El revisionismo es una corriente ideológica que haciendo uso político de la historia, sin aceptar la actitud crítica y racional de esa disciplina, tiene como objetivo instalar una historia oficial, negando, minimizando o contestando, en el caso argentino, los atentados, secuestros, crímenes, delitos, cometidos por las organizaciones terroristas de los 70. El argumento de los revisionistas detentores de un relato es en la práctica la negación como mecanismo de defensa, rechazando aspectos de la realidad que se consideran desagradables, no reconociendo la responsabilidad de hechos ni su existencia. Los medios de acción utilizados son, la propaganda, la manipulación, la desinformación, reemplazando a la Verdad, la Realidad con argumentos inexistentes o superficiales
– Estos defensores de una tautología ideologizada aprovechan la impresión de una verdad para comunicar falsas ideas, sus argumentos son en realidad un sofisma con la finalidad de inducir en error a la sociedad y la comunidad internacional. Pese a esas mentiras, obtuvieron la decisión política de violar los principios constitucionales, convencionales y los derechos humanos de los actores socio-profesionales que en esa época no integraban los grupos terroristas. Es un crimen de Estado, se violan las obligaciones positivas.
En las innumerables acciones que desarrollan las llamadas ONG, militantes de derechos humanos o medios de comunicación como Cels, Madres, Abuelas, Hijos, AEDD, APDH, sitios alternativos, Pagina 12, se puede constatar la utilización del método revisionista, en cuanto buscan invertir roles, responsabilidades, en el sistemático ocultamiento de los hechos históricos, al calificar a los integrantes de las organizaciones terroristas de los 70, como “jóvenes idealistas”, héroes de una resistencia inexistente, pacifistas, humanistas… Otros, avanzan aún más, como el ex montonero Horacio González, quien propuso, de forma cínica e irresponsable, se realice una valoración positiva del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl o cuando se decretó por Ley 14910 la historia oficial en la Provincia de Buenos Aires https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2018/03/Ley-14910-Pcia-BsAs.pdf. En el mes de marzo 2019, diputado Guillermo Ricardo Castello, presentó un proyecto de derogación de la ley 14910 (Expte D 851/19-20), que lucha contra ese flagelo https://intranet.hcdiputados-ba.gov.ar/proyectos/19-20D851012019-03-2716-57-46.pdf
– “La verdad es lo real, es lo que se constata, lo que se ve, se escucha, lo que podemos medir nosotros mismos después de haberla aprehendida de manera subjetiva y singular. La verdad se encuentra en la realidad. Es el pensamiento empírico que se basa en lo real para producir la verdad” (Michel Onfray, Théorie de la Dictature, Ed. Robert Laffont, 2019). Pero, sobre todo la verdad no es cierta, verdadera, o realidad, porque lo dice o afirme un grupo político, de expertos o un partido.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, borrando el pasado, aboliendo la verdad, suprimiendo la historia objetiva completa, impidiendo el conocimiento de eventos pasados a través de la investigación científica, negando el juicio crítico. La verdad histórica (testimonio de lo real) no la impone ni la crea la subjetividad de testimonios o leyes. Son los historiadores que deben confrontar sus investigaciones, oponer tesis, analizar y validar hechos históricos, pero jamás el Estado puede imponer una dictadura de la historia oficial como dogma porque significaría decretar la muerte de la historia real e ignorar hechos, indultar verdaderos culpables o acusar inocentes reales.
