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La Policía Federal (PF) de Brasil investigará todo lo relacionado a la estadía del expresidente brasileño Jair Bolsonaro en la Embajada de Hungría en Brasilia, justo después de que las autoridades retuvieran su pasaporte por su presunta participación en la intentona golpista de 2023.
Videos del sistema de seguridad de la embajada muestran que Bolsonaro estuvo en la sede diplomática el 12 de febrero anterior, cuatro días después de que la PF confiscara el pasaporte del exmandatario.
El pasado 8 de febrero la PF también arrestó a dos de sus exasistentes acusados de haber planeado un golpe de Estado luego de que Bolsonaro perdiera las elecciones presidenciales, en el ataque a los tres poderes brasileños el 8 de enero de 2023.
Las imágenes confirman que Bolsonaro (2019-2022) permaneció en la embajada húngara dos días, acompañado por dos guardias de seguridad y atendido por miembros de la misión diplomática. El 14 de febrero abandonó el lugar.
“La estancia en la embajada sugiere que el expresidente buscaba aprovechar su amistad con otro líder de extrema derecha, el primer ministro Viktor Orbán de Hungría, en un intento de evadir el sistema de justicia brasileño mientras enfrenta investigaciones criminales en su país”, refirió el medio neoyorquino.
Un funcionario anónimo de la Embajada de Hungría confirmó al citado medio el plan de recibir a Bolsonaro.
Ahora la Policía Federal investigará si hubo un intento de fuga.
De hecho, el diputado Orlando Silva se apresuró a considerar que el “cobarde” político se prepara para huir.
“Bolsonaro, temblando de miedo a acudir a los tribunales, fue a pasar el Carnaval a la Embajada de Hungría. Esto demuestra que conservar el pasaporte era fundamental”, dijo en X.
Otro parlamentario federal, Guilherme Boulos, calificó a Bolsonaro de “golpista y cobarde” en la red social.
“¡Sin amnistía!”, escribió.
Mientras que la activista y legisladora federal, Erika Hilton, aseguró que el político “se esconde” en la sede diplomática. “Que cada paso de Bolsonaro sea observado por la Policía y la Justicia”, pidió.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 29, 2024
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En día como hoy pero de 1975, el académico húngaro Ernő Rubik solicitó la patente de su invento. Lo que no pudo ni imaginar era que su ingeniosa herramienta didáctica se convertiría en un fenómeno mundial. Quizá no sorprenda que, con su brillante diseño, el Cubo de Rubik -que trasciende idiomas, edades y orígenes y que no requiere instrucciones- se haya convertido en un icónico éxito de ventas. Además de ser portátil y que puede resolverse de innumerables maneras. Ernő Rubik no se dio cuenta de lo que tenía entre manos cuando inventó su ingenioso y desconcertante rompecabezas de colores. Ni siquiera pensó si el cubo, que acabaría haciendo famoso su nombre en todo el mundo, tendría éxito.
“No me preocupó porque nunca tuve en mente eso, no era lo que estaba buscando”, dijo Rubik.
En un principio, Rubik no había pensado en un cubo como juguete sino como herramienta didáctica para sus alumnos. En 1974, cuando era profesor de arquitectura en la Escuela Superior de Artes Aplicadas de Budapest, pensó que la mejor manera de enseñarles a sus alumnos era con la práctica. Por eso quiso crear algo con lo que los estudiantes pudieran jugar y que les hiciera pensar de manera creativa sobre las formas geométricas y las relaciones espaciales. El objetivo de Rubik era hacer algo táctil y móvil, que fuera lo bastante sencillo para que sus alumnos lo entendieran, pero que tuviera algún tipo de dificultad a la hora de resolverlo. Y lo más importante era que los desafiara a ser perseverantes cuando se enfrentaran a un rompecabezas complejo y frustrante.
“En primer lugar hay que tener paciencia. Es muy útil para resolver un problema. Luego se necesita memoria espacial, memoria tridimensional”, dijo. “Memorizar en qué congregación estás y dónde están las piezas y demás… Si cerramos los ojos, lo sabemos, lo recordamos, y no solo por una imagen, sino por el significado de la imagen”.
