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  Por Dr. Gonzalo P. Miño.

Hace casi un mes, la sociedad argentina se encuentra conmovida por la desaparición del pequeño Loan en la provincia de Corrientes. No hay argentino de bien que no se haya solidarizado con la familia, que no exija la aparición con vida del menor como el rápido esclarecimiento del hecho, aplicando el máximo rigor de la ley a los responsables de esta verdadera barbarie.

Los que no han dicho ni una palabra son los organismos de derechos humanos. Tampoco las madres ni las abuelas, de Plaza de Mayo. Ni siquiera una pequeña muestra de empatía hacia los padres del niño y su familia. Sus equipos jurídicos que tan ávidos están de “hacer justicia” parece que ni se enteraron del caso. Claro, están muy ocupados pidiendo la libertad de los energúmenos que destrozaron la Plaza de los Dos Congresos durante la sesión del Senado de la Nación, en la aprobación de la ley de Bases. Para eso si tienen tiempo.

Caso Loan

Queda claro una vez más, que lo único que le interesa a estas “orgas” es lo que sucedió en la Argentina hace cincuenta años atrás y de la actualidad, todo a aquello que ponga en jaque el sesgado relato que sobre esos años montaron espuriamente. Rápidos de reflejos salen a las redes sociales a mostrar su irritación si el Presidente de la Nación se sube a un tanque o la Ministra de Seguridad se pone una campera de la Gendarmería Nacional, pero guardan estruendoso silencio antes casos como el pequeño de Corrientes.    

¿ACASO EL PEQUEÑO LOAN NO TIENE DERECHOS HUMANOS?

Este atroz mutismo, se disimula con los embates de los medios de comunicaciones afines a estas orgas, que elípticamente intentan endilgar responsabilidades al actual gobierno. Convengamos que desde el gobierno se cometen groseros errores, como que el Presidente de la Nación no reciba al padre de Loan, aunque sea para darle un abrazo y trasmitirle que se hará todo lo necesario para esclarecer el hecho; pero ello no habilita a casi responsabilizar a las nuevas autoridades de los mamarrachos jurídicos que la Justicia correntina ha hecho. Otro craso error es no haber dispuesto ya la intervención de esa justicia, existiendo más que suficientes motivos para ello. 

Fernando Espinoza, intendente de la Matanza, condenado por abuso sexual

Volviendo al particular tratamiento del caso por parte de estos medios periodísticos, llegaron al grotesco de llevar al hermano del artesano ahogado en el sur, intentando asimilar ambos casos. Insólito si se tiene en cuenta que está más que acreditado que uno se ahogó al intentar huir de una protesta política, aunque siga tercamente vociferando que despareció y el niño realmente está desaparecido, sospechándose que pudo ser víctima de trata o tráfico de órganos. Más allá de este despropósito, el mismo llegó a afirmar, increíblemente, que la Ministra de Seguridad de la Nación sabe dónde está el menor y que aparecerá cuando el gobierno quiera. Simplemente sin comentarios.

Hasta alguno llegó al absurdo de concluir que los medios de comunicación se ocupan del caso Loan para tapar los desaciertos económicos del gobierno; sin advertir que es la sociedad la que esta ávida de noticias porque la conmueve el caso y por ello todos los medios de comunicación se ocupan del mismo. La incontenible voracidad por atacar al gobierno no tiene límites. 

Lo cierto es que va quedando claro que a los organismos de derechos humanos siempre han respondido a mezquinos intereses políticos. Lo mismo que sucede con las sororas o autodefinidas feministas, que solo denuncian a lo que no simpatizan con el régimen que auspician. Ni una palabra de la condena por abuso sexual del tres veces gobernador de Tucumán y ex senador nacional K o del procesamiento también por abuso sexual del intendente de La Matanza. Más aun, una total indiferencia hacia las víctimas de tales aberrantes delitos.

José Alperovich, tres veces gobernador de Tucumán, condenado por abuso sexual (abrazado a Cristina Kirchner).

La sociedad va tomando nota de ello y el descredito de esos grupos es cada vez mayor. Todo ese impoluto halo que inteligentemente supieron construir desde los años 80 se fue descascarando en todo este tiempo, desnudando lo que realmente siempre fueron. Jaqueados por serias denuncias de corrupción, como el cobro ilegal de indemnizaciones por víctimas del proceso militar que nunca lo fueron u oscuras maniobras como sueños compartidos, va corriéndose el velo de la verdad, cual es, que solo les interesa meter en “cana” a militares y policías por hechos ocurridos hace cincuenta años en verdaderos judicios revolucionarios que disfrazan de proceso judiciales como de retomar las mieles del poder que perdieron en las últimas elecciones presidenciales.

Una sociedad asqueada de tantas mentiras y corrupción, se volcó mayoritariamente por el libertario con el 56 % de los votos y que aún mantiene el casi 50% de aprobación de la gente. Y después se preguntan “los revolucionarios” ¿que paso?.

Solo falta que ese poder político, a quien el pueblo le otorgó mayoritariamente el honor de gobernar los destinos de este país, le pierda el temor reverencial que aún le tiene a esos grupos,  para que definitivamente reine la legalidad y el estado de derecho en nuestro país.

Una Nación no se construye con declamaciones de Pactos ni frases bravuconas, sino demoliendo los vicios y los desvíos del pasado, que nos llevaron a la ruinosa situación actual.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 14, 2024