Lejos de ser sinónimas, historia y memoria se oponen diametralmente. La memoria divide, pero de manera profunda “la memoria es la vida en evolución permanente, abierta a la dialéctica del recuerdo y de la amnesia, inconsciente de sus deformaciones sucesivas y vulnerable a todas las utilizaciones y manipulaciones, tiende a sacralizar los recuerdos… Por el contrario,la historia es “una representación del pasado”, una operación intelectual que analiza, criba, compara y critica. La historia “pertenece a todos y a nadie, y eso le da una vocación universal”. (Pierre Nora[2])
– El filósofo Tzvetan Todorov recuerda que “hay que utilizar la memoria, no para limitarse a su desgracia y dar lecciones de moral, que es la postura más fácil, sino para ir de su propia desgracia a la desgracia de los demás, y no reclamar para sí el estatus exclusivo de ex víctima. Es más meritorio, luchar contra las injusticias presentes, en la cual podemos buscar la causa en el pasado, en lugar de siempre quejándose de su mala suerte al afirmar que es único, incomparable con la desgracia de los demás”[3]
La justicia, es reconocida como un conjunto de valores esenciales que son pilares de la sociedad y el Estado o de normas codificadas aplicadas por los jueces para impartir justicia, proteger los derechos…Las militantes de derechos humanos no pueden ignorar que “la justicia es un ideal de responsabilidad y equidad en la protección y reclamación de los derechos y la prevención y el castigo de las infracciones. La justicia implica tener en cuenta los derechos del acusado, los intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad en su conjunto. La comunidad internacional ha venido colaborando durante más de medio siglo para estructurar en forma colectiva los requisitos sustantivos y procesales de la administración de justicia”[4] .
Los sucesivos gobiernos desde los años 90, por beneficios políticos y con el apoyo de las mal llamadas asociaciones de derechos humanos, impusieron un relato ucrónico en una Argentina donde reina la confusión, la mentira, la venganza judicial, las ventajas políticas. Así, la sociedad súbitamente se encontró con los mensajeros de los derechos humanos que descendiendo de la montaña traían la falsa verdad de lo ocurrido en los 70: en Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio, no hay negacionismo, jurídicamente no existe el concepto o delito de Terrorismo de Estado que es una definición política e ideológica, el número de 30000 desaparecidos no tiene validación jurídica ni empírica…
El revisionismo busca imponer una verdad política-ideológica, prohíbe la confrontación democrática, histórica, jurídica de hechos existentes, politiza la historia, fomenta el odio, la injusticia, la mentira. Crea un enemigo, busca controlar el pasado para controlar el presente y el futuro donde la moral remplace la historia y la justicia. Ese proyecto viola principios constitucionales, convencionales, el principio de libertad de expresión, de opinión, de pensar libremente sus ideas, censura toda actividad de investigación e interpretación histórica. Es una violación a los derechos humanos. Paris, 30 septiembre 2019. CasppaFrance.
El ex Director de la Biblioteca Nacional durante el Gobierno de Cristina Fernández, Horacio González, afirmó recientemente que “…(la historia argentina) tiene que ser una historia dura y dramática, que incorpore una valoración te diría positiva de la guerrilla de los años 70 y que escape un poco de los estudios sociales que hoy la ven como una elección desviada, peligrosa e inaceptable”.
González ahora cree que ni es desviada, ni peligrosa, ni inaceptable. Si es “encaminada”, “inofensiva” y “aceptable”…¿por que deberíamos cuestionar su posible resurgimiento y no recibirlo con alegría y esperanza?
Es curioso lo que ocurre con él. A diferencia de la mayoría de las personas, que con los años adquiere una visión mas comprensiva, reflexiva y serena de los hechos que les tocó vivir en su juventud (Pepe Mujica sería un ejemplo de ello), González reivindica hoy lo que cuestionó casi 50 años atrás. En Septiembre de 2006 contaba respecto a su actitud en 1973, el accionar de montoneros y el asesinato de mi padre: “Yo personalmente imaginé que había una autoría de esa índole (de montoneros) y por eso mismo junto a muchas otras personas decidimos dar un paso al costado al poco tiempo de la organización. Decidimos apartarnos de algo que nos parecía fuera del espacio de una discusión que estaba entablada con Perón y que significaba en este caso atacar a una persona de su círculo más intimo y a producir un hecho armado que no parecía propicio que ocurra…aquellos que esperaron que con esta operación aparezca un Perón más “reflexivo y con ímpetu de negociación” se equivocaron. ”. Para quien desee leer la nota completa, está en https://www.lapoliticaonline.com/nota/nota-33195/
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Pero ahora dice Gonzalez “…Hay que reescribir la historia argentina”. Estoy convencida que mas que reescribirla hay que “completarla”, incorporando ese tramo que protagonistas centrales de la misma (y apologistas de fantasías propias y sufrimiento ajeno) deliberadamente hicieron desaparecer de su relato. Existió en la Argentina un 1973, un 1974, un 1975 y un primer trimestre de 1976. De retorno de un líder popular como no hubo otro en nuestra historia, de expresión de la voluntad popular, de un proyecto de paz y unidad de los argentinos, de enormes conflictos y dificultades pero vividos en democracia, de ilusiones truncadas por quienes según Gonzalez deberían esperar de la historia una “valoración positiva”…
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El entonces presidente electo estaba decidido -como corresponde a todo presidente electo- a llevar adelante un proyecto acorde a sus convicciones, a sus ideas. La respuesta de Montoneros la conoció el pais sólo 48 horas después del triunfo electoral: el asesinato de mi padre, entonces Secretario General de la CGT y el hombre de relación mas cercana a Perón. Con claridad y sinceridad inéditas (aunque sin autocrítica) explica las razones Ernesto Villanueva, ex oficial montonero y actual rector de la UNAJ: “…nunca hubiera vuelto Perón al pais si no hubiera sido por nosotros…y el está traicionando eso…Él está armando un proyecto alternativo al nuestro…Distinto…Lo que tenemos que hacer es forzar ante la gente la diferencia entre él y nosotros…”. Quien lo desee puede escuchar sus palabras en https://www.youtube.com/watch?v=pNPszbr8o7Y .