Su prototipo era un cubo de madera de seis caras compuesto por cubos más pequeños. Al principio intentó hacer agujeros en los cubos para unirlos con gomas elásticas, pero se deshacían a cada rato. Así que diseñó un mecanismo oculto que mantenía el cubo en su sitio y permitía que los cubos más pequeños giraran y se movieran. Además, añadió un color sólido a cada lado del cubo para hacer visible el movimiento. Luego lo giró, mezclando los colores, e intentó devolver el cubo a su estado original, en el que cada cara mostraba un único color. La primera vez tardó casi un mes en conseguirlo. Así se convirtió en la primera persona en resolver el cubo de Rubik.
Se estima que sólo el 1% de las personas pueden resolver el rompecabezas sin ayuda.
“No soy muy rápido, si estoy en los entrenamientos puedo hacer un minuto o algo así, pero ahora mismo no estoy practicando, años antes era mucho más rápido. No estoy en condiciones”.
Ahí reside el atractivo de su cubo. Es engañosamente sencillo, increíblemente adictivo, pero también enloquecedoramente frustrante de hacer. Rubik probó su prototipo con sus alumnos, permitiéndoles elaborar sus propias soluciones, y les encantó. En enero de 1975 decidió solicitar la patente húngara de su “Cubo mágico”. Debido a las restricciones de fabricación en la economía planificada de la Hungría comunista de la época, durante los primeros años, los principales entusiastas del puzzle fueron diseñadores, arquitectos y matemáticos del país. Fue recién en 1979, cuando debutó en la Feria del Juguete de Núremberg (Alemania) y fue adquirido por la Ideal Toy Corporation cuando realmente despegó. En 1980, el rebautizado “Cubo de Rubik” empezó a venderse a nivel mundial y arrasó en el mercado del juguete, conquistando a gente de todas las edades.
Rápidamente corrió la voz y millones de personas en todo el mundo aceptaron el reto, lo que a su vez generó una avalancha de libros que explicaban cómo resolverlo. El cubo empezó a aparecer por todas partes, se organizaron competencias internacionales que desencadenaron una locura por el speedcubing competitivo, que continúa hoy en día. Se calcula que en 1982 se habían vendido más de 100 millones de cubos de Rubik, además de innumerables versiones falsificadas hechas para satisfacer la demanda del público. Durante el apogeo de su popularidad, a principios de la década de 1980, ningún lugar parecía librarse de la moda del cubo de Rubik.
El cubo era estampado en camisetas y carteles, aparecía en canciones e incluso tuvo su propia serie de dibujos animados, “Rubik, el cubo alucinante”, en la que se veía una versión voladora y parlante del rompecabezas. En 1982, el sustantivo cubo de Rubik entró en el Diccionario Oxford de la lengua inglesa y el objeto se ganó un lugar en la exposición permanente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. El famoso rompecabezas ya no es la locura mundial que fue, pero su atractivo se mantiene y su impacto en la cultura popular perduran. El cubo de Rubik sigue apareciendo en el arte y la escultura.
Los cubos de Rubik se siguen vendiendo y los aficionados no dejan de romper récords, resolviendo el cubo con los ojos vendados, bajo el agua, haciendo paracaidismo o incluso malabares. Debido a la cantidad de cubos falsificados a lo largo de los años, es difícil saber la cifra exacta de cubos de Rubik vendidos, pero las estimaciones calculan más de 400 millones hasta la fecha. El propio Ernő llegó a crear una fundación para apoyar a jóvenes inventores en Hungría. También armó su propio estudio de diseño de muebles y juegos como la “Serpiente de Rubik”. Pero nada de lo que hizo generó el fenómeno del cubo. Sin embargo, para Rubik, no se trata del éxito. El arquitecto dijo que lo que lo seguía moviendo era el mismo impulso que lo llevó a idear su gran fenómeno de ventas.
