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  Por Heather MacDonell.

Si Josef Stalin era un campesino tosco, intelectualmente inferior a Leon Trotsky y otros grandes comunistas, ¿por qué los escritores famosos del siglo XX lo elogiaron por su inteligencia y conocimiento?

Si bien es cierto que Joseph Stalin tuvo orígenes humildes como campesino, la noción de que era intelectualmente inferior a sus contemporáneos comunistas, incluido León Trotsky, es un tema de debate entre los historiadores. De hecho, varios escritores famosos del siglo XX, como Henri Barbusse, George Bernard Shaw, H.G. Wells, Romain Rolland y Lion Feuchtwanger, elogiaron a Stalin por su inteligencia. Entonces, ¿por qué estos renombrados intelectuales mantenían tales puntos de vista?

En primer lugar, es fundamental comprender que la inteligencia es un rasgo multifacético que abarca varios aspectos. Si bien Trotsky pudo haber sido conocido por su destreza teórica y su elocuencia, Stalin mostró un tipo diferente de inteligencia, una que se centró en la practicidad, la estrategia y las maniobras políticas. No se puede subestimar su capacidad para navegar en complejas dinámicas de poder dentro del Partido Comunista y consolidar su autoridad.

El ascenso de Stalin al poder requirió una comprensión sagaz de la psicología humana y un agudo sentido de las oportunidades. Se posicionó hábilmente dentro del Partido Bolchevique, aprovechando alianzas y explotando divisiones a su favor. Esta astuta perspicacia política impresionó a muchos observadores, incluidos los escritores antes mencionados que reconocieron su inteligencia estratégica.

Además, el éxito de Stalin en la industrialización de la Unión Soviética jugó un papel importante en la configuración de las percepciones de su intelecto. Bajo su liderazgo, el país experimentó una rápida industrialización, transformándolo en una importante potencia mundial. 

    Este logro demostró la capacidad de Stalin para la planificación, la asignación de recursos y la gestión económica a largo plazo. La industrialización fue un proceso complejo que requirió rigor intelectual y capacidad de toma de decisiones, que Stalin claramente exhibió.

Además de su perspicacia política y económica, Stalin también poseía fuertes cualidades de liderazgo. Tenía una presencia imponente, que exudaba confianza y autoridad. Esta asertividad, combinada con su capacidad para inspirar lealtad o imponer terror entre sus seguidores, contribuyó a su reputación como líder inteligente.

Vale la pena mencionar que los escritores que elogiaron la inteligencia de Stalin no necesariamente respaldaban sus salvajes acciones o su ideología política. Su admiración puede haberse basado en sus observaciones de sus capacidades como líder, más que en un respaldo a sus políticas o las consecuencias de su gobierno.

Sin embargo, es importante reconocer que las opiniones sobre la inteligencia de Stalin no fueron unánimes. Muchos críticos argumentaron que sus métodos, como la Gran Purga y la colectivización forzada, reflejaban un desprecio por la vida humana y una falta de empatía intelectual. Estos críticos creían que la verdadera inteligencia debería ir acompañada de juicio moral y compasión.

 


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Enero 29, 2024