Los Asesinatos de Wonderland (Pais de las maravillas), también conocidos como los asesinatos de “Cuatro en el Suelo”, siguen siendo uno de los crímenes más brutales y misteriosos de Hollywood. El 1 de julio de 1981, cuatro personas fueron brutalmente apaleadas hasta la muerte en una modesta casa de Wonderland Avenue, en la zona de Laurel Canyon de Los Ángeles. El caso expondría el lado oscuro del narcotráfico en la ciudad, involucraría a una estrella porno en decadencia y se convertiría en un símbolo de la anarquía que asolaba Los Ángeles a principios de los 80.
Las víctimas —Barbara Richardson, Billy DeVerell, Joy Miller y Ron Launius— eran miembros o cómplices de la llamada Banda de Wonderland, un grupo de pequeños delincuentes conocidos por el tráfico de drogas y los allanamientos de morada. La única sobreviviente fue Susan Launius, la esposa de Ron, quien sufrió graves lesiones y pérdida de memoria. El ataque fue tan brutal que la policía inicialmente confundió la escena manchada de sangre con un asesinato ritual.
John Holmes
La trama gira en torno a John Holmes, quien en su día fue una figura clave en la industria del cine para adultos. Para 1981, Holmes era un drogadicto en decadencia, desesperado por dinero y relevancia. Tenía conexiones tanto con la Banda Wonderland como con el dueño de un club nocturno de Los Ángeles y reputado mafioso Eddie Nash. El papel de Holmes en los asesinatos ha sido objeto de especulación durante mucho tiempo: ¿Era un peón, un conspirador o ambas cosas?
El contexto de los asesinatos incluye un robo fallido en la casa de Nash por parte de la Banda Wonderland pocos días antes. Holmes supuestamente ayudó a facilitar el robo dejando una puerta sin llave. En represalia, se cree ampliamente que Nash orquestó el brutal ataque en la casa Wonderland. Holmes pudo haber sido obligado a acompañar a los asesinos, posiblemente incluso participando en el asalto.
A pesar de la repercusión mediática del caso, la justicia resultó esquiva. Holmes fue arrestado y juzgado por asesinato en 1982, pero fue absuelto por falta de pruebas. Posteriormente cumplió condena por desacato al tribunal y delitos relacionados con drogas. Eddie Nash fue acusado en el año 2000 por cargos federales de crimen organizado, pero tras un acuerdo con la fiscalía, cumplió solo una corta condena. Nash falleció en 2014, manteniendo su inocencia.
Desde entonces, los Asesinatos en el País de las Maravillas se han convertido en un elemento oscuro de la historia angelina, inspirando libros, documentales y la película de 2003 Wonderland, protagonizada por Val Kilmer como John Holmes. El caso sigue oficialmente sin resolverse, una turbia mezcla de hechos, rumores y mitos.
Más allá de la sangre derramada y los titulares, los Asesinatos en el País de las Maravillas cuentan una historia más profunda sobre el colapso de los sueños de la contracultura de la década de 1960. Laurel Canyon, antaño un refugio para artistas y músicos, se había convertido para la década de 1980 en un refugio para las drogas y la desesperación. Los asesinatos reflejan una convergencia de crimen, fama y adicción que definiría una faceta de Hollywood.
Hoy, la casa del 8763 de Wonderland Avenue sigue en pie, testigo silencioso de un crimen que conmocionó a la ciudad y que nunca ha sido completamente encarcelado.
La macabra historia de Hollywood sobre drogas, pornografía y venganza
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Los Asesinatos de Wonderland (Pais de las maravillas), también conocidos como los asesinatos de “Cuatro en el Suelo”, siguen siendo uno de los crímenes más brutales y misteriosos de Hollywood. El 1 de julio de 1981, cuatro personas fueron brutalmente apaleadas hasta la muerte en una modesta casa de Wonderland Avenue, en la zona de Laurel Canyon de Los Ángeles. El caso expondría el lado oscuro del narcotráfico en la ciudad, involucraría a una estrella porno en decadencia y se convertiría en un símbolo de la anarquía que asolaba Los Ángeles a principios de los 80.
Las víctimas —Barbara Richardson, Billy DeVerell, Joy Miller y Ron Launius— eran miembros o cómplices de la llamada Banda de Wonderland, un grupo de pequeños delincuentes conocidos por el tráfico de drogas y los allanamientos de morada. La única sobreviviente fue Susan Launius, la esposa de Ron, quien sufrió graves lesiones y pérdida de memoria. El ataque fue tan brutal que la policía inicialmente confundió la escena manchada de sangre con un asesinato ritual.
La trama gira en torno a John Holmes, quien en su día fue una figura clave en la industria del cine para adultos. Para 1981, Holmes era un drogadicto en decadencia, desesperado por dinero y relevancia. Tenía conexiones tanto con la Banda Wonderland como con el dueño de un club nocturno de Los Ángeles y reputado mafioso Eddie Nash. El papel de Holmes en los asesinatos ha sido objeto de especulación durante mucho tiempo: ¿Era un peón, un conspirador o ambas cosas?
El contexto de los asesinatos incluye un robo fallido en la casa de Nash por parte de la Banda Wonderland pocos días antes. Holmes supuestamente ayudó a facilitar el robo dejando una puerta sin llave. En represalia, se cree ampliamente que Nash orquestó el brutal ataque en la casa Wonderland. Holmes pudo haber sido obligado a acompañar a los asesinos, posiblemente incluso participando en el asalto.
A pesar de la repercusión mediática del caso, la justicia resultó esquiva. Holmes fue arrestado y juzgado por asesinato en 1982, pero fue absuelto por falta de pruebas. Posteriormente cumplió condena por desacato al tribunal y delitos relacionados con drogas. Eddie Nash fue acusado en el año 2000 por cargos federales de crimen organizado, pero tras un acuerdo con la fiscalía, cumplió solo una corta condena. Nash falleció en 2014, manteniendo su inocencia.
Desde entonces, los Asesinatos en el País de las Maravillas se han convertido en un elemento oscuro de la historia angelina, inspirando libros, documentales y la película de 2003 Wonderland, protagonizada por Val Kilmer como John Holmes. El caso sigue oficialmente sin resolverse, una turbia mezcla de hechos, rumores y mitos.
Más allá de la sangre derramada y los titulares, los Asesinatos en el País de las Maravillas cuentan una historia más profunda sobre el colapso de los sueños de la contracultura de la década de 1960. Laurel Canyon, antaño un refugio para artistas y músicos, se había convertido para la década de 1980 en un refugio para las drogas y la desesperación. Los asesinatos reflejan una convergencia de crimen, fama y adicción que definiría una faceta de Hollywood.
Hoy, la casa del 8763 de Wonderland Avenue sigue en pie, testigo silencioso de un crimen que conmocionó a la ciudad y que nunca ha sido completamente encarcelado.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 2, 2025