“Me gusta dar lo mejor de mí en todo momento como diseñador. Resolver problemas de diseño es lo mejor, no depende del éxito que tenga”.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 6, 2024
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Bulgaria es, con diferencia, el país más descontento de la UE. El ex país comunista, que se unió a la Unión Europea en 2007, quedó último en una encuesta de Bruselas sobre satisfacción con la vida.
Los búlgaros promediaron sólo 4,8 en una escala de felicidad de cero a 10, a cierta distancia de Portugal, el siguiente país más miserable con 6,2. Bulgaria tiene el PIB más bajo de la UE y su tasa de desempleo es del 10,8 por ciento, por encima del promedio del bloque del 9,8 por ciento. El salario medio anual en Bulgaria fue de 1.949 euros en 2013, el más bajo de la UE. El país experimentó un rápido crecimiento entre 2004 y 2008, pero se vio muy afectado por la crisis económica.
Pero Dimitar Bechev, experto en el sudeste de Europa de la Escuela de Economía de Londres, sugirió que la miseria de Bulgaria tenía más matices que simplemente dinero.
“La adhesión a la UE no ha hecho felices a los búlgaros”, afirmó. “Se ve como un mal necesario y quizás las expectativas eran mayores, pensaron que era la solución mágica.
“Los búlgaros veían a su propio gobierno como problemático y a Europa como la solución. Pero desde que la crisis económica cambió, no pueden confiar en nadie. Hay una naturaleza subyacente en el pueblo y la sociedad búlgaros: no confiar en nadie.
El segundo país de la UE más insatisfecho es Alemania, con una puntuación de 6,5, lo que supone un fuerte descenso respecto al año pasado (7,1), mientras que el tercero es Grecia, con una media de satisfacción con la vida de 6,7.
Los otros Estados de la región más ‘infelices’ son, por este orden, Letonia (6,8), Croacia (6,8), Hungría (6,9), Eslovaquia (7) y Portugal (7).
En contraposición, los tres países más felices del bloque europeo son Austria (7,9), Polonia (7,7) y Rumanía (7,7). Les siguen Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca y Eslovenia, con puntuaciones que oscilan entre 7,5 y 7,7.
El nivel de estudios parece ser el factor más fiable para predecir la satisfacción vital en la Unión Europea, ya que las personas con estudios universitarios que participaron en el sondeo manifestaron tener niveles de felicidad superiores a los de los encuestados que abandonaron los estudios.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 16, 2023
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Cuando el poeta y novelista Gyorgy Faludy regresó a Hungría en 1946, tras 8 años de ausencia, encontró un país completamente destrozado por la guerra. Budapest, la capital en la que había nacido y crecido, era una ciudad de escombros, salpicada de cadáveres parcialmente enterrados y esqueletos de edificios. Pero había otros cambios menos visibles.
Poco después de su regreso, su editor le pagó por una nueva edición de uno de sus libros 300,000 millones de pengös, la moneda en ese momento.
Suena como una suma enorme, pero todo lo que pudo comprar fue un pollo, dos litros de aceite y algunas verduras. Y si hubiera esperado hasta la tarde, no le habría alcanzado ni siquiera para eso.
Hungría estaba en las garras de la peor inflación jamás registrada.
En su punto máximo, alcanzó el 41.900.000.000.000.000%.
En la vida diaria, eso significaba que los precios promedio se duplicaban aproximadamente cada 15 horas.
Teniendo en cuenta que, según la definición que los economistas usan, la hiperinflación es un aumento del 50% en los precios promedio mensual, esta calificaba con creces.
Millones de húngaros vieron sus salarios reales y sus niveles de vida desplomarse, sumiendo a muchos en una nueva lucha por la supervivencia.
En el momento en que la espiral de precios se puso bajo control, el valor total de todos los pengős en circulación en todo el país era una fracción de un centavo de dólar estadounidense.
Con muchos en este momento preocupados por la inflación en varios lugares del mundo, quizás sea oportuno preguntarnos qué causó la peor hiperinflación de la historia y qué lecciones dejó.