Por lo que expresa, parece ser que para Gonzalez es positivo que un grupo decida imponer su proyecto frente a la decisión de un presidente electo. Y, si hace falta, matar para cumplir ese objetivo. No completé la lectura de sus declaraciones, por lo que no se si además se refirió a la actualidad o al futuro inmediato de nuestra realidad política. Pero -por el bien de todos los argentinos- espero haber interpretado mal sus palabras…
Lo que cínica e irresponsablemente el ex montonero Horacio González requirió de reconocer la valoración positivos del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl&fbclid=IwAR0NCB66k-fGXmKLCDDGf8Bs2f-GSOTX-bgd-YpqSL9tlEea1e_rszQT8IM, es lo que por otros medios influencian hacia ese objetivo, las asociaciones supuestamente de derechos humanos como Hijos, Madres, Abuelas, AEDD, APDH, Cels, medios alternativos, Pagina 12. Estas intentan mostrar el terrorista de esos años como un héroe, un resistente que jamás fue, un joven idealista que luchaba por un boleto o una nueva sociedad. Pero, nunca hablaron de los atentados que cometieron, asesinatos, secuestros, que no luchaban por los derechos humanos, la democracia, la justicia o el Estado de derecho. Así, se dejó que periodistas militantes auto denominados de derechos humanos, medios como Pagina 12 publiquen artículos en ese sentido en nombre de la libertad de la prensa.
El ejemplo de esa reivindicación es la nota de estilo poético publicada por la Sra. Ana Claudia Oberlin, recordando a su padre, René Honorio Oberlin, miembro de la organización terrorista Montoneros, a quien presenta desde una perspectiva casi heroica, pacifista, sin mencionar en ningún momento el rol que ejercía en la lucha armada ilegal contra el orden republicano https://www.pagina12.com.ar/219477-un-sueno-con-papa Nadie puede oponerse al dolor de un hijo ante el recuerdo de sus padres y hasta sentirse identifico o comprender las palabras de una hija, pero ello no autoriza, en este caso particular, injuriar, mentir, promover la violación de derechos humanos que el autor del artículo dice defender. Entra en un campo donde el riesgo a la crítica es inevitable y el autor del escrito no se puede proteger detrás del slogan “víctima de la dictadura”.
Recordar como honorable o normal, la vida clandestina de sus padres y otros familiares, los enfrentamientos armados con las fuerzas legales del Estado, la utilización de falsos documentos, la inscripción al estado civil bajo otro nombre, aplicar medidas de seguridad para evitar ser descubiertos por la justicia y los organismos de seguridad del Estado ….no es un ejemplo de un rol en sociedad ni de educación cívica a transmitir a la juventud argentina, respetando las instituciones, la justicia, los derechos humanos https://www.bn.gov.ar/micrositios/multimedia/ddhh/testimonio-ana-claudia-pipi-oberlin Estos testimonios deben ser retirados del acceso público porque es una apología a diversos delitos que se pueden considerar como normales dado que no fueron denunciados ante la justicia.
