historia. Quien resulte ganador tendrá una decisiva influencia en el futuro inmediato de todo el globo, que se ha vuelto multipolar. Se verá cuando Kamala Harris o Donald Trump tengan que decidir cuál será la política de inmigración y, sobre todo, cómo actuará su país frente a Putin, Xi Jinping, los ayatollahs, Benjamín Netanyahu, Vlodimir Zelensky, la Comunidad Europea, la OTAN y el Pacífico. Hay demasiados escenarios que desvelan a la aterrorizada humanidad por la posibilidad de un holocausto nuclear: la denodada lucha por su supervivencia de Israel contra Irán, Hezbollah y Hamás; la salvaje guerra de conquista de Rusia contra Ucrania; el persistente acoso de las milicias hutíes al comercio marítimo internacional en el Estrecho de Ormuz; la cada vez más activa gimnasia bélica de China ante Taiwan, Filipinas, India, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia; y otras guerras civiles que nos pasan desapercibidas, aunque cuestan millones de vidas, sobre todo en Africa y Asia.
En Latinoamérica, también esa resolución electoral se espera con inquietud, y no es para menos. Si el vencedor fuera Trump, los tiranos Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua), Nicolás Maduro (Venezuela) y Luis Arce (Bolivia) seguramente la pasarán bastante peor que ahora, pero también Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia), Luiz Lula da Silva (Brasil) y, especialmente, Claudia Sheinbaum (México) estarán más preocupados por la forma oscilante en que se han comportado recientemente en la tirante relación entre China y los Estados Unidos, especialmente a través del BRICS. Por el contrario, si triunfara Harris, lo mismo ocurriría con Nayib Bukele (El Salvador) y quizás hasta Milei encontraría aún más dificultosos los accesos al Tesoro y al FMI.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
Cel. en Brasil (+5521) 98128 7896
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
Site: www.avogadro.com.ar
Blog: http://egavogadro.blogspot.com
Facebook: Enrique Guillermo Avogadro
Twitter: @egavogadro
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 25, 2024
Inmorales amuchachados
Por ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO
“Había que despertar en el pueblo un sentimiento de vergüenza por los
delitos que mancharon doce años de nuestra historia, y denuncié a
quienes indirecta o directamente vindican ese espacio de infamia”.
Jorge Luis Borges
En general, las necesidades electorales de algunos y la desesperación por la pérdida de la impunidad de otros generan situaciones repugnantes. Ayer, La Nación publicó una desagradable noticia que pasó desapercibida en medio de los planes para reducir los precios de los artículos de la canasta alimentaria, de las disputas políticas de baja estofa y de la detención de Julian Assange, que tanto ha dividido a la opinión mundial.
En ella, Lucrecia Bullrich listó quiénes asistieron a una cena en Palermo; entre otros, reunió a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Marcelo Tinelli, Miguel Pichetto, Daniel Vila, Rodolfo D’Onofrio y Facundo Manes. Hasta allí, una cita más de los electrones libres que pululan en el peronismo alternativo, el radicalismo, la televisión, el fútbol y las empresas. Pero también estuvo presente Sebastián Eskenazi y, como dicen los jóvenes, allí se pudrió todo. Según trascendió, otro prócer de este país decadente faltó a la cita: el banquero Jorge Brito; de haber asistido, alguien hubiera gritado ¡bingo!
Porque don Sebastián y su padre, Enrique Eskenazy, fueron eslabones fundamentales de la siniestra cadena montada por Néstor Kirchner y su viuda para saquear, como nunca antes, a la Argentina: no solamente operaron desde su banco la fuga de los famosos “fondos de Santa Cruz” -los US$ 1.100 millones de la Provincia que desaparecieron en las cuentas extranjeras privadas de su entonces Gobernador- sino que actuaron como testaferros en la apropiación del 25% de YPF, un truco de ilusionismo que le costó al país el autoabastecimiento energético y le generó un gasto superior a los US$ 50.000 millones en importación -además, sobrefacturada- de gas licuado.
[ezcol_1fifth]Massa
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Lijo
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Bonadio
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Kirchner
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth_end]Manes
[/ezcol_1fifth_end]Pero no se agotó así la vocación ladrona de los cómplices, ya que aún pretenden robar otros US$ 5.000 millones con un juicio promovido en los Estados Unidos contra el Estado. ¿Somos conscientes de la magnitud de los montos involucrados?, ¿y de qué relación tienen con el 32% de pobreza y la pauperización de la educación y de la salud, la inflación y el endeudamiento?
Es sabido que aquí no existe la condena social a los corruptos y a los cleptómanos, que circulan libremente por la calle y son invitados a los más rumbosos eventos públicos, donde son fotografiados por la prensa amarilla y cholula. En cualquier sociedad civilizada y con férreas reglas morales, muchos de los asistentes no se hubieran siquiera sentado a esa mesa, ya que al hacerlo se convertían en inmorales cómplices de la impunidad, y los corruptos estarían escondidos en sus madrigueras para evitar el castigo que, sin duda, les impondrían sus tribunales; entre nosotros, hasta cenan con los jueces que deberían juzgarlos o duermen las causas que los complican. ¡Teléfono para los jueces Ariel Lijo y Claudio Bonadio!
Pero cuando la Argentina nació, ya la violación de la ley y el contrabando formaban parte de su ADN; nada ha cambiado desde entonces, como no sea el agravamiento de los hechos y el suicidio colectivo de un país que, hace cien años, era una verdadera potencia y la quinta o sexta economía mundial.
Me pregunto cuáles habrán sido, en la reunión en cuestión, amén de las viandas y los mostos, que imagino exquisitos, los favores prometidos e intercambiados entre los asistentes: ¿alguna forma de amnistía para los funcionarios, empresarios y banqueros ladrones?, ¿fondos frescos (y negros) para las campañas políticas, anoréxicas desde el estallido de los “cuadernos”?
[ezcol_1fifth]Tinelli
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Assange
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Vila
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Pichetto
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth_end]D’onofrio
[/ezcol_1fifth_end]Las agencias anticorrupción, con toda lógica, avanzaron esta semana ante la Justicia buscando el procesamiento por lavado de dinero de los protagonistas de esa causa. Y digo que es totalmente razonable que lo hicieran, ya que el producto de los sobreprecios que el Estado se vio obligado a pagar en todas, todas las obras públicas del kirchnerismo, terminó en cuentas del exterior de ex-funcionarios y hombres de empresa y luego fue objeto del blanqueo, pese a su origen ilícito.
Para completar el cuadro del fangal siniestro en que se mueve la Justicia, que describí la semana pasada, recomiendo una imprescindible nota de Andrea Palomas Alarcón (http://tinyurl.com/y5w9f6dy).
Finalmente, aplaudo el tardío (llegó cuatro años después) decreto del Gobierno para autoimponer al Ejecutivo nacional un claro procedimiento que impida o, al menos, dificulte la continuación de la corrupción sistémica que tanto nos ha costado; sería deseable que los otros poderes, el Legislativo y el Judicial, hicieran suyas esas mismas normas, y que éstas se replicaran en las distintas administraciones provinciales. Como se ve, adoro las utopías.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 13, 2019
[ess_grid settings='{“max-entries”:”8″,”entry-skin”:”6″,”layout-sizing”:”boxed”,”grid-layout”:”even”,”spacings”:”0″,”rows-unlimited”:”off”,”columns”:”4″,”rows”:”2″,”grid-animation”:”horizontal-flip”,”use-spinner”:”0″}’ special=’related’][/ess_grid]