Como los demás países europeos, Hungría estaba sufriendo las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, en la cual, inicialmente, había estado decididamente del lado del Eje, participando incluso en el ataque de 1941 contra la Unión Soviética.
Aunque en 1942, previendo que Alemania perdería la guerra, sus líderes iniciaron negociaciones secretas con los Aliados, lo único que lograron fue que Adolf Hitler se enterara y, en marzo de 1944, invadiera e instalara una administración pronazi.
“La terrible consecuencia de eso fue que 437.000 judíos húngaros fueron deportados a Auschwitz”, señala László Borhi, presidente de Peter A. Kadas y profesor en la Escuela Hamilton-Lugar de la Universidad de Indiana, EE.UU.
“Después de eso, Hungría se convirtió en un campo de batalla entre la URSS y Alemania“.
Y Budapest experimentó uno de los mayores asedios de la guerra.
Al final de la conflagración, la economía del país estaba hecha añicos.
Los alemanes habían sacado alrededor de US$1.000 millones en bienes y productos básicos del país.
La mitad de su capacidad industrial quedó destruida y el 90% restante sufrió daños.
La mayoría de las vías férreas y las locomotoras estaban destrozadas y las que no, se las llevaron los nazis o los soviéticos. Todos los puentes sobre el Danubio en Budapest estaban fuera de servicio, así como la mayoría de sus carreteras.
El 70% de los edificios de Budapest se habían convertido total o parcialmente en escombros.
La producción agrícola cayó casi un 60%.
“Básicamente, el país estaba al borde de una hambruna”, resalta Borhi. “A pesar de eso, tuvo que alimentar al millón de soviéticos que el Ejército Rojo tenía en el país”.
Encima de todo, cuando firmó el armisticio, Hungría aceptó pagar reparaciones de US$300 millones (más de US$4.000 millones en dinero de hoy), a los soviéticos, los yugoslavos y checoslovacos.
A estos pesares y otros más se le sumó que no hubo préstamos para ayudar a los húngaros a recuperarse.
“Los países controlados por los soviéticos fueron excluidos por Moscú de participar en el muy generoso Plan Marshall que básicamente impulsó la recuperación económica de Europa occidental”, explica Borhi.
“Las finanzas del gobierno húngaro eran absolutamente precarias y enfrentaba la necesidad de tratar de proporcionar algunos servicios, pero no había infraestructura que le permitiera recaudar ingresos de la manera convencional”, señala Pierre Siklos, profesor de Economía en la Universidad Wilfred Laurier en Waterloo, Canadá.
Sin una base impositiva en la cual apoyarse, el gobierno húngaro decidió estimular la economía imprimiendo dinero, a pesar de tener que pedir prestado para pagar la tinta importada que utilizó para hacer los billetes.
Con ellos, el gobierno contrató trabajadores directamente, proporcionó préstamos a los consumidores y le dio dinero a la gente.
Le hizo préstamos a los bancos a tasas bajas que a su vez estos prestaron a las empresas.
El país se inundó con dinero.
Y el dinero, se ahogó en ceros.
El pengő, una moneda que había sido adoptada como una de las medidas para controlar la primera hiperinflación que sufrió Hungría en el siglo XX, después de la Primera Guerra Mundial, entró en caída libre.
La inflación era tan desmedida que los ceros se acumularon hasta llegar al absurdo.
En 1944, el valor más alto del billete era de 1.000 pengős. A finales de 1945, era de 10.000.000 pengős.
En un intento de simplificación, apareció el milpengő, equivalente a un millón de pengős.
Eso dio paso a denominaciones tan disparatadas como…
- 100 millones de milpengős, o sea 100.000.000.000.000 de pengős o 100 trillones;
- y mil millones de milpengős, es decir, 1.000.000.000.000.000 de pengős o un cuatrillón.
Pronto, fue necesario emitir el B-pengő, equivalente a un billón de pengős.
Este también se multiplicó hasta el 11 de julio de 1946, cuando el Banco Nacional de Hungría emitió los últimos billetes pengő, por 100 millones de B-pengős (10²⁰ =100 trillones), la denominación más alta en uso de la historia.