La Sra. Ana Claudia Oberlin que al parecer realizó estudios de derecho no puede salvo a desacreditar su prestigio afirmar o utilizar palabras, conceptos, que no tienen existencia jurídica:
– En Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio que no pueden ser reconocidas porla expresión en el contexto o en el marco, por consecuencia no hay genocidas ni la apología de ese crimen. Utilizar esa palabra, designando un grupo nacional, es despreciable y miserable por la memoria de las víctimas y sus familias, que vivieron esa inhumana situación en un momento histórico preciso. Por las calumnias e injurias que efectúan merece el rechazo de la sociedad y de las personas que vivieron esos crímenes, ningún historiador o jurista responsables pueden asociarlo con la Argentina actual o de los 70. Al contrario, hubo grupos terroristas, que cometieron actos terroristas y hay ex – terroristas. Afirmar tipologías de genocidios inexistentes releva de la ciencia ficción y de la irresponsabilidad judicial, social, moral, es utilizar palabras sin sentido ni valor tratando de crear conceptos ex -nihilo.
La Sra. Oberlin, debe reconocer ante la sociedad que su Padre (como su madre) era miembro de la organización terrorista Montoneros. Que no luchaba por los derechos humanos, la justicia, el Estado de derecho, la democracia. Que no era miembro de una (inexistente) resistencia armada contra un estado invasor. Tampoco, puede olvidar las victimas (secuestros, asesinatos, heridos) que dejó el grupo armado ilegal del que hacían parte sus padres. Negarlo es mentir a la sociedad y la historia, es no asumir sus responsabilidades. No pude invertir los roles, las responsabilidades, modificar el estado de naturaleza del bien y del mal, de lo legal e ilegal, del orden y desorden, en nombre de una ideología alejada de los principios democráticos, constitucionales y convencionales.
Las víctimas que dejaron las organizaciones terroristas (que integraban los padres de la Sra. Oberlin), esperan las disculpas que se imponen. Paris, 25 septiembre 2019. CasppaFrance
El Sr. Horacio González, ex miembro del grupo terrorista Montoneros debe ser denunciado ante la justicia argentina y extranjera, por apología del terrorismo y otros delitos. Sus reivindicaciones de “incorporar una valoración positiva a la guerrilla de los años 70”, https://www.clarin.com/politica/polemicas-declaraciones-horacio-gonzalez-hablo-valoracion-positiva-guerrilla-70_0_ssxI5PK_.html son del revisionismo histórico, es negar una realidad histórica. Es “una elección desviada, peligrosa e inaceptable” a pesar de que afirme lo contrario.
En el requerimiento alucinante del Sr. González (ex director de la BN y ex Montonero)se debe comprender que comparte la idea que los miembros del terrorismo internacional actual como también la ETA, Farc, Eln, Sendero Luminosos y otras organizaciones terroristas, deben mostrar sus atentados, asesinatos y secuestros como actos terroristas positivos.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, creando una versión oficial. Los grupos terroristas de los 70 en Argentina, no defendían los Derechos Humanos, la democracia, el Estado de derecho, la justicia. Atacaron las instituciones del Estado y la sociedad, con el objetivo de tomar el poder por las armas.
El Sr. González, debe explicarse ante la justicia, merece el repudio social y de las victimas que dejaron los grupos terroristas, los cuales cometieron actos que él reivindica como acciones criminales positivas. Paris, 23 septiembre 2019, CasppaFrance
https://www.lanacion.com.ar/politica/horacio-gonzalez-venezuela-no-es-dictadura-maduro-nid2248145 En nombre del orden republicano, de valores democráticos y de los derechos humanos, hay que hacer una moratoria de entrevistas en los medios de comunicación con las personas que viven reivindicando un pasado de violencia con una semántica distorsionada. Un discurso dogmático irracional y complotista no se puede aplicar en el análisis de una situación grave como la dictadura en Venezuela donde están en juego los derechos fundamentales, principios convencionales, la vida de personas, sino se trata de manera objetiva, seria y conociendo el objeto de estudio. La discursiva ideológica no es una solución es el problema. Darle un espacio mediático a personajes como el Sr. Horacio Gonzalez es similar a entrevistar un miembro del grupo Estado islámico u otras filiales terroristas.
