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  Por Nate Levin.

Mohamed Rizalman bin Ismail, agregado militar de Malasia, se intrdujo en la casa de una mujer e intentó tener relaciones sexuales con ella. La policía de Nueva Zelanda lo arrestó rápidamente y lo acusó de intento de robo y violación. Invocando su inmunidad diplomática, Mohamed abandonó Nueva Zelanda y se dirigió a su país, Malasia. Tras el furor internacional, Malasia acordó enviar a Mohamed de regreso y renunciar a su inmunidad diplomática. Este caso fue interesante porque Nueva Zelanda y Malasia no tienen un tratado de extradición. Al parecer, Mohamed se “ofreció” para regresar a Nueva Zelanda y afrontar el juicio. Cumplió 9 meses de arresto domiciliario.

Majed Hassan Ashoor, el primer secretario de la embajada saudí en la India, golpeó y violó a sus criadas nepalíes. Cuando intervino la policía, el diplomático invocando inmunidad abandonó el país. Todo quedó en pie, algunas ONG protestaron contra el diplomático.

Estos casos ocurren con mucha más frecuencia que las palizas y las violaciones. Un agregado militar estadounidense estuvo implicado en un accidente de tráfico. Se informó que estaba ebrio. Como resultado, el conductor de motocicleta atropellado falleció. Las autoridades paquistaníes pidieron a los estadounidenses que renunciaran a su inmunidad diplomática para poder ser juzgado. Tras su negativa, no se le permitió salir del país. Después de extensas negociaciones y pagos sustanciales a la familia del fallecido, el caso finalmente se resolvió. El diplomático estadounidense involucrado en el accidente partió después del “acuerdo”

Otro caso muy similar, un diplomático ruso se vio implicado en un fatal accidente de tráfico, en Canadá, en estado de ebriedad. Debido a la inmunidad diplomática, se le permitió regresar a Rusia. A su llegada, fue acusado ante un tribunal ruso de homicidio involuntario y encarcelado durante 4 años.

En estos momentos se está desarrollando un nuevo caso en Turquía. Se ha alegado que un ciudadano saudí fue asesinado en el consulado saudí. Si esto es cierto, se han alcanzado nuevos mínimos en diplomacia.

Como se puede ver, la inmunidad diplomática sólo puede ser renunciada por parte del diplomático. El país anfitrión, por el contrario, puede prohibir al diplomático salir del país. También puede provocar un incidente internacional y convertir la vida en un infierno para los diplomáticos restantes. Pero al final depende del país del diplomático si quiere ser visto como un país que permite a sus diplomáticos cometer crímenes y salirse con la suya. Una cuestión de prestigio nacional es importante para algunos países, no para todos.

El artículo 29 de la Convención de Viena establece: “La persona del agente diplomático será inviolable. No estará sujeto a ninguna forma de arresto o prisión. El Estado receptor lo tratará con el debido respeto y tomará todas las medidas apropiadas para impedir cualquier ataque a su persona, libertad o dignidad”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 16, 2024