El Banco también imprimió billetes por mil millones de B-pengős (10²¹ = 1.000.000.000.000.000.000.000), pero nunca ingresaron circulación.
En el camino, también se creó una moneda especial, el adópengő (o pengő fiscal) para los pagos postales y de impuestos. Dada la inflación, su valor se ajustaba a diario y se anunciaba por radio.
El 1 de enero de 1946, un adópengő equivalía a un pengő, pero a fines de julio, equivalía a 2.000.000.000.000.000.000.000 pengős.
Mientras el gobierno trataba de mantenerse al día con los precios emitiendo una vertiginosa variedad de nuevos billetes, la gente común comenzó a referirse a ellos según su color en lugar de su valor.
Pero se llegó al punto que ni siquiera eso tenía sentido así que “si, digamos, querían una docena de huevos, el vendedor los pesaba y el comprador le pagaba ese peso en moneda”, cuenta Béla Tomka, profesor de Historia Social y Económica Moderna en la Universidad de Szeged, en Hungría.
Los salarios tampoco podían estar al día con la realidad, así que “muchas empresas comenzaron a pagar en especie, con lo que producían o con papas o azúcar, etc.
“Las fábricas textiles, por ejemplo, desarrollaron su propio sistema de salario centimétrico: pagaban un promedio de centímetros de textil.
“Los empleados luego intercambiaban lo que recibían por otras necesidades”.
El mercado negro floreció.
“Además, por primera y única vez en la historia de la inflación en el mundo, las empresas tenían que proporcionar cierta cantidad y calidad de alimentos, determinada por las necesidades calóricas semanales de los trabajadores y sus familiares dependientes”, relata Tomka.
“Aunque esas medidas no resolvieron los problemas, debido a la escasez de alimentos, durante un tiempo proporcionaron una asignación mínima para las masas trabajadoras”.
En cierto momento, los empleados podían incluso exigir que se les pagara antes de las 2 pm, e insistir, de no ser así, en recibir su sueldo ajustado a la inflación al día siguiente.
Sin embargo, no había escapatoria: los salarios reales cayeron más del 80% y, aunque los trabajadores tenían empleo, la hiperinflación los empujó a la pobreza.
No obstante, al parecer, la privación no se compartió por igual.
Un reportaje del New York Times sobre Budapest del 4 de abril de 1946 relató que…
“En ningún otro lugar de Europa se podría encontrar un contraste tan violento entre el nivel de vida de la mayoría de la población y el de aquellos pocos que se han hecho amigos de los británicos y los estadounidenses o que por algún otro medio han tenido acceso a restaurantes caros”.
“En los clubes de las potencias ocupantes encontrará comida como en ningún otro lugar de Europa: frutas exóticas, ganso, pollo, crema y pasteles como en los hoteles más extravagantes antes de la guerra”.
Pero, ¿quiénes podían disfrutar de tales delicias?
“Aquellos cuya riqueza estaba en joyas, oro u otros objetos de valor podían vender esos activos o intercambiarlos por necesidades básicas”, señala Tomka.
“Además, quienes tenían acceso a divisas, ya sea porque trabajaban para una embajada o empresa extranjera u otra institución, podrían sobrevivir mejor”.
“La población rural que producía alimentos estaba en una posición más favorable, por lo que básicamente los pobres de los pueblos y ciudades eran los que más sufrían“.
En el apogeo de la inflación, los precios subían a un ritmo del 150.000% al día.
Para entonces, el gobierno había dejado de recaudar impuestos pues el poder adquisitivo de los ingresos que podía generar por esa vía en gran medida se evaporó.
Sólo una nueva moneda podría estabilizar la situación financiera del país.
El 1 de agosto de 1946, Hungría introdujo el florín, reduciendo 29 ceros de la moneda anterior.
“Mis padres recordaban ver a los barrenderos poniendo billetes en la basura: la gente simplemente botó los pengős, pues no valían nada”, cuenta Borhi.