Los medios de la prensa tienen una gran responsabilidad porque vehiculan las palabras de personas que desinforman, manipulan, hacen un revisionismo histórico, justifican la violencia, como ocurre con el pasado reciente de la violencia armada argentina de los 70, en el que los periodistas nunca se interesan (si no es para acusarlas) a las personas que protegieron las instituciones del Estado de los ataques terroristas que buscaban tomar el poder por las armas. Hoy prisioneros politicos por una justicia de venganza.
Ninguna persona que se oponga a las versiones de las personas como Gonzalez es invitada a una entrevista para presentar la contradicción. Paris, 16 mayo 2019. CasppaFrance
Rechazar el revisionismo histórico en Argentina en nombre de los Derechos Humanos
Escriben
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Dra. MARÍA ELENA GARCÍA
Prof. MARIO SANDOVAL
El revisionismo es una corriente ideológica que haciendo uso político de la historia, sin aceptar la actitud crítica y racional de esa disciplina, tiene como objetivo instalar una historia oficial, negando, minimizando o contestando, en el caso argentino, los atentados, secuestros, crímenes, delitos, cometidos por las organizaciones terroristas de los 70. El argumento de los revisionistas detentores de un relato es en la práctica la negación como mecanismo de defensa, rechazando aspectos de la realidad que se consideran desagradables, no reconociendo la responsabilidad de hechos ni su existencia. Los medios de acción utilizados son, la propaganda, la manipulación, la desinformación, reemplazando a la Verdad, la Realidad con argumentos inexistentes o superficiales
– Estos defensores de una tautología ideologizada aprovechan la impresión de una verdad para comunicar falsas ideas, sus argumentos son en realidad un sofisma con la finalidad de inducir en error a la sociedad y la comunidad internacional. Pese a esas mentiras, obtuvieron la decisión política de violar los principios constitucionales, convencionales y los derechos humanos de los actores socio-profesionales que en esa época no integraban los grupos terroristas. Es un crimen de Estado, se violan las obligaciones positivas.
En las innumerables acciones que desarrollan las llamadas ONG, militantes de derechos humanos o medios de comunicación como Cels, Madres, Abuelas, Hijos, AEDD, APDH, sitios alternativos, Pagina 12, se puede constatar la utilización del método revisionista, en cuanto buscan invertir roles, responsabilidades, en el sistemático ocultamiento de los hechos históricos, al calificar a los integrantes de las organizaciones terroristas de los 70, como “jóvenes idealistas”, héroes de una resistencia inexistente, pacifistas, humanistas… Otros, avanzan aún más, como el ex montonero Horacio González, quien propuso, de forma cínica e irresponsable, se realice una valoración positiva del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl o cuando se decretó por Ley 14910 la historia oficial en la Provincia de Buenos Aires https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2018/03/Ley-14910-Pcia-BsAs.pdf. En el mes de marzo 2019, diputado Guillermo Ricardo Castello, presentó un proyecto de derogación de la ley 14910 (Expte D 851/19-20), que lucha contra ese flagelo https://intranet.hcdiputados-ba.gov.ar/proyectos/19-20D851012019-03-2716-57-46.pdf
– “La verdad es lo real, es lo que se constata, lo que se ve, se escucha, lo que podemos medir nosotros mismos después de haberla aprehendida de manera subjetiva y singular. La verdad se encuentra en la realidad. Es el pensamiento empírico que se basa en lo real para producir la verdad” (Michel Onfray, Théorie de la Dictature, Ed. Robert Laffont, 2019). Pero, sobre todo la verdad no es cierta, verdadera, o realidad, porque lo dice o afirme un grupo político, de expertos o un partido.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, borrando el pasado, aboliendo la verdad, suprimiendo la historia objetiva completa, impidiendo el conocimiento de eventos pasados a través de la investigación científica, negando el juicio crítico. La verdad histórica (testimonio de lo real) no la impone ni la crea la subjetividad de testimonios o leyes. Son los historiadores que deben confrontar sus investigaciones, oponer tesis, analizar y validar hechos históricos, pero jamás el Estado puede imponer una dictadura de la historia oficial como dogma porque significaría decretar la muerte de la historia real e ignorar hechos, indultar verdaderos culpables o acusar inocentes reales.
Lejos de ser sinónimas, historia y memoria se oponen diametralmente. La memoria divide, pero de manera profunda “la memoria es la vida en evolución permanente, abierta a la dialéctica del recuerdo y de la amnesia, inconsciente de sus deformaciones sucesivas y vulnerable a todas las utilizaciones y manipulaciones, tiende a sacralizar los recuerdos… Por el contrario, la historia es “una representación del pasado”, una operación intelectual que analiza, criba, compara y critica. La historia “pertenece a todos y a nadie, y eso le da una vocación universal”. (Pierre Nora[2])
– El filósofo Tzvetan Todorov recuerda que “hay que utilizar la memoria, no para limitarse a su desgracia y dar lecciones de moral, que es la postura más fácil, sino para ir de su propia desgracia a la desgracia de los demás, y no reclamar para sí el estatus exclusivo de ex víctima. Es más meritorio, luchar contra las injusticias presentes, en la cual podemos buscar la causa en el pasado, en lugar de siempre quejándose de su mala suerte al afirmar que es único, incomparable con la desgracia de los demás”[3]
La justicia, es reconocida como un conjunto de valores esenciales que son pilares de la sociedad y el Estado o de normas codificadas aplicadas por los jueces para impartir justicia, proteger los derechos…Las militantes de derechos humanos no pueden ignorar que “la justicia es un ideal de responsabilidad y equidad en la protección y reclamación de los derechos y la prevención y el castigo de las infracciones. La justicia implica tener en cuenta los derechos del acusado, los intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad en su conjunto. La comunidad internacional ha venido colaborando durante más de medio siglo para estructurar en forma colectiva los requisitos sustantivos y procesales de la administración de justicia”[4] .
Los sucesivos gobiernos desde los años 90, por beneficios políticos y con el apoyo de las mal llamadas asociaciones de derechos humanos, impusieron un relato ucrónico en una Argentina donde reina la confusión, la mentira, la venganza judicial, las ventajas políticas. Así, la sociedad súbitamente se encontró con los mensajeros de los derechos humanos que descendiendo de la montaña traían la falsa verdad de lo ocurrido en los 70: en Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio, no hay negacionismo, jurídicamente no existe el concepto o delito de Terrorismo de Estado que es una definición política e ideológica, el número de 30000 desaparecidos no tiene validación jurídica ni empírica…
El revisionismo busca imponer una verdad política-ideológica, prohíbe la confrontación democrática, histórica, jurídica de hechos existentes, politiza la historia, fomenta el odio, la injusticia, la mentira. Crea un enemigo, busca controlar el pasado para controlar el presente y el futuro donde la moral remplace la historia y la justicia. Ese proyecto viola principios constitucionales, convencionales, el principio de libertad de expresión, de opinión, de pensar libremente sus ideas, censura toda actividad de investigación e interpretación histórica. Es una violación a los derechos humanos. Paris, 30 septiembre 2019. Casppa France.
Prof. Mario Sandoval, Presidente Casppa France www.casppafrance.org, @CasppaF, https://www.facebook.com/casppa01/
Dra. María Elena García, Presidenta DDHHPP www.ddhhpp.org , ddhhyjusticia@gmail.com
[1] Espinosa, (1677) Ética III del Origen y de la Naturaleza de los afectos, proposición 13, in Ética demostrada según el orden geométrico.
[2] Pierre Nora, Les lieux de mémoire. I. La République (París: Ed.Gallimard, 1984), XIX.
[3] Los abusos de la memoria, Tzvetan Todorov. Barcelona, Ed. Paidós, 2000
[4] Consejo de Seguridad. Informe del Secretario General de la ONU, S/2004/616, del 03 agosto 2004.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 1, 2019
LA “VALORACIÓN POSITIVA” DEL ASESINATO DE RUCCI
Por CLAUDIA RUCCI
Emvío: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
El irrespetuoso recuerdo de un Papá terrorista, sin recordar las victimas que dejaron esas organizaciones armadas ilegales.