“Lo poco que quedaba de la fortuna familiar fue borrado. La gente perdió los ahorros y tuvo que empezar de cero”.
Pero, aparentemente, de la noche a la mañana, se le puso punto final a la hiperinflación.
Aparentemente.
“Los preparativos tomaron algunos meses”, apunta Siklos.
“Almacenaron alimentos para asegurarse de que cuando se lanzara la nueva moneda, al menos en algunos mercados, hubiera la apariencia de abundancia que llevara a pensar que la reforma era en gran medida creíble”.
“Además hubo un esfuerzo en las semanas previas a la reforma de convencer al público de que la dependencia del impuesto inflacionario terminaría, que ya no habría ningún tipo de indexación y que mantendrían esas políticas en el futuro previsible”.
“Así que lograron infundir suficiente confianza en el público de que el florín conservaría su valor. Y lenta pero seguramente, la actividad económica empezó a mejorar”.
Un factor clave para restaurar esa confianza fue el regreso de la reserva de oro del Banco Nacional Húngaro.
“Había sido sacada del país en las fases finales de la guerra para que el ejército soviético no pudiera apoderarse de él. Y terminó en la zona estadounidense de ocupación de Austria”, cuenta Tomka.
“En 1946, una delegación del gobierno húngaro fue a Washington en una visita oficial y el presidente Truman, como un gesto hacia los húngaros, acordó su devolución completa”.
Su llegada al país fue un gran evento, como lo reportó Associated Press en agosto 6 de ese año.
“El antiguo tren privado de Adolf Hitler llegó hoy aquí con 33 millones de dólares en oro, todas las reservas capturadas del Banco Nacional de Hungría, para reforzar la nueva estructura financiera de Hungría”.
“El envío de 22 toneladas de oro, lingotes y monedas, traído de Alemania bajo una fuerte guardia y secreto militar, marcó la primera devolución al por mayor de activos monetarios a un país enemigo“.
“Las autoridades húngaras expresaron profundas esperanzas de que la llegada del oro, 100% intacto, salvaría la economía destrozada de su nación”.
Para la gente, este respaldo le daba credibilidad a la nueva moneda.
Por otro lado, el Banco Central se independizó y el poder de emisión de billetes se limitó. Se le ordenó a los bancos que tuvieran reservas del 100%, los impuestos se incrementaron considerablemente, el número de funcionarios públicos se redujo sustancialmente.
El florín se convirtió en una de las monedas más estables de la región hasta bien entrada la década de 1960.
Hay que anotar que para 1946 el panorama político y económico de Hungría ya estaba completamente dentro de la esfera de influencia soviética.
“En mayo el líder del Partido Comunista Húngaro dio la orden de clonar parcialmente el sistema estalinista para allanar la estabilización de la moneda”, dice Borhi.
“Comenzaron a dar pasos que eventualmente conducirían a la nacionalización de empresas privadas extranjeras y nacionales.
“Simultáneamente, se introdujeron medidas para centralizar la economía, como una oficina que determinaba el precio de cada producto y una tabla que determinaba el salario para cada sector de la economía.
“Así que todo estaba muy, muy estrictamente controlado, y eso probablemente ayudó a frenar la inflación”.
Entonces, ¿podemos realmente leer de manera confiable las estadísticas de inflación?
“La respuesta simple es no”, dice Siklos.
“Pero creo que el éxito inicial de las reformas puede explicarse por el increíble conjunto de políticas que se introdujeron en ese momento. Luego, por supuesto, las cosas cambiarían”.
Al final, ¿habrá alguna lección sobre cómo lidiar con una inflación en espiral que muchos países han experimentado?
“Un elemento común es, primero, que cuando las condiciones económicas se desmoronan y los gobiernos no tienen otros recursos disponibles, no toma mucho tiempo para que la hiperinflación se afiance“, señala Siklos.
“La segunda lección es que si se introduce un conjunto de políticas que convenzan al público de que el poder adquisitivo del dinero se mantendrá estable, la inflación puede terminar con rapidez“, agrega.