Lo que cínica e irresponsablemente el ex montonero Horacio González requirió de reconocer la valoración positivos del terrorismo de los años 70 en Argentina https://www.casppafrance.org/2019/09/el-sr-horacio-gonzalez-y-la-valoracion.html?spref=bl&fbclid=IwAR0NCB66k-fGXmKLCDDGf8Bs2f-GSOTX-bgd-YpqSL9tlEea1e_rszQT8IM, es lo que por otros medios influencian hacia ese objetivo, las asociaciones supuestamente de derechos humanos como Hijos, Madres, Abuelas, AEDD, APDH, Cels, medios alternativos, Pagina 12. Estas intentan mostrar el terrorista de esos años como un héroe, un resistente que jamás fue, un joven idealista que luchaba por un boleto o una nueva sociedad. Pero, nunca hablaron de los atentados que cometieron, asesinatos, secuestros, que no luchaban por los derechos humanos, la democracia, la justicia o el Estado de derecho. Así, se dejó que periodistas militantes auto denominados de derechos humanos, medios como Pagina 12 publiquen artículos en ese sentido en nombre de la libertad de la prensa.
El ejemplo de esa reivindicación es la nota de estilo poético publicada por la Sra. Ana Claudia Oberlin, recordando a su padre, René Honorio Oberlin, miembro de la organización terrorista Montoneros, a quien presenta desde una perspectiva casi heroica, pacifista, sin mencionar en ningún momento el rol que ejercía en la lucha armada ilegal contra el orden republicano https://www.pagina12.com.ar/219477-un-sueno-con-papa Nadie puede oponerse al dolor de un hijo ante el recuerdo de sus padres y hasta sentirse identifico o comprender las palabras de una hija, pero ello no autoriza, en este caso particular, injuriar, mentir, promover la violación de derechos humanos que el autor del artículo dice defender. Entra en un campo donde el riesgo a la crítica es inevitable y el autor del escrito no se puede proteger detrás del slogan “víctima de la dictadura”.
El gobierno recordó recientemente vía el ministro de la cultura que: “…No podemos desde ningún punto de vista perdonar a quiénes levantaron las armas para matar a otros argentinos por sus ideas porque eso nos lleva muy atrás. Es muy grave lo que expresó Horacio González” https://www.clarin.com/politica/gobierno-cuestiono-valoracion-positiva-horacio-gonzalez-guerrilla-anos-70_0_V9rjSZg9.html?fbclid=IwAR2gy6qH4zMt0ZJWkhbdvSz_y7wf7_vZ8Qd-dwJBmEviYvBdsMObPnfMcSY
Recordar como honorable o normal, la vida clandestina de sus padres y otros familiares, los enfrentamientos armados con las fuerzas legales del Estado, la utilización de falsos documentos, la inscripción al estado civil bajo otro nombre, aplicar medidas de seguridad para evitar ser descubiertos por la justicia y los organismos de seguridad del Estado ….no es un ejemplo de un rol en sociedad ni de educación cívica a transmitir a la juventud argentina, respetando las instituciones, la justicia, los derechos humanos https://www.bn.gov.ar/micrositios/multimedia/ddhh/testimonio-ana-claudia-pipi-oberlin Estos testimonios deben ser retirados del acceso público porque es una apología a diversos delitos que se pueden considerar como normales dado que no fueron denunciados ante la justicia.
La Sra. Ana Claudia Oberlin que al parecer realizó estudios de derecho no puede salvo a desacreditar su prestigio afirmar o utilizar palabras, conceptos, que no tienen existencia jurídica:
– En Argentina jurídicamente no hubo crimen de genocidio que no pueden ser reconocidas por la expresión en el contexto o en el marco, por consecuencia no hay genocidas ni la apología de ese crimen. Utilizar esa palabra, designando un grupo nacional, es despreciable y miserable por la memoria de las víctimas y sus familias, que vivieron esa inhumana situación en un momento histórico preciso. Por las calumnias e injurias que efectúan merece el rechazo de la sociedad y de las personas que vivieron esos crímenes, ningún historiador o jurista responsables pueden asociarlo con la Argentina actual o de los 70. Al contrario, hubo grupos terroristas, que cometieron actos terroristas y hay ex – terroristas. Afirmar tipologías de genocidios inexistentes releva de la ciencia ficción y de la irresponsabilidad judicial, social, moral, es utilizar palabras sin sentido ni valor tratando de crear conceptos ex -nihilo.
La Sra. Oberlin, debe reconocer ante la sociedad que su Padre (como su madre) era miembro de la organización terrorista Montoneros. Que no luchaba por los derechos humanos, la justicia, el Estado de derecho, la democracia. Que no era miembro de una (inexistente) resistencia armada contra un estado invasor. Tampoco, puede olvidar las victimas (secuestros, asesinatos, heridos) que dejó el grupo armado ilegal del que hacían parte sus padres. Negarlo es mentir a la sociedad y la historia, es no asumir sus responsabilidades. No pude invertir los roles, las responsabilidades, modificar el estado de naturaleza del bien y del mal, de lo legal e ilegal, del orden y desorden, en nombre de una ideología alejada de los principios democráticos, constitucionales y convencionales.
Las víctimas que dejaron las organizaciones terroristas (que integraban los padres de la Sra. Oberlin), esperan las disculpas que se imponen. Paris, 25 septiembre 2019. CasppaFrance
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 25, 2019
El Sr. Horacio González y la valoración positiva del terrorismo.
El Sr. Horacio González, ex miembro del grupo terrorista Montoneros debe ser denunciado ante la justicia argentina y extranjera, por apología del terrorismo y otros delitos. Sus reivindicaciones de “incorporar una valoración positiva a la guerrilla de los años 70”, https://www.clarin.com/politica/polemicas-declaraciones-horacio-gonzalez-hablo-valoracion-positiva-guerrilla-70_0_ssxI5PK_.html son del revisionismo histórico, es negar una realidad histórica. Es “una elección desviada, peligrosa e inaceptable” a pesar de que afirme lo contrario.
En el requerimiento alucinante del Sr. González (ex director de la BN y ex Montonero) se debe comprender que comparte la idea que los miembros del terrorismo internacional actual como también la ETA, Farc, Eln, Sendero Luminosos y otras organizaciones terroristas, deben mostrar sus atentados, asesinatos y secuestros como actos terroristas positivos.
La historia no se determina por decisión política o legislativa, creando una versión oficial. Los grupos terroristas de los 70 en Argentina, no defendían los Derechos Humanos, la democracia, el Estado de derecho, la justicia. Atacaron las instituciones del Estado y la sociedad, con el objetivo de tomar el poder por las armas.
El Sr. González, debe explicarse ante la justicia, merece el repudio social y de las victimas que dejaron los grupos terroristas, los cuales cometieron actos que él reivindica como acciones criminales positivas. Paris, 23 septiembre 2019, CasppaFrance
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 23, 2019
Moratoria de entrevistas a complotistas y opositores a los derechos humanos
https://www.lanacion.com.ar/politica/horacio-gonzalez-venezuela-no-es-dictadura-maduro-nid2248145 En nombre del orden republicano, de valores democráticos y de los derechos humanos, hay que hacer una moratoria de entrevistas en los medios de comunicación con las personas que viven reivindicando un pasado de violencia con una semántica distorsionada. Un discurso dogmático irracional y complotista no se puede aplicar en el análisis de una situación grave como la dictadura en Venezuela donde están en juego los derechos fundamentales, principios convencionales, la vida de personas, sino se trata de manera objetiva, seria y conociendo el objeto de estudio. La discursiva ideológica no es una solución es el problema. Darle un espacio mediático a personajes como el Sr. Horacio Gonzalez es similar a entrevistar un miembro del grupo Estado islámico u otras filiales terroristas.
Los medios de la prensa tienen una gran responsabilidad porque vehiculan las palabras de personas que desinforman, manipulan, hacen un revisionismo histórico, justifican la violencia, como ocurre con el pasado reciente de la violencia armada argentina de los 70, en el que los periodistas nunca se interesan (si no es para acusarlas) a las personas que protegieron las instituciones del Estado de los ataques terroristas que buscaban tomar el poder por las armas. Hoy prisioneros politicos por una justicia de venganza.
Ninguna persona que se oponga a las versiones de las personas como Gonzalez es invitada a una entrevista para presentar la contradicción. Paris, 16 mayo 2019. CasppaFrance
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 17, 2019