Tomka concuerda con que “la confianza pública en las instituciones políticas y económicas, y por extensión en el dinero mismo, es una condición importante para la estabilidad de la moneda”.
“Si esa confianza se evapora en grandes segmentos de la sociedad, recuperarla implica enormes costos económicos y sociales”.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 23, 2023
Las elecciones en Europa en los últimos tiempos han dejado un nuevo mapa político en la escena. Partidos se suman a la lucha por el poder imponiendo ideas un tanto radicales.
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Austria
Las elecciones del pasado año han supuesto todo un volantazo hacia la derecha en Austria. El islamófobo y euroescéptico Partido de la Libertad (FPÖ) cosechó un doble éxito. Por un lado, logró cerca del 27% de los votos y quedó empatado en la segunda posición con los socialdemócratas. Por otro, consiguió escorar tanto el discurso de los conservadores -los ganadores de los comicios- que su programa parece, en cuestiones como inmigración y asilo, calcado de sus tesis.
Las negociaciones para formar una coalición de gobierno aún no han comenzado, pero el líder de los conservadores, Sebastian Kurz, hizo campaña asegurando que acabaría con la gran coalición que mantenía su partido con los socialdemócratas y buscaría una alianza con los ultraderechistas. El líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache, conocido por su pasado en círculos neonazis, es el político con más posibilidades de convertirse en el próximo vicecanciller de Austria.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third]Alemania
Alternativa para Alemania (AfD) nació en 2013 como un partido euroescéptico y a finales de septiembre, mutado ya en una fuerza plenamente ultraderechista, se convirtió en el primer partido de esta ideología en acceder al Bundestag en más de 70 años. Logró el 12,6% de los votos, aupándose a la tercera posición, por detrás tan solo de los cristianodemócratas y los socialdemócratas. Nadie va a pactar con ellos, pero han conseguido entrar en el Parlamento, influir en el debate político y dificultar la formación de gobierno.
AfD mantiene un discurso que conforma a todos aquellos preocupados en el crecimiento (y comportamiento) de los musulmanes y anti-establisment que ha calado bien entre la extrema derecha y en el voto protesta, además de en el este del país, la antigua Alemania oriental. Algunos de sus líderes ponen regularmente a prueba los límites tachando de “vergüenza” el memorial del holocausto de Berlín o aplaudiendo la acción de los soldados nazis.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third_end]Francia
El Frente Nacional (FN) es un partido ultranacionalista y con una retórica populista que ataca a la inmigración y a Bruselas por igual. Sus orígenes, sin embargo, son aún más radicales, con colaboracionistas de los nazis y simpatizantes del III Reich entre sus fundadores, así como antisemitas y negacionistas del Holocausto. El FN reivindica en la actualidad recortar las ayudas sociales a los inmigrantes, incluida la seguridad social, y reducir el número de extranjeros que pueden vivir en el país.
Su capacidad para establecer la agenda política en Francia es notable, algo que -por las características del sistema electoral- no se refleja en su actual cuota en la Asamblea Nacional. Su líder, Marine Le Pen, pasó a la segunda ronda de las elecciones presidenciales de este año en las que finalmente se impuso Macron. Su padre, Jean- Marie Le Pen, ya logró este mismo hito en 2002, desatando las primeras alarmas de la oleada ultraderechista que se avecinaba en el continente.
[/ezcol_1third_end] [ezcol_1third]Holanda
El Partido de la Libertad del islamófobo y eurófobo Geert Wilders quedó en segunda posición en las parlamentarias de este año en Holanda al lograr el 13,1 por ciento de los votos.
Su resultado, sin embargo, se vendió como una derrota de la ultraderecha porque su formación había estado encabezando las encuestas durante las semanas que precedieron a los comicios.
Además de encabezar la oposición, Wilders ha logrado que las fuerzas de centro-derecha del país endurezcan su discurso en materia de inmigración.
Recientemente, el líder ultraderechista holandés ha sido condenado por tachar a los marroquíes de basura que pone en peligro el país.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third]Polonia
Ley y Justicia llegó al gobierno en Varsovia con la promesa de “limpiar las cañerías” de burócratas corruptos y políticos globalistas y liberales que querían liquidar las tradiciones y cultura polacas.
Dos años más tarde, con la mayoría absoluta que le otorgó el 37,6% de los votos, ha restringido las libertades públicas, limitado la libertad de prensa y aplastado la independencia del poder judicial.
La Comisión Europea (CE) ha tomado el inusual paso de abrirle un expediente por menoscabar el estado de Derecho.
El Gobierno polaco dio marcha atrás en un intento de ilegalizar completamente el aborto tras una serie de protestas masivas en la calle.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third_end]Hungría
Viktor Orban es el líder de la ultraderecha europea que más tiempo lleva en el poder. En total, once años. En 2014, su plataforma política Fidesz, de la mano de los cristianodemócratas del KDNP, logró el 44,8 por ciento de los sufragios. En los últimos años se ha destacado por negarse a acoger refugiados, por estrechar sus relaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin, y por estrangular financieramente a las ONG que critican su historial de violaciones de los derechos humanos. Fidesz no es, sin embargo, el partido más a la derecha del espectro político húngaro. Este honor corresponde a Jobbik, que en 2014 se situó como tercera mayor fuerza con el 20,2% de las papeletas. Esta formación quiere celebrar un referéndum sobre la permanencia de Hungría en la UE, cree que hay que atajar “los esfuerzos de sionismo israelí por dominar Hungría y el mundo” y tacha la homosexualidad de “desviación”.
[/ezcol_1third_end]Grecia
Amanecer Dorado es un partido “neonazi y violento”, según estableció en 2013 el Consejo de Europa. Fundado en 1980, accedió al parlamento heleno en 2012, durante los peores embates de la crisis de la deuda en Grecia, y en la actualidad es la tercera mayor fuerza en el arco legislativo griego. Parte de su dirección y su líder, Nikos Michaloliakos, están siendo investigados por un presunto delito de haber conformado una asociación criminal.
[ezcol_1third]Colombia
La líder política Piedad Córdoba lanzó su candidatura independiente apoyada por el movimiento Poder Ciudadano. Esta candidata ha defendido en más de una ocasión el modelo de la dictadura socialista venezolana y ha llegado a afirmar que haría filas con gusto en las tiendas de Venezuela para defender el socialismo. En estos momentos tan cruciales, los colombianos tienen la oportunidad de abrir su economía y seguir el ejemplo exitoso de Chile y Perú… o el de Venezuela.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third]
México
El PT es un organización política socialista y “antiimperialista” mexicana. Algunos miembros del PT mexicano han reconocido tener vínculos políticos con las FARC. En 2018, líderes del PT habrían invitado a miembros de esta guerrilla colombiana a un seminario en México. En 2009 el PT mexicano habría invitado a Lucía Morett, simpatizante de la causa de las FARC, a ser candidata suya en las elecciones legislativas mexicanas.
[/ezcol_1third] [ezcol_1third_end]Costa Rica
Costa Rica es un país con una tradición democrática firme. En este sentido, ni la extrema izquierda ni la extrema derecha suelen tener importantes opciones de llegar al poder.
Sin embargo, no son pocos los que afirman y muestran su preocupación ante el crecimiento de los partidos de izquierda más dura, como el Frente Amplio y el Partido de los Trabajadores, tienen sus propios candidatos a la presidencia.
[/ezcol_1third_end]Francia
¿Qué tiene el Ultraizquierdista Jena=Luc Mélenchon?Es de lejos el mejor orador y el mejor en los debates, no se le conocen manejos sucios en cuestión de dinero (aunque, tras 20 años con sueldo de senador, sea el candidato con mayor patrimonio) y con él no hay equívocos: es la izquierda de la izquierda, sin disimulos ni guiños a la moderación. Tal vez eso basta para explicar su excepcional popularidad entre los inmigrantes, los jóvenes y un sector de la izquierda urbana que se siente huérfana del Partido Socialista.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 